Para Reflexionar en Verano: Lo que se va y lo que viene
El mes de enero tiene un ritmo marcadamente diferente al del resto del año. Por eso compartimos algunos textos sobre los temas más populares de este tiempo…
Los estudiantes acaban sus últimos exámenes, ya las competiciones deportivas van proclamando los campeones, muchas empresas cierran la temporada, los profesores van poniendo notas… Todo huele a fin de etapa. Y claro, uno llega a diciembre como puede. Normalmente agotado tras un intenso curso, con las fuerzas justas para cerrar proyectos, y eso sí, con el horizonte de un verano que, aunque no sea todo vacaciones, traerá cambio de actividad, horizontes novedosos, y quién sabe si nuevas etapas vitales.
Si miramos atrás al principio de curso, seguramente habrá muchos motivos para estar agradecidos. Probablemente hay gente nueva que ya es importante en nuestras vidas. O tal vez hemos logrado por fin esa meta que llevábamos tiempo persiguiendo: acabar la carrera, sacarnos el dichoso título de inglés, lograr un trabajo… Qué importante es agradecer todo esto, porque agradeciendo nos hacemos conscientes de que ha habido otros, y Otro, que nos han apoyado, sostenido y alentado.
Inevitablemente habrá también otras cosas en el curso que nos dejan un sabor más amargo. Porque seguro que nos hemos equivocado, que hemos podido hacer daño a quienes queremos, o seguimos sin cerrar esos proyectos que llevan tanto tiempo coleando. Y aunque no es fácil, podemos intentar mirar esos fracasos con esperanza, tratando de descubrir de que manera nos han ayudado a crecer, aunque haya dolido, creyendo que tenemos que seguir caminando, aunque nos falten las fuerzas, con la confianza de que caminamos en compañía.
Pues a agradecer lo pasado, disfrutar de lo recibido, aprender de lo que nos queda pendiente y a seguir creciendo con la mirada puesta en el futuro que se nos promete como horizonte.
Fuente: Pastoral SJ
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