La Incontenible Destrucción de los Bosques

La degradación y pérdida de bosques es una problemática ampliamente conocida y cuyos efectos se reproducen, afectando especialmente el estilo de vida de grandes poblaciones y poniendo en peligro su subsistencia.

Los bosques del mundo se degradan o se pierden al escalofriante ritmo de 3,3 millones de hectáreas al año.

En muchos países de Asia, su destrucción es rápida, pero aumentó 29 por ciento en la mayor selva del mundo, la Amazonia, respecto del año pasado. Además, las exploraciones y explotaciones de hidrocarburos y minerales amenazan a algunos de los ecosistemas más preciados de África.

La comunidad científica nos ha recordado en diversas oportunidades que alrededor de unas 1.300 millones de personas son “pueblos selváticos” y dependen casi totalmente de los bosques.

América Latina

“Las selvas más antiguas del mundo están en crisis, el pasmoso 80 por ciento ya se destruyó o degradó, y la mayoría de las que quedan están en peligro por la tala ilegal y destructiva”, señala el informe de la FAO.

Créanlo o no, esas estimaciones no son nuevas, tienen unos nueve años. De hecho, Greenpeace ya señaló el 30 de junio de 2008 que la tala ilegal tenía consecuencias devastadoras en las selvas del mundo.

La organización trabaja para cambiar comportamientos, proteger y conservar el ambiente, así como promover la paz.

Los efectos de la tala incluyen deforestación, pérdida de biodiversidad y aceleración del cambio climático, lo que crea “conflictos sociales con las poblaciones indígenas y locales y genera violencia, delincuencia y violaciones de derechos humanos”, explicó Greenpeace.

Según la organización, unas 1.600 millones de personas en el mundo dependen de los bosques para sobrevivir, además de 60 millones de indígenas.

Deforestación de la Amazonia ahora

Hace apenas seis meses, Grenpeace señaló que la deforestación de la Amazonia había aumentado 29 por ciento respecto del año pasado, según datos divulgados por el gobierno de Brasil el 31 de noviembre de 2016.

“Brasil pierde control sobre la destrucción de su selva por malas decisiones políticas y ahora podría tener problemas para cumplir con sus objetivos en el marco del acuerdo climático”, observó la organización el 1 de diciembre de 2016.

Datos del Programa de Monitoreo de la Deforestación para una Amazonia Legal indican que 7.989 kilómetros cuadrados de selva se destruyeron entre agosto de 2015 y julio de 2016, precisó.

“Este es el segundo año consecutivo en que aumenta la deforestación de la selva más grande del mundo, resultado directo de la falta de ambición del gobierno para hacer frente al problema de la pérdida forestal. Es la primera vez en 12 años que aumenta la deforestación en dos años consecutivos”, subrayó.

Cristiane Mazzetti, de la campaña por la Amazonia, de Greenpeace, alertó de que la aceleración de la deforestación puede relacionarse con señales del gobierno brasileño de que tolera su destrucción.

“En los últimos años, las políticas públicas de protección ambiental en Brasil se debilitaron”, observa. “Por ejemplo, se crearon muy pocas áreas protegidas y territorios indígenas, y el nuevo Código Forestal, aprobado en 2012, ofrece amnistía a los responsables de la deforestación ilegal”, detalla.

Según Greenpeace, la deforestación es responsable de alrededor de 40 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del gigante sudamericano.

Los bosques gestionados de forma sostenible tienen un enorme y desicivo papel en la lucha contra el hambre y el cambio climático, así como, en la mejora de los medios de vida. Crédito: Simon Maina/FAO.

“Al aumentar otra vez la pérdida forestal, el país podría tener dificultades para cumplir con sus compromisos en el marco del Acuerdo de París, suscrito y ratificado hace poco por Brasil. Se estima que la deforestación de 7.898 kilómetros cuadrados liberó a la atmósfera el equivalente a 586 millones de toneladas de carbono, el mismo volumen que emiten los automóviles en ese país en en ocho años”, añade.

La recolección ilegal de madera, la expansión de la agroindustria y la conversión de bosques en pasturas son algunas de las actividades responsables de la deforestación, insistió Mazzetti.

Los grandes proyectos de infraestructura, como las centrales hidroeléctricas estimulan, además, la apropiación de tierras y la especulación, lo que genera más deforestación, añadió.

Fuente CPAL Social 

 

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