Para Reflexionar en Verano: el Descanso
El mes de enero tiene un ritmo marcadamente diferente al del resto del año. Por eso compartimos algunos textos sobre los temas más populares de este tiempo…
El descanso es uno de esos temas que sufre las consecuencias de nuestro frenético ritmo cotidiano durante el curso, tan poco dado a despegarse de la actividad. Al descanso malamente le concedemos calidad, porque no le asignamos un significado mayor que el de reponer simplemente fuerzas agostadas.
Pero descansar es más que regular equilibrios físicos y psíquicos perdidos. Tiene mucho que ver con el Espíritu y su manera de narrar historia de salvación. A san Ignacio le parecía que el Espíritu permite acoger con quietud y pacificación la realidad que Dios pone en nuestras manos (cf. Ej. 316).
Dicho de otro modo: el Espíritu nos introduce en pasividad: esa pasividad, clave para entender el misterio de la vida, que deja que las cosas queden liberadas de la trampa de nuestra activismo para que simplemente sean lo que son…
El descanso nos creaturiza: apela a la creatura que somos y que es todo, y provoca así que nos reencontremos con nuestra identidad. No pretende mucho más: le basta con que nos dejemos envolver por el silencio, contemplemos naturaleza, presenciemos la vida ordinaria de nuestra familia y nuestros amigos, escuchemos a los otros, estemos con quienes necesitan sólo de nuestro estar y nos impliquemos en tareas básicas y sencillas.
El descanso nos sumerge en espacios y tiempos esenciales. Así que ojalá, vengamos del verano verdaderamente descansados
Fuente: Info SJ
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