Luis de Maussion SJ parte a la casa del Padre – Por Jorge Berli SJ
El mediodía del jueves 22 de abril, falleció el P. Luis de Maussion SJ en Misiones, donde acompañaba a la comunidad de la parroquia Santos Mártires. El estudiante jesuita Jorge Berli SJ, escribe unas palabras de despedida que compartimos a continuación:
Luis era un jesuita de un gran corazón, un espíritu joven, de mirada limpia, de alma generosa y de sonrisa pícara. Un hombre bueno, sabio y profundo.
Yo lo quería mucho, es uno de esos jesuitas que tienen su peso en el corazón. Era un compañero que ha recorrido con profundidad y por mucho más tiempo el camino de nuestra vocación y al que admiro porque ha dejado a su paso, un camino de vida sembrada.
Cuando estuvo en Santa Fe, casó a mis papás. Mi mamá nos escribió esto a los cuatro hermanos:
“(…) Luis celebró nuestro casamiento el 29 de diciembre de 1989, recuerdo como me miró con amor, cuando entré a la iglesia del brazo del abuelo para encontrarme con papá… entonces, Luis expresaba alegría y paz. (…).»
Luis era de Córdoba, hizo sus estudios secundarios en el Colegio Montserrat. Fue de los pocos jesuitas que ingresaron a la Compañía de Jesús en los años siguientes al Concilio Vaticano II. Fue recibido en el Noviciado, con 20 años, en 1965.
Estuvo en el Colegio Inmaculada (S. Fe) como maestrillo (1971-1973), como director espiritual y más tarde, como Rector (1977-1984). Fue también, Rector del Colegio del Salvador (Bs As), cuya edificación se reestructuró durante su dirección (1985-1998); Rector del Colegio Sagrada Familia (Cba) desde 2006 hasta 2012 y Párroco de Santos Mártires e Itatí (Misiones) desde 2013 hasta la actualidad. Había sido destinado como superior de la comunidad de Santa Fe pero después de haber luchado 14 días por su salud, falleció el día de hoy -22 de abril, memoria de la Virgen María, Madre de la Compañía de Jesús.
En la misa de exequias, José Luis Ferroni SJ, dedicó estas palabras en su memoria:
«Despedir al Padre Luis es más que despedir un amigo: es un Padre, hermano, compañero, compañero de Jesús, compañero nuestro (…) ¡Cuántas cosas significa el P. Luis para nosotros! Es una parte del corazón que se nos arranca, es como un árbol quitado de este mundo para ser plantado en otro.
¡Y qué decir de su memoria! (…) Así el padre Luis también será honrado por Dios junto a Jesús. Y esto pedimos, Que Dios lo tenga en su Gloria.
En el día de María Madre de la Compañía, ha sido ella quien lo ha buscado y quien está a las puertas del cielo recibiéndolo. (…) Ella será quien lo hará conocer esta nueva, patria, esta nueva tierra.
Si pudiera definir [al Padre Luis] en dos palabras diría que es un hombre bueno y fiel. Sonriente, pacífico, tranquilo. Todo lo hacía con tranquilidad. Un hombre de Dios fiel a los jesuitas, a la Compañía y a Dios.
Hoy lo despedimos tristes pero consolados por la fe. Tristes por la partida, pero consolados por la fe, la esperanza y el amor. Jesús ya lo dice: es necesario que el grano de trigo caiga y muera porque ese grano es el mismo Jesús que, desde la cruz cae muerto, es sepultado en el seno de la tierra y al tercer día brota fecundamente. Se hace tallo, espiga y nuevos granos de trigo.
Por eso Jesús ya no está caminando entre nosotros como en Palestina, sino que está presente como grano de trigo en cada eucaristía, en cada sacramento, en el corazón de los orantes, de los creyentes, está entre nosotros como el Emmanuel.”
Las comunidades de Misiones lo despidieron con todo el cariño y alegría. En Santa Fe hicieron lo propio con el mismo afecto con el que se lo estaba esperando. Estos son signos de resurrección de un hombre que pasó haciendo el bien: ser despedido y esperado con amor. Estoy seguro que así como fue en la tierra, será también en el cielo.
Gracias, Luis, por tu cariño y cercanía. ¡Nos volveremos a ver!
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