Papa Francisco: el Señor nos llama por nuestro nombre

Ayer, en el cuarto domingo después de Pascua, domingo del “Buen Pastor”, la Iglesia celebró la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones, es por ello que después de la oración del Regina Coeli, el papa Francisco invitó a todos “a invocar al Señor, pidiendo buenos trabajadores para su reino, con el corazón y las manos disponibles a su amor”.

Francisco explicó que “el Evangelio de hoy nos dice que el Buen Pastor llama a las ovejas por su nombre, el Señor nos llama por nuestro nombre, nos llama porque nos ama, pero hay otras voces que no debemos seguir. Comentando el pasaje del evangelio según San Juan, el pontífice da las claves para saber diferenciar estas dos voces.

Por un lado, está la voz de Dios, “que amablemente habla a la conciencia”, y por otro está la voz tentadora “que induce al mal”. La pregunta que nos lanza hoy es: ¿Cómo podemos reconocer la voz del buen Pastor de la del ladrón? El Papa discierne entre estas dos voces: “La voz de Dios jamás nos obliga, Dios se propone, no se impone. En cambio, la voz maligna seduce, agrede, obliga, suscita ilusiones deslumbrantes, emociones alentadoras, pero pasajeras. Al inicio suaviza, nos hace creer que somos omnipotentes, pero luego nos deja vacíos por dentro y nos acusa: “Tú no vales nada”. La voz de Dios, en cambio, nos corrige, con tanta paciencia, pero siempre nos anima, nos consuela: siempre alimenta la esperanza”.

Otra diferencia que plantea el Papa es precisamente sobre el modo de afrontar la vida. “La voz del enemigo desvía del presente y quiere que nos concentremos en los temores del futuro o en las tristezas del pasado” dice el Papa, de hecho, “hace aflorar la amargura, los recuerdos de los males sufridos, de los que nos hicieron mal”. En cambio, la voz de Dios “habla al presente”: “Ahora puedes hacer el bien, ahora puedes ejercer la creatividad del amor, ahora puedes renunciar a los arrepentimientos y remordimientos que tienen prisionero tu corazón”.

Las dos voces suscitan en nosotros preguntas diversas. La que viene de Dios será: “¿Qué cosa me hace bien?”. En cambio, el tentador insistirá sobre otra pregunta: “¿Qué cosa me gustaría hacer?”. “Qué cosa me gustaría: la voz malvada siempre gira en torno al yo, a sus impulsos, a sus necesidades, al todo y enseguida” dice Francisco, mientras que la voz de Dios, “nos invita a ir más allá de nuestro yo para encontrar el verdadero bien, la paz”. Y aquí el Papa hace hincapié en una cosa que es clave para identificar la voz del maligno: “el mal no dona jamás paz, causa ímpetu primero y deja amargura después”.

Por último, el Santo Padre nos pide que siempre nos preguntemos de dónde vienen las voces que llegan a nuestro corazón y que pidamos la gracia de reconocer y seguir la voz del buen Pastor.

 

Fuente: aica.org

 

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