Empresas Familiares, Escuelas para Emprender

Algunas claves para aquellos interesados en la generación y funcionamiento de las empresas familiares.

“El reto más importante que tiene el fundador de una compañía es crear una familia empresaria”, asegura Fernando Nogales Lozano, doctor en Sociología y Ciencias Políticas y asesor español de empresas familiares.

El catedrático pasó por Córdoba, en el marco de una charla organizada por el Centro de la Empresa Familiar de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), realizada en el auditorio Carlos Ortiz, de La Voz.

El especialista advirtió que en Europa hay cientos de empresas bicentenarias. Sin embargo, la mortalidad de las compañías es un fenómeno global, ya que el 60 por ciento de ellas desaparece con la segunda generación.

Para superar esa barrera que implica el traspaso de la conducción de la empresa de su fundador a sus hijos, Nogales Lozano propone convertir a las empresas familiares en escuela de emprendedores.

“Para crear una empresa familiar, hace falta desarrollar tres tipos de habilidades: la emprendedora, para relacionar el proyecto con las necesidades del entorno; la profesional, relacionada con la eficiencia de los técnicos y los directivos; y la política, para mantener la cohesión interna”, señala.

En este marco, advierte que “no necesariamente” la familia de un empresario es generadora de nuevos ejecutivos.

Por eso, resalta la necesidad de que el fundador de la empresa impulse la actitud emprendedora en su propia familia.

Qué hacen los que hacen

El especialista recuerda las líneas de acción que implementaron las empresas que sobrevivieron al pase generacional:

  • Profesionalismo. Apuestan a la continuidad intergeneracional, profesionalizándose como familia empresaria.
  • Actitud emprendedora. Tienen como perspectiva perseguir el éxito. La preocupación está puesta más en la generación de empresa y el negocio, que en la propiedad de la compañía.
  • Talentos familiares. Prestan ayuda financiera a las iniciativas de las nuevas generaciones. Le dan mentoreo (asesoramiento de un especialista del rubro) a los proyectos empresariales de la familia.
  • La novedad. Están más atentas a la innovación y a las nuevas oportunidades de negocio.

Protocolo

Esta idea de empresa familiar como escuela implica, además de estar atentos a la producción de la propia compañía, no descuidar “los intereses y talentos que están en las familias”, para lo cual hay que pensar y poner en funcionamiento “una política de gestión de ese talento y eso puede pautarse, por ejemplo, en un protocolo familiar”, explica.

En esto, el empresario debe partir de lo más urgente y empezar por donde se piensa que tendrá más éxito. “Por ejemplo, si el problema es la toma de decisiones, tendrá que fijar criterios de gobierno”, resalta.

En caso de familias numerosas o de hijos con intereses diferentes, propone delegar en nuevas sociedades la generación de negocios paralelos.

Antes del fracaso, vender

“Lo fundamental es tener el capital humano interesado en la continuidad del proyecto”, reflexiona.

Por eso, Nogales Lozano recomienda que si entre los hijos del fundador no hay nadie con las habilidades necesarias para continuar con el negocio, es mejor vender la sociedad y permitir que la empresa continúe generando riqueza y empleos. “Hay empresarios que en sus últimos días vieron perder el trabajo de toda una vida”, reflexiona.

Fuente: la voz del interior

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