Humanizar el Mundo de la Cárcel
Entrevista a César Pizarro, presidente de 81 Razones, una agrupación que reúne a los familiares de las víctimas del incendio de la cárcel de San Miguel (Chile). Pero la causa que moviliza a César no responde sólo a la muerte de su hermano en el siniestro, sino también a las condiciones de vida de todas las personas privadas de libertad.
¿Cuáles son las 81 razones que los movilizan?
Hoy día son más de 81 razones las que nos mueven. En el principio, cuando nació la agrupación pensamos que teníamos sólo 81 razones por las que luchar, pero con el tiempo nos dimos cuenta que nuestra causa no respondía solo a la muerte de nuestros hermanos y familiares, algo nos decía que también había que luchar por los hermanos que no fallecieron ese día, por sus familias, por las condiciones de vida de los presos. Nuestra labor es ir humanizando el mundo de la cárcel.
¿Qué piensas cuando escuchas comentarios que dicen “no importa que murieran porque eran delincuentes”?
Creo que también hay que entender la rabia de la gente, porque la delincuencia es algo que nos molesta todos, da mucha rabia que te quiten lo que ganaste con tu trabajo y más cuando te sacan la cresta. ¿Quién no está chato de los cogoteos en el micro? Por otro lado, también hay que reconocer que nuestra justicia tiene un precio. Vivimos en un país en el que si tengo plata puedo atropellar, robarle a la gente, coludirme y salir libre. Sólo basta con ir a la cárcel y ver que la mayoría de los presos son personas pobres, cuando están lejos de ser los únicos que comenten delitos en Chile.
¿Quiénes se preocupan por la vida de los presos cuando han roto todo contacto afectivo con el exterior?
Sí existe gente que se preocupa de los presos. Por ejemplo, una amiga que trabaja con nosotros vivió una experiencia muy difícil, a su esposo le llegó un balazo un día que fue a comprar a la ferretería mientras ella lo esperaba con su hijo en la casa. Su esposo murió ahí mismo. Uno podría preguntarse: ¿Por qué ayuda si le paso algo así? Bueno, si todos le copiáramos un poco a ella, nosotros, el gendarme, el policía, el chofer con el pasajero, los mismos presos… todos tendríamos una sociedad mucho más humana.
¿Y dentro de la cárcel?
Los mismos presos ayudan a otros presos, gendarmes comprometidos, abogados que son re jugados y muchas ONG’S como la nuestra. Pero ha sido difícil unirlos a todos, porque este es un mundo muy marginado, todos los días vemos en las noticias cogoteos, asaltos, asesinatos, ¿Quién va a querer ayudarlos? La gente que critica la cárcel y le importa un carajo este mundo, sólo se preocupan por esta realidad cuando tienen un familiar en la cárcel o ellos mismos van derechito para allá.
¿Funcionan los programas de reinserción?
En algunos casos sí funcionan. Por ejemplo, con el Capellán de Gendarmería, Luis Roblero, están funcionando los “Espacios Mandela” donde se imparten diferentes talleres y oficios que han resultado. Pero otro tema es qué hacer con los diplomas, porque las oportunidades laborales se cierran completamente cuando se tienen los papeles manchados. Por eso también estamos luchando porque se elimine el Decreto Ley N°409, para que una vez cumplida la condena la persona salga con los papeles limpios, pero con un seguimiento especial de ocho meses a un año, y así pueda rehacer su vida trabajando de nuevo.
Es muy difícil educar a los jóvenes cuando a la vuelta de la esquina se encuentran con la promesa de un narco que les dice: “Aquí están los vivos y los giles, dentro de los vivos están los empresarios coludidos, los dirigentes corruptos, los amiguismos y el pituteo. Ellos hacen lo mismo que nosotros, los vivos”. ¿Cómo educas a tu hijo cuando algunos se empeñan en hacerlos vender su libertad?
En mi caso, gracias a Dios tengo a mi señora al lado, entre los dos educamos a nuestro hijo para que sea por sobre todo, una buena persona. Tratamos de enseñarle que las cosas que tenemos las lograremos con esfuerzo para que no sea materialista. Así cuando el narco de la esquina tire su anzuelo, él le responda diciendo: “No, con trabajo y esfuerzo también se puede porque mis viejos lo lograron”.
Tú fuiste capaz de canalizar el enojo involucrándote por una causa que busca justicia para las personas privadas de libertad. ¿Después de la rabia qué vino en tu vida?
Si hubiera estado solo quién sabe cómo habría terminado, quizás tirado por ahí. Pero yo no estuve solo, porque ver los ojos de mi señora me ayudó, también tener a mi hijo al lado me ayudó… Cuando lo veía (a mi hijo) caché que yo quería dejarle una mejor sociedad, para que él nunca viviera algo así, por eso pasé de la rabia a involucrarme… por ellos.
Fuente: Hogar de Cristo Chile
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