Los nadies
Los nadies, es un poema escrito por el periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, que habla de aquellos cuyas vidas, culturas, modos, derechos no son reconocidos como tales por la sociedad actual. Son los olvidados, excluídos y últimos de nuestras sociedades; y sobre quienes Jesús siempre ha mostrado una gran predilección.
Autor: Víctor Codina
Transcribimos aquí un fragmento:
Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos
que la bala que los mata.
Este poema, típico de una época en algunos aspectos ya lejana, sigue siendo actual pues su contenido profundo sigue inspirando hoy movimientos sociales, movimientos de indignados, movimientos indígenas, movimientos feministas, de minorías sexuales, de ecologistas e impulsa a los participantes del Foro social mundial a proclamar que otro mundo es posible.
Más aún, los nadies actualizan la tradición bíblica del Éxodo, de los profetas de Israel que denunciaban la injusticia, de las bienaventuranzas de Jesús de Nazaret, de sus parábolas del buen samaritano, de Lázaro y el rico comilón, y del juicio final en el que Jesús se identifica con los pobres y los constituye jueces de la humanidad.
Y aunque esta tradición bíblica muchas veces fue olvidada y se exhortaba a los nadies a la resignación y se les consolaba con el cielo futuro… siempre se mantuvo en la Iglesia una línea profética que llamaba a los pobres “vicarios de Cristo” y que inspiró a numerosos movimientos religiosos, de mujeres y de hombres, que desde Francisco de Asís a Charles de Foucauld fueron sensibles a los pobres.
Los nadies están presentes en la opción de la Iglesia latinoamericana por los pobres y en las teologías liberadoras. Los nadies subyacen en la formulación de Juan XXIII que deseaba que la Iglesia fuese ante todo Iglesia de los pobres, en el sueño del Papa Francisco de una Iglesia pobre y de los pobres y en su revolución de la misericordia y la ternura.
Los nadies hoy son no sólo los oprimidos, sino los excluidos, los desechables, las masas sobrantes, son los emigrantes de Lampedusa, las víctimas del terrorismo yihadista, los niños muertos en Siria por armas químicas. Los nadies son aquellos de los que Bartolomé de las Casas decía que Dios siempre tiene memoria de ellos, son los que conmueven el corazón misericordioso del Padre, los que el Espíritu, llamado padre de los pobres, alienta en sus luchas por la vida y por un mundo mejor.
El anciano obispo poeta del Brasil, Pedro Casaldàliga afirma que solo hay dos absolutos, Dios y el hambre, es decir, parafraseado el poema de Eduardo Galeano, Dios y los nadies.
Fuente: TeologíaHoy
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