«El Papa nos anima a ir Construir una Nueva Iglesia con Rostro Amazónico»

Construir una Iglesia con rostro amazónico, presente en las fronteras, en las periferias, es uno de los objetivos del Sínodo de la Amazonía. Religión Digital entrevistó a Alfredo Ferro, S.J., jesuita colombiano que desde hace cuatro años vive la Triple Frontera amazónica entre Brasil, Perú y Colombia.

El Padre Ferro vive en la ciudad colombiana de Leticia. Lo hace teniendo como perspectiva «tejer acciones conjuntas», junto con «otros actores en el territorio» y apostando por la REPAM, «como una forma concreta de animar y de desarrollar propuestas conjuntas».

¿Qué es el Servicio Jesuita para la Amazonía?

El Servicio Jesuita Panamazónico es un proyecto, una propuesta de la Compañía de Jesús en América Latina que responde a una preferencia apostólica que se ha hecho por la Amazonía. Todos los provinciales hicieron, en el Proyecto Apostólico Común, una apuesta por Haití, por Cuba y por la Amazonía. El Servicio Jesuita para la Amazonía es una respuesta a esa prioridad, buscando convidar, animar, articular acciones conjuntas al servicio del territorio amazónico y de sus pobladores.

El trabajo nuestro que se tiene en Leticia y en la Triple Frontera, busca la manera de prestar un servicio mayor a la Amazonía, teniendo en cuenta las redes que tenemos (FLACSI, AUSJAL, etc.). Por eso, nuestro trabajo es tejer acciones conjuntas y convocar y llamar a la Compañía a trabajar con otros.

Una cuestión importante es el cómo nos vinculamos, relacionamos, articulamos con otros actores en el territorio, sean instituciones públicas, privadas, Iglesias locales, regionales. Por eso, nuestro servicio está vinculado a la REPAM (Red Eclesial Panamazónica) y nuestra apuesta por la REPAM como una forma concreta de animar y de desarrollar propuestas conjuntas.

¿Cuáles son las necesidades que la Compañía descubre dentro de la Amazonía?

Partimos también de una lectura del territorio, de lo que está pasando en el territorio. En ese sentido, creo que, para nosotros, es un gran desafío, a partir de todas las amenazas que tiene el territorio, ir descubriendo como sería nuestro mejor aporte. Por eso, también nos interesa mucho el tema de la incidencia política. En la medida en que nos articulamos entre nosotros y con otros, nuestro ideal sería poder incidir en cuestiones fundamentales. En relación, por ejemplo, a todo lo que está sucediendo con los pueblos indígenas, organizaciones, con sus propuestas, con sus luchas, también con las organizaciones sociales que están en la Amazonía.

No sólo para eso, sino también para  ver de qué manera nosotros podemos contribuir con lo que está sucediendo en la Amazonía. Que en el fondo es un atentado contra la naturaleza y contra los pueblos. Nos toca preguntarnos cuál es nuestra contribución en la defensa de los derechos humanos, en la lucha de los pueblos, en la necesidad de hacer una articulación entre nosotros como Iglesia, para  responder a la llamada que nos hace Aparecida de una pastoral de conjunto.

Nosotros sentimos que a partir de esa necesidad de ser del territorio y de la población tendremos que plantarnos los desafíos que tiene la Iglesia, al mismo tiempo que definir un horizonte y algunas estrategias claras que nos ayuden a configurar mejor nuestro papel, función y misión. Hay tres grandes campos que estamos trabajando: uno con todo el tema de sensibilización, formación y educación; otro es el tema de la investigación; y el otro es el servicio a la Iglesia, tanto global como a nivel local, desde el lugar donde estamos.

¿Cómo este Servicio Jesuita Panamazónico puede servir al Sínodo que el Papa Francisco dice que ya ha comenzado?

Es una reflexión que estamos haciendo. Hemos hecho una llamada a la Conferencia de Provinciales en América Latina y el Caribe (CPAL), para que tomen en serio esta esa misión que nos parece fundamental. Yo creo que nuestro servicio al Sínodo es en diversos niveles.

Por ejemplo, han llamado a un jesuita para participar de la Secretaría del Sínodo, es un jesuita peruano que va a estar ahí. Por otro lado, hay algunos jesuitas que están en el Consejo Pre-sinodal, por ejemplo el cardenal Barreto, que es el arzobispo de Huancayo, en Perú; el Padre Fernando Roca, que es un biólogo y forma parte de los expertos que están colaborando.

Por otro lado, pensamos que es muy importante colaborar, aportar, participar en los espacios de consulta que se están abriendo. Por ejemplo, en las 45 asambleas territoriales que va a haber en la Amazonía, en la medida en que podamos estar, participar, animar también eso, a través de nuestro compromiso con la REPAM.

La REPAM va a tener un papel muy importante, y desde nuestra presencia en ella estamos aportando al Sínodo. Yo creo que podríamos colaborar de muy diversas formas y prestar un servicio al Sínodo mucho más contundente.

Se va a hacer un evento a nivel de todas las universidades jesuitas de Latinoamérica para ver cuál podría ser el aporte de las universidades al Sínodo y también ofrecer la infraestructura o las posibilidades que tenemos.

Una de las cosas que se están pensando, y que ya se ha conversado con el Cardenal Hummes, con el Papa y con el Padre General, es hacer dos eventos internacionales, que creo que van a ser importantes. Uno en Georgetown, para vincular otros jesuitas de la conferencia provincial de los Estados Unidos y algunos expertos o teólogos que puedan colaborar también allí, y uno en la Gregoriana, más con una reflexión digamos teológica, que es sustento y base teológica a todo lo que se va a trabajar en el Sínodo.

Yo creo que hay varios espacios, como foros temáticos, que se están pensando para preparar a la vida religiosa. Allí, nuestro aporte como jesuitas en este desarrollo de la propuesta, del servicio, de la contribución que pueda hacer la vida religiosa a la Amazonía y en concreto al Sínodo también. Creo que hay como varios niveles.

¿Cómo los jesuitas pueden ayudar a que la gente y la Iglesia de la Amazonía puedan entender esa lógica del Papa Francisco que nace del pensamiento y de la espiritualidad ignaciana?

Esa es una pregunta interesante, ya que que nosotros ciertamente sentimos en sus palabras, en sus intervenciones, en la encíclica Laudato Sí, en sus cartas pastorales, el sello ignaciano, de la espiritualidad ignaciana en la que él bebió y en la que él fue artífice también, dado que,  como arzobispo de Argentina, Bergoglio tuvo un papel protagónico en Aparecida. Yo siento que hay elementos importantes que muestran un poco eso.

Siento que el Papa Francisco tiene una gran ventaja. No es por comparar con otros papas, pero los discursos de los otros papas eran todos elevados, con una construcción teológica que nadie entendía. Quizás los teólogos…

Pero el Papa Francisco tiene una característica que es fundamental en su manera de comunicar: que es muy sencilla. Esto ayuda muchísimo para que ese discurso vaticano, del pontificado, llegue a la gente con palabras que expresen en alguna medida los deseos de la gente, las necesidades de la gente, los gritos de la tierra, de los países, de la realidad que se vive en el mundo. Francisco es muy sensible y todos los domingos da cuenta lo que está pasando en el mundo, de las situaciones que se están viviendo.

Respecto a la Compañía de Jesús, yo pienso que puede ser una colaboración interesante, para ver qué es lo novedoso, lo diferente y que es lo que realmente está proponiendo el Papa. Nosotros sabemos que eso no es gratuito, ya que las palabras y el modo de proceder de Francisco genera una especie de malestar en lugares, personas y estructuras que realmente quisieran que la Iglesia continuara como ha sido. Una Iglesia algo adormecida en estos últimos años, con problemas y dificultades muy serias y que no asumiendo la misión que debería en el mundo, y menos aquí en la Amazonía.

A mí me impresiona que el Papa ‘se puso la camiseta’ de la Amazonía y realmente ha estado muy interesado. Eso también tiene que ver con su amistad con el Cardenal Hummes, con el Cardenal Barreto, con la REPAM, que han estado en conversación con él. Tengo la experiencia bonita en Cartagena, cuando el Papa estuvo. Él tiene un gesto muy bonito, que en todos los países donde va se reúne con los jesuitas, los que quieran ir. Nosotros nos reunimos como unos 60 jesuitas en Cartagena, Colombia. Charló muy abiertamente con nosotros. Yo al final le agradecí profundamente lo que está haciendo por la Amazonía. Uno ve que el Papa Francisco está realmente interesado, animado,  y animándonos también a nosotros para ir construyendo esa nueva Iglesia con rostros amazónico.

Fuente: Jesuitas Latinoamérica

 

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