Amazonía: Jóvenes Reforestadores en Acción para Preservar el Medio Ambiente

Un grupo de jóvenes que se compromete con el cuidado y preservación de la casa común desde el lugar en que viven y frente a eventos que afectan su vida y la de sus comunidades. Te invitamos a leer este ejemplo de gente que toma un compromiso real, desde acciones concretas con el “cuidado de la casa común”. Pertenecen a seis comunidades del municipio de Riberalta, Beni, se unieron ante la necesidad y preocupación de contribuir a recuperar la Amazonía boliviana de los desastres ambientales.

 Por Carmen Julia Lujan y Jorge Luis Meruvia

Bajo el nombre de “Reforestadores”, un grupo de entusiastas jóvenes de la Amazonía Norte de Bolivia decidió trabajar por cuenta propia para encarar el desafío de proteger y recuperar los bosques que los acogen. Esto ante los distintos eventos climáticos que afectan a la región amazónica.

 El nombre proviene del equipo de fútbol que conformaron para practicar deporte, pero después de sufrir los efectos de tres incendios forestales producidos por la ganadería, que tras su paso dejó suelos inservibles y cultivos reducidos a la nada, el grupo de jóvenes no perdió la motivación de ver sus parcelas nuevamente con vida y productivas. Entonces comenzaron a recuperar los suelos degradados.

 Luego de tres años de trabajo, la iniciativa que comenzó con 10 reforestadores, ahora agrupa a 58 miembros entre jóvenes, hombres y mujeres, entre 14 y 31 años de edad. Pertenecen a seis comunidades del municipio de Riberalta, Beni, se unieron ante la necesidad y preocupación de contribuir a recuperar la Amazonía boliviana de los desastres ambientales.

Todos tienen una meta en común, conservar su bosque y tener en sus parcelas sistemas agroforestales diversificados.

 Las acciones que llevan adelante cuentan con el apoyo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA Norte Amazónico) mediante el acompañamiento de la ingeniera forestal Heidy Teco, quien ha visto cómo los jóvenes reforestadores impulsan con su trabajo a otros miembros, de otras comunidades, en pro de expandir esta labor de cuidado y valoración del medio ambiente. Ver vídeo

“Han tenido la oportunidad de visitar a otros jóvenes y están viendo la alternativa de poder coordinar con municipios e ir haciendo un trabajo en conjunto y en busca de intercambio de experiencias. Necesitan la mirada y atención, que se los tomen en cuenta para que se encaminen y sigan trabajando en alternativas viables a futuro”, aseguró Teco.

 Por su parte, Erling Humaday, presidente de los Jóvenes Reforestadores, asegura que no fue fácil iniciar con este trabajo, pues para poder crecer necesitaron tocar varias puertas. Después de intentar en varios lugares, el Organismo No Gubernamental UNITAS los apoyó económicamente para fortalecer otra de sus actividades productivas, la apicultura, con el fin de implementar apiarios (colmenas de abejas) en cada comunidad.

Esta colaboración motivó aún más a los Jóvenes Reforestadores ya que vieron que sus propuestas eran escuchadas y valoradas.

 Agencia de Noticias Fides

“Que Nuestro Trabajo se Enfoque en la Inclusión”

Reflexiones previas a ImPACtando: El año 2017 es importante para la Conferencia de Provinciales de América Latina y El Caribe (CPAL). Durante el mes de marzo se realizará el encuentro “Impactando”, que tiene como característica principal la revisión del Proyecto Apostólico Común (PAC) y reforzar sus principales prioridades.

 El tema de inclusión es vital para la CPAL; tomando en cuenta que América Latina es uno de los continentes con más problemas de exclusión y desigualdad. Es por esto, que la primera prioridad de la Compañía de Jesús en América Latina y El Caribe es: atender preferencialmente a migrantes, indígenas, víctimas de violencia y otras poblaciones vulnerables, mediante la presencia cercana, la reflexión y la incidencia; tal como lo señala el PAC.

 “Es un reto para nosotros transformar las fronteras de puntos de desencuentro y división, a espacios de encuentro, sobre todo las fronteras de mayor problema”, manifiesta el P. Jorge Cela, S.J, presidente de la CPAL. “En América Latina uno de los grandes desafíos es la exclusión; por la desigualdad que existe”.

 La labor de los Jesuitas en este continente se ha consolidado gracias al apoyo de los colaboradores. Poco a poco la dinámica y participación laical se ha incrementado proyectando así, la espiritualidad ignaciana.

 “Nosotros podemos decir que estamos en buen camino. Es una Conferencia bastante organizada, con un proyecto apostólico bien definido; abarcante y eficaz. Pero esto no nos puede dejar satisfechos, porque los retos son muy grandes”, reseña el P. Cela. “Hemos logrado entusiasmar mucha gente con nuestra misión”.

 Asegura también que las redes que conforman la Compañía de Jesús en América Latina y El Caribe cada vez son más fuertes y proponen más. La conexión entre los pueblos se ha reforzado, rompiendo viejos esquemas de países y fronteras; con una positiva cercanía con los más pobres.

 “El PAC nos ha dado un camino por el cual intervenir que nos enlaza y conecta. Desde una visión más universal, viendo los retos. Para responder cada día con mejor coordinación”, puntualiza.

 Fuente: impactandosj.org

Tiempo de Construir Puentes, No Muros

Declaración PROCAM RJM acciones antiinmigrantes EEUU 2017. Los Jesuitas de Centro América se unen a los jesuitas de Estados Unidos y Canadá para denunciar las medias tomadas por el gobierno estadounidense que resultan perjudiciales para la población migrante. Reproducimos sus palabras:

 En comunión de mente y corazón con nuestros compañeros jesuitas de USA, Canadá y Centro América reproducimos aquí la denuncia de las acciones del Presidente de los Estados Unidos contra los inmigrantes, y el llamado urgente a colaborar con otros muchos colectivos que afirman y defienden sus derechos sociales, culturales, económicos y políticos.

 La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús, la Comisión Provincial de Apostolado Social y la Red Jesuita con Migrantes Centroamérica expresamos nuestra preocupación y total rechazo a las medidas migratorias anunciadas en los últimos días por el presidente de Estados Unidos, tales como el aumento de la seguridad fronteriza, la suspensión del derecho a solicitar asilo, el aumento de centros de detención y de procedimientos de deportación expedita, y la prohibición de entrada a personas de varias nacionalidades, entre otras.

 Las órdenes ejecutivas emitidas por la Administración Trump suponen violaciones graves a los derechos humanos y “representan una política dirigida a estigmatizar y criminalizar a los migrantes o a cualquier persona percibida como migrante”, tal y como reconoce la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su comunicado del 1 de febrero del presente año. Su implementación no tiene otro efecto más que agravar la crisis y vulnerabilidad de los miles de centroamericanos y centroamericanas, que se ven obligadas a salir de sus países porque éstos no les brindan las condiciones mínimas para poder llevar una vida digna, y en muchos casos, para poder salvar sus vidas.

 Nos sumamos a las denuncias de los hermanos jesuitas de Canadá y Estados Unidos, quienes consideran dichas disposiciones una afrenta a nuestra misión como Compañía de Jesús, y un asalto a los valores cristianos. Y nos sentimos cuerpo con ellos cuando expresan su solidaridad con nuestras hermanas y hermanos migrantes, reafirman su decisión de no ceder ante el miedo, y su intención de continuar la larga tradición de defender y acompañar a las personas migrantes y refugiadas, sin importar su origen o religión.

 En tiempos de muros, nos sentimos llamados a construir puentes entre personas, culturas y sociedades. A levantar nuestras voces y trabajar juntos y juntas para que los Estados centroamericanos y norteamericanos, respeten los derechos humanos y el principio de la dignidad humana, celebren las diferencias y fomenten una cultura de hospitalidad y fraternidad.

 Fuente: CPAL Social

Una Oportunidad para «Salir, Dialogar, Aprender y Crecer»

Entrevista a Rafael Luciani, teólogo laico venezolano, organizador del Encuentro Iberoamericano de Teólogos que se llevó a cabo en la Universidad de Boston, Estados Unidos. Al mismo asistieron más de 40 teólogos de Latinoamérica, EE UU y España.

Por José Manuel Vidal – Religión Digital

Estamos en Boston. Acaba de terminar el I Encuentro Iberoamericano de Teología, y nos encontramos con Rafael Luciani, que es uno de los principales organizadores, el alma mater de este encuentro, que ha sido un gran éxito, a mi juicio. ¿Quién es Rafael Luciani?

Soy un laico venezolano. Teólogo latinoamericano que me apasiona la posibilidad de abrir horizontes, de abrir puertas.

En Venezuela, tuve la oportunidad de abrir la Teología al laicado, y se hizo un programa muy exitosos donde profesionales podían estudiar desde su carrera ya consolidada. Hacían dos o tres años de Teología con un nivel muy alto, y luego servían a la sociedad con su liderazgo. Había abogados, economistas, educadores, trabajadores sociales…

Fue una experiencia hermosa, porque es como integrar la Teología en la vida pero desde el servicio social, en construir un país. Eso es algo que me ha apasionado siempre y por lo que he luchado y trabajado: abrir la Teología más allá del ámbito de la Iglesia institucional y que permee en la sociedad.

Eres profesor del Boston College.

Sí, actualmente estoy como profesor invitado en la Escuela de Teología y Ministerio del Boston College. Yo soy profesor titular de Universidad Católica Andrés Bello de los jesuitas en Caracas. Y desde hace años, me dedico a la Cristología, a la trinidad y a la Teología política. En este área, me he movido también porque la situación de Venezuela me ha llevado a reflexionar un poco el papel de la Teología y de la Iglesia en relación con la realidad socio-política en que vivimos.

¿Cómo se te ocurre la idea de poner en marcha el I Encuentro Iberoamericano de Teología?

Yo veía la necesidad de dialogar. Francisco nos ha llamado a crear puentes y una manera muy concreta es traer personas desde la Teología Latinoamericana, Teología de la liberación, que puedan generar un diálogo mayor, iberoamericano. Y la manera era encontrar, con España, con las Comunidades latinas de Estados Unidos y Canadá. Y cómo la Teología latinoamericana hoy en día, que juega un rol definitorio dentro del pontificado de Francisco, puede aportar, a la vez que nos permite comprender mejor hacia dónde vamos como Iglesia.

Esa motivación dio pie, conversando con Carlos Galli, con Juan Carlos Scanone a que hiciésemos entre los cuatro: Félix, Carlos, Scannone y yo este encuentro internacional.

¿Se puede decir que la Teología de la liberación, todos los teólogos iberoamericanos, la Teología latina, la Teología del pueblo, todas esas corrientes, están en la misma onda, y además, en la onda de apoyar las reformas de Francisco?

Yo creo que hay, primero, una coincidencia, porque el Papa viene de una tradición de Iglesia y de una Teología Latinoamericana. Se da, entonces, de forma natural. El Papa es expresión de una Iglesia emergente en América Latina que fue madurando en el tiempo y que ha hecho una propuesta que hoy en día es universal, a través de su opción por los pobres.

Por otra parte, la Teología se ha ido renovando y reimpulsando con el pontificado de Francisco porque ha permitido generar este diálogo iberoamericano mayor y cómo entender, que hoy en día, muchos de los conceptos y claves que Francisco lleva al magisterio universal, tienen una raíz latinoamericana y no se puede desconectar.

A la vez, Francisco va más allá de la Teología latinoamericana porque ha tenido el arte y el don de poder integrar las teologías que se van haciendo en distintos lugares. Y algo importante que comentamos en el encuentro: cómo en los documentos magisteriales de hoy en día, se citan a autores y conferencias episcopales de tantos otros lugares. De manera que se ha hecho más universal. Pienso que es un aporte fundamental.

Se les nota orgullosos del Papa. Están como diciendo: «Éste es nuestro, es del Sur, es Latinoamericano…» Es un plus para ustedes ¿no? Porque también nos sentimos orgullosos en España y en Europa.

Sí, es ver cómo, en lo que hemos creído y por lo que hemos luchado en la Iglesia de América Latina, y sobre todo, esa entrega a los más necesitados, los pobres, hoy en día no es solo una palabra de la Iglesia que invita a trabajar por ellos, sino que es un modelo de Iglesia, que Francisco está tratando de llevar adelante.

Es impulsarnos y motivarnos para que esa opción sea estructurante de la Iglesia, no solo estructural. Que vaya haciendo lo que la Iglesia cada día va asumiendo en su proyecto y lo vaya constituyendo como tal, en lo que significa ser Iglesia en salida.

Yo veo que ese aporte de Francisco a la Iglesia, en el hacerla, en su opción por los pobres, es algo que nos tiene que hacer sentir más que orgullos: llenos de alegría por los pobres que son, en su discurso y en su motivación hacia nosotros, cada día para él, el sujeto desde donde debemos hacer no solo Teología, sino pastoral, vida eclesial y vida social. Y ahí, Francisco ha jugado un papel importante en cuanto hijo de una Iglesia latinoamericana.

Mientras durante algunas épocas anteriores, esta Teología estuvo perseguida, en este momento, no solo no está perseguida, sino que está valorada, en el centro.

Así es. Y hemos de cuidar el hecho de que no hacemos esta opción actual en función de un papado. De que, después de Francisco, esto ha de continuar porque es una opción, como él nos recuerda continuamente, teológica. O sea, que es Dios el que se ha puesto de parte del pobre. Y nosotros, como seguidores de su hijo revelado a través de Jesús, estamos en seguimiento de fidelidad en lo que él hizo.

De manera que después de Francisco, es como darle continuidad no a lo que él impulsó, sino a nuestra fidelidad al Jesús histórico, que es la fidelidad al Reino. Esta es la gran interrogante que como Iglesia debemos hacernos, y el horizonte hacia el cual debemos seguir mirando.

¿Qué balance haces del I Encuentro?

Un primer elemento, además hermoso para lo que significa servir a eclesial, es ver cómo con tanta humildad, las personas que fundaron lo que hoy día se llama la Teología de la liberación, están a la escucha de las nuevas generaciones, abiertos a pensar y a hacer propuestas nuevas, a actualizarse. Es una lección de gran humildad que nos dan a los teólogos de que nunca hay una Teología que termina de hacerse.

Por otra parte, el poder ver que el encuentro va más allá de América Latina también es un paso importante de la humildad de la Teología latinoamericana, que quiere dialogar con otras y que no se quiere encerrar en sí misma, que es una de las tentaciones que siempre tienen las teologías.

La Teología Latinoamericana ha estado demostrando en este encuentro que quiere, con toda humildad, salir, dialogar, aprender y crecer. Y por eso la llamamos ahora Teología iberoamericana, no Teología latinoamericana en diálogo mayor con otras realidades.

«Encuentro». Precisamente ayer explicabas que le pusieron este nombre, porque no querían un «congreso». Querían un encuentro entre amigos que caminan juntos buscando un mismo objetivo.

Sí, porque ahora estamos en una época en la que todo está cambiando con una rapidez inmensa. Se nos va de las manos muchas veces, como teólogos, como creyentes y como miembros de la Iglesia. Y si no nos sentamos a pensar en conjunto, tenemos el riesgo de caer en la fragmentación en la que vivimos hoy en día: cada uno con su proyecto y su visión, en pequeñas burbujas.

El encuentro, por eso, quiere ser una reunión donde pensemos los signos de los tiempos entre todos, más allá de los que hacemos vida en la teología latinoamericana, porque al final, en una época global todos somos afectados por todo lo que sucede.

De manera que es un valor inmenso el que tiene la Teología en este momento. En lo que hemos hecho esta semana. Y añadiría un elemento más, muy importante, que es de una riqueza inmensa de la Iglesia latinoamericana en relación con el papado: cuando en los documentos que emitió el Vaticano reclamando ciertos aspectos de la Teología de la liberación, la Iglesia latinoamericana siempre fue fiel al pontificado. Nunca hubo una ruptura, tampoco una confrontación pública frontal.

Sin embargo, hoy en día, Francisco es el único Papa que ha encontrado, en iglesias particulares, figuras que lo confrontan públicamente casi creando una especie de ruptura y poca fidelidad a lo que significa el Papa como símbolo de unión de la Iglesia. Es un aspecto que tenemos que tomar muy en cuenta.

El cardenal Baltazar Porras recordaba esto precisamente. Cómo la Iglesia de América Latina tiene esa humildad propia de saber esperar, de saber dialogar y de saber escuchar. De saber abrirse a pesar de que no esté de acuerdo en un momento determinado con alguien. Pero nunca ha producido una ruptura como se está viendo hoy en día en confrontaciones con el papado de Francisco.

Otra de las riqueza que tuvimos en el encuentro es que que los teólogos podemos hablar de una manera fraterna con el episcopado, cuando este se integra en los debates teológicos con apertura, con humildad y con querer también generar una conversión. Éso eso es lo que Francisco llama conversión pastoral.

Ojalá que nuestros obispos sean cada día, un poco más así. Me decía uno de nuestros estudiantes, teníamos muchos ayudándonos, que de repente se había dado cuenta de que estaba hablando con un cardenal. Que en los días que llevaba, no se había fijado en que era el cardenal Baltazar Porras. Eso, es un signo de lo que debe primar en las relaciones humanas, la fraternidad.

Fuente: Religión Digital

8 de Marzo. ¿Cuánto Queda para Recuperar la Dignidad de la Mujer?

Una reflexión sobre la igualdad en el día de la mujer.

 Por Juan Fernández de la Cueva

OBJETIVO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

 Nuestra cultura neoliberal trabaja como un alquimista que quiere transformar en oro todo lo que toca a través del mercado. El movimiento contracultural hippie lo convirtió en una moda bohemia, la fiesta Navidad en regalo de Papa Noel, San Valentín en un agasajo de amor… ¿Corre igual peligro la dignidad de la mujer en el 8 de marzo?

 Los orígenes de este día muestran que el objetivo fundamental era conseguir la dignidad de la mujer, por entonces negada en varios frentes como el sufragio universal, derecho al trabajo asalariado, a la formación profesional, igualdad en la oportunidad de cargos políticos y empresariales…

 Su inicio surgió cuando ya la Revolución Industrial había cuajado en movimientos reivindicativos (sindicalismo, socialismo, anarquismo, y comunismo) que luchaban por la dignidad del trabajador proletario y, en ese tándem, por la de la mujer trabajadora.

Un antecedente fue la celebración de las Mujeres Socialistas de USA en Nueva York, el 3 de mayo de 1908 en honor a la huelga de las trabajadoras textiles en la que 15.000 mujeres exigían una reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derechos de voto.

En noviembre de 1909 comenzó la huelga de las camiseras también conocida como el Levantamiento de las 20.000 apoyado por la Liga Nacional de Sindicatos de Mujeres de Estados Unidos.

En 1910, la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague, reiteró la demanda de sufragio universal para todas las mujeres y, proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Unas semanas después, el 25 de marzo, murieron quemadas más de 140 jóvenes trabajadoras camiseras. El incendio fue provocado por unas bombas arrojadas para que abandonaran su huelga.

En 1911, como consecuencia de la decisión adoptada el año anterior en Copenhague, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1 millón de mujeres y hombres. Añadieron la reivindicación del derecho de la mujer a ocupar cargos públicos, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.

En 2011, a los 100 años de esta reivindicación, la ONU asumió impulsar la celebración del Día Internacional de la Mujer, comenzando a operar la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, también conocida como ONU Mujeres.

2.- ¿CÓMO ESTAMOS HOY EN ESTE CAMPO?

 Hemos avanzado muchísimo en la dignidad de la mujer pero nos queda otro tanto por conseguir.

 Acabar con la discriminación salarial es una de las prioridades del feminismo. En Alemania, la remuneración de las mujeres es, de media, un 23% más baja que la de los hombres, según la Oficina Federal Estadística. En España, una mujer necesita de media trabajar 84 días más al año, algo más de 4 meses, para cobrar el mismo salario que un hombre.

El actual modelo económico discrimina a las personas que se ocupan de la casa, los hijos, las personas dependientes,… ya que el tiempo dedicado no sólo no se traduce en un salario mensual, sino que además quedan privadas de los derechos a una pensión de jubilación, a la cobertura de accidentes en el hogar, a créditos bancarios o a prestaciones sociales (vacaciones, primas de beneficios…), porque no existen como trabajadoras.

La corresponsabilidad de la pareja en el trabajo dentro de casa no ha crecido en paralelo: las mujeres se han ido incorporando cada vez más al mercado laboral, en cambio, los hombres no han asumido de igual manera las tareas domésticas. En la Unión Europea, sólo el 3% de las familias comparten por igual las tareas domésticas, según la Encuesta de Usos del Tiempo. En España, las mujeres dedican de media tres horas diarias más que los hombres a tareas relacionadas con el hogar y la familia.

Esto se traduce en dobles y hasta triples jornadas para ellas, que les produce, en cambio, más problemas para ascender a puestos directivos. Lo que se denomina techo de cristal y suelo pegajoso.

En este escenario la Doctrina Social de la Iglesia reclama la urgencia de avanzar: “Estas dificultades, lamentablemente, no han sido superadas, como lo muestran en todo el mundo las distintas situaciones que humillan a las mujeres, sometiéndolas también a formas de verdadera y propia explotación” (Familiaris Consortio, 24)

 En definitiva: aún queda mucho para recuperar la dignidad de la mujer en el trabajo, uno de los objetivos fundamentales del Día de la Mujer. Cuidado con que nuestra cultura neoliberal puede reducir la dignidad de la mujer a la delicadeza y belleza femeninas, de las cuales el alquimista del mercado saca más oro.

 Fuente: Entre Paréntesis

Conexión y Desconexión Digital

Lograr una posición media entre la ‘adición’ y el rechazo total a las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación. Un punto desde el que quiere pararse y reflexionar el texto que compartimos a continuación.

Quiero plantear el creciente debate sobre la conexión y desconexión digital en términos inclusivos, lejos de la pobreza de pensamiento que impulsan los extremos, los de la conexión o desconexión. Porque reto real no está en alejarse de los avances, sino en cómo estos impactan y transforman estilos de vida en todos los aspectos y ámbitos (tiempo, espacio, relaciones, trabajo, educación…).

 A mi modo de ver, polarizar las posiciones no conduce más que a un enfrentamiento poco fructífero para el conjunto de la sociedad, en el que sacan rédito y beneficio sólo quien se hace portador de la bandera de una de las causas. Extremarse, alejarse de la prudencia y la moderación, parece lamentablemente un dato innegable de nuestra época. Invito a leer artículos sobre esta cuestión más allá de los titulares y descubrir en qué se parecen, más que en qué se diferencian. Seguramente todos apunten en una misma dirección, más o menos.

 Dotar de finalidad a la tecnología. ¿Para qué la queremos y en qué beneficia o maleficia?, pregunta válida en cualquier ámbito. Los defensores de la tecnología hacen valer sus avancen en diversos campos, no el valor por sí mismo. Los detractores no pueden negar lo que supone de crecimiento, pero sí critican con acierto que no toda su finalidad es tan bondadosa como parece ser, y que muchas veces se integra más en la vida cotidiana con objetivos poco humanos, poco sociales. Debemos revisar la finalidad comunicativa de la tecnología e igualmente el crecimiento desmesurado de lo meramente lúdico. Sólo hace falta ver el mercado de las grandes empresas tecnológica para contemplar a qué se destina la riqueza que los avances digitales generan.

Integrar, para no desintegrar. ¿Cuánto de (sanamente) integrada está en la vida? El gran argumento de quienes abogan por la desconexión es su aspecto desintegrador y las rupturas que provoca. Numerosos estudios nos invitan a revisar el daño que hace sobre la atención de los alumnos, la desvinculación real que afecta al entorno más cercano, al crecimiento de una sociedad de masas con mucha información sesgada pero carente de auténtico conocimiento o sabiduría, y de vez en cuando aparece un estudio que alerta sobre la pérdida de creatividad y de vida cotidiana. Como he dicho en otras ocasiones, todos estos indicadores lo único que señalan son malos usos generalizados de la tecnología, pero no una maldad intrínseca de la misma.

Conexión y desconexión. ¿Unir o separar? Ninguno de los dos extremos, sino lo mejor de ambas realidades. El trabajo sobre la bondad, que tantas veces hemos dejado a un lado. Porque no supone una pérdida, sino un crecimiento, nuevas oportunidades para lo humano. Lo que hoy se debe resaltar es el buen uso, para continuar en esa dirección. El arte de la desconexión presupone la conexión, la vinculación en un entorno no meramente analógico pero sí presencial, que tendría que hacernos igualmente pensar en una capacidad mayor de vinculación con el entorno propio. Conjugar ambas significa expresar el dominio de la persona sobre las cosas, no a la inversa; un ejercicio por tanto de libertad y voluntad, no de sometimiento ni de pérdida de sí mismo.

Haces dos años propuse el debate sobre si nos cansaremos del mundo digital, porque ya entonces había signos, no tan llamativos, que defendían la desconexión digital mientras otros muchos alababan sus virtudes. Poco después en este mismo blog, el profesor Fernando Vidal escribió un genial artículo sobre la ideología de la desconexión y más recientemente Sergio Redondo reabre el debate centrándose en los llamados millenials, pero no sólo en ellos. Igualmente convendría citar varios artículos, con una perspectiva crítica, de Agustín Domingo Moratalla.

 Fuente: Entre Paréntesis

Los 6 Desafíos de la Comunicación Digital

El Jesuita Antonio Spadaro sugiere 6 claves sobre las que trabajar para pensar el modo de hacer trabajo pastoral y vivir una fe profunda en la era digital.

Por Antonio Spadaro SJ

Internet es una realidad que forma parte de la vida cotidiana: no es una opción, sino un dato de hecho. La red hoy se presenta como un tejido conectivo de las experiencias humanas. No como un instrumento. Las tecnologías de la comunicación están creando un ambiente digital en el que el hombre aprender a informarse, a conocer el mundo, a establecer y mantener vivas las relaciones, contribuyendo a definir también un modo de habitar el mundo y de organizarlo, guiando e inspirando los comportamientos individuales, familiares y sociales. Para algunos «El ambiente digital no es un mundo paralelo o puramente virtual, sino que forma parte de la realidad cotidiana de muchos, especialmente de los más jóvenes» (Benedicto XVI). La evangelización no puede no considerar esta realidad.

Quisiera, por lo tanto, exponer aquí 6 desafíos importantes que la comunicación digital pone a nuestra pastoral, considerando, como había escrito Benedicto XVI, que «las redes sociales se alimentan de aspiraciones radicadas en el corazón del hombre».

-De la pastoral de la respuesta a la pastoral de la pregunta:

Vivimos bombardeados por mensajes, sufrimos de un exceso de información, la así llamada information overload. El problema hoy no es encontrar el mensaje de sentido, sino decodificarlo, es decir, reconocerlo como importante para mí, significativo sobre la base de las múltiples respuestas que recibo.

 En el tiempo de los motores de búsqueda, las respuestas están al alcance de la mano, están en todas partes. Por esto es que hoy es importante no tanto dar respuestas ¡Todos dan respuestas! “The teacher doesn’t need to give any answers because answers are everywhere” (Sugata Mitra, profesor de Educational Technology en la Newcastle University). Hoy es importante reconocer las preguntas importantes, las fundamentales. Y hacer de tal modo que nuestra vida quede abierta, que Dios nos pueda hablar todavía.

 El anuncio cristiano hoy corre el riesgo de presentar un mensaje ubicado al lado de otros, una respuesta entre muchas otras. Más que presentar el Evangelio como el libro que contiene todas las respuestas, es necesario aprender a presentarlo como el libro que contiene todas las preguntas justas.

 La gran palabra que debemos descubrir, entonces, es un antiguo conocimiento del vocabulario cristiano: el discernimiento espiritual, que significa reconocer entre las tantas respuestas que hoy recibimos cuáles son las preguntas importantes, las verdaderas y fundamentales. Es un trabajo complejo y exige una gran sensibilidad espiritual.

 “Nunca hay que responder preguntas que nadie se hace” (Evangelii Gaudium, 155).

 ¿La Iglesia sabe involucrarse con las preguntas y las dudas de los hombres? ¿Sabe despertar las preguntas irreprimibles del corazón, sobre el sentido de la existencia? Es necesario saberse insertar en el diálogo con los hombres y mujeres de hoy, para comprender las expectativas, las dudas, las esperanzas.

 Me ha llamado la atención el hecho de que Papa Francisco, respondiendo a una pregunta hecha por un periodista en el vuelo que lo llevaba desde Tel Aviv a Roma, haya dicho: “No sé si me he acercado un poco a si inquietud…”

 -De la pastoral centrada en los contenidos a la pastoral centrada en las personas:

 Hoy está cambiando, también, la modalidad de entrega de los contenidos.

 Estamos asistiendo el colapso de las programaciones… Hasta hace algún tiempo MTV (Music Television), entre los jóvenes era considerada una emisora de «culto». Ahora está sufriendo una crisis o, si queremos, una transformación de lo que antes era – una emisora de una notable cantidad de videos musicales presentados por VJ – en emisora de reality show y series televisivas dirigidas sobre todo al público adolescente y adulto joven.

 Los jóvenes, de hecho, tal vez disfrutan la música de internet y no hay más razones para que la disfruten desde la TV. La TV es un ruido de fondo, el zumbido del mundo. Se le deja hablar… Raramente hoy encuentra lugar en las habitaciones de los jóvenes. Hoy, por otro lado, el ver implica la selección y la posibilidad del comentario y de la interacción. Y esta posibilidad es dada por una red social como YouTube.

 La fe parece participar de esta lógica. Las programaciones son sustituidas por las búsquedas personales y por los contenidos accesibles siempre en la red.

El catecismo era una forma para presentar de manera ordenada, coherente y marcada los contenidos de la fe. En un tiempo en el que las programaciones están en crisis, esta modalidad de presentar la fe está en crisis.

 ¿Qué desafíos pone todo esto a la fe y a su comunicación? ¿Cómo hacer para que la Iglesia no se convierta en un container para acceder como un televisor que «habla» sin comunicar?

 Una dirección de respuesta a esta pregunta la encontramos en un pasaje de mons. Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, en su presentación en el Sínodo de los obispos sobre la Nueva Evangelización: «la jerarquía eclesiástica, como también la política y social, debe encontrar nuevas formas para elaborar la propia comunicación, a fin de que su aporte a este fórum reciba una atención adecuada. Estamos aprendiendo a superar el modelo del púlpito y de la asamblea que escucha por el respeto de nuestra posición. Estamos obligados a expresarnos nosotros mismos de modo que involucremos y convenzamos a los otros que a su vez comparten nuestras ideas con sus amigos, “followers” o compañeros de diálogo»

 La vida de la Iglesia está llamada a asumir una forma siempre más comunicativa y participativa.

 -De la pastoral de la transmisión a la pastoral del testimonio:

La verdadera novedad del ambiente digital está en su naturaleza de red social, es decir, en el hecho de que permite hacer emerger no solo las relaciones entre yo y tú, sino mis relaciones y tus relaciones. En la red emergen no solo las personas y los contenidos, sino que también mis relaciones. Comunicar, por lo tanto, no significa transmitir, sino compartir.

 La sociedad digital no es pensable y comprensible solo a través de sus contenidos. No están solo las cosas, sino las «personas». Están sobre todo las relaciones: el intercambio de los contenidos que ocurre al interior de las relaciones entre personas. La base relacional del conocimiento en la Red es radical.

 Se entiende bien, por lo tanto, cuán importante es el testimonio. Y esto es un aspecto determinante. Hoy el hombre en la Red se confía de las opiniones en forma de testimonio. Pensemos en las librerías digitales o en las tiendas musicales. Pero los ejemplos se pueden multiplicar: se trata siempre de los user generated contents que han hecho la «fortuna» y el significado de las redes sociales.

 La lógica de las redes sociales nos hace comprender mejor que antes que el contenido compartido está siempre estrechamente ligado a la persona que lo ofrece. No hay, de hecho, en esta red ninguna información «neutra»: el hombre está siempre involucrado directamente en aquello que comunica.

 En este sentido, el cristiano que vive inmerso en las redes sociales está llamado a una autenticidad de vida muy exigente: ella toca directamente el valor de su capacidad de comunicación. De hecho, ha escrito Benedicto XVI en su Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones del 2011, «Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales».

 El documento de Aparecida en el número 145 afirmaba claramente: “La misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf. Hch 1, 8)”.

 La fe, por lo tanto, no solo se «transmite», sino que sobre todo puede ser suscitada en el encuentro personal, en las relaciones auténticas.

 Siempre en el documento de Aparecida, en el número 489, aun habiendo sido escrito antes del nacimiento de las redes sociales, ya afirmaba: “los sitios pueden reforzar y estimular el intercambio de experiencias y de informaciones que intensifiquen la práctica religiosa a través de acompañamientos y orientaciones”.

 -De la pastoral de la propaganda a la pastoral de la proximidad:

 Evangelizar no significa hacer «propaganda» del Evangelio. La Iglesia en la Red está llamada no a una «emisión» de contenidos religiosos, sino a un «compartir» el Evangelio.

 Y para Papa Francisco este compartir es largo. Escribe claramente: « Internet puede ofrecer mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos; y esto es algo bueno, es un don de Dios». El Papa parece leer en la red el signo de un don y de una vocación de la humanidad a estar unida, conectada.

 Revive, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, «el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una santa peregrinación» (Evangelii Gaudium, 87).

 En su Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2014, Papa Francisco ha definido el poder de los «medios» como «proximidad».

 ¿Cómo se manifiesta el ser prójimo en el nuevo ambiente creado por las tecnologías digitales? Papa Francisco, hablando a los comunicadores en el 2002, había escogido la parábola del buen samaritano, como imagen de referencia del comunicador.

 -De la pastoral de las ideas a la pastoral de la narración:

  1.  Las fotos «etiquetadas», «geolocalizadas», colocadas en el momento exacto en el que han sido compartidas son el álbum fotográfico en vivo de nuestra vida.
  2.  Nuestros tuits o las actualizaciones de estado en Facebook y los post de nuestros blogs conservan nuestros pensamientos, pero también nuestros estados emocionales.
  3.  Las librerías online y las otras tiendas tienen huellas de nuestros gustos, de nuestras elecciones, de nuestras adquisiciones y, a veces, también de nuestros comentarios.
  4. Los videos en YouTube construyen en fragmentos el film de nuestra vida hecho con nuestros videos o por aquellos que nos gustan.

 El streaming de nuestra vida no está hecho solo de lo que enviamos en la Red, sino también por aquello que nos gusta y por lo que señalamos a los otros, también gracias al botón “me gusta”, a nuestros followers y a nuestros amigos.

 La experiencia compartida en las redes sociales es el opuesto de lo que ocurría en tiempos de Robert Musil que escribía: «la probabilidad de aprender desde el periódico una experiencia extraordinaria es mucho mayor a la de vivirla personalmente»

Hoy, en cambio, las redes sociales ofrecen la oportunidad de hacer más significativa la experiencia vivida subjetivamente gracias a las publicaciones y al compartir en una red de relaciones. Las noticias de los periódicos no están relacionadas conmigo y, en un cierto sentido, terminan por ser percibidas como menos «extraordinarias» o como menos interesantes.

 La Red es una oportunidad, porque narrar en todo caso es restituir los sujetos del conocimiento a la densidad simbólica y experiencial del mundo. Y hoy está muy alimentado el deseo de narración al interior de los vínculos y relaciones. La narración en la red puede ser, sí, individualista y autorreferencial, pero puede ser también polifónica y abierta.

 Interesante en este propósito es la posibilidad de agregar material compartido en diferentes redes sociales sobre una plataforma como Storify que permite la interconexión con Twitter, Facebook, Flickr, YouTube… y las abre al compartir. En la base está la consciencia de que cada uno de nosotros es un “living link”. La interactividad es la cifra radical de este “lifestreaming”.

 -Una pastoral atenta a la interioridad y a la interactividad:

 La vida espiritual del hombre contemporáneo está ciertamente tocada por el mundo en el que las personas descubren y viven las dinámicas propias de la Red, que son interactivas e inmersivas. El hombre que tiene un cierto hábito con la experiencia de internet, de hecho, aparece más dispuesto para la interacción que a la interiorización.

 Y, generalmente, «interioridad», es sinónimo de profundidad, mientras que «interactividad» es, frecuentemente, sinónimo de superficialidad ¿Estaremos condenados a la superficialidad? ¿Es posible conjugar profundidad e interactividad? El desafío es muy grande.

 Sustancialmente podemos constatar que el hombre de hoy, habituado a la interactividad, interioriza las experiencias si es capaz de tejer con ellas una relación viva y no puramente pasiva, receptiva. El hombre de hoy concibe como válidas las experiencias en las cuales se pide su «participación» y su involucramiento.

 Hoy la profundidad se conjuga con una inmersión en una verdadera y propia «realidad virtual».

 En la web, entendida como lugar antropológico, no hay «profundidad» para explorar, sino «nodos» para navegar y conectar entre ellos de manera fija. Lo que parece «superficial» es solamente el proceder en modo, tal vez inesperado y no previsto, de un nodo al otro. La espiritualidad del hombre contemporáneo es muy sensible a estas experiencias…«la superficie en lugar de la profundidad, la velocidad en lugar de la reflexión, las secuencias en lugar del análisis, el surf en lugar de la profundización, la comunicación en lugar de la expresión, la multitarea en lugar de la especialización»

 ¿Cuál será la espiritualidad de las personas cuyo modus cogitandi está en fase de «mutación» a causa de su habitar en el ambiente digital? Un camino para evitar esta pérdida consiste en el evitar oponer demasiado velozmente profundidad con interacción, superficialidad con interiorización.

 La red, ciertamente, no está privada de ambigüedades y utopías. En todo caso, la sociedad fundada en las redes de conexión comienza a poner desafíos verdaderamente significativos tanto para la pastoral, como para la comprensión misma de la fe cristiana, a partir de su lenguaje de expresión. Los desafíos son exigentes. Nuestra tarea también lo es.

 Fuente: Teología Hoy

Una App Made in la UCC

La aplicación fue desarrollada como tesis de un alumno de ingeniería de Universidad Católica de Córdoba. La misma está pensada para ser utilizada por profesionales de la salud.

Después de dos años de desarrollo nació una aplicación para android que tiene como objetivo el control y la gestión de pacientes en diálisis. Está dirigida a los médicos. Realiza distintos cálculos matemáticos para alcanzar una serie de parámetros que le ayudan a saber cuán efectivo fue el tratamiento. También facilita su visualización porque la pueden consultar desde el celular y les permite guardar los datos como un historial. También existe la opción de subir la información a la nube por seguridad.

Esta propuesta surgió en las aulas de nuestra universidad cuando Elmer Fernández, profesor de la Facultad de Ingeniería, propuso la idea y uno de sus alumnos la eligió como tema de su tesis. «Me llevó bastante tiempo la tesis porque me metí en un mundo que no conocía. Elegí este tema como un desafío», nos cuenta Luciano Verri, de 35 años, que se recibió de Ingeniero en Sistemas a fines del año pasado con la defensa de esta aplicación que algunos médicos ya utilizan para probarlo y que ha tenido importante repercusión en distintos medios de nuestra provincia.

 «El objetivo de este proyecto fue crear algo que ayude. En este caso busca llevar un registro de los pacientes a medida que se hacen diálisis, es decir, cada vez que llega el paciente, el médico carga los datos, obtiene los resultados y los guarda. Con el tiempo obtiene información para ver cómo evoluciona. Le permite a los médicos evaluar la evolución de los procesos de diálisis en el tiempo para mejorarles la calidad de vida», explica el ingeniero.

Para avanzar en su proyecto Luciano leyó bastante sobre medicina para aprender en qué consistía una diálisis y todo lo que tenía que ver con el tratamiento. Aparte de la asesoría de su profesor, consultó con un nefrólogo que los guiaba para saber qué información necesitaban. «La tesis terminó con este desarrollo pero tenemos pensado seguir avanzando para mejorarlo, de hecho algunos médicos la están utilizando a modo de prueba. Nos hacen devoluciones, nos dicen qué les sirve, qué podríamos mejorar, vendría a ser como una fase experimental».

Actualmente Luciano trabaja en una empresa dedicada al desarrollo de software, a la cual ingresó por recomendación de otro de sus profesores. Uno de sus objetivos es mejorar la aplicación que desarrolló para convertirlo en un producto que salga al mercado. «Me genera expectativa y alienta para seguir avanzando, creando y mejorando».

 Fuente: Noticias UCC

hostias copón madera

Un Dios que se Deja Tomar entre las Manos

Para invitar a rezar sobre la cuaresma, tenemos este texto que reflexiona sobre el misterio de un Dios que se hace cercano y cómo estamos invitados a vivir esa cercanía de un modo especial en la eucaristía.

 Por Ángel Rossi SJ

 Después del lavatorio de los pies, en el texto paralelo, aparece el momento de la institución del sacerdocio y de la eucaristía. Pero sería lindo también al contemplar esta escena, rumiar este misterio inmenso de la Eucaristía. Esta presencia del Señor en la eucaristía que es un misterio grande, inmenso, en términos de San Ignacio “un misterio de profundo y total abajamiento”. El inmenso y bellísimo misterio de un Dios que ha querido encarnarse, que como decía Martín Descalzo “se dio cuenta de que sólo se ama aquello que se puede abrazar”. Y un Dios que hasta tal punto se hace a nosotros que asume nuestra carne y nuestra fragilidad, que llega a esta locura de la eucaristía.

 El omnipotente, el innombrable, el infinito, el inalcanzable, el que era motivo de temor para el antiguo testamento ante el cuál había que taparse el rostro para no caer muerto al verlo cara a cara, el admirable para los filósofos, este Dios inmenso, comete “la amorosa imprudencia” de quedarse entre nosotros y para nosotros bajo la forma de pan y de vino.

Algo tan sencillo, tan a la mano, tan cotidiano, tan vulgar… ¿No habría sido mejor que lo haga bajo la forma de algún alimento más difícil de conseguir, o más caro, o más escondido, para que sólo accedan a Él quienes lo busquen arduamente y no tengamos que vivir dudando de los méritos de muchos que llegan a Él con la misma facilidad que nosotros? Haciéndose tan a la mano ¿no se auto desvaloriza? Así pensamos nosotros, pero Dios no piensa así.

La Eucaristía es misterio de descalabro, de celebración gozosa para los pequeños y de escándalo para los fariseos que si por ellos fuera pedirían certificado de conducta intachable del alma en la fila de la comunión. Un Dios que se deja tomar entre las manos, que se deja pasar de mano en mano con el riesgo de que no siempre ellas estén lo suficientemente limpias como algo tan sagrado merecería... y Él lo sabe e insiste en quedarse, y no se arrepiente ni quiere volver para atrás y ser sólo un motivo de reverente y fría admiración, cuidadoso de no rozarse con nuestras miserias para no ensuciarse. Podemos decir: “Señor no te entendemos pero te agradecemos, nos cuesta entender este abajamiento, este no tenerle miedo a las heridas del corazón que muchas veces supuran más que las heridas del cuerpo”.

Muchas veces hemos confundido la preparación del alma para la eucaristía y en vez de sacar a luz nuestras heridas, las maquillamos, en vez de acercamos a comulgar en debilidad, lo hacemos enarbolando los títulos de buenos cristianos, en vez de buscarlo sedientos, lo hacemos saciados y empachados de méritos. O al contrario viéndonos a veces tan poca cosa, tan indignos, no nos acercamos como si la encarnación y la Eucaristía dependieran de nuestra carpeta de méritos. Nos olvidamos de que son dos presencias totalmente gratuitas, motivadas por nuestra fragilidad y no como recompensa a nuestros buenos comportamientos.

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 Es cierto que no podemos acercarnos de cualquier modo a la Eucaristía y que hay que ser muy delicado, pero no esperemos tener pureza de ángeles para recibirlo, de lo contrario, como dice el poeta, “nos moriremos de sed al lado de la fuente”. A veces nos dice la gente: “Yo no voy a misa porque los que van a misa después durante la semana son iguales a nosotros o peores” y yo les respondo que somos iguales, y por eso vamos a misa, porque somos igualmente pecadores. Es cierto que nuestro testimonio será cristiano en la medida que nuestros gestos sean cada vez más coherentes con nuestra fe y es cierto que normalmente escandalizamos y alejamos a la gente cuando advierten en nosotros ese quiebre entre lo que pensamos y proclamamos y lo que en realidad vivimos. Justamente porque queremos que esa grieta entre mi querer y mi obrar, entre lo que en el templo deseamos y lo que afuera hacemos desaparezca o disminuya, vamos a rezar, a escuchar la Palabra y a fortalecernos con la Eucaristía.

 La misa, reunión de débiles y necesitados

 Ir a misa no es garantía de santidad, al contrario, es garantía de debilidad. El que entra a misa con perseverancia y sinceridad, al traspasar la puerta de la Iglesia hace un acto de humildad, se reconoce y se declara públicamente débil. Si no lo fuéramos no necesitaríamos venir a alimentarnos, nos quedaríamos en casa regodeándonos satisfechos de ser fuertes.

La misa es esto, reunión de débiles que necesitan ser fortalecidos con la Palabra y la Eucaristía; reunión de heridos que necesitan ser curados, o aliviados, de hijos pequeños que necesitan sentir la paternidad de Dios, de ciegos que necesitan luz, de hombres y mujeres que hemos perdido el camino y entonces venimos al que es el Camino, para que nos saque con la delicadeza con que solo Él sabe hacerlo de los acantilados donde fuimos a parar. O si vamos bien, podamos perseverar y no tentarnos de dejar el sendero estrecho para indagar recodos o atajos falsos, o cansarnos y quedarnos al costado del camino.

 En definitiva la misa no es para los que se creen buenos sino para los que estamos convencidos de que necesitamos mucha ayuda de Dios y de nuestros hermanos, por eso celebramos la misa en comunidad, para seguir deseando ser buenos. Y esto lo hacemos en ámbito de fiesta, de celebración, porque con San Pablo, “nos gloriamos en nuestra debilidad, porque cuando estoy débil, entonces soy fuerte porque en mí debilidad se muestra su fuerza” ( 2Corintios 12, 9-10).

 La propuesta es admirarnos de este Señor que ha querido no escaparse de nosotros a pesar de nuestras traiciones sino que ha querido quedarse allí como alimento, como fuerza… ha querido quedarse entre nuestras manos y en nuestro corazón.

 Fuente: Oleada Joven

Votos 2017

El pasado 4 de marzo, en el Templo de la Compañía de Jesús de la Ciudad de Córdoba, Argentina, Matías Aguero, Joaquín Taberas y Luciano Esnaola hicieron sus votos perpetuos de pobreza, castidad y obediencia.

La celebración fue presidida por el Padre Provincial de Argentina y Uruguay, Alejandro Tilve SJ; y contó con una amplia presencia de jesuitas (hermanos, sacerdotes y en formación), no sólo de Argentina-Uruguay, sino también de las provincias de Chile y Paraguay.

Además los jóvenes fueron acompañados por sus familias, amigos, religiosos de otras congregaciones con quienes han compartido parte de su formación, y colaboradores y amigos de los lugares donde han realizado los diferentes apostolados a lo largo de estos dos años.

Los votos marcan la finalización de la etapa de noviciado (la primera de la formación de los jesuitas). Los próximos cuatro años, éstos tres jóvenes se dedicarán a sus estudios de filosofía y a colaborar con las diferentes obras que tienen los jesuitas en el lugar de destino.

 Palabras dirigidas especialmente a ellos

Como es tradición, las lecturas que se leyeron en la celebración eras las propias del domingo. Este domingo correspondía el evangelio que narra las tentaciones de Jesús, por lo que el Provincial, al hablarle directamente a Matías, Joaquín y Luciano, hizo una analogía entre este episodio de la vida de Jesús con la experiencia de noviciado.

Alejandro Tilve SJ comenzó la homilía, diciendo que “lo escuchado en el evangelio me recuerda a lo que vivieron ellos a lo largo de éstos dos años de noviciado”. Dado que, a medida que avanzaban las experiencias y (sobre todo) en la convivencia diaria : “tantas situaciones tenían que vivir con desafíos, descubriendo aspectos de la vida, de la realidad que les afectaban, tocaban, herían… y también aspectos de la propia vida, religiosa, de la propia personalidad, y de la convivencia”.

Sin embargo, cómo se leyó en la segunda lectura “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”, y esas palabras también hablan mucho de la experiencia de fe y de consagración de estos tres jóvenes.

Hablando de la vocación dijo Tilve SJ que “ en la vocación somos llamados por nuestro nombre. Luciano, Matías Joaquín, han sido llamados por su nombre, y no han sido sordos, han sido escuchadores, han tenido un corazón abierto, y sensible. Es un misterio el llamado: ¿por qué? ¿por qué a mí? ¿por qué hoy? ¿Por qué a mí y no a otro más cualificado?”

Para escuchar la homilía completa 

 Al finalizar la celebración, los flamantes jesuitas agradecieron a todos los que acompañaron (con la presencia y la oración) esta etapa de su formación y de sus vidas. La comunidad y los compañeros jesuitas recibieron el agradecimiento con un cálido aplauso.