Entre la Justicia Social y la Ingeniería Aeronáutica
Guillermo Blasón es un jesuita argentino que se encuentra realizando estudios en la Universidad de Santa Clara en Estados Unidos. Su disciplina es la Ingeniería y, a través de esta, cree que puede generar proyectos que ayuden a mejorar la calidad de vida de poblaciones en Argentina que se encuentran en zonas marginadas y con necesidades específicas.
Guillermo Blasón SJ es un sacerdote jesuita argentino que actualmente se encuentra inserto en el programa Innovación Frugal para graduados, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Santa Clara, en Estados Unidos. Bromeando sobre el modo en que se unen su vocación de jesuita con sus estudios, explica: “Yo quería ayudar a la gente a llegar al Cielo, por eso estudié ingeniería aeronáutica.”
De hecho, la ingeniería fue su primera opción al momento de elegir una carrera: “Siempre me gustó la ingeniería en general, más que el campo de la ingeniería aeronáutica. Me gusta crear y desarrollar cosas nuevas. De niño vivía en el campo, ahí estuve en contacto con las cuestiones técnicas y mecánicas”.
Antes de recibir su título de ingeniero, en 1999, Guillermo había considerado la vida religiosa, pero dice que: “no tenía el coraje suficiente en aquel momento para tomar esa opción”. En el año 2000, y sabiendo que los jesuitas también están presentes en el ámbito científico, ingresa a la Compañía de Jesús: “Entrar a la Compañía y todo el proceso de formación (que duró unos 11 años) fue una especie de paréntesis en mi vida como ingeniero. Me ordené sacerdote en 2009, cursé el máster en Teología en la Universidad de Santa Clara, y en 2011 regresé a la Argentina, a la Universidad Católica de Córdoba, donde fui misionado a trabajar en el Área Pastoral y a enseñar a la Facultad de Ingeniería. Cuando me reencontré con la ingeniería, fue algo lindo, pero con sentimientos diferentes sobre cómo ser ingeniero ahora que soy sacerdote. Estaba entusiasmado con diseñar proyectos sociales con mis alumnos” dice.
Trabajando dentro del ámbito de Responsabilidad Social Universitaria (RSU), el P. Guillermo colaboró en promoción social con sus alumnos por medio de actividades, proyectos y talleres. Se involucró con experiencias de misión en la Patagonia, en las que los alumnos llevaban paneles solares a la gente que vive en las zonas desérticas. En el norte de Argentina, encontró pozos de agua contaminada con arsénico, para lo cual, los estudiantes desarrollaron un filtro, sencillo y económico. “Los estudiantes estaban entusiasmados con la idea de generar soluciones”.
El padre Blasón cuenta que, cuando regresaron al lugar, 4 o 5 meses después, encontraron a pocas familias usándolo. Los filtros cambiaron el sabor del agua, además de que los habitantes de la zona no relacionan el arsénico con enfermedades como el cáncer. “Trabajar en este tipo de proyectos me hizo pensar que esto podría ser lo mío. Hablé con mi superior sobre hacer estudios más especializados y encontré este curso en la Universidad de Santa Clara. Este último tiempo tomé tres cursos y mi mentor, el Profesor de Ingeniería Eléctrica, Alex Zecevic me puso en contacto con Ashley Kim (profesora asociada de bioingeniería). Fui invitado a unirme a su grupo de investigación que está trabajando en un sensor electroquímico portable de arsénico en el agua.”
Están expandiendo el alcance de este proyecto testeando no sólo fuentes de agua contaminada, sino también cabellos de las personas que viven en las zonas afectadas para estudiar las consecuencias de la exposición prolongada al arsénico. Esto podría ser muy importante para el proyecto en el norte de Argentina, a unos 700 km de la ciudad de Córdoba donde el proyecto se está llevando a cabo.
“Acá en Santa Clara estoy leyendo artículos, haciendo mi parte, estoy muy contento. Terminaré mis estudios en Junio y regresaré a enseñar en la Facultad de Ingeniería de Córdoba. Estoy entusiasmado por volver con ideas nuevas y comenzar más proyectos como este sobre el arsénico. En Córdoba teníamos varias comunidades que necesitaban de nuestra ayuda, pero no pudimos dársela. Ahora me siento confiado como para decir que vamos por el camino correcto”.
Fuente: Santa Clara University Web Site
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