Es que eres TAN jesuita…
MD / The Jesuit Post
No pocos de entre nosotros hemos escuchado más de una vez esta reacción de parte de nuestros familiares y amigos. ¡Claro que no podría ser de otra manera! A decir verdad, a veces nos pesa pero la mayoría de las veces –aunque no lo queramos-, nos llena de orgullo.
Sea como sea, existe una gran cantidad de características que podríamos denominar ‘jesuíticas’ y, ciertamente, no son patrimonio exclusivo de los miembros de la Compañía. Confesémoslo: en prodigar nuestro estilo, ¡sí que somos generosos! Lo compartimos con la gran familia ignaciana, religiosas y laicos que se nos asemejan en más de una particularidad.
Veamos algunas de ellas que nos podrían merecer el apelativo de “TAN jesuita”.
1. Cuando escuchas la palabra “VISITA” no se te viene a la mente un familiar sino… el PROVINCIAL.
2. Cuando en una conversación cotidiana empiezas a usar términos como ‘puntos, Provincia, discernimiento, Ejercicios, examen’… sin necesitar explicarlos.
3. Cuando vives un encuentro, en otra ciudad o país, y te sientes como en tu propio grupo, comunidad, apostolado… y, además, ¡entiendes todos los chistes!
4. Empiezas a comparar las casas de Ejercicios: cuál te gusta más, qué cuarto es tu preferido y te conoces hasta el menú.
5. Sabes que la clave de wifi incluye, SÍ o SÍ, un lugar ignaciano y una fecha de la vida de San Ignacio… ¡LO SABES!
6. No necesitas más explicaciones para simpatizar con alguien que está pasando “una Tercera Semana” y rezar por él/ella.
7. Cuando conoces una comunidad jesuita –y la has visitado muchas veces-, y te vuelves capaz de encontrar los vasos y las tazas en cualquier OTRA comunidad de la Provincia. –¡YA NO HAY VUELTA ATRÁS!-
8. Las siglas pasan a ser lenguaje corriente en tu vocabulario. ¿Ah, decís que no? Bueno, prueba hablar todo un día sin decir: ARU, RJI, ENRE, SJ, EJI, CVX, UCU, UCC,… ¡ahí te quiero ver!
9. Si eres capaz de reconocer que todos los jesuitas tienen dos cosas en común: que no pueden ser más distintos entre sí y que todos volverían a ser jesuitas si pudieran elegir de nuevo.
10. Cuando te das cuenta que todos –o la inmensa mayoría de- tus amigos comparten los mismos grupos, las mismas anécdotas y les pasan las mismas 9 anteriores… ¡Es que te has vuelto TAN jesuita… y lo celebran juntos!
Apuesto a que podrías seguir completando esta lista. ¿Te animas? ¡Ánimo!
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