#Sínodo | Card. Ángel Rossi SJ: vivimos un ambiente de fraternidad, familiaridad y cercanía
En los días previos a la jornada de cierre del Sínodo de la Sinodalidad, el Card. Ángel Sixto Rossi SJ envió un mensaje en el que resume la vivencia y el sentir de las últimas semanas de trabajo. Llegó a Roma el pasado mes de septiembre con motivo de la ceremonia para la Creación de nuevos cardenales y para la participación en la Asamblea sinodal. «Al margen de los temas que hemos conversado, que por supuesto no es poco, ha sido un mes intenso, pero me parece que lo que indica que es de Dios es el ambiente, un ambiente de fraternidad, un ambiente de familiaridad, de cercanía, donde tantos rostros tan distintos de golpe pueden unirse en una conversación o en un simple saludo», comenta.
Una de las características principales de la XVI Asamblea sinodal fue la apertura de la convocatoria y la diversidad de sus participantes, así lo describe Mons. Ángel Rossi: «Quizás hablamos lenguas y culturas tan distantes, lo cual hace de esto una riqueza muy grande, porque uno aquí escucha de los que viven en zonas tranquilas y prósperas a hombres y mujeres que vienen de la guerra, vienen del hambre, vienen de la pérdida de familiares en la migraciones o en tantas otras situaciones.»
En medio de las jornadas de trabajo, reflexión y debate, estuvieron presentes los grandes problemas que acontecen en el mundo: «como argentinos vivimos la incertidumbre de nuestro futuro, el dolor inmenso de las guerras, este escenario tan miserable que tenemos a diario y que está presente en estos días, no nos desentendimos, al contrario, se reza, se reflexiona pensando en esta realidad.», señala.
Al finalizar su mensaje, menciona uno de los prinipales desafíos que deja este Sínodo, así lo explica: «Si Sínodo es caminar juntos, de alguna manera esto es lo que estamos viviendo y creo que ahora el gran desafio es ver como tratar de que esto no quede en los papeles, que no sea algo abstracto, sino que se haga sinodalidad, se haga gesto allí donde nos toca a cada uno, en nuestras diócesis, nuestras parroquias, nuesrtas familias. En fin, que realmente el caminar juntos con todo lo que implica podamos vivirlo en lo cotidiano.»
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