Rigobert Minani, jesuita Africano, Sobre la Ecología Integral
En el África los jesuitas han comenzado a crear una red que se aboque al cuidado de la casa común inspirados en la encíclica Laudato Si’ y guiados por la experiencia de la Compañía en Latinonoamérica.
Para Rigobert Minani, sacerdote Jesuita del Congo, la Red Eclesial de la Cuenca del Congo, se creó en África inspirados y acompañados por la experiencia de la REPAM. Esta red, indica, “es un servicio especial de la Iglesia en la evangelización y que ayuda a los pueblos de la Cuenca del Congo a defender la naturaleza, los bosques, animales, el agua y el conjunto del medio ambiente”.
Durante su exposición en el Encuentro de Ecología Integral, enfatizó que la Encíclica Laudato Si ha marcado la vida de muchas comunidades y personas en el África: “Con algunos de mis amigos, dice emocionado, estuvimos con mucha expectativa ante el anuncio de la publicación de la Encíclica “Laudato Sí”. Por suerte a nosotros nos llegó dos días antes de su presentación al público. La leímos con apasionamiento y nos llenó de mucha esperanza. Su publicación fue muy importante en nuestras vidas”.
“El Papa Francisco afirma en su encíclica, que al igual que la Amazonía la Cuenca del Río Congo es una de las áreas muy importantes para el presente y el futuro de la humanidad. Esta mención explícita hecha por el Papa, nos animó mucho a los africanos a organizarnos en la protección de nuestra naturaleza”.
La lucha por el cambio climático es un proyecto universal. No basta que solo defendamos la naturaleza en pocos lugares. Todos los biomas, bosques de todos los continentes del mundo deben ser protegidos.
Hay un 70% de pérdida del agua en el África a costa de la deforestación que aumenta aceleradamente la desertificación en nuestros países. Todo esto incrementa la pobreza y el hambre en los países africanos. Por ello el mundo debe apoyar la defensa y el cuidado tanto de la Amazonía como de la Cuenca del Río Congo en el África.
El jesuita Rigobert Minani, concluyó su intervención haciendo un llamado: “Las amenazas que tienen estos biomas, son la tala de los bosques, la minería, las petroleras, la ganadería expansiva y la agricultura de monocultivos. Los pueblos originarios y todos quienes habitan en estas regiones están resistiendo, pero requieren que todas las iglesias y las instituciones interesadas en los derechos humanos y los derechos de la naturaleza se comprometan con más fuerza en la defensa de la Casa Común”.
Fuente: Jesuitas Latinoamérica
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