P. Adolfo Nicolás SJ: ‘Las Universidades de la Compañía deberían ser lugares donde pudieran los políticos ir y hablar’
El pasado 12 de septiembre, el P. General, Adolfo Nicolás, mantuvo una conversación con el P. John Dardis, presidente de la Conferencia de Provinciales de Europa, sobre el Apostolado Intelectual que compartimos por este medio.
Padre Dardis:
Gracias, P. General, por concedernos este rato. Pensando en nuestras facultades de filosofía y teología, en nuestras universidades, en nuestras revistas culturales, ¿qué cree usted que la Iglesia espera de nosotros en este sector?
Padre General:
Más que lo que los obispos, o la Iglesia en abstracto, esperan de nosotros, creo que deberíamos preguntarnos qué quiere Dios que hagamos en nuestras Universidades. Porque es este tipo de discernimiento el que puede, en su momento, ser una ayuda para la Iglesia. A veces los obispos piensan que ya que los jesuitas están presentes en el mundo universitario, y que en él hacen un cierto trabajo pastoral, pues bien está lo que se hace. Pero nosotros no estamos muy satisfechos con esto. Yo creo que la universidad es una institución social, como se afirma muy claramente en Latinoamérica. Y como institución social tiene una responsabilidad frente a la sociedad, y eso es lo que justifica que nosotros debamos estar presentes en ella. Nosotros queremos, por medio de la universidad, ayudar a la sociedad concreta en sus valores, en sus perspectivas, en su visión de lo que es bueno para el pueblo, etc., y consiguientemente si estamos en una universidad debemos preguntarnos constantemente si estamos cumpliendo esta misión social. Entonces, controlar cómo lo estamos haciendo, unas veces viendo la marcha de los alumnos, otras veces mirando los resultados de los que terminan los estudios, dónde y en qué trabajan… y si no estamos desarrollando una función social, deberíamos pensar en trabajar en alguna otra cosa.
Padre Dardis
Retomando el tema de la función social, nosotros estamos muy comprometidos en filosofía y teología; qué decir sobre política, economía, sociología, todo este conjunto; ¿tiene algo que decirnos a los provinciales y superiores mayores, sobre el tema?
Padre General:
También en el pasado, el ideal era siempre estar presentes donde se presentan los problemas de la sociedad. Y ciertamente los problemas de la humanidad hoy no son teológicos o filosóficos. Por tanto hemos de formar personas que puedan estar presentes, juiciosamente presentes, en las áreas en las que se trabaja, que son la política, la economía, la sociología, la antropología, etc. Por tanto, creo que nuestras instituciones tienen que hacer un esfuerzo para preparar jesuitas, o desarrollar una más intensa colaboración con laicos, de modo que tengamos al antropólogo adecuado en el sitio correcto, y así el sociólogo o el economista. No cualquiera porque es de renombre o algo así.
Padre Dardis:
Y que piensa sobre la influencia en políticos, creadores de opinión, periodistas. Repito, tenemos un buen conjunto de facultades de filosofía y teología, de universidades. ¿Cree que estamos suficientemente dotados, que tenemos suficiente inquietud para llegar a las personas que pueden influir en la sociedad?
Padre General:
Creo que en la Compañía hay un cierto miedo a la política. Estamos tan temerosos de vernos envueltos en la política, hasta tenemos miedo a los políticos; y los políticos son personas como usted o yo. Por qué no podemos invitarles a un diálogo, a repensar con ellos sus obligaciones, y así otras cosas. Creo que la universidad es la mejor plataforma para invitar a los políticos para profundizar en un diálogo, ya que los niveles políticos de exigencia tienden a bajar poco a poco en todo el mundo. Tenemos políticos que están muy preocupados por el apoyo político del pueblo, por las próximas elecciones, etc., pero hacen muy poco por el pueblo que se supone que ha de ser su principal trabajo. Un amigo mío me sugirió, y yo le puse en contacto con el P. Michael Garanzini [secretario para la educación superior de la Compañía] que deberíamos promover foros de encuentro, que las universidades de la Compañía deberían ser lugares donde pudieran los políticos ir y hablar. Tal vez, incluso, podría en unos años desarrollarse en algún tipo de instituto, todavía de modestas dimensiones, pero con una clara función social. Estos intentos podrían llegar a desarrollarse de acuerdo con lo que nuestra historia y las capacidades de nuestra gente pudieran llevar adelante.
Padre Dardis:
En los últimos dos o tres años, usted ha sido aficionado al «aprendizaje en red» (E-learning), y creo que ha seguido un par de cursos en esta modalidad. Claramente el ‘E-learning’ es algo, digamos, muy popular en la actualidad. Es también una manera de trabajo en red de universidades e institutos de investigación. Tiene algún comentario o sugerencia sobre todo este tema del aprendizaje en red.
Padre General:
En primer lugar, debo decir que mi interés por ‘E-learning’ ha sido un tanto marginal. Si seguí un par de cursos, no fue porque quisiera promover este tipo de aprendizaje, sino por un puro interés personal. Uno de los cursos fue sobre la justicia, y el otro, sobre globalización. Lo que yo aprendí, – y aprendí mucho sobre esos dos temas concretos -, pero aprendí más acerca de la pedagogía, sobre la manera cómo los profesores manejaban la audiencia. El primer curso, el que trataba de la justicia, o más bien tenía ese título, era en realidad de filosofía de la política – filosofía política. Pero [el profesor] se las arregló para tener una enorme audiencia. Tuvo más de mil estudiantes y ha desarrollado el curso a lo largo de 30 años. Además se las arregló para que los estudiantes se relacionaran entre sí. Esto es lo que representó para mí un notable aprendizaje. Estamos acostumbrados a clases magistrales, pero, en este caso, había una reflexión en marcha entre los alumnos comunicada por medios informáticos. Aprendí mucho sobre esto y pienso que podríamos hacer algo así. ¿Por qué no desarrollar cursos en los que pudiéramos tener a los mejores del mundo, filósofos, o teólogos, o lo que fuera, y ofrecer un curso en un CD?
El acuerdo entre Harvard y el MIT [Massachusetts Institute of Technology] en Boston, fue precisamente, según uno de los presidentes, un esfuerzo para educar a quienquiera que tenga un ordenador. No se trata por tanto de ganar prestigio o más dinero, sino de extender lo que hemos recibido a más y más gente. Yo creo que esto podría dar acceso al aprendizaje a mucha gente, lo que justificaría bien el esfuerzo.
Fuente: sjweb.info/news
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