Crisis de Solidaridad: Solidaridad ante la Crisis.

Reflexiones y propuestas desde la Compañía de Jesús en España para fortalecer la solidaridad ante la crisis.

Los distintos sectores a través de los cuales desarrolla su actividad la Compañía de Jesús en España comprenden instituciones y personas, jesuitas y no jesuitas, que quieren realizar la misión de servicio de la fe y promoción de la justicia en diálogo con las culturas y las tradiciones religiosas. Concretamente:

El sector social busca la cercanía y el contacto con los marginados, la acción solidaria en favor de la justicia, la reflexión para comprender y transformar las estructuras de la sociedad.

El sector universitario se ocupa de la formación integral y profesional de los jóvenes según la tradición ignaciana, pero también de la investigación al servicio de una sociedad más justa y humana, así como de su difusión y aplicación.

— El sector educativo no universitario se ocupa también de la formación integral en las etapas iniciales de la vida humana, dentro de la tradición ignaciana.

El sector pastoral agrupa un conjunto de actividades diversas orientadas a la evangelización directa, al acompañamiento en el crecimiento humano y cristiano de personas y comunidades, al diálogo de la fe con la cultura de nuestro tiempo.

Las comunidades de jesuitas, junto con las comunidades laicales de espiritualidad ignaciana, compartimos nuestra vida y queremos ser imagen de la presencia de Dios en nuestro mundo.

Estas distintas formas de presencia permiten un contacto directo y pluriforme con la realidad de nuestro mundo, que no nos deja indiferentes: nos afecta y nos cuestiona, al tiempo que nos hace conscientes de nuestra responsabilidad como miembros de la sociedad. Desde esta experiencia tan variada nos sentimos animados a compartir nuestras reflexiones, nuestras inquietudes e interrogantes, nuestras propuestas. Creemos que tienen cabida en una sociedad plural como la española, en la medida en que no pretendemos imponerlas a nadie, sino sólo ofrecerlas para alimentar el debate público. Lo hacemos además desde los valores del Evangelio y desde una sensibilidad cristiana que creemos puede ser comprendida por todos y todas, aunque no siempre sea totalmente compartida.

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Primer taller del Plan de Formación Común de CPAL en Cuba

Del jueves 29 de octubre al domingo 1 de noviembre, hemos celebrado, con alegría, el primer taller ‘Cardoner I’, correspondiente a la Identidad Ignaciana, del Plan de Formación para la colaboración en la Misión, propuesto por la CPAL. Durante estos tres días, 14 colaboradores de nuestras diferentes obras en Cuba, (2 Santiago, 3 Camagüey, 3 Cienfuegos, 6 Habana), tomaron conciencia del paso de Dios en sus vidas y reconstruyeron su propia autobiografía espiritual, a partir de la autobiografía de Ignacio.

Toda la actividad se desenvolvió en un clima de mucha amistad, cariño y respeto mutuo por las historias personales compartidas. Algunos de los participantes opinaron que: “Este curso taller ha sido maravilloso, una experiencia renovadora. Solo necesitaría que hubiese tenido más tiempo para trabajar algunos puntos. Gracias por la posibilidad”.

Agradecemos con mucho cariño la colaboración de la Provincia de Ecuador, en la persona de Iván Escobar, quien nos facilitó los materiales impresos para la realización de este primer taller. Igual agradecemos el apoyo del P. Provincial de Antillas Javier Vidal, sj y del superior de la sección Cuba, P. Juan Miguel Arregui, sj, de la CPAL en la persona del P. Jorge Cela, sj.

Sirvieron de animadores Maite Pérez, Directora del Centro Loyola Santiago de Cuba y el P. Francisco Escolástico, sj, director Centro Loyola Habana-Reina, ambos participaron del seminario-taller de capacitación para responsables, coordinadores y tutores locales (Plan de Formación para la Colaboración en la Misión), celebrado en Lima del 27 de junio al 3 de julio del 2015.

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Los provinciales se reúnen en la XXXI Asamblea de la CPAL

Una vez terminado el encuentro de Electores de la Congregación General 36 de nuestra Conferencia de América Latina del 2 al 5 de noviembre, luego de una hermosa visita al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el compartir fraterno con nuestros hermanos de Santiago en la comunidad de San Ignacio y la visita a la tumba de San Alberto Hurtado, hemos tenido la XXXI Asamblea de la CPAL, desarrollada en la Casa de Ejercicios Padre Hurtado (Santiago de Chile), del 7 al 9 de noviembre del presente año, conformada por el Presidente de la CPAL, los doce provinciales, los dos Asistentes Regionales, tres miembros del Equipo de la CPAL y el Superior de la Plataforma Apostólica de la Amazonía.

De acuerdo a nuestro cronograma de trabajo, se dio inicio a la Asamblea con el informe del Presidente de la CPAL y de los diversos sectores interprovinciales: Formación, Educación, Juventud y Vocaciones, Social, Comunicación, Parroquias y Espiritualidad, y Colaboración. Estos informes nos permitieron constatar el avance significativo de CPAL.

Compartimos los esfuerzos que en cada una de nuestras provincias se está haciendo para llevar adelante la evaluación de las obras solicitada por el P. General y nos comprometimos a avanzar en esa dirección. También conversamos sobre las políticas establecidas en cada Provincia para profundizar los medios de prevención de abusos contra personas vulnerables en nuestras obras y actividades siguiendo en ello los deseos expresados por el Papa Francisco.

Uno de los temas centrales de la Asamblea fue la “Evaluación de medio término” de las seis prioridades del Proyecto Apostólico Común (PAC). El balance global fue positivo, se ha logrado consolidar las actividades interprovinciales y se ha fortificado el trabajo en redes; permanece sin embargo la dificultad de una aplicación uniforme de todas las prioridades, constatamos que las prioridades uno y seis han tenido un fuerte desarrollo, no 2 así la prioridad tres. Otro momento importante fue la revisión del Plan Operativo Anual (POA) 2016 de la CPAL, elaborado por los diversos sectores con sus respectivas prioridades, objetivos, líneas de acción, resultados, indicadores de impacto, metas y responsables.

Se abordaron también otros temas de nuestras Provincias, Conferencia y Compañía Universal, como también de nuestra próxima reunión a desarrollarse los días 3 al 7 de mayo de 2016 en El Salvador, donde tendremos unos días de trabajo conjunto con la Conferencia de Canadá y Estados Unidos.

Nuestro sincero agradecimiento al P. Provincial de Chile y a su Equipo de la Curia Chilena, al personal de la Casa de Ejercicios Padre Hurtado, a los escolares del CIF, a los jesuitas de la Residencia San Ignacio y a toda la Provincia chilena por la excelente atención y fraternidad manifestada en todo momento.

Se abre un tiempo importante donde la oración de todos por los frutos de nuestra Congregación General 36 es fundamental. A todos pues encomendamos esta misión, en particular a nuestros compañeros de nuestras enfermerías, para que el buen Dios nos regale su Espíritu con el cual podamos iluminar el camino que debemos seguir en servicio de Cristo y su Iglesia.

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Testimonio de un misionero argentino en Japón

Renzo de Luca es un jesuita que, a sus 21 años (hace 30), fue enviado como misionero al Japón: “estando yo en el Noviciado el P. Pittau vino a Argentina para pedir vocaciones como Provincial de Japón y varios de nosotros nos ofrecimos. Varios años después -1981- la Provincia Argentina asumió el compromiso de enviar misioneros y nosotros renovamos nuestro ofrecimiento.” En un encuentro que tuvo el pasado 29 de Octubre con algunos jóvenes de Centro Manresa, Córdoba, Argentina, contó cómo fue esa experiencia de inculturación en un país tan lejano y diferente del nuestro; y cómo hoy se vive en Japón la misión, el ser religioso, y la lucha por la fe y la justicia.

¿Quién me manda?

Además de haberse ofrecido para viajar junto con otros cuatro compañeros al lejano país oriental, la misión de éstos jóvenes jesuitas al Japón tuvo un impulso particular: “el (actual) Papa Francisco alentaba nuestra misión al decirnos que él también quiso ser misionero en Japón. Nos dijo que nuestra generación iba a poder concretar lo que su generación no había podido. Con el tiempo, pude experimentar muy de cerca lo que significa para la Iglesia y la Compañía de Jesús” cuenta de Luca

La idea de un viaje en misión al Lejano Oriente puede traer para todos aquellos avezados en la lectura de los primeros misioneros la imagen de una persona que con gran ímpetu anuncia a diestra y siniestra el Evangelio. Sin embargo, al contar sobre su desembarco en Japón, de Luca da cuenta de una misión que le ha requerido mucha paciencia, y perseverancia.

Los primeros dos años están dedicados a aprender sobre la lengua y la cultura. Esta tarea le trajo momentos de alegría, pero también de frustración. Según cuenta el misionero argentino, aprender a comunicarse y conducirse en japonés es sumamente complicado: “pasado el año todavía uno sigue sintiéndose un principiante. Es una gran prueba, pero la confianza está puesta en la Compañía y en el Señor que nos envía y Su gracia que nos sostiene.”

Luego de estos dos años de “adaptación” vino el tiempo de los estudios en teología y filosofía: «estudié filosofía y teología allí como una opción de la provincia japonesa de que los misioneros nos formáramos en el Japón, un discernimiento hecho en clave apostólica: por el bien de la misión se optó por esta modalidad”. Esto se debe a que, todo lo aprendido en su formación debía ser luego transmitido en japonés. Además, cuenta que el haber estudiado en esa lengua, le aportó un plus: “eso nos dio un acceso de primera mano a los intereses, modo de vida y de pensar de los japoneses”, explica. Una vez instalado “uno comienza a preguntarse qué es lo que puede aportar y por eso yo me he dedicado a la traducción de documentos originales en latín o portugués”.

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 Al servicio de la Fe y la Justicia.

Entre sus inquietudes sobre la misión en Japón, lo jóvenes preguntaron si tenían allí algunos apostolados o trabajos con los sectores socioeconómicos más bajos, que se encuentran fuera de los centros educativos a su cargo.

“Nosotros tenemos dos centros sociales que trabajan con gente marginada: trabajadores temporales, que son migrantes ilegales, y no entran en el sistema asistencial de Japón. Uno de los servicios que prestamos es la asistencia a los juicios locales a aquellos que no tienen papeles, capaz que están hace 2 o 3 meses y son procesados, de manera sumaria, en cortes locales. Pero claro, todo el proceso se lleva adelante en japonés y es muy difícil para ellos comprender lo que se lee, lo que les hacen firmar y demás. Hace algunos años comenzamos, también, con una escuela para hijos de trabajadores temporales, que no acceden a las escuelas. Para quienes van por 6 meses o 1 año esto no es posible ya que el sistema educativo es para ciudadanos o para residentes temporales. Se viven situaciones de exclusión que no están en los registros que se expresan en marginalización, pero con características diferentes a las que conocemos en nuestro país” explica el misionero argentino.

El trabajo Pastoral

En una sociedad tan diferente, sin duda el ser sacerdote toma características propias. En este momento, los jesuitas en Japón cuentan con dos principales puntos desde los que imprimir una gota de su carisma en la sociedad nipona: los Ejercicios Espirituales y las Parroquias.

“Los Ejercicios Espirituales tienen ‘gancho’” nos cuenta. “Curiosamente lo aprovechan y lo ven como un oasis. Los japonenes tienen muy pocos días de vacaciones y la posibilidad de vivir un día de silencio y en paz, les atrae incluso a grupos no católicos o no cristianos que se interesan aún con la dificultad que implica adaptarlos. Valoran mucho la posibilidad de tomarse el tiempo para, como dicen ellos, pensar y ‘rever lo que estoy haciendo’: es una especie de lujo que se permiten.

En cuando a las parroquias, tenemos varias. La iglesia de San Ignacio, en Tokio, es más grande aún que la catedral . En ella se agrupan gran cantidad de extranjeros (filipinos, peruanos, mejicanos…) y trabajadores temporales. Tienen una práctica sacramental activa, más activa que la de Argentina incluso, siendo una minoría. Al ver que se hace algún bien, enseguida se disponen a colaborar y lo hacen con gusto”.

Sin embargo, aclara De Luca que, debido a la falta y envejecimiento de jesuitas, han tenido que dejar de colaborar con la diócesis en varias parroquias de las que antes se hacían cargo.

En general se trata de un trabajo misionero austero, y muy diferente del que tenemos por estas latitudes. Así lo describe Renzo: “es austero porque no se ven los resultados inmediatos. Muchas veces no sabes qué está pasando por dentro de quienes asisten a nuestros colegios pero también se viven otras cosas que en Argentina no podría verse con facilidad: la gente valora que uno aprecie su tierra, su idioma; que dedique su tiempo a los demás; que trabaje en favor de una causa justa”

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La Falta de Religiosidad.

Renzo de Luca se explaya sobre esta cuestión porque lo considera una particularidad que puede traer aparejadas algunas carencias.

“El mayor impacto es la ausencia de religión. Sin embargo, se percibe un sustrato religioso –o más bien, de trascendencia-, que por momentos aflora. En casos extremos, como el del último Tsunami (2011), se vio claramente en gestos y actitudes que tienen una base, no diría religiosa, pero sí ciertamente espiritual o moral. Y yo veo como un gran desafío de nuestra misión el llegar a ese sustrato, que está por debajo de lo evidente y cotidiano; y al que habitualmente no se llega por las preocupaciones o intereses que ahogan todo eso. Para el japonés medio, ‘estar ocupado’ es una expresión de normalidad que lo excusa de una cantidad de cosas habituales y, entre ellas, del tema religioso.”

Uno de los presentes comparó la situación de Japón con la de Uruguay, país que también ha rechazado la dimensión religiosa en la constitución de la nación, y los efectos que a su, parecer tiene en la población. A partir de esa analogía el misionero pudo realizar una reflexión: “en Japón sigue siendo muy alta la tasa de suicidios, especialmente entre los jóvenes (se hablan de 30000 a 40000 al año) y mucho de los casos están relacionados con una frustración de vida –laboral, por ejemplo. Aquí son clave dos elementos: la falta de fe, de esperanza; y, la connotación cultural que históricamente se mantiene en Japón del suicidio relacionado con la defensa del honor personal y el orgullo propio.”

El Papa Francisco

Como no podía ser de otra forma, la percepción que la sociedad japonesa tiene del pontífice argentino, es tema de conversación y fuente de curiosidad que, ha despertado un interés particular entre los nipones: “hay un interés, se percibe un perfil de líder diferente al de los políticos y tiene una repercusión destacada, siempre en la escala de la minoría que representa el catolicismo frente a otros credos en Japón.”

Para finalizar, de Luca citó al Padre Arrupe, quien también estuvo de misionero en Japón, y con ella, el modo de encarar la misión en la nación nipona: “Hay una frase del P. Arrupe, también misionero en Japón, que decía: “hubo un tiempo en que yo también pensé en que iba a cambiar el Japón”. Un poco lacónico y un poco idealista y todos nosotros soñamos que mientras yo estoy en Japón se den conversiones en masa y demás, eso no hay q perderlo: mantener esa esperanza pero no dejarse llevar por la sola expectativa humana.”

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Reflexión del Evangelio, domingo 15 de Noviembre

Por Gustavo Monzón SJ

En este domingo, la Iglesia nos invita a vivir el fin del año litúrgico. La semana próxima, celebraremos la fiesta de Cristo Rey y la otra semana iniciaremos el tiempo de Adviento preparándonos para la Navidad. Como podemos ver, el fin del año se asocia a la fiesta en la cual renovamos la esperanza. Este sentimiento, era lo que daba horizonte de vida a los primeros cristianos y desde ahí aguardaban la segunda llegada del Mesías.

Este horizonte escatológico, como paciente espera del final está presente en las lecturas de hoy. Para una cultura como la nuestra, que nos invita a vivir despreocupados por nuestra Tradición y nuestro futuro, que nos invita a consumir experiencias, adicciones, tener un fin es una mala palabra. Sin embargo, para los cristianos que aguardaban la pronta venida de Jesús, el fin era una forma de pararse ante la vida. Tener un fin, es algo que ordena, orienta, motiva, da sentido, como dice Arrupe “acaba por dejar huella en todo”, es decir es lo que nos permite vivir la tensión entre el presente que es nuestra responsabilidad y el futuro que es nuestra esperanza. Para nosotros, nuestro fin, esperanza, horizonte está en Cristo. Él es nuestro modelo de humano, en él vemos nuestros deseos y anhelos más profundos.

En el evangelio de este domingo, Marcos nos muestra a Jesús hablando de lo que va a pasar en el final de los tiempos. Estas palabras corresponden al “discurso escatológico”. En ellas, que siguen a los anuncios la Pasión en los cuales Jesús no endulza nada el camino que va a vivir Él y por ende todo discípulo cristiano, encontramos una invitación a la esperanza en las luchas que vivimos en el seguimiento. El vivir como cristianos, nos exige una lucha, nos exige cuidar la presencia y los signos de Dios en nuestro mundo. El vivir como cristianos nos invita a una paciente y esperanzada perseverancia, de manera de ir manifestando con nuestras obras y palabras la acción cariñosa de Dios para el Mundo.

De esto nos habla la profecía de Daniel. En ella vemos un llamado a la esperanza del justo que Dios se manifestará a su pueblo. Esta esperanza, es la certeza de que pase lo que pase Dios no nos abandona. Y eso para nosotros cristianos del siglo XXI, que vivimos una fe en la intemperie, desprotegido de toda estructura y cultura dominante, que estamos llamados a vivir en una profunda amistad con Jesucristo, es la certeza más grande que tenemos. Dios no se muda, no nos deja a pesar de que no lo veamos. Él ha querido quedarse con nosotros. Nos ha dejado a Cristo como motivo más grande de la esperanza. Cristo como nos dice San Pablo de ha ofrecido como sacrificio y nos libró de todos nuestros pecados. En Él fuimos salvados y es el principal motivo de esperanza.

Este domingo, terminamos el año litúrgico y nos preparamos a renovar la esperanza. Ante un mundo en el cual, como vimos en estos días parece triunfar el mal, el bien triunfa. El mal, la muerte no tienen la última palabra. Que aunque la rama parezca seca, nacen las yemas y se pone tierna y cobra la vida. En Cristo, tenemos lo mejor de Dios para nosotros. De esta forma, miremos al futuro que el Señor nos promete, confiando en que nuestro fin y horizonte es la esperanza de lo que vendrá para vivir el presente que se nos regala.

 

Carta del Párroco a la Comunidad del Patriarca San José

Querida Comunidad Parroquial

Los Jesuitas creemos que la evangelización debe ir unida siempre a la promoción de una sociedad más justa. Por eso, en nuestra parroquia no sólo evangelizamos a través de las misiones, catequesis, los sacramentos, el MEJ, los grupos de biblia, y las comunidades de Vida Cristiana (CVX); sino que también educamos a través del colegio parroquial y también promovemos varias instancias de apoyo escolar en diversos lugares donde hay más necesidad, como son el Centro Vecinal Malvinas Argentinas, el comedor “primero los chicos de la 20”, y el asentamiento de la calle Rivadavia. En esos centros, tratamos de dar apoyo a los niños que tienen problemas en la escuela para que puedan aprender mejor y puedan así progresar en la escuela y tener mejores posibilidades a futuro.

Por eso mismo, desde hace ya casi dos años, ofrecemos apoyo escolar también en la parroquia junto con la fundación “aprendiendo a aprender juntos” y desde hace un tiempo prestamos la capilla de San Alonso para dar el apoyo escolar que ofrece el Presupuesto Participativo.

Ofrecemos también, en dos lugares de la parroquia, apoyo psicológico para ayudar a lidiar con los problemas emocionales y afectivos que provoca la dureza de la vida en muchos casos.

A esto se han sumado los talleres deportivos y culturales Patriarca San José que ofrece el colegio los sábados por la mañana. Un espacio para que los niños aprendan deportes y música en un ambiente sano.

El apoyo, los talleres y la atención psicológica, son ayudas; son también gestos que señalan que la Buena Noticia de Jesús es Buena no sólo para el alma, sino también para el cuerpo, la inteligencia, la psiquis y toda la persona.

Gracias a todos los que trabajan por los demás y recemos para que esta de servicio de la fe unida al trabajo por una realidad más justa de frutos. Dios los Bendiga

P. Rafael Velasco SJ

 

Ordenaciones Diaconales

El sábado 12 de diciembre en Santiago de Chile, cuatro compañeros jesuitas pertenecientes de diferentes países de Sudamérica serán ordenados diáconos.

Damos gracias por su vida, su entrega y su perseverancia en el llamado.

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Reunión de electores para la Congregación General 36

Los electores presentaron sus expectativas en relación a la Congregación General. Se coincidió en la necesidad de fomentar un diálogo inclusivo sobre el futuro del planeta y desarrollar prácticas ecológicas y sociales sostenibles.

Como parte del trabajo previo a la Congregación General 36 (CG 36) convocada para el próximo año por el Padre General Adolfo Nicolás, se reunieron del 2 al 5 de noviembre en la casa de Padre Hurtado los electores de la Conferencia de América Latina.

En la reunión, los electores presentaron sus expectativas en relación a la CG 36. Además, reflexionaron el resultado de las aportaciones enviadas por las distintas Provincias con miras a la cita de 2016.

Especialmente entusiasta fue la respuesta a la llamada para acompañar a los migrantes vulnerables, a los indígenas y a las personas sin hogar. Se coincidió en la necesidad de fomentar un diálogo inclusivo sobre el futuro del planeta y en la invitación a desarrollar prácticas ecológicas y sociales sostenibles.

También se abordaron los dos grandes temas que agrupan los postulados aprobados por el Coetus Praevius (comisión preparatoria): 1. “Una llamada a la renovación de la vida y misión de la Compañía”, y 2. “Un gobierno renovado para una misión renovada”.

Por último, se realizaron las elecciones de representantes de la Conferencia de América Latina para:

— Comité Coordinador de la CG 36, Jorge Cela sj (ANT).

— Comisión de Statu Societatis, Arturo Sosa sj (VEN).

— Comisión de “la renovación de la vida y misión de la Compañía”, Rafael Velazco sj (ARU).

— Comisión de “un gobierno renovado para una misión renovada”, Miguel Cruzado sj (PER).

Recordemos que la CG 36 fue convocada oficialmente a través de una carta firmada el 8 de diciembre de 2014 por el padre Adolfo Nicolás sj, Superior General de la Compañía de Jesús. Esta se llevará a cabo en octubre de 2016, en la Curia General de Roma.

La Congregación General de la Compañía de Jesús es la instancia superior en la Orden, el órgano supremo de gobierno. No es convocado periódicamente sino en caso de muerte del Superior General o por asuntos de especial importancia. Aunque el cargo de Superior General es vitalicio, se contempla la posibilidad de renunciar. El primero en hacerlo —por motivos graves de salud— fue Pedro Arrupe, en 1983. Su sucesor Peter-Hans Kolvenbach hizo lo mismo en 2008, y esta vez lo haría el actual Superior Adolfo Nicolás. IHS

Pedagogía Ignaciana: Cura Personalis

Tradicionalmente hemos comprendido la cura personalis como una característica del acompañamiento espiritual, y en ocasiones minimizamos la fuerza que tiene como elemento constitutivo de la formación y educación jesuíticas. Esta afirmación nos lleva a revisar el significado de la cura personalis en los procesos académicos.

La cura personalis surge en el contexto de los Ejercicios Espirituales y se manifiesta en el acto humano de “dar” y de “recibir”, un acto de transmisión y por lo mismo de recepción. Se establece una relación directa entre el que da los Ejercicios y el que los recibe, de tal manera que al llevarlos al aula retomamos dos actores: el Maestro y el Estudiante.

Para continuar con el paralelo entre los Ejercicios Espirituales y los procesos de formación integral del Colegio, se entiende que todo ejercitante (estudiante) requiere de acompañamiento personalizado ya que es una manera adecuada de crecer internamente. Para desarrollarnos necesitamos ayuda, y rehusarla es condenarse al estancamiento y la derrota.

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Fuente: FLACSI

Más de 70 participantes del PLIUL provenientes de Ecuador, Colombia y México intercambiaron experiencias

Con el propósito de generar espacios de convivencia y acercamiento se celebraron dos encuentros regionales del Programa de Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano (PLIUL) de AUSJAL, entre los meses de septiembre y octubre. Estas actividades permitieron reunir a los participantes de las universidades de Colombia y Ecuador en la ciudad de Bogotá, y a los de México en el puerto de Acapulco.

VI Encuentro Regional Andino

Del 29 de septiembre al 2 de octubre, Bogotá fue sede del VI Encuentro Regional Andino del PLIUL, lugar donde se dieron cita alrededor de 45 personas de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y Cali, y de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador que forman parte de este Programa.

Las actividades estuvieron orientadas a promover la unión entre los participantes que actualmente se forman como líderes sociales, así como discernir sobre los valores implícitos que ofrece el liderazgo ignaciano. Igualmente, los estudiantes aprovecharon la ocasión para debatir, desde sus vivencias locales, los retos y perspectivas de desarrollo del continente.

Encuentro Regional 2015 en México

Con el mismo espíritu integrador y teniendo como escenario el puerto de Acapulco, del 9 y 11 de octubre alumnos del PLIUL de las universidades Iberoamericana Puebla, Ciudad de México, León y el ITESO, se reunieron para analizar temas de interés como pobreza y desigualdad, derechos humanos y responsabilidad social universitaria.

La actividad se inició con las palabras de bienvenida de Enrique Pasta, rector de la Universidad Loyola del Pacífico, quien los invitó a aprovechar al máximo su estancia en la ciudad. Los participantes compartieron sus experiencias y afirmaron su espíritu de servicio, solidaridad y compromiso con los demás