Rafael Velasco SJ: «Dios se hace uno de nosotros. Se hace prójimo y pobre.»
Mensaje del P. Rafael Velasco SJ, Provincial de los jesuitas en Argentina y Uruguay, con ocasión de la celebración de Navidad.
Queridos Compañeros:
La Noche Santa de la Navidad nos pone ante un misterio grande y fundamental: Dios se hace uno de nosotros. Se hace prójimo y pobre. Su nacimiento en el Pesebre deja a las claras que el lugar para Dios en este mundo es recluido a los márgenes, a “las periferias”, como dice Francisco. Por eso para encontrarlo –como jesuitas- también queremos acudir a las periferias existenciales: a donde naufragan los sueños de una vida digna para muchas familias; a los migrantes que han tenido que abandonar su tierra y sus hogares; a los que han quedado marginados por la esclavitud de la droga. Esta última es una periferia de mucho dolor, de mucha necesidad y también, no pocas veces, de mucha violencia. Una periferia difícil de asir; por eso queremos estar ahí, intentando ayudar, “anunciando la Buena Noticia a los pobres.”
Este tiempo navideño nos pone también ante el desafío de acercarnos a Jesús en las pobrezas espirituales y anímicas, en las personas de cualquier estrato social que sufren la angustia y la soledad, la falta de cariño o de fe. Todas nuestras comunidades y obras apostólicas, en particular nuestros centros educativos, están llamadas a ser pesebres donde se aprenda la sabiduría de la Cruz que habita ya en el Nacimiento (Cfr. EE 116).
Y nos preparamos también a recibirlo al Señor en nuestras propias pobrezas, las pobrezas personales en las que Jesús puede y quiere nacer. Nuestras propias pobrezas son –lo sabemos aquellas sombras, fragilidades o aspectos de nuestra personalidad que no nos gustan, que nos humillan, o que nos hacen sentir “no perfectos”. Son –paradójicamente- lugar de salvación. Es ahí, más que en nuestras virtudes y perfecciones, en las que Dios puede hacerse carne y anunciarnos su salvación.
Estas periferias en las que Jesús pobre se hace presente, nos convocan. Asistimos a ellas con fe y ternura como los pastores de la Nochebuena.
Que Dios nos bendiga y nos ayude a celebrar una Santa Navidad.
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