Tres Estudiantes del Colegio Seminario Representarán a Uruguay en la Olimpíada Iberoamericana de Física

Pedro Sales (17), José Luis Vilaseca (18) y Miguel Ignacio Sica (18) son los tres alumnos del Colegio Seminario que viajarán a Colombia a participar de la Olimpíada Iberoamericana de Física en representación del país oriental.

La física es una disciplina compleja, sin dudas. “Determinar la relación funcional del período de oscilación del péndulo bifilar con la distancia entre los hilos que lo sostienen”. Parece difícil de realizar y lo es, pero ese fue el ejercicio experimental en la última etapa de las pruebas clasificatorias para la XXII Olimpíada Iberoamericana de Física, que se celebrará en setiembre en la ciudad de Armenia, en Colombia.

Pedro Sales, de 17 años; José Luis Vilaseca, de 18; y Miguel Ignacio Sica, también de 18, los tres estudiantes de sexto año de ingeniería del Colegio Seminario, representarán a Uruguay por segundo año consecutivo, y este año se sumó a la delegación nacional Félix Leborgne, de 17 años y estudiante de quinto científico de The British Schools. Al país cafetero buscarán “ir con un poco más de experiencia y mejorar el resultado del año pasado”, aclaró a la diaria Pedro, que el año pasado obtuvo una medalla de bronce en la competencia internacional.

El nivel al que se enfrentarán los jóvenes uruguayos en la competencia internacional es muy alto en comparación con la preparación nacional. Sin embargo, Martí cree que este año la delegación uruguaya podría obtener muy buenos resultados: “Este año, en particular, hemos notado un nivel muy alto y una preparación muy en serio por parte de ellos, con mucho entusiasmo, y estos finalistas son realmente muy buenos”.

La Iberoamericana de Física es una instancia en la que Uruguay participa regularmente desde el año 2000; al principio obtuvo excelentes resultados, pero luego fue disminuyendo la presencia celeste en el podio, debido, sobre todo, “a la mejora en el nivel de los otros países, que al principio no se preparaban tanto y que ahora lo ven como una instancia obligatoria a nivel nacional”, comentó Martí en referencia a la política del Ministerio de Educación de Cuba.

Para Ignacio y José es una cuestión de gusto: hace cuatro años participaron por primera vez en la Olimpíada Nacional.

Todo un Proceso

Los competidores debieron pasar por tres pruebas, las dos primeras mediante una plataforma en línea, “con problemas teóricos y tiempo limitado”, bajo la supervisión del profesor del curso, “que certifica que la prueba se hizo de forma individual y sin consultar internet ni materiales de ningún tipo”, detalló Martí. Quienes superaron esas pruebas estuvieron en la final el sábado 29 de julio en la Facultad de Ingeniería. Allí debían rendir un examen práctico, además de una prueba teórica. Las teóricas, apuntan los estudiantes, siempre tienen algunos ejercicios más difíciles, y los de este sábado fueron los relacionados con ondas. “Son ejercicios que tampoco van a ser súper fáciles, porque en algún punto tenés que hacer la diferencia. El año pasado, por ejemplo, había un par de ejercicios sobre un tema que no habíamos dado y ni intentamos resolverlos, porque era prácticamente imposible. Este año estudiamos ese tema, sabemos muchísimo más que el año pasado, aunque siempre hay uno que no cubrís o no estudiás. Siempre hay un ejercicio que nadie puede hacer”, comentó Pedro.

Según el docente, es en la parte experimental de la prueba en la que se ven las mayores dificultades que tienen los estudiantes: “A veces les cuesta un poco, porque no están acostumbrados a llevar a la práctica experiencias en las que tienen que inventar el procedimiento; están más acostumbrados a seguir la receta, el protocolo. Acá nosotros les decimos que se las tienen que ingeniar para llegar; este año tuvimos buenos resultados”.

(…) La semana que pasarán en Colombia incluirá dos jornadas de pruebas, una práctica y otra teórica, de cinco horas cada día, y luego recorridos turísticos por la zona y actividades de integración con estudiantes de otras nacionalidades. Los tres ex olímpicos se reencontrarán con varios ya conocidos, que también repiten este año. “Ninguno abandonó el grupo de Whatsapp”, contaron.

Fuente: La Diaria

Entrañas de Misericordia: El Papa Francisco Ante los Migrantes, Desplazados y Refugiados

A través de gestos y palabras el Papa Francisco ha invitado, en diversas oportunidades a tener una actitud de acogida hacia las personas que han tenido que desplazarse de su lugar de procedencia para ir a vivir a otro.

Por P. Mauricio García Durán, SJ.

Como preparación a la visita del Papa Francisco a Colombia, la Revista Javeriana preparó un número introductorio de dicha visita, en donde se publica un escrito del P. Mauricio García Durán, SJ., que habla sobre la posición del Papa ante los migrantes, desplazados y refugiados. Lo compartimos con ustedes a continuación:

La crítica realidad migratoria que vivimos hoy en el mundo ha sido, sin lugar a dudas, uno de los focos de atención del Papa Francisco en el ejercicio de su ministerio petrino. Podemos incluso decir que ha sido uno de los temas que ha dado identidad a su ministerio como pastor de la Iglesia universal.

Si la misericordia es “la palabra clave de este pontificado”, no se puede vivir la misma en el mundo actual sin tener presentes de manera privilegiada los millones de migrantes, desplazados y refugiados que enfrentan situaciones de profunda vulnerabilidad y sufrimiento.

Vamos a considerar, por tanto en este artículo, la manera concreta como el Papa Francisco ha abordado el tema de los migrantes, desplazados y refugiados a lo largo de estos cuatro años como Obispo de Roma. No solo ha visto el dolor y la humillación de estos hermanos/as, sino que también ha realizado diversos signos y gestos, ha hecho explícita su aproximación teológica al tema en distintos mensajes, homilías e intervenciones públicas y ha manifestado unas estrategias pastorales que recogen una clara invitación a la solidaridad y compromiso concreto.

Un Papa que ha visto el dolor y la humillación de su pueblo

Hoy en día podemos constatar un creciente flujo migratorio a nivel mundial, el más alto en las últimas tres décadas. En 2016 son más de 244 millones de migrantes internacionales, de los cuales 65,6 millones son desplazados forzados (22,5 millones refugiados, 2,8 millones solicitantes de asilo y 40,3 millones desplazados forzados dentro de sus propios países). Esta realidad es para el Papa “la crisis humanitaria más grande después de la Segunda Guerra Mundial”, pero al mismo tiempo un “signo de los tiempos” que los creyentes debemos mirar con amor misericordioso para discernir los llamados a la acción que el Señor nos hace en ella. “El inicio de este tercer milenio es fuertemente caracterizado por los movimientos migratorios que, en términos de origen, tránsito y destino, afectan prácticamente a cada lugar de la tierra. Lamentablemente, en gran parte de los casos, se trata de movimientos forzados, causados por conflictos, desastres naturales, persecuciones, cambios climáticos, violencias, pobreza extrema y condiciones de vida indignas”.

El drama que el Papa constata para los migrantes de Centroamérica y México hacia los EE.UU. se puede generalizar para otros lugares a nivel mundial y emerge como un grito que clama solidaridad y justicia de parte de las iglesias, las sociedades y los gobiernos. “No podemos negar la crisis humanitaria que en los últimos años ha significado la migración de miles de personas, ya sea por tren, por carretera e incluso a pie, atravesando cientos de kilómetros por montañas, desiertos, caminos inhóspitos. Esta tragedia humana que representa la migración forzada hoy en día es un fenómeno global. Esta crisis, que se puede medir en cifras, nosotros queremos medirla por nombres, por historias, por familias. Son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen organizado. Frente a tantos vacíos legales, se tiende una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres. No sólo sufren la pobreza sino que además tienen que sufrir todas estas formas de violencia”. Llama la atención el Papa Francisco a las situaciones de los niños/as, de los jóvenes y de las mujeres que sufren los peligros y las consecuencias negativas de la migración.

Signos y gestos a favor de los migrantes y refugiados

Los signos y gestos que el Papa Francisco ha realizado con relación a los migrantes, desplazados y refugiados son particularmente significativos en un tema que es uno de los rasgos característicos y que da identidad a su servicio como Papa, quien se identifica a sí mismo y a la familia Bergoglio como migrantes. Entre muchos, vamos a resaltar cinco gestos concretos que ha realizado Francisco desde el 13 de marzo de 2013 cuando fue elegido, signos que nos hablan de ir a la periferia y tender puentes, de acoger y ser hospitalarios, de construir fraternidad. Estos gestos buscan hacer realidad una Iglesia en salida hacia las periferias, una Iglesia con entrañas de misericordia que opera como hospital de campaña, que acoge y sana las heridas de los heridos encontrados a la vera del camino.

Un primer signo claro del talante que este tema tendría en su pontificado fue su viaje a Lampedusa el 8 de Julio de 2013, su primer viaje fuera de Roma para desplazarse a una de las periferias físicas y existenciales del mundo de hoy. En medio de una creciente crisis migratoria en Europa, caracterizada en gran medida por el creciente número de migrantes y refugiados muertos en el mar, Francisco toma la decisión de hacer este viaje a uno de los sitios de llegada de los migrantes que vienen atravesando el Mediterráneo para mostrar su cercanía y solidaridad con estas víctimas. Pero también interpela la responsabilidad de todos aquellos que con sus decisiones han creado este tipo de situaciones trágicas en diversas partes del mundo y a las sociedades que han caído en una “globalización de la indiferencia” perdiendo el sentido de la responsabilidad fraterna con estos hermanos/as.

Un segundo signo que expresa claramente la solidaridad y compromiso con los migrantes y refugiados es su viaje a Lesbos, en Grecia, lugar de llegada de refugiados sirios. El Papa Francisco no sólo percibe la cruda realidad de los migrantes y refugiados, ubicados en muchos casos en “campos de refugiados que son verdaderos campos de concentración”, sino que también considera que en esas circunstancias “construir muros no es una solución, tenemos que hacer puentes”, como lo planteó en el vuelo de regreso a Roma. Además de ello realiza un gesto especialmente significativo en un contexto europeo con serias resistencias con la creciente migración y donde algunos países incluso han cerrado sus fronteras a los migrantes: trae consigo a tres familias refugiadas para darles acogida y cobijo en el Vaticano.

Un tercer signo lo realizó el Papa Francisco el 24 de marzo de 2016, Jueves Santo, cuando celebró la Cena del Señor en un centro de acogida para los solicitantes de asilo, donde lavó los pies a 12 refugiados, incluidas mujeres, muchos no católicos. Con ello el Papa no sólo muestra la necesidad de la Iglesia de caminar con los migrantes, desplazados y refugiados, de ponerse al servicio de ellos/as, y hacerlo con fraternidad sin importar las diferencias culturales y religiosas. Como lo dijo en la homilía: “Somos distintos, somos diferentes, tenemos diferentes culturas y religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz”.

Un cuarto signo fue la celebración de la eucaristía el 17 de febrero de 2016 durante su visita a México, ya que fue una eucaristía celebrada en toda la frontera de Ciudad Juárez (México) y El Paso (EE.UU.), con participación de fieles en ambos lados del muro que separa los países en esta frontera. Claramente el Papa Francisco quería enviar un mensaje de conversión ante las resistencias a la migración, conversión que lleve a una acogida que supere las separaciones de los muros que creamos los seres humanos.

Un quinto signo, lo encontramos en la invitación que hizo el Papa Francisco a las comunidades religiosas el 10 de septiembre de 2013: “queridísimos religiosos y religiosas, los conventos vacíos no sirven a la Iglesia para transformarlos en hoteles y ganar dinero. Los conventos vacíos no son vuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados”. Esta invitación la extiende dos años después a las parroquias, monasterios o santuarios de Europa en el rezo del Ángelus del 6 de septiembre de 2015, al pedirles acoger al menos una familia de refugiados. “Ante la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y el hambre […], el Evangelio nos llama a ser próximos a los más pequeños y abandonados. A darles una esperanza concreta”.

Fuente: CPAL SJ

 

Jesuita a la ONU: los Migrantes Deben Ser Protegidos contra la Explotación

El padre jesuita Michael Czerny -escogido por el Papa Francisco como Subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para Promover el Desarrollo Humano Integral- dijo en una conferencia en la ONU que los migrantes buscan las “mínimas condiciones” de dignidad, y desarrollo integral y sostenible.

Por Michael Czerny, S.J.

“El derecho a permanecer ayuda a concentrar los esfuerzos de la comunidad internacional en su obligación previa de asegurar el desarrollo humano sostenible e integral de todas las personas en su lugar de origen y de permitirles convertirse en agentes activos de su propio desarrollo”, dijo él. “También nos ayuda a reconocer los costos sociales, económicos y culturales que la migración puede implicar o significar para un país cuando sus propios ciudadanos se sienten obligados a abandonar en lugar en vez de permanecer. Es mediante la garantía de las condiciones para el ejercicio del derecho a permanecer, entonces, que hace de la migración una elección, en vez de una necesidad”.

El sacerdote dijo que lo mejor de los países pobres — los jóvenes, el talento, la valentía y la esperanza — están arriesgando sus vidas atravesando el Mediterráneo y otros mares del mundo en busca de supervivencia y una vida mejor.

Los profundos vínculos entre la migración y el desarrollo pueden verse en primera instancia, por desgracia, en la ausencia o desintegración de muchos de los pilares del desarrollo sostenible que han obligado a millones de personas a ponerse en marcha o desplazarse: en la pobreza endémica, el hambre, la violencia, la carencia de trabajo adecuado, la degradación del medio ambiente y las sequías, las instituciones débiles y corruptas, y tantas otras áreas que se están abordando de manera concertada en la Agenda para el Desarrollo Sostenible del 2030”, dijo el Padre Czerny.

El evento informal en la sede de la ONU en Nueva York tuvo lugar del 24 al 25 de julio con el fin de estudiar las contribuciones de los migrantes y la diáspora a todas las dimensiones del desarrollo sostenible.

El Padre Czerny dijo que esta migración es una “pérdida neta para sus países”, agregando que puede convertirse en una ganancia para ellos si los migrantes “son bienvenidos, protegidos, promovidos e integrados”, y si se les ayuda “a pasar de objetos de cuidado urgente a dignos sujetos de su propio desarrollo”.

Dijo que se debe permitir a los migrantes que utilicen la educación, las habilidades, las ambiciones, las experiencias y la sabiduría cultural que ya tienen, lo que se puede mejorar o acentuar mediante una mayor escolarización y capacitación para el desarrollo de la sociedad.

“Para que esto se produzca y sea un éxito para cada una de las partes, los migrantes deben primero que todo ser recibidos y tratados como seres humanos, con dignidad y pleno respeto a sus derechos humanos, y protegidos contra toda forma de explotación o de ser permanentemente expulsados social, económica o legalmente”, dijo el Padre Czerny.

El Padre Czerny advirtió que las comunidades receptoras deben recibir una asistencia adecuada para integrar a los migrantes de una manera que no perjudique a los pobres o marginados locales; y dijo que los migrantes tienen la responsabilidad de respetar los “valores, tradiciones y leyes” de las comunidades que los reciben.

Concluyó su intervención citando una carta enviada por el Papa el mes pasado a la agencia de noticias italiana Ansa, en la que el Papa Francisco dijo: “La presencia de tantos hermanos y hermanas que experimentan la tragedia de la inmigración es una oportunidad para el crecimiento, encuentro y diálogo humanos entre culturas con miras a promover la paz y la fraternidad entre los pueblos”.

Fuente: CPAL Social

ICDA: Medio Siglo Formando en Gestión

La Escuela de Negocios de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) cumplió 50 años la semana pasada. El aniversario será festejado con distintos eventos a lo largo de lo que resta del año. El primero será una conferencia con especialistas de la Esade Business School, de Barcelona España.

El 23 de septiembre de 1967, la UCC lanzó tres centros de perfeccionamiento en administración dedicados a diferentes organizaciones: empresas, sector público y cooperativas. El proyecto siguió una propuesta del sacerdote jesuita Jean Sonet, de Bélgica, en función de la experiencia en su país.

En 1978, el hoy papa Francisco, en aquel momento Jorge Bergoglio, provincial de los jesuitas (máxima autoridad de la congregación para esta región), firmó el decreto unificando los tres centros, lo que dio nacimiento así al Instituto de Ciencias de la Administración (Icda).

La escuela de negocios de la UCC dicta cursos de posgrado como el MBA Magíster en Dirección de Empresas; diplomaturas en gestión gerencial para los que no tienen título de grado; cursos de formación profesional, y capacitaciones in company (dentro de las empresa), como las realizadas para Coca Cola en Chile y Argentina; en Osde y Urgencias y en la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea).

Alejandro Bernhardt, director del Icda, asegura que por sus diferentes cursos pasan todos los años mil personas y participan entre 100 y 120 docentes tanto de Córdoba como de Buenos Aires y del exterior.

Proyección internacional

Al igual que todas las organizaciones educativas jesuitas, el ICDA apuesta a la formación de excelencia académica, pero “con un perfil social basado en la conciencia y compromiso de formar profesionales que construyan un orden social más justo”, dice su titular.

A futuro, la entidad ha definido como estrategia seguir avanzando la diferenciación y privilegiando la calidad sobre la cantidad de personas formadas.

En este marco, fijó su rumbo hacia la internacionalización. Desde hace dos décadas, mantiene una doble titulación con Alemania y con Francia.

En el último tiempo, avanzó en su alianza con el Esade, con la que realiza actividades en conjunto, como cursos y conferencias; también forma parte del Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración (Cladea) y otras asociaciones internacionales.

A su vez, trabaja con el Founder Institute del Silicon Valley, el parque tecnológico de San Francisco, Estados Unidos, impulsando proyectos de base tecnológica en Córdoba. También está vinculada con la Universidad de Harvard en temas de competitividad y estrategia, con planes para la formación de profesores.

Fuente: La Voz del Interior

Inscripciones Abiertas para el Programa de Liderazgo Político 2018

El Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) dirigido por el jesuita Rodrigo Zarazaga SJ, ha abierto las inscripciones para la edición 2018 del Programa de Liderazgo Político.

En general, los estudiantes tienen entre 23 y 35 años. Algunos de ellos ya participan en partidos políticos o en la administración pública; aunque dicha participación no es requisito para ser admitido. El CIAS no tiene filiación partidaria y trabaja activamente para tener estudiantes de todo el espectro ideológico y socioeconómico.

  • La inscripción al Programa estará abierta desde el 4 de septiembre hasta el 29 de octubre de 2017. Los postulantes deberán completar el formulario disponible en www.cias.org.ar, adjuntando en el mismo:
  • Curriculum Vitae actualizado.
  • Carta de Presentación explicando las motivaciones y las cualidades que lo hacen un buen candidato.

El itinerario de contenidos del Programa es sumamente amplio e incluye:

  • Coaliciones de Gobierno
  • Estado y Administración Pública
  • Macroeconomía
  • Microeconomía
  • Comunicación Política
  • Liderazgo
  • Media Training
  • Psicología Política

Además, el programa propone una serie de viajes al interior y exterior de Argentina, con el objetivo de que los alumnos puedan interiorizarse de la realidad del país, al tiempo que tienen la oportunidad de conocer modos de organizar y estudiar la actividad política en otros lugares del mundo.

 

 

¿Cómo es Crecer en la Vida de Fe?

El modo en que vivimos la fe cambia con nosotros y nuestro proceso de crecimiento a lo largo de la vida.

Por Emmanuel Sicre SJ

En nuestra vida, a medida que vamos creciendo, es necesario cotejar que la fe vaya al ritmo de los cambios que experimentamos a todo nivel: corporal, mental, moral, psicológico, social, etc. ¿Qué significa esto? Que no lleguemos a ser adultos con fe infantil, por ejemplo, o que no le pidamos a un niño que viva la fe como una persona experimentada, o que le exijamos a un adolescente que no haga crisis de su imagen de Dios por miedo a que deje de creer.

La fe es una dimensión humana, dinámica y personal, heredada que crece junto a la comunidad/familia que convive con la presencia viva de Dios en medio de ella. Sin comunicación de la fe no hay fe porque la fe es la comunicación que Dios hace de su propia vida al hombre. Es decir, la relación que Dios establece con nosotros haciéndonos experimentar su amor nos abre al misterio de confiar en él.

En efecto, se trata de vivir de manera fecunda los cambios que experimentamos en nuestras etapas de la vida junto con la experiencia religiosa del Dios de Jesús. Y es que ese Dios nos acompaña de manera real en cada momento de nuestro caminar por este mundo y está bogando porque crezcamos sanamente, superando las crisis y dándonos sentido a cada cosa que vivimos. Pero, ¿cómo es una actitud madura de fe?

Una actitud madura de fe encuentra que la realidad está habitada por el Espíritu de Dios y no se escandaliza de la libertad del hombre, sino sólo con aquello que atenta contra la dignidad de cualquier criatura. Quien va madurando en la fe ha logrado descubrir que la ley es una amiga en la que apoyarse en determinados momentos, pero se rige principalmente por la voz del espíritu del amor que susurra en su conciencia y lo invita a discernir siempre de la mano con otros. Por eso, la actitud madura no se casa con ninguna ideología y supera las polaridades meditando en su intimidad qué es lo que está en favor de la vida real habitada por Dios. Es una actitud que discierne, por eso relativiza lo inmediato y toma distancia para saber que todo le es lícito, pero no todo le es conveniente, como enseña san Pablo (1Co 10, 23).

La madurez espiritual se reconoce en una mirada sabia que distingue las dificultades de las posibilidades, que no transa con el error, pero que comprende profundamente a quien se equivoca porque conoce su propia fragilidad, y no podría juzgar mal a nadie dado que se siente incapaz. Es una hermosa actitud de compasión por el otro y por sí mismo que termina por hacer lo que Dios hace.

La actitud madura, pues, está abierta a las diversas personalidades y no ve que ninguna sea superior a otra, las encuentra ubicadas en sus múltiples sitios en favor de la existencia humana, aun cuando esto le demande una paciencia infinita. Por eso, aborrece la división y busca la armonía en el amor más allá de las diferentes opciones que cada uno va tomando en la vida. En esto consiste su humildad. Comprende, también, de modo equilibrado y en libertad, la necesaria institucionalidad de los grupos humanos. Es una actitud que toma conciencia de las deficiencias que tiene toda realidad, pero no se queja como si fuera imposible vivir con la carencia. La acepta y convive sanamente con la duda y la incertidumbre, hasta con humor. Por ello, genera respaldo y apertura en donde se desenvuelve.

Ritualmente logra acoger el misterio de la comunicación espiritual que se da en los múltiples símbolos religiosos, en la liturgia celebrada, en la fiesta y en el sufrimiento compartido con los más débiles. Asume sin problemas la dimensión antropológica del hombre que lo hace un ser ritual. Es capaz de distinguir en una imagen, en una expresión artística o metafórica una referencia a algo que está ahí, pero, al mismo tiempo, va más allá. Es decir, logra trascender lo meramente racional para entregarse afectivamente a una experiencia que no siempre controla, pero lo involucra en una dinámica abrasadora.

Un rasgo profético propio de la actitud madura de un creyente es la confianza. Confía en que es el Dios de la historia el que acompaña al hombre en su camino. Confía en los procesos lentos, amplios, serenos que marcan los hitos en la vida. Confía en el hombre, en su capacidad de pedir perdón, de animarse a ser mejor, en su solidaridad. Confía en que será parte de una historia y no su dueño, de ahí que pueda comprometerse con los demás en el tiempo. Confía en Jesucristo que vino a rescatar a todo hombre existente sobre la Tierra para llenarlo de vida y felicidad, y cuenta con él para llevarlo a cabo.

Por último, existe en la persona que va madurando en la fe un sentido creciente de la gratuidad en el amor. Ama sin poseer al otro, por eso se entrega sin esperar nada a cambio para sí, sino para los demás. La persona con una fe así se convierte en un servidor fiel que no manipula con su servicio, sino que acepta darse sin condiciones hasta perder parte de su ser para encontrarse plenamente vivo en esa donación de sí. ¿Acaso no nos recuerda esto a Cristo? Pues sí, una fe que madura poco a poco ha logrado en la persona que el proceso de cristificación se encarne transformándolo en otro Cristo capaz de hacer presente la fuerza arrolladora del espíritu que hace del mundo un lugar y un tiempo más justo, más pacífico y más humano para cada uno de nosotros.

Fuente: Blog Pequeñeces