Acoger al Forastero – Obras de Misericordia

Los flujos migratorios en todo el mundo despiertan múltiples interrogantes y reacciones alrededor del globo. Lo cierto es que, más allá de una problemática mundial y una serie de porcentajes, estos movimientos involucran a millones de personas que buscan una vida mejor que la que tienen en el lugar dónde han nacido. Esta realidad nos mueve a actualizar las palabras de Jesús “cuando era forastero y me acogiste”

 Me quedo.

Me quedo con tu mirada.

Con tu mirada y con tus ojos negros.

Me quedo contigo, pelirroja, en el flash que te alumbró en una carretera.

Me quedo en la madrugada, yendo a tapar a mi hija bien morena, y a la otra bien pelirroja, no vaya a ser que pillen un catarro.

Me quedo con tu desgarro y con tu impotencia y con tu miedo y con tu frío y con tu rabia y con tu agotamiento.

Me quedo con todo eso grabado,mientras sujetas fuerte a tu hijo… no vaya a ser que se te escurra ahora entre los brazos… justo ahora, que ya estáis los dos, a salvo y en tierra.

Me quedo con la orilla de una playa turca y de otra griega y de otra canaria.

Me quedo con tres extranjeros y magos y sabios, llegando cada uno de tres sitios bien lejanos, seguros de que han encontrado, por fin, lo Bueno.

Y con un mapa sin tierras porque… para qué, si todos»somos ciudadanos de los cielos» (Que ya lo sabían aquellos magos, que por algo eran sabios).

Me quedo con un niño de horas en la intemperie de Belén y me quedo en la noche de los que no le dieron abrigo.

Me quedo con tu carcajada porque juego contigo en una cuneta y te hace gracia mi gorra.

Me quedo con tu piel más blanca o más morena porque vienes de otro lado .

Y con el cuero de tus sandalias que es distinto al mío.

Me quedo con tus pies extranjeros, si apenas levanto mis ojos del suelo… cada vez que paso por delante de tu extranjera mirada, apostada, cada día, en la misma acera.

Me quedo con un galileo charlando en un pozo con una samaritana.

Me quedo con con una vía de tren demasiado larga e imperdonablemente llena de pasos.

Me quedo con una bebida caliente, unas galletas y una manta en una estación.

Me quedo con las estaciones a las que llegan trenes .

Me quedo con tu mirada forastera bajando del tren.

Y con la tuya en esas vías donde, en vez de trenes, caminas peregrinoyforastero igual de agotado y triste que de confundido y esperanzado.

Me quedo escondido en la mañana en algún monte Gurugú y me quedo esperando la noche para correr monte abajo, aterrado.

Me quedo con el frío, la lluvia y el barro calando tu piel y tus zapatos, sumando ya demasiadas mojaduras, mientras oigo llover afuera.

Me quedo con tu espalda mojada y rota y roto tu bebé en ella porque no puede más.

Me quedo con el pescador turco que se lanzó al mar a por ti y con el voluntario que te abrazó con una manta al llegar al puerto.

Me quedo escribiéndote desde donde estoy.

Me quedo con un dibujo en una hoja cuadriculada: me quedo con el fuego, los cuerpos desmembrados y la sangre en el suelo que dibujaste con tus pinturas de niño… y con los caminos que conducen directos a la casa que dibujaste, contento, en el otro lado del papel.

Me quedo con el «id por todo el mundo…» y con «el mundo es nuestra casa»…y » con el venid a Mí los que estéis cansados»...

Me quedo con la mirada del país que te acogió y en el que temeroso cerró sus puertas.

Me quedo con el soldado que te golpeó para que no te colaras dentro… y con el otro que abrió paso para que pudieras llegar.

Me quedo contigo, extranjero y peregrino y con María aún muy débil y con José decidido y con Herodes celoso y cegado y con 700 millas de camino por delante los tres.

Me quedo extranjero, que todos lo fuimos, en Egipto, un día.

Me quedo con mi Dios, que entonces, es un Dios forastero.

Me quedo.

Me quedo sin excusas, la verdad

Fuente: Pastoral SJ

 

El Espíritu de la Paz y la Alegría

En la fiesta de pentecostés, una reflexión sobre lo que puede hacer el espíritu en nosotros…

Por Diego Fares SJ

Si es Nuestro Espíritu, te darás cuenta enseguida por la alegría y la paz.

En esto no dudes ni temas engañarte. Nuestro Espíritu siempre sopla suavemente y tiene una dinámica que expande, como ondas, nuestra Paz: ordena los sentimientos…, lleva cada cosa a su sitio, al lugar donde se armoniza con todo lo demás.

Aún en medio de la discusión más violenta o del desorden más agudo, la moción de nuestro Espíritu siempre baja como un guerrero que asegura una cabeza de puente, un mínimo espacio tranquilo, desde donde comienza a “trabajar por la paz”.

Una paz que se expande, esa es la señal.

No una paz extendida, establecida ya. No. La nuestra es una paz que se va haciendo –trabajosamente- pero sin chocar con las cosas, sin empujar, llevando a cada uno como de la mano a su lugar.

Es como una mamá cuando le quita los enojos en los que el capricho tiene encerrado a su hijito. Así hace nuestro Espíritu las paces. Uno no sabe cómo pero en un momento se disuelve el enojo, como un nudito desatado y cesa el llanto. Como por arte de magia, o de ternura, más bien. Así disuelve las agresiones nuestro Espíritu y ensancha la paz.

¿Y las alegrías? ¿Cómo distinguir las de su Espíritu si hay tantas, tan a medida y tan placenteras? (Aquí, mi imaginación filosófica se vuelve bastante más abstracta, pero espero que sea con la “abstracción del Espíritu” que tiene algo del Arte abstracto moderno, en el que uno goza las formas y colores y pone conceptos muy subjetivos quizás pero que ayudan a experimentar lo que está pintado y atrae).

En esto es un poquito más complejo que con la paz. La paz es lo básico, es propia del modo de actuar de nuestro Espíritu, totalmente distinto de cómo actúan las fuerza materiales. En el mundo material se impone la ley del más fuerte. En el mundo del Espíritu, la ley del que más ama se establece libremente, sin coerción ninguna, por invitación, por gusto, por fascinación…

La alegría es más inmediata, te brota espontánea ante la posesión de cada bien. Podés alegrarte con un vasito de agua fresca si tenés mucha sed, o con una sonrisa espontánea de un niño que juega… También te alegra acabar de comprar algo que te gusta y llevarlo como trofeo en tu bolso. O tener razón y que se vea. Tus sentidos son cinco y hay tantas alegrías como bienes aptos para ellos. Alegría de escuchar una canción, alegría de gustar una comida, alegría de ver, de tocar y de percibir una fragancia… Por eso preguntás ¿cómo distinguir esas alegrías de las alegrías de nuestro Espíritu, cómo saber que se trata de los Bienes verdaderos?

Lo primero sería que sepas que el hecho mismo de alegrarse es algo propiamente espiritual. Es expresión de estar recibiendo un don, como sienten los pajaritos que cantan llenos de alegría al ver salir el sol. Saben que el sol es para ellos, su fuente de vida, que se les comunica con sus rayos y ellos le comunican que lo reciben gorjeando y trinando. La alegría es un bien gozado y todo lo bueno viene de Dios. Pongo el ejemplo de los pajaritos, que no son “espirituales” pero participan plenamente del Espíritu, sin poder adueñarse de sí mismos. Por eso ustedes sienten que es tan “espiritual” la naturaleza, porque cada cosa se alegra enteramente con su bien y no envidia el de los otros.

En ustedes pasa lo mismo cuando son niños pequeñitos: se alegran inmediatamente con lo que les brinda su mamá. Cuando se vuelven autoconscientes empieza el lío. Empiezan a comparar y se estropea la alegría simple de cada bien.

Pues bien, Nuestro Espíritu es el único que remedia esta fisura, el único que restablece la unidad: con ustedes mismos y entre todos. Lo notarán al experimentar una alegría “duradera”, que no cesa ni se rompe al compararla con la de los demás. La alegría de nuestro Espíritu es “sin envidia”, por decirlo con una sola palabra. Pero lo milagroso es que brota siendo que podemos compararnos y de hecho lo hacemos con los demás y aún así, no sentimos envidia. Este es el signo de que están en posesión de su Bien propio y a la vez común. Es la señal de que ese Bien es íntegro y absolutamente personal y de que teniéndolo a Él, tienen todo lo demás. Por eso pueden alegrarse con una alegría que nadie les puede quitar y gozar que tengan la misma alegría todos los demás.

El Espíritu de paz y sin envidia es el que nos envía el Señor. Invoquémoslo de corazón cada día.

Fuente: Contemplaciones del Evangelio

 

Formación para el trabajo desde la escuela – Fe y Alegría

En su compromiso con dar una educación de calidad en los sectores más desfavorecidos, Fe y Alegría continúa ampliando su oferta. Ahora, han decidido incorporar las Nuevas Tecnologías de Información y Comuincación a la currícula. No sólo para enseñar a usarlas, sino que este modo sea el más aprovechable para un desarrollo laboral de los chicos luego de la escuela. Por eso más de 50 docentes de Centros Educativos de Fe y Alegría en Salta, Chaco y Corrientes comenzaron una formación virtual en nuevas. Se trata de Cursos como Microfinanzas, Comunicación, Autoconfianza, Conocimiento de empresas y negocios, y hasta Operador de Call Center. Más de 500 alumnos y alumnas recibirán la formación.

Continuando con el deseo de hacer cada vez más posible la inserción social y laboral de sus alumnos y alumnas que viven en contextos de pobreza, Fe y Alegría Argentina, en su 20° aniversario, sigue apostando a la innovación y a la formación continua. En asociación con Accenture, Aecid (Agencia Española de Cooperación) y Entreculturas, y coordinado desde SIET (Programa de Formación para el Trabajo de la Federación Internacional Fe y Alegría) desde mediados del 2015 FyA Argentina incorporó a su programa de Formación para el Trabajo una oferta de cursos virtuales gratuitos para que sus educadores/as puedan formarse y convertirse en tutores de esos mismos cursos.

A mediados de febrero 53 docentes provenientes de Resistencia (Chaco), Corrientes capital, Embarcación (Salta) y Salta capital, comenzaron los cursos conectándose desde sus hogares, con sus computadoras personales. “Los cursos que se están desarrollando en esta primera etapa abordan competencias generales –explica Sebastián Zapana, miembro del equipo nacional de Fe-. Se trata de cursos de Razonamiento Matemático, Cumplimiento de normas y tareas, Comunicación, Autocontrol y Autoconfianza, y también algunos cursos de competencias específicas. A través del sitio www.formacionparaeltrabajo.org, la persona ingresa con un usuario y contraseña, accede a una plataforma con contenidos, simuladores, ejercicios, videos y el acompañamiento virtual de un tutor”. En el caso de argentina, los tutores son colegas de Fe y Alegría Bolivia. Los cursos tienen una duración de 6 semanas. “Los docentes están muy entusiasmados con los cursos, todo el equipo está aprendiendo”, cuenta Luis Alarcón, desde Fe y Alegría Corrientes.

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“Además de ser un valioso aporte para el centro educativo, esta propuesta implica la incorporación y el uso de las tecnologías en el ámbito educativo, por lo que el beneficio es doble” explica Fernando Anderlic, Director Nacional de de Fe y Alegría. Erika Calvo Michel, Coordinadora de la propuesta desde Bolivia, agrega: “Esta modalidad contribuye a la transformación pedagógica de los docentes, amplía las oportunidades de aprendizaje, supera barreras temporales y geográficas y permite participar en acciones formativas que dinamizan y descentralizan procesos formativos, facilitando la formación de redes de innovación educativa a la vez que generando espacios de colaboración docente permanentes”.

El programa Formación para el Trabajo comenzó en el 2014 en los centros de Fe y Alegría Argentina, como respuesta a un diagnóstico alarmante en los contextos donde está presente la organización, en el cual quedó de manifiesto la necesidad de preparar mejor a los jóvenes para que al terminar sus estudios pudieran acceder a un empleo o generar un autoempleo y así, obtener el sustento necesario para seguir adelante. Con apoyo de la empresa española INDITEX, Fe y Alegría ya ha podido, desde entonces, formar –siempre de manera gratuita- a más de 2000 personas, entre docentes y alumnos. Alumnos y alumnas de los niveles secundarios y de los Centros de Formación profesional participaron en ferias de empresas (como Emprende Salta y Emprender Chaco), generaron microemprendimientos como “Artesanías en pallets”, “Fashion: servicio de peluquería a domicilio”, productos derivados de la miel (en Chaco), además de aplicaciones desde celulares. A modo de práctica profesionalizate en los cursos de oficios se realizan productos para FyA como es el caso de Corrientes, donde los delantales para Peluquería y para Nivel Inicial se hacen desde el curso de Corte y Confección.

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Además, los alumnos visitan empresas y cooperativas locales, reciben visitas de distintos profesionales y emprendedores para conocer sus experiencias, entre otras actividades.

En 2015 se inauguró el tercer centro de Formación Profesional en Taco Pozo con cursos de Albañilería y Apicultura; se mejoró la oferta de cursos y el equipamiento en Centros en Corrientes y San Miguel (GBA) donde se enseñan cursos de mecánica, herrería, tornería, gastronomía, diseño gráfico, electricidad, corte y confección, peluquería, reparación de heladeras…

“En todo lo que hacemos, además de enseñar y aprender con los alumnos/as, procuramos formarlos siempre en valores y actitudes que sean constructores de una cultura de paz, de diálogo, de empatía, y formar en la prevención de adicciones y violencia. Queremos formar hombres y mujeres en plenitud -comparte Fernando Anderlic -. La formación para el trabajo cambia vidas; ese el lema del programa, y eso es lo que buscamos”.

Fuente: Fe y Alegría Argentina

 

El fútbol de los guaraníes en las misiones jesuíticas de Paraguay

Un documental presentado por el Gobierno paraguayo muestra varios testimonios que aseguran que el fútbol lo inventaron los guaraníes en 1639 en las misiones jesuíticas de Paraguay, mucho antes de que se registrara en Inglaterra. El Ministerio de Cultura presentó en la ciudad de San Ignacio Guazú, departamento de Misiones, en el Sur de Paraguay, el cortometraje documental llamado: «Los guaraníes inventaron el fútbol».

«Queremos proclamar ante el mundo que el fútbol no nace en Inglaterra, sino en la ciudad de San Ignacio Guazú del Paraguay», dice en la filmación disponible en Internet, el párroco de la localidad, Antonio Betancor. Respalda su teoría el sacerdote jesuita antropólogo y lingüista español, llegado hace 60 años a Paraguay, Bartolomeu Meliá. El religioso, está convencido de que los guaraníes ya jugaban al balompié los domingos después de ir a misa en las reducciones jesuíticas en el año 1639, según los registros de los jesuitas y del Vaticano.

Guaraníes inventaron el fútbol en el año 1639

«Era el deporte dominguero por excelencia en las plazas misioneras pero no se sabía en Europa», dice Meliá, quien afirma que las primeras reglas del fútbol inglés datan de 1846. Según dice en el documental Julio Galeano, guía del Museo Jesuítico de San Ignacio Guazú, los nativos guaraníes usaban el caucho para hacer pelotas de goma a las que llamaban mangá en guaraní.

«Justo en este lugar, en la Plaza de Armas, terminaban la doctrina y hacían una rueda y se pasaban la pelota con los pies, pero el partido siempre terminaba cero a cero porque no había aro», dice en guaraní Galeano. «El fútbol, un deporte hoy mundial, nace en las reducciones jesuíticas de Paraguay, en San Ignacio tenemos crónicas históricas del nacimiento de este deporte que hoy hace parte de la vida de nuestro pueblo», asegura el sacerdote Alberto Luna, provincial de los jesuitas en Paraguay.

Según la ministra de Cultura paraguaya, Mabel Causarano, el padre Antonio Ruiz de Montoya en el libro «Tesoro de la lengua guaraní» (Madrid, 1639) habla ya de las pelotas de juego con los pies y de qué material se hacían.

El documental también cuenta con la participación de personalidades del ambiente futbolístico local y el patrocinio de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC).

Fuente: www.dparaguay.com

 

Sabiduría Ignaciana desde del Crucificado y la realidad

Por Agustín Ortega

Este año se cumplieron 394 de la canonización de San Ignacio de Loyola. A pesar de la gran distancia temporal que hay con la vida del Santo fundador de la Compañía de Jesús, su modo de oración, en el libro de los Ejercicios Espirituales y su vida misma, siguen actualizándose y teniendo mucho para decir a nuestra realidad de hoy.

El Servicio de Evangelización y Diálogo de la Universidad Loyola Andalucía, celebró el día 9 de marzo mesas redondas bajo el título “San Ignacio ¿Te suena? Vivió el riesgo de amar y servir”. El objetivo de estos encuentros fue acercarnos a la figura de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Para conocerlo más, en el contexto de la celebración de la fiesta de San Ignacio en dicha Universidad, en recuerdo de su canonización.

San Ignacio es un ejemplo de ser persona, un testimonio de la fe católica y de la santidad a la que todos estamos llamados. Su vida y obra, con ese gran legado que nos dejó de espiritualidad y mística como son los Ejercicios Espirituales (EE), siempre vienen muy bien para la experiencia de la fe. Tal como es el tiempo más importante de la vida cristiana, la Semana Santa, en donde hacemos memoria, vivencia de la Pasión y Pascua de Jesús, el Dios Crucificado-Resucitado.

En este sentido, en el Domingo de Ramos, el Papa Francisco “nos pide que estos días miremos al crucifijo, la cátedra de Dios”, al tiempo que denuncia que “nadie quiere asumir la responsabilidad del destino de los refugiados”. Lo mismo que le pasó a Jesús que “sufre también la infamia y la condena inicua de las autoridades, religiosas y políticas: es hecho pecado y reconocido injusto”.

En estas palabras, del Papa se encuentra el corazón de la espiritualidad ignaciana. Tal como ha sido actualizado y profundizado, hoy, en la identidad y misión de la Compañía de Jesús, con sus Congregaciones Generales. En especial, desde estos tiempos con los testimonios de sabiduría y vida. Como son, por ejemplo, K. Rahner, P. Arrupe o en la Iglesia del Sur empobrecido, con los mártires jesuitas como L. Espinal, R. Grande al que se quiere ahora canonizar, I. Ellacuría, I. Martín-Baró y el resto de compañeros mártires de la UCA en el Salvador.

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Sabiduría ignaciana en la vida cotidiana

Efectivamente, en la vida u obra de San Ignacio y de todos estos testimonios jesuitas, se encuentra todo un método (camino) de sabiduría humana y espiritual. En la línea de J.B. Metz, es una “mística de los ojos abiertos”, una espiritualidad de la vida cotidiana en el mundo como nos enseña Rahner.

Una mística y ética que “se hace cargo de la realidad” (Ellacuría), que es “honrada con lo real” como nos transmite J. Sobrino SJ. Tal como muestra San Ignacio en su Autobiografía (A), con su experiencia en el Cardoner, es asumir la mirada espiritual y trascendente, por la que se contempla renovadoramente la realidad, honda e integral, en todos sus aspectos (A 31).

Es la experiencia de la mirada del Otro, del Dios Trinitario (A 28). La contemplación compasiva y comprometida de (con) la realidad, de sus sufrimientos e injusticia, donde se encarna el Otro, Jesús, y nosotros con Él. Y, de esta forma, se promueve el cauce liberador de este mal e injusticia que sufre la realidad (EE 102-109). Tal como hizo Dios en Jesús, mediante esta Encarnación en la pobreza, solidaria con los pobres y la exclusión que sufren los seres humanos.

Esta encarnación en solidaridad liberadora con los pobres: es la plenitud de la humanización, culmen de lo espiritual. Frente al mal o pecado de la riqueza y del poder, de la codicia y ambición (EE 111-116. 136-157). Como nos enseña el Papa Francisco (cf. EG 226-230), la primacía no la tiene la idea, sino el don la realidad y de los otros. La fraternidad y amor liberador con los pobres, que es donde hay que encarnarse, como hizo Jesús el Verbo de Dios.

Es la inculturación del Evangelio que se hace cultura y fe de los pueblos humildes, de los pobres, con su sabiduría y religiosidad popular que visibiliza la fe en la entrega, solidaridad y lucha pacífica por la justicia. Como nos enseña en esta línea el jesuita J.C. Scannone, que fuera formador del Papa, en la conocida como escuela argentina de la teología del pueblo, que tanto marcó a Francisco.

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Como nos sigue enseñando el Papa, la totalidad siempre es más que la parte (cf. EG 234-237). En la actualidad, hay que promover la globalización de esta solidaridad fraterna y de la justicia con los pobres, de la paz y dignidad del trabajo, de las personas y la ecología integral; frente a la globalización neoliberal de la indiferencia, del capital y del ídolo del mercado-beneficio, de la violencia y de las guerras.

Sin dejar de considerar lo local, más en esta era de la globalización en la que vivimos, hay que abrirse a lo global de la realidad, a la realidad mundial e internacional. Vemos así que la libertad y dignidad, regalada por el Otro, por Dios (el Principio y Fundamento, EE 23). Y que es atacada por el mal o pecado personal e histórico, es posibilitada renovadoramente por la misericordia y compasión ante los crucificados y pobres (primera semana de los EE).

Dicha libertad es impulsada por este seguimiento del Otro, de Dios en Jesús, desde la plenitud de la vida fraterna y en la pobreza solidaria, liberadora con los pobres. En contra de la riqueza, del ser rico y del poder. Tal como culmina en la segunda semana de los EE con la Tercera Manera de Humildad (3MH), de amor pleno (EE 167-168), en una transformación de la vida, que nos libera del egoísmo e interés individualista (EE 189).

De esta forma, este conocimiento y seguimiento experiencial se realiza desde el “cargar con la realidad” (Ellacuría), en el “principio-misericordia” (J Sobrino), con la pasión del mundo, con los crucificados por la injusticia. Lo que manifiesta la pasión del Dios Crucificado, Jesús, el Amor y la Divinidad escondida, oculta al poder (tercera semana de los EE). Ya que este Amor Divino no emplea la dominación violenta. Sino el amor encarnado, solidario en los sufrimientos de los crucificados y pobres, para liberarnos del mal y pecado, de la violencia e injusticia (EE 196-197).

Así se realiza la verdad profunda, la real humanidad (cf. Jn 18-19). Y es que, como nos enseñó San Ignacio en su memorable carta a la comunidad de Padua, la misión de Jesús se realiza desde el servicio solidario en la promoción y liberación integral con los pobres u oprimidos de la tierra (cf. Lc 4, 16-22). En los pobres encontramos la amistad con Jesucristo Pobre y Crucificado (cf. Mt 25,31-46)

Tal como experimentó trascendentalmente Ignacio en la Storta (A 96), en comunión espiritual con el Crucificado y los crucificados. Lo cual se expresará en vivencia comunitaria, con sus compañeros, en la Compañía de Jesús, amigos en el Señor, desde el seguimiento de Jesús para servir y amar transformadoramente a la humanidad-mundo.

Es asumir que la unidad es superior al conflicto (cf. EG 226-230). Es el constitutivo carácter púbico, social y ético-político de la fe que se encarna y asume el conflicto (humano-social y teologal). Esto es, la lucha entre la gracia y el pecado, el bien y el mal, las estructuras sociales de pecado que causan la injusticia y desigualdad de la pobreza. Pero teniendo claro siempre que la lucha por la justicia con los pobres, desde el Evangelio, se hace de forma activa y no violenta; sin odio ni venganzas.

El tiempo es superior al espacio (cf. EG 222-225), y de lo que se trata es de que los pueblos con sus culturas y tradiciones espirituales, éticas etc. sean protagonistas de la vida y realidad en su proceso o devenir socio-histórico. El “encargarse de la realidad” (I. Ellacuría), el que los pueblos y los pobres son los sujetos activos, principales de la historia, de la fe y de la misión-salvación, protagonizan sus proyectos de promoción y liberación integral; frente a la tiranía del cortoplacismo y elitismo, de espacios cerrados y excluyentes que solo buscan el ansia de poder y riqueza. He aquí la sabiduría Ignaciana en la Catedra del Crucificado.

Fuente: Loyola and News

 

¿Qué es la Comunidad de Vida Cristiana (CVX)?

La Comunidad de Vida Cristiana es una asociación internacional de laicos cristianos – hombres y mujeres, adultos y jóvenes, de todas las condiciones sociales – que desean seguir más de cerca a Jesucristo y trabajar con Él en la construcción del Reino.

Sus miembros integran pequeñas comunidades que, a su vez, forman parte de comunidades más amplias a nivel regional y nacional; constituyendo finalmente una Comunidad Mundial que está presente en los cinco continentes y en más 60 países.

Ser un miembro de la Comunidad de Vida Cristiana presupone una vocación personal que es discernida en los primeros años de ingreso a la Comunidad.

El estilo de vida se caracteriza:

a) Por la búsqueda, con apoyo de la comunidad, de un continuo crecimiento personal y social en lo espiritual, lo humano y lo apostólico participando de la eucaristía, la oración personal, el encuentro con la Palabra de Dios.

b) Por un discernimiento apostólico personal y comunitario para descubrir la mejor manera de hacer presente a Cristo, concretamente, en nuestro mundo.

c) Por ayudar a los demás a realizar su vocación personal, siempre dispuestos a dar y recibir consejo y ayuda como amigos en el Señor.

En Argentina y Uruguay

Las CVX tienen presencia tanto en Argentina como en Uruguay (aunque en este último con más fuerza). Las comunidades adquieren características y llevan adelante procesos diferentes de acuerdo al lugar donde se radican. En Argentina hay comunidades en las ciudades de San Salvador de Jujuy, Mendoza, Resistencia, Córdoba, Corrientes, Rosario Capital Federal y San Miguel. En Uruguay se encuentran en Montevideo.

En general, el proceso de iniciación de una persona o grupo en la CVX es diferente según el lugar donde se radica la comunidad. Sin embargo, el común denominador es la experiencia de los ejercicios espirituales. Para los cevequianos esta actividad es fundante, dado que todo el compartir y la formación comunitaria están atravesados por la espiritualidad.

La vida de la CVX está, principalmente, en las reuniones periódicas en las que los miembros se reúnen para compartir la vida y formarse.

Para mantener viva la actividad los cevequianos organizan y participan de tandas de ejercicios espirituales y talleres de formación a lo largo del año.

Además de la formación y la espiritualidad, las comunidades no pueden descuidar la dimensión apostólica. En algunos lugares, la CVX cuenta con espacios propios donde llevar adelante un servicio. Tal es el caso de Uruguay, donde los voluntarios pueden colaborar en el “Rincón de Todos” (un espacio educativo y de formación para niños de un barrio de Montevideo) o el Proyecto Fátima, en que la CVX es invitada a colaborar con la vida pastoral de la Parroquia de Fátima de Montevideo.

Sin embargo, los lugares donde se necesitan manos son incontables. Y así son también, muchísimos, los ámbitos donde los miembros de CVX prestan su colaboración. Los mismos comprenden desde la red de Colegios de Fe y Alegría, apostolados que llevan adelante misiones urbanas en los lugares donde se encuentran, colaboración con la pastoral de los colegios Jesuitas; hasta el voluntariado dentro de alguna de las obras relacionadas a la Compañía de Jesús, como el Hogar de Cristo y la Fundación Manos Abiertas.

Si quieres conocer más de estos movimientos puedes comunicarte con CVX Argentina , o CVX Uruguay.

 

Proceso de Bienvenida – CVX Uruguay

Cada dos años la Comunidad de Vida Cristina (CVX) de Uruguay invita al proceso de bienvenida a aquellos jóvenes interesados en formar comunidad. El mismo consta de una serie de encuentros, previos a la conformación de la comunidad, donde se busca introducir lo que significa formar parte de la CVX para confirmar la decisión de participar.

Estas reuniones buscan ser una oportunidad para fortalecer esta decisión así como también una instancia para cultivar y compartir la fe entre los participantes. Con el deseo de que, quienes al finalizar decidan no participar de una comunidad, se puedan llevar también frutos del tiempo compartido.

En Octubre del año pasado comenzó un nuevo proceso de bienvenida. El mismo constó de seis encuentros y finalizó con los Ejercicios Espirituales en Semana Santa de este año. Alrededor noventa jóvenes participaron y hoy con alegría podemos afirmar que más de cincuenta formarán las nuevas comunidades o ingresarán a ya existentes.

Con respecto al proceso anterior se mantuvo la cantidad de reuniones y la frecuencia de las mismas. También el finalizar con los EE.EE., ya que siendo fieles con Nuestro Carisma confiamos en “no se puede comprender y mucho menos vivir la vocación CVX, sin pasar por la experiencia de los Ejercicios.”

El equipo que acompaño el proceso de bienvenida, integrado por ocho cevequianos de distintas generaciones y comunidades, trabajo en la elaboración y realización de cada una de las reuniones. Focalizando en distintos puntos que definen a nuestras comunidades como son le fe compartida, la espiritualidad ignaciana o la corresponsabilidad apostólica, entre otros. A través de la oración, testimonios y distintas dinámicas para compartir; se buscó acercar a la vida de cada uno estos temas con la intención de brindarles más elementos para su discernimiento.

Al haber finalizado, hoy volvemos la mirada hacia atrás para examinar el camino recorrido. Son varias las gracias recibidas así como también las oportunidades de mejora que reconocemos. Más allá de nuestra opinión, consideramos que lo más importante es la positiva evaluación de los jóvenes que participaron.

Para próximos años, el mayor desafío sigue siendo acercarnos a más jóvenes de distintos lugares. Siendo consciente de que estas invitaciones no siempre les son cercanas en nuestra sociedad, incluso para quienes están interesados en seguir profundizando en su fe.

Nos queda agradecerle a Dios por el tiempo compartido y encomendar los próximos pasos de los jóvenes que participaron. Para quienes decidieron formar parte de una comunidad, esperamos sea CVX un medio para el encuentro con Cristo y un espacio para la búsqueda personal y comunitaria del llamado que Él hace en sus vidas.

Juan Ignacio Gadola

Integrante del equipo del Proceso de Bienvenida 2015 – 2016

 

Visitar a los Presos – Obras de Misericordia

Pastoral SJ hace una reflexión sobre la experiencia de las Obras de Misericordia en el mundo actual. Les invitamos a reflexionar sobre esta invitación a llevar la Misericordia que Dios nos regala al mundo, poniéndola en las obras .

“Conducimos hasta allá. Hay que salir corriendo del coche para llegar a cubierto, porque llueve. O no. Primero se pasa un control de seguridad externo donde se muestra el documento de identidad. Después se pasa un nuevo control, interno ya, en el que se recoge la identificación de la prisión a cambio de dejar el DNI. Arco de detección de metales. Se abre una puerta, se cierra, y entonces se abre una segunda puerta. Así en tres ocasiones. Aún pueden quedar un par de controles más antes de llegar a la sala donde tendrá lugar la reunión. Uno ya ha perdido la cuenta de las puertas atravesadas, así como la compostura en el vestir por quitarse el cinturón ante el arco.

Ir a la cárcel es muy molesto, muy tedioso. La verdad. Dan ganas de buscarse otra obra de misericordia.

Pasa la tarde y hay que volver a casa. Y en el coche, feliz, uno vuelve -como cada semana- a pedir perdón a Dios por la pereza con la que fue, avergonzado por el agradecimiento con el que vuelve. Porque en la cárcel ha compartido su tiempo con Jesús preso, ha velado un ratito junto a él en una noche de jueves santo de varios años de condena. Porque al llegar a casa y recordar los rostros de las personas encerradas y el pedacito de vida con ellas compartida, uno se rinde a Dios y reconoce que visitar, visitó, pero que la misericordia no la llevó a los presos, sino que de ellos la recibió.”

Pastoral SJ

 

Pistas para leer “Amoris Laetitia”

El pasado 8 de abril salió la Exhortación Apostólica ‘Amoris Laetitia’,escrita por el Papa Francisco y nacida como fruto de los debates que se dieron en dentro del Sínodo de la Familia.

Luego de su lanzamiento, aparecieron textos de diferentes personas que han ofrecido pistas para la lectura de la Exhortación desde el análisis que cada uno ha hecho.

Entre ellos están:

La alegría del amor y el discernimiento

El Papa Francisco apuesta en «Amoris Laetitia» por «la cultura del corazón». Escrito por Fernando Vidal, de CVX-Galilea, y publicado por Religión Digital.

“Amoris Laetitia”: la alegría multicolor de las familias. 

Escrito por Daniel Izuzquiza SJ, Director de Razón y Fe, y publicado en entreParéntesis.

Estos textos son recursos interesantes para tener a mano, tanto para quien aún no han leído la exhortación, como para quien ya la ha leído y quiere buscar opiniones con las que confrontar las propias ideas.

CVX Lationamérica

 

Reflexión del Evangelio – Ascensión del Señor

Gabriel Jaime Pérez Montoya, S.J.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Está escrito que el Mesías tenía que morir, y resucitar al tercer día, y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. Comenzando desde Jerusalén, ustedes deben dar testimonio de estas cosas. Y yo enviaré sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Pero ustedes quédense aquí, en la ciudad de Jerusalén, hasta que reciban el poder que viene del cielo. Luego Jesús los llevó fuera de la ciudad, hasta Betania, y alzando las manos los bendijo. Y mientras los bendecía, se apartó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de adorarlo, volvieron a Jerusalén muy contentos. Y estaban siempre en el templo, alabando a Dios

(Lucas 24, 46-53).

1. La Ascensión del Señor

En la fiesta de la Ascensión del Señor, que en Colombia se celebra el domingo siguiente al cumplimiento de los 40 días de haberse conmemorado su Resurrección –y que este año coincide con el Día de las Madres–, las lecturas bíblicas [Hechos 1, 1-11; Salmo 47 (46); Efesios 1, 17-23; Lucas 24, 46-53] nos invitan a reflexionar sobre lo que decimos en el Credo: que Jesucristo resucitado “subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios Padre”.

No se trata del vuelo por los aires de un superhéroe como los de las historietas, sino de un misterio que consiste en la exaltación o glorificación de Jesús, quien como nos dice la segunda lectura, fue resucitado por Dios Padre de entre los muertos para hacerlo en su naturaleza humana plenamente partícipe de la gloria divina, “sentándolo a su derecha en el cielo”, frase que corresponde a una imagen simbólica tomada de la costumbre que en aquella época tenían los reyes de hacer subir y situar junto a su trono, a su derecha, a quienes se habían distinguido por el cumplimiento cabal de la misión que les había sido encomendada.

La frase inmediatamente anterior del Credo en su versión más antigua -que es la más breve-, dice que Jesús descendió a los infiernos. La palabra “infiernos” traduce aquí literalmente los lugares inferiores y corresponde al término hebreo sheol y al griego hades, que expresa simbólicamente lo que podemos llamar el lugar de los muertos. Lo que el Credo afirma es que Jesús, después de haber “bajado” en su naturaleza humana hasta la condición de los muertos, ha “subido”, también en su naturaleza humana, al estado glorioso de una vida eternamente feliz. Este hecho, que los Evangelios narran con la imagen simbólica de una subida física, es en realidad un acontecimiento de orden espiritual.

Del relato de los Hechos de los Apóstoles en la primera lectura, podemos destacar aquella frase que oyen al final los discípulos de Jesús: ¿Qué hacen ustedes ahí plantados mirando al cielo? Se trata de una invitación hecha también a nosotros para que, con los pies bien puestos en la tierra, nos dispongamos a colaborar activamente en la misión que Jesucristo resucitado nos encomienda, tal como lo hizo con sus primeros discípulos. Para ello necesitamos el poder de Dios que nos comunica el Espíritu Santo, que es precisamente a lo que se refiere Jesús en el Evangelio cuando les dice a sus apóstoles: “Y yo enviaré sobre ustedes lo que mi Padre prometió (…); ustedes quédense aquí (…) hasta que reciban el poder que viene del cielo”.

Al celebrar el misterio de la Ascensión del Señor, animados por la fe en Jesucristo resucitado cuya naturaleza humana participa ya de la gloria de Dios Padre en la eternidad, renovemos nuestra esperanza en que, si procuramos seguir las enseñanzas de Jesús y nos identificamos así con Él, también nosotros poseeremos el mismo estado de vida nueva y felicidad plena sin fin que expresamos cuando nos referimos al “cielo”.

2. Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Este domingo celebra también la Iglesia Católica la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Hace 50 años, siguiendo una directriz del Concilio Vaticano II, comenzó a celebrarse anualmente esta Jornada, con motivo de la cual el Papa emite un mensaje sobre algún tema específico relacionado con los medios de comunicación. El tema para el año 2016, en el que celebramos el Jubileo de la Misericordia, es precisamente “Comunicación y Misericordia: Un encuentro fecundo”, y en su mensaje dice el Papa Francisco:

“La comunicación tiene el poder de crear puentes, de favorecer el encuentro y la inclusión, enriqueciendo de este modo la sociedad. Es hermoso ver personas que se afanan en elegir con cuidado las palabras y los gestos para superar las incomprensiones, curar la memoria herida y construir paz y armonía. Las palabras pueden construir puentes entre las personas, las familias, los grupos sociales y los pueblos. Y esto es posible tanto en el mundo físico como en el digital. Por tanto, que las palabras y las acciones sean apropiadas para ayudarnos a salir de los círculos viciosos de las condenas y las venganzas, que siguen enmarañando a individuos y naciones, y que llevan a expresarse con mensajes de odio. La palabra del cristiano, sin embargo, se propone hacer crecer la comunión e, incluso cuando debe condenar con firmeza el mal, trata de no romper nunca la relación y la comunicación. Quisiera, por tanto, invitar a las personas de buena voluntad a descubrir el poder de la misericordia de sanar las relaciones dañadas y de volver a llevar paz y armonía a las familias y a las comunidades”.

3. Semana de oración por la unidad de los cristianos

Este domingo comienza la semana de oración por la unidad de los cristianos que culminará el domingo de Pentecostés, la gran fiesta de la comunicación lograda por el Espíritu Santo que, gracias al lenguaje del amor, hace posible el entendimiento entre todos los seres humanos respetando su pluralidad y sus diferencias.

Oremos por la unidad de todas las personas creyentes en Jesucristo. Unidad que no equivale a la uniformidad externa, sino a una disposición interior para formar una comunidad global de amor en la que todos y todas no reconozcamos efectivamente como hijos e hijas de un mismo Creador, y por lo mismo nos tratemos como hermanos y hermanas, deponiendo los enfrentamientos y uniéndonos en la búsqueda de una convivencia constructiva.

Jesuitas Colombia