Papa León XIV inicia su pontificado con un llamado a la unidad y la misión evangelizadora

Este 18 de mayo, en la Plaza de San Pedro el Papa León XIV —Robert Prevost— inició oficialmente su Pontificado con una eucaristía donde trazó las primeras líneas pastorales que marcarán su ministerio. Frente a miles de fieles y autoridades eclesiásticas y civiles, el Sucesor de Pedro pronunció su primera homilía centrada en el amor de Dios como fundamente de la Iglesia y en la urgencia de la unidad entre los pueblos.

El obispo de Roma asumió la dirección de la Iglesia católica, tras la muerte del Papa Francisco, de quien habló con gratitud y resaltó su último gesto pascual: una bendición Urbi et orbi en medio de sus dolencias. “El Señor nunca abandona a su pueblo”, indicó, asegurando que la elección en el cónclave fue una acción guiada por el Espíritu Santo, frente a la diversidad y comunión de los cardenales presentes.

Una Iglesia misionera que abraza al mundo

Con calidez y cercanía, León XIV se presentó como “un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría”, reconfirmando que el amor y la unidad son las claves del encargo confiado a Pedro. En su homilía, destacó que la Iglesia no debe buscar poder, control o protagonismo, sino entregar la vida como Jesús: “La verdadera autoridad es la caridad de Cristo”.

Instó a ser una Iglesia “misionera”, capaz de salir, anunciar la Palabra, dejarse interpelar por la historia y abrazar el mundo con los brazos abiertos. Llamó la atención para dejar atrás toda actitud de encierro y prepotencia y vivir un espíritu misionero donde todos estén incluidos: cristianos de otras denominaciones, personas de otras religiones, y todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Unidad para un mundo herido por el odio y la exclusión

El ahora líder de la Iglesia católica evidenció las heridas de un mundo que está siendo actualmente marcado por la violencia, los prejuicios, el individualismo y un modelo económico excluyente. Frente a esta dolorosa realidad, expuso que el desafío para la Iglesia es ser levadura de comunión y fraternidad en medio de tanta discordia. “Queremos ser una pequeña levadura de unidad”, afirmó.

Iluminado por el pensamiento de san Agustín y por su predecesor León XIII, recordó que sólo el amor puede transformar la sociedad civil. “Esta es la hora del amor”, dijo con voz fuerte. Su reflexión la concluyó pidiendo caminar juntos “como un solo pueblo”, alentando a todos a amar más, a construir la paz, y a dejarse guiar por el Espíritu Santo hacia una Iglesia que sea signo visible de unidad para la humanidad.

Leer la homilía completa: t.ly/TXOlb

@adncelam | t.ly/1tpb9

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