“Los Indígenas Son Sabios que Escuchar»

Los días 27 y 28 de junio se llevó adelante un evento para tratar sobre los “Objetivos de Desarrollo Sostenible y la población indígena” en la Academia Pontificia de Ciencias.

Un encuentro “muy importante”, asegura el Padre Augusto Zampini, Teólogo en el Dicasterio Vaticano para Promover el Desarrollo Humano Integral , en el que se va a discutir sobre “cuál es el aporte de los pueblos indígenas a este nuevo modelo de desarrollo que el mundo necesita y en el que la Iglesia quiere hacer de caja de resonancia”.

“Los pueblos indígenas tienen mucho que enseñarnos” afirma el Padre argentino Augusto Zampini, sobre todo, de cómo concebir “el bien vivir”, “el progreso” y “nuestra relación con la tierra”, pues – continúa – “los indígenas no son pobres que tenemos que atender, son gente sabia que tenemos que escuchar”.

El padre Zampini también habla del problema de los pueblos indígenas, asegurando que “no es sólo limitado a su territorio”, sino que se trata de un problema “causado por un modelo de desarrollo” – el cual, puntualiza – “queremos cambiar”.

La iniciativa “Ética en Acción” busca avanzar en los esfuerzos morales esenciales para afrontar los desafíos del desarrollo sostenible e integral y en este contexto, la encíclica del Papa Francisco, Laudato Si’, ofrece el texto fundacional de este esfuerzo; una encíclica que “llama a un diálogo para redefinir el futuro del planeta” dice el padre argentino, “y nos llama a todos” puntualiza.

Aunque quizás lo más significativo es que la Laudato Si’ pide, de un modo especial, “que escuchemos las voces de los pueblos indígenas, por su sabiduría, por su relación con el territorio, con la naturaleza, la foresta, con el aire, con el agua…” explica Zampini, y también que escuchemos su “espiritualidad”, que es una espiritualidad “que integra el trabajo y el desarrollo material con el cuidado de las relaciones personales y con la naturaleza: nuestra madre tierra”.

Fuente: News.va

La Universidad, «Faro y Guía» de la Sociedad

La Asamblea Mundial de Instituciones Jesuitas de Educación Superior ha congregado a representantes de más de 200 instituciones de la Compañía de Jesús. Su inauguración fue presidida por el Rey Felipe, quien ha definido la Universidad como un referente “ético e intelectual” que actúa como “faro y guía para la sociedad”.

Al respecto, Felipe VI, instó a los centros de estudios superiores a “seguir aportando líderes de mirada abierta y visión amplia” que hagan realidad el lema del congreso: “Transformar nuestro mundo juntos”.

En presencia de personalidades del sector académico y político del País Vasco, entre ellas el lehendakari, Iñigo Urkullu, Felipe VI ha advertido de que el mundo ha de hacer frente a problemas como la desigualdad, la violencia, las vulneraciones de derechos humanos o el deterioro medioambiental. En este «complejo» contexto, ha puesto de relieve la necesidad de conjugar pensamiento «crítico y creativo» y «acciones efectivas para la transformación personal y social».

“Tenéis el reto, la responsabilidad y la oportunidad de hacer una aportación muy valiosa en materias como el liderazgo, la justicia ambiental y económica, la educación para los sectores más desfavorecidos o el diálogo interreligioso”, ha destacado.

Por otro lado, el monarca español se mostró agradecido con los responsables de la Universidad de Deusto, centro en el que se ha sentido “en todo momento cálidamente acogido” y que sabe “pulir su excelencia con el paso inexorable del tiempo”.

Compromiso del Gobierno vasco

El Rey recogió el testigo de Urkullu, quien enfatizó que el compromiso “inequívoco e integral” de las instituciones vascas para dar “respuesta a situaciones imprevistas a corto plazo” como la creciente llegada de inmigrantes al territorio. El lehendakari ha manifestado que su gabinete realizará una «reflexión estratégica» con el fin de mediar en el reto migratorio y democrático: “Nuestra misión es seguir trabajando juntos para reforzar una cultura de paz en Euskadi, asentar la convivencia basada en el respeto a los derechos humanos y el pluralismo, y elevar a la categoría de valor compartido la determinación de vivir juntos y en paz”.

Asimismo, el jefe del Gobierno vasco ha recordado el aporte intelectual de la Compañía de Jesús y ha recordado a los asistentes al congreso que visitan la tierra de Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Ignacio Ellacuría, Pedro Arrupe y José María Arizmendiarreta, a quienes ha calificado como “personas ejemplares” con las que comparte “una idea central del pensamiento ignaciano: el amor se ha poner más en las obras que en las palabras”.

Fuente: Jesuitas Latinoamérica

 

De Cómo, en tus Confusiones, Te Vas a Sorprender

Un consejo a la hora de mirar la vida hacia adelante: te vas a sorprender.

Por Santi María Obiglio

Me llamo Santi. Tengo 26 años y estoy preparándome para ser sacerdote; soy seminarista, en Buenos Aires. Al Santi de hace 10 años, si tuviera oportunidad de hablarle y darle algún consejo, creo que esto es lo que le diría.

Hermano, tenés 15 años, y no estás en tu mejor momento, lo sé…

Una palabra que te define (la veo por todas partes en vos –en tu mirada, en lo que pensás, en lo que sentís, en tus clases, en tus entrenamientos, en tus amigos, en tus salidas, en tu cuerpo–): ‘confusión’. Y yo, hoy, te quiero ofrecer otra.

Ahí va, pero ¡no te cierres a la palabra que te voy a decir! De verdad, te lo digo 10 años después. Vas a pensar que estoy delirando, que no sé lo que estoy diciendo, que no entiendo tu situación, pero, 10 años después, te digo –y no estoy delirando, sí sé lo que estoy diciendo, sí entiendo tu situación y siento con vos todo lo que estás viviendo, pero, aun así, y justamente por eso, hoy te quiero decir–: «te vas a sorprender».

¡Qué bueno poder encontrarte! Qué bueno poder acercarme, y darte una palabra de aliento. Qué bueno poder aparecerme en medio de tu vida, un poco encerrada, a apaciguar la cosa. ¡Cuánto quisiera relajarte! Desinflar tus fantasmas, que ahí son infiernos.

Si vieras mi barba, tendrías una idea de cómo las cosas cambian, ¡hasta el mismo rostro! Si vieras mi sonrisa, no lo creerías. Si vieras mis ojos entusiasmados, atravesarte con una mirada serena, compasiva y tanto más segura, no los reconocerías. Claro que tampoco hoy todo es color de rosas; claro que tampoco fuimos de ahí hasta acá por una puerta mágica. Pero qué bueno poder encontrarte hoy y decirte: «te vas a sorprender». Te lo aseguro, te lo ruego: ¡abrite a la sorpresa!, porque se viene, y viene a darte mucho, y a prometerte mucho más, dándotelo de a poco, con tiempo.

En la confusión de tu cuerpo, la sorpresa de sentirte en casa.

En la confusión de tus sentimientos, la sorpresa de una armonía que amansa cualquier fiera.

En la confusión de tus estudios, la sorpresa de una vocación –jamás esperada– que te despliega más de lo que podrías haber imaginado, ni aun inventando tu propia profesión.

En la confusión de tus vínculos, la sorpresa de una capacidad de querer a montones, y de ser inmensurablemente querido, elegido, perdonado… ¡Vas a conocer gente que nunca antes viste! Muchos darán forma a tu alegría profunda, y a otros tantos los transformarás vos.

En la confusión de tus caídas, la sorpresa de nuevas oportunidades, no sólo para levantarte, sino para pasear, correr y bailar.

En la confusión de tu soledad y en la confusión de tus vacíos, la sorpresa de una presencia más honda que te acompaña, con calidez, a través de cualquier desierto; la sorpresa de una plenitud, que aunque no siempre gustada, siempre suficiente para sostenerte vivo, en camino.

Vas bien, hermanito. Si tocó tormenta este tiempo, que sepas que se viene la cosecha que esa tormenta regó y que los años hicieron crecer. Que sepas que, a pesar de esta temporada gris, podés seguir creyendo en el Dios de la Vida, en el Dios que sana los corazones destrozados. ¡Se viene una cosecha que te va a sorprender! Una pesca, tan abundante, que vas a sentir que tus redes están por reventar. Te lo prometo: te vas a sorprender.

Fuente: Pastoral SJ

 

Encuentro Mundial de Universidades Jesuitas

Del 8 al 12 de julio La Universidad de Deusto (España) recibió a los presidentes, rectores y máximos responsables de las más de 200 universidades e instituciones de educación superior jesuitas en el marco del Encuentro Mundial de Universidades Jesuitas.

Durante el evento, los asistentes ahondaron en temas estratégicos para las instituciones jesuitas y para la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU, por sus siglas en inglés): educación para marginados y refugiados; ciudadanía y liderazgo político; justicia socioambiental; formación en liderazgo ignaciano; diálogo interconfesional; y paz y reconciliación.

Para incentivar la discusión y reflexión sobre estos y otros tópicos, se realizaron cuatro conversatorios:

  1. el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo de Educación Católica, expondrá sobre “La doctrina social católica y el papel de la universidad jesuita hoy”;
  2. Pankaj Mishran, ensayista y novelista, disertará sobre “La fragmentación política, social y el papel de la universidad jesuita”;
  3. el P. Gael Giraud S.J., investigador del Centre d’Economie, Sorbona, conversará sobre “La desigualdad económica, la degradación ambiental y el papel de la universidad jesuita”;
  4. y el Padre General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, S.J., ofrecerá la conferencia “El papel de la universidad jesuita y la llamada a la reconciliación”.

En este Encuentro Mundial se formalizó la constitución de la IAJU, se discutirán sus prioridades estratégicas y los asistentes eligieron a dos representantes que, conforme a lo establecido en la Carta Fundacional de la nueva Asociación, formarán parte de su Junta Directiva.

Fuente: AUSJAL

 

Discernimiento Comunitario (I)

El P. Emilio Martínez, S.J, Socio de la Provincia del Perú nos explica la importancia del discernimiento comunitario y cuáles son los procesos necesarios para discernir, en un video producido por la Oficina de Comunicación Institucional de la CPAL, como parte de una campaña formativa para dar a conocer y entender de forma más profunda “el discernimiento”.

Transcribimos aquí el contenido del video:

San Ignacio en el libro de los ejercicios que es donde tiene fundamento el concepto de discernimiento. San Ignacio piensa que las personas humanas podemos buscar y hallar la voluntad de Dios en este mundo o qué Dios tiene para nosotros algo que quiere que hagamos.

Los ejercicios son un proceso para discernir de forma personal qué quiere Dios de nosotros y se aplica a una opción de vida. Entonces, tú eliges en tu vida aquello que Dios quiere de ti. O, el discernimiento es un método para elegir aquello que Dios quiere de ti.

De igual manera que esto se plantea de forma personal, es también aplicable a grupos. Los grupos pueden encontrar la voluntad de Dios, pueden preguntarse qué quiere Dios de ellos en este mundo. En este sentido es importante preguntarse por la voluntad de Dios en las redes, en los grupos, en la institución, para saber qué quiere Dios de ellos.

¿Cuáles son los procesos necesarios para discernir?

Aquí se aplica a lo grupal lo mismo que al nivel personal. Lo primero es la ‘recta intención’, es decir, que entramos al discernimiento en búsqueda del bien común, de lo que Dios quiere y sin intereses personales, o intenciones ocultas. Buscamos el bien mayor para la institución y sobre todo para las personas que estamos atendiendo.

Lo segundo es la capacidad de escucharnos y expresar aquellos que pensamos con sencillez. Dios habla en el corazón de cada uno cuando nos ponemos en oración. Entonces se trata de que escuchemos a los demás y también escuchemos lo que Dios nos va comunicando. Cuando llegamos a ese momento, va apareciendo la voluntad de Dios: lo que Él quiere de nosotros sobre aquellos temas que estemos tratando.

Finalmente, algo que creo que es muy importante en el discernimiento, es quién toma la decisión. Porque una vez que vemos que estamos dentro de esta recta intención, que nos hemos escuchando y expresado, tiene que haber una persona que toma la decisión sobre aquello que se está tratando.

Fuente: Jesuitas Latinoamérica

Huellas de la Memoria

«El camino del alma y del silencio es fundamental, pero no lo es menos decisivo el de la MEMORIA.»

Por Juan Antonio Mateos Pérez

El camino hacia Dios es un proceso interior, a veces largo y costoso. Un proceso de contemplación y purificación, para acabar en un no sabiendo y toda la ciencia transcendiendo (Juan de la Cruz). La Verdad nos interpela, nos busca de mil maneras en cada esquina de nuestra existencia, desde la interioridad del corazón hasta la presencia en el hermano, en el prójimo, ordenando la cotidianeidad hacia su presencia siempre misteriosa e inefable.

Somos seres inconformistas, necesitamos de Dios, como los anfibios del oxígeno, la búsqueda puede ser larga pero no infructuosa. El ser humano en su hondura debe comprenderlo todo, hasta la religión o el misterio. Tal vez, caminando sin convicciones absolutas, desde una pequeña luz tenue y frágil, o bien desde la humildad del fragmento. El objetivo en caminar y buscar, hasta llegar a movernos en el ámbito del silencio, desprendiéndonos de todo ropaje religioso.

La gran Edith Stein, siempre buscó más allá de lo aparente de las cosas, desde la psicología y la fenomenología no cortó la posibilidad del misterio, reposando su búsqueda en las obras de Santa Teresa de Jesús. Así lo entendió también filósofo Adorno, pensador de la Escuela de Frankfurt, que llegó a decir que el pensamiento que no se decapita acaba en la trascendencia. Nos apuntó Herder, que la religión tiene que ver con el hombre entero y no sólo con su razón. Kant nos dio la clave, vinculando estrechamente la metafísica a la antropología, así lo plasmó en sus tres famosos interrogantes, qué puedo saber, qué debo hacer, qué me cabe esperar. Si llegamos al fondo, comprenderemos que Dios es la referencia humana más esencial e inevitable, esa es nuestra esperanza.

La historia del encuentro con Dios está llena de grandes creyentes, algunos nos pueden llamar la atención por su trayectoria personal (Abrahán, Moisés, Amós, Jeremías, Newman, Blondel, Dorothe Sölle, Rahner, Congar, etc.). Otros, como San Agustín, encontraron a Dios en el atardecer de la vida, en la cotidianidad de la existencia desde lo más humilde, pasando por de un largo periodo de indiferencia religiosa, de rechazo o agnosticismo. Para volver a Él nunca es tarde, porque siempre está más cercano que nosotros mismos.

Descifrar a Dios en nuestro ser, parte del hecho de que el hombre es también un misterio, necesita para su definición ir más allá de sí y, desde el brocal de su humanidad, y preguntarse: quiénes somos y de dónde venimos. Es una búsqueda existencial, y en ella nos topamos con muchos factores: la ciencia, la afectividad, la antropología, el arte, la sociedad, la técnica, haciéndose necesaria e ineludible la religión. En el fondo de todas esas mediaciones accedemos al recóndito misterio de la condición humana, que podemos ir descifrando gracias a la memoria.

En el libro X de las Confesiones, San Agustín se pregunta, ¿Quién soy yo?, respondiendo en líneas posteriores, soy un hombre. Desde la pregunta de su humanidad despliega su búsqueda de Dios en diferentes planos existenciales, la moral y el alma, pero también del pensamiento y la idea (Guardini). El camino del alma y del silencio es fundamental, pero no lo es menos decisivo el de la MEMORIA. Todo recuerdo proviene del mundo sensible aunque después lo sobrepase y apunte hacia otra realidad que puede reposar en el misterio. La memoria es la verdadera virtud, el ser y la memoria son el mismo meollo de mi alma, nos recordaba el obispo de Hipona. Así, vuelto hacia el mundo interior, purificado de todo saber, se adentra en el misterio del rostro amado, fuente viva de amor, vida, memoria y esperanza.

En ese todo del silencio, la búsqueda de sentido es necesaria, es allí donde el misterio, la metafísica se trasciende en mística, en poesía. Más allá de toda razón, memoria y voluntad. En la sociedad de las comunicaciones y la tecnología, es urgente y necesario hacer espacio en la memoria para ahondar en el silencio, no solo en profundidades de la existencia, también en los espacios que habitamos en la cotidianidad del mundo. El silencio es el eco de fondo para adentrarnos en el misterio, es la respiración del alma, es el lenguaje de Dios.

El ser humano y los pueblos tienen grandes obligaciones contraídas con el “recuerdo”. Sin memoria se perece. El hombre, las sociedades y la religión siempre vuelven a sus orígenes en busca de su identidad en momentos de profunda crisis. Pero se hace necesario recordar que los orígenes y la tradición no lo son todo, ahí está el momento presente para vivir con intensidad el silencio. Cada generación aporta su impronta y posee también su dignidad. Sin memoria y sin presente la búsqueda del misterio se evapora en la niebla del fundamentalismo, que olvida la historia y demoniza el tiempo vigente.

Desde la memoria buscamos el misterio morando en humildad del silencio, para vivirlo y gustarlo en la cotidianidad del presente. Lo importante no es solo el destino, sino el camino mismo. Son muchos los caminos que nos abren al misterio, uno de ellos es el transitado por Jesús de Nazaret, su resurrección es una cifra para la esperanza. Ahora es necesario de nuevo el silencio, sabiendo que las huellas del misterio anidan en nuestro corazón, el camino es largo, pero se hace más llevadero si lo recorremos junto a otros/Otro, ayudando a solucionar problemas, buscando la solidaridad y la justicia, la paz, animando en el camino y compartiendo de vez en cuando. «Caminante no hay camino, sino estelas en la mar»

Fuente: Entre Paréntesis

 

Centro Virtual de Pedagogía Ignaciana: «A los 25 años del Paradigma Pedagógico Ignaciano»

Desde el Centro Virtual de Pedagogía Ignaciana (CVPI), que pertenece al Sector Educación de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América Latina y El Caribe (CPAL), queremos compartir las selecciones Junio – Julio 2018: «A los 25 años del Paradigma Pedagógico Ignaciano».

El documento “Características de la Educación de la Compañía de Jesús” (1986) contiene los principios inspiradores y una visión de la educación arraigada en la espiritualidad ignaciana. Luego de su promulgación, los educadores se preguntaron: ¿cómo podemos llevar a la clase todos estos valores, principios y directrices? Así, la Comisión Internacional del Apostolado Educativo de la Compañía (ICAJE) se dedicó a la preparación de la respuesta a esta pregunta.

En 1993, se publica el libro “Pedagogía Ignaciana, un planteamiento práctico”, conocido por el apodo PPI (Paradigma Pedagógico Ignaciano).  

Desde entonces, en los colegios y universidades de todo el mundo, se han producido esfuerzos para la formación de los educadores en los fundamentos y aplicación del PPI; también, a la elaboración de manuales orientadores para el trabajo en el aula. Por otra parte, la creatividad de muchos educadores les ha llevado a experimentar la aplicación de los cinco momentos del PPI: Contexto, Experiencia, Acción, Reflexión y Evaluación, en los procesos de enseñanza-aprendizaje en distintos niveles y áreas del conocimiento.

Dedicamos este número a celebrar los 25 años de este importante paso para la concreción de la propuesta educativa jesuita, que permitió la renovación pedagógica en muchas instituciones y que sigue siendo, hoy día, principal fuente inspiradora en el plano de la didáctica, para promover la participación activa de los estudiantes en la gestión de su aprendizaje.

Recomendamos, en primer término, el estudio del libro “Pedagogía Ignaciana, un planteamiento práctico” en su versión original.

El P. Luiz Fernando Klein S.J., nos ofrece varios documentos, con visión de síntesis, para el manejo práctico del PPI. Seleccionamos los siguientes:

Varios autores han escrito trabajos a profundidad sobre el PPI. En esta línea sugerimos estos textos del P. Jesús Montero Tirado S.J:

Luego, está la riqueza de los manuales que varios autores e instituciones han propuesto para el uso del PPI en el aula. Entre ellos, seleccionamos los siguientes:

También, en el CVPI, hemos identificado y catalogado trabajos de educadores con sus experiencias en la aplicación del PPI en sus colegios, para la enseñanza-aprendizaje de distintas áreas del currículum: ciencias, geografía, química, álgebra, matemática y sexualidad en los adolescentes. Y en la educación superior para el área cuantitativa, la formación sociopolítica, la formación para la docencia en educación física y la educación a distancia.

Aprovechamos este número para invitar a todos los directivos y educadores en colegios y universidades, que tengan escritos con sus propuestas de innovación y experiencias en la aplicación del PPI, tanto a nivel de sus instituciones como en los espacios de sus clases, que los envíe al correo pedagogiaignaciana@gmail.com, para ser incorporados en la colección del CVPI.

Fuente: Centro Virtual de Pedagogía Ignaciana

 

Universidad del Siglo XXI

Los días 21 y 22 de mayo se dieron cita en Salamanca más de 700 rectores universitarios de 26 países diferentes para reflexionar sobre la Universidad, Sociedad y Futuro. Dicho encuentro ha tenido lugar en el marco de la celebración de los 800 años de la Universidad de Salamanca, primera universidad fundada en España y una de las más antiguas de Europa.

Por Jorge Luis Rodríguez Oropeza

El mencionado encuentro de rectores ha puesto sobre la mesa tres grandes ejes para su discusión:

  • Formar y aprender en un mundo digital.
  • Investigar en la universidad: ¿un paradigma en revisión?
  • Contribución al desarrollo social y territorial.

Hemos querido detenernos en el primer eje «Formar y aprender en un mundo digital », y tras escuchar a todos los ponentes comentar los temas tratados.

¿Qué ha cambiado?

Todo. Todo ha cambiado.

El papel de la universidad en el siglo XX, más o menos podría resumirse de la siguiente manera: una institución con un grado determinado de credibilidad que permitía el acceso de un colectivo estudiante a un conjunto de conocimientos, de los que prácticamente detentaba la propiedad, y así otorgar una titulación oficial que le permitía desarrollarse profesionalmente al nivel más elevado que pudiera accederse sin necesitar trato de favor.

La universidad durante el siglo XX, tal vez haya sido el motor más importante de la movilidad social. Tanto así que, el acceso a la universidad se convirtió en una reivindicación de todos los colectivos segregados: mujeres, negros, pobres de cualquier raza o género.

  • Lo que ha ocurrido en este siglo es que nada de lo dicho permanece inalterable, todo ha cambiado:
  • Las universidades han dejado de ser las únicas instituciones con credibilidad académica.
  • Los conocimientos no son propiedad exclusiva de las universidades.
  • Los sujetos no solo estudian para obtener una titulación.
  • El acceso a profesiones de corte intelectual ya no pertenece a una élite.
  • El aprendizaje ya no conforma una etapa de la vida, sino que, lo acompaña en su totalidad.

¿Qué significa formar y aprender en un mundo digital?

  1. Omnicanalidad. De esta manera lo define el Anant Agarwal, profesor del MIT y primer ejecutivo de edX, y podría definirse como en el todo en todos. Más allá del blended learning, la omnicanalidad supone múltiples combinaciones de lo presencial con lo virtual.
  2. Educar para la incertidumbre. Si algo está claro -lo destaca el rector del Tecnológico de Monterrey, David García Salazar- es que las personas que se están formando actualmente en la universidad: trabajarán en una empresa que hoy no existe, buscarán soluciones a problemas que hoy no son un problema y utilizarán tecnologías que aún no han sido inventadas.
  3. Innovación permanente. La innovación debe ser tan necesaria como pertinente. Introducir elementos nuevos, tales como: Bring your own device, Flipped Classroom, Makerspaces, Gamification…etc. solo por moda, es descalificar lo tradicional por tradicional; y conceder valor a lo nuevo solo por novedoso. Es como abrir la puerta a quien se planta en la puerta de casa con la aspiradora nueva, buscando colocárnosla de cualquier manera. La innovación, ha de estar orientada a medios o técnicas que faciliten el aprendizaje, sin perder de vista que, son el medio no el fin.
  4. Educación a lo largo de la vida. La mayor oportunidad y también su principal amenaza. Vivimos tiempos de lifelong learning, el aprendizaje de por vida. Si bien, la universidad en un tiempo fue el «paritorio» de la vida profesional, ahora puede pasar a ser el «médico de cabecera». Si la universidad logra convertirse en un proveedor de aprendizaje que acompañe a la persona en todas sus fases de demanda, podrá ratificarse como una institución vital para la sociedad.
  5. Internacionalización. Este punto está más relacionado con lo burocrático, pero sin duda tiene su importancia y abarca, en resumen, dos temas: cómo hacer del estudiante un ciudadano global, que pueda estudiar su carrera asistiendo a clases en diferentes localidades del mundo; y, cómo conseguir que las acreditaciones académicas de un país (grado, master, doctorado) puedan tener valor global, sin tener que recurrir a lentos e injustos procesos de convalidación.

Finalmente, quienes asistieron a las mesas de trabajo del eje mencionado, fueron llamados a votar las conclusiones y no deja de sorprendernos la más votada: «los estudiantes deben desarrollar espíritu crítico y actitudes basada en valores, y no solamente en conocimientos técnicos profundos».

Esto no lo podemos olvidar, a lo largo de la historia, las universidades no sólo han sido centros de investigación, acopio y transmisión de conocimientos; también han sido centros de formación de personas, con unos valores y un rol en la sociedad. Ahora que el conocimiento está en todas partes, quizá ese sea su papel fundamental.

Fuente: Entre Paréntesis

De no dejar de Sorprenderse, ni Entonces, ni Ahora

¿Qué le dirías a tu versión de 10 años atrás?

Por Lola Vegas RSCJ

Soy yo y mi nombre es Lola, así me conocen aunque con muchas variedades según las historias compartidas: Lolita, mi monjita cojita, Loley, jefa, compi, monja!… Tengo 43 años y soy Esclava del SCJ. Jerezana de nacimiento y criada en Cádiz, buena mezcla para defender ambos rivales, pero cada vez más universal como la Iglesia. Mayor de cinco hermanos y «de las pequeñas –o medianas– de entre mis hermanas». Soy lo que el Señor me regala ser porque ese es su empeño, me hace apasionada, llena de energía apostólica, esa que brota de una hondura que no deja de taladrar hacia dentro hacia fuera. Mujer agradecida, agraciada y sorprendida.

A Lola hace 10 años le/me digo, desde siempre: “FIJOS LOS OJOS EN JESÚS, PARA MIRAR DÓNDE ÉL MIRA, CÓMO ÉL” a mí, a quienes me rodean, la realidad, el mundo y a Dios.

¡Qué ilusión encontrarme contigo hace 10 años! Estás en el colegio de Jerez trabajando y preparándote para un largo año lleno de destinos e incertidumbres: Camerún, Tercera Probación… ¡Cuánto más de lo mismo por vivir, pero qué distinto todo cada vez!

“No dejes de sorprenderte” “Que nada ni nadie te quite la alegría y generosidad de la entrega”, ¿recuerdas quién te lo dijo y qué bien le hizo? A ti también te lo hará.

Y “No dejes de sorprenderte”, de abrirte cada día a la novedad de lo que el Señor te quiera regalar, eso que hace extraordinario lo cotidiano, también las crisis y desolaciones ¿te suena? pues te aseguro que te seguirá sonando. Por ello sigue ahí enraizada.

¿Si te pudiera contar todo lo que vas a vivir y te espera? me tienta sobre todo por un impulso a evitarte tropiezos fruto de tus limitaciones dejadas de “la mano de Dios”, para que aprovecharas más los frutos de los momentos plenos que han estado en manos de Dios ¿pero? no, esa tentación es tan fácil de vencer!, te quitaría la sorpresa, de ver como la historia se teje tan bellamente.

Así que… “No dejes de sorprenderte” con los hilos de esa trama, especialmente los más significativos tienen nombre propio y ¡tienes tantos nombres! ¿a que creías imposible que siguieran aumentando?

Pues “No dejes de sorprenderte” por cada nombre que entra y se graba se ensancha el tejido y lo que queda por hilar.

Y “No dejes de sorprenderte” porque la vida te traerá muchas noticias, acontecimientos, situaciones, destinos y oportunidades… y el Señor te seguirá dando la capacidad de elegir cómo quieres vivir cada una y poco a poco Él irá eligiendo contigo.

Y “No dejes de sorprenderte” Te sonarán las siguientes palabras ¿Cuántas veces se las has dicho a otras personas: amigas, compañeras, jóvenes…? hoy te lo digo a ti, a mí 10 años después: ADELANTE, siempre ADELANTE, aunque camines tan despacio que parezcas estar parada o retrocediendo, ADELANTE! Siempre ADELANTE. CON LOS OJOS FIJOS EN ÉL.}

Y “No dejes de sorprenderte” ¿Quién me iba a decir que dirigiéndome a mí misma hace 10 años iba a llenarme de alegría fecunda y esperanza? GRACIAS a ti, gracias a Ti.

Fuente: Pastoral SJ

¿Cómo Realizar un Proceso de Discernimiento Espiritual Comunitario?

¿Cómo realizar un proceso de discernimiento espiritual comunitario?, en el marco de la campaña informativa que ha diseñado la Oficina de Comunicación Institucional de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (CPAL) para dar a conocer y entender de forma más profunda “el discernimiento”, considerando que es un proceso en el que todos, jesuitas y laicos, debemos estar profundamente comprometidos, para llevar adelante la Misión en Común.

Por Hermann Rodríguez S.J.

Introducción

El Discernimiento Espiritual Comunitario (DEC) es una propuesta metodológica que está inspirada en la experiencia que San Ignacio de Loyola vivió con sus primeros compañeros a la hora de decidir la fundación de la Compañía de Jesús. Se trata de un proceso espiritual para buscar lo que más nos conduce al fin para el cual hemos sido creados, o dicho de manera más conocida, para buscar y hallar, la voluntad de Dios con respecto a la misión que Dios nos está invitando a cumplir, tanto a nivel personal, como a nivel comunitario.

Vivimos un momento particular a nivel eclesial que hace necesaria la participación del mayor número de personas en la búsqueda de la voluntad de Dios respecto a nuestras presencias apostólicas, las opciones comunes tanto a nivel interno de la vida de las comunidades, como en su proyección de servicio, para ser obedientes a los ‘signos de los tiempos’ a través de los cuales el Señor nos va comunicando su proyecto de salvación.

Jesús, desde su propia experiencia espiritual, supo leer los signos de su tiempo y hacer las opciones correspondientes, para estar en sintonía permanente con la voluntad de su Padre. Nosotros debemos hacer una lectura orante de estos signos y aprender a ponernos en sintonía con Dios, al estilo de Jesús: “(…) el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace él, eso también lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que él hace” (Juan 5, 19-20). Para conocer lo que Dios quiere, tenemos que comenzar por desarrollar una mirada contemplativa de la realidad personal, comunitaria, institucional y social, de modo que seamos capaces de descubrir lo que Dios está haciendo y, por tanto llegar a saber cuál es la mejor forma de colaborar con esta acción creadora y salvífica de Dios en medio de nuestra realidad.

Presupuestos

Antes de comenzar un proceso de DEC, es necesario que todas las personas convocadas, tengan en cuenta unos ‘presupuestos’ que hacen posible este tipo de ejercicio espiritual.

Ambiente explícito de fe

El DEC no es una metodología para llegar a decisiones más acertadas según nuestros criterios o según los criterios del mundo. Lo que se buscar es la voluntad de Dios. Esto tiene que estar suficientemente claro y explícito desde el principio para todos los involucrados en el proceso. En este sentido, hace falta que exista un ambiente explícito de fe en la acción de Dios y en la manera como Dios nos ha ido revelando su proyecto a través de los acontecimientos de la historia y a través de su Palabra. Esto significa que el grupo que decide discernir comunitariamente, entiende que debe contemplar su camino con ojos de fe y que está dispuesto a reconocer en las mociones y palabras de los demás miembros del grupo, una palabra de Dios que pide ser escuchada y tenida en cuenta.

Unidad en el fin, diversidad en los medios

Para hacer posible una búsqueda comunitaria de la voluntad de Dios sobre un grupo en una circunstancia determinada, es fundamental partir de un acuerdo inicial en torno al fin para el cual ha sido creado el grupo o la comunidad. Así como los Ejercicios Espirituales comienzan por el Principio y Fundamento, que define el fin para el cual ha sido creado el ser humano, así una comunidad debe tener claro su fin común, antes del inicio de un proceso de DEC. La definición del fin en los Ejercicios Espirituales es la que permite determinar lo que está ordenado y lo que está desordenado en la vida del ejercitante. En el caso del DEC, esta definición también hace posible establecer la diferencia entre lo que conduce hacia el fin, de lo que desvía el camino de un grupo. Incluso, siguiendo la recomendación ignaciana, no solo lo que conduce, sino lo que más conduce al fin para el que hemos sido creados.

Oración: antes, durante y después

El DEC es un proceso que no sustituye la búsqueda personal y el esfuerzo que cada uno de los miembros de una comunidad debe hacer para buscar la voluntad de Dios. Por ello, la oración personal, condición inequívoca de cualquier discernimiento, es también condición fundamental de un discernimiento en común. Incluso, en algunos momentos puede ayudar al proceso de búsqueda de la voluntad de Dios, otra clase de ejercicios o prácticas espirituales, celebraciones compartidas, algún tipo de penitencia, peregrinaciones, momentos de desierto y silencio… En este sentido, el DEC aparece más bien como un complemento necesario de la labor personal y no una sustitución de una práctica por otra, como puede haberse entendido en algunos momentos, en los que el acento comunitario hizo desaparecer toda exigencia espiritual personal.

Libertad interior

Cada una de las personas que participa de proceso de DEC, debe haber alcanzado un nivel suficiente de libertad interior para buscar lo que Dios le pide, para poder expresarlo en comunidad y para acoger los pareceres, mociones y expresiones de los demás. Este presupuesto corresponde a la indiferencia que Ignacio pide a la persona que quiere hacer una elección en el contexto de los EE. Aunque es legítimo que haya inclinaciones o preferencias más o menos explícitas y definidas desde el inicio del proceso, es muy importante que todos los que participan de un proceso como este, sientan una gran libertad frente a las distintas opciones y frente a las mociones propias y de los demás. Lo que se busca no es sacar adelante un parecer particular, sino buscar la voluntad de Dios.

Suficiente información

El DEC no está basado en una comunicación mágica de Dios al grupo que busca, sino que supone la mediación de la búsqueda personal y colectiva, valiéndose de todos los medios al alcance del grupo. Por esto, es importante que quienes participan de un proceso como este, cuenten con la información suficiente que está disponible. En algunos casos habrá que invitar a algún especialista en una determinada materia, o pedir asesoría con respecto a puntos específicos. El superior de la comunidad o el asesor externo, tienen la responsabilidad de buscar y ofrecer la mayor cantidad y calidad de información posible.

La decisión final corresponde al superior competente

Todos los que participan de un DEC deben tener claro, desde el comienzo, quién es la persona o la comunidad competente para tomar la decisión final y cómo se va a tomar esta decisión; de manera consensual, de manera deliberativa, de manera consultiva, etc. Esto varía de acuerdo con la materia de la decisión y con el tipo de comunidad que está haciendo el discernimiento. De esta manera se evitan los ‘desengaños’ o las conclusiones sorpresivas. Saber esto desde el comienzo, ayuda a ganar libertad interior. Confiamos que el superior competente, no está movido por intereses distintos a los del grupo y que también está buscando la voluntad de Dios. La comunidad entera participa de la búsqueda de esta voluntad, pero tiene claro que el superior competente será el que asuma el servicio de la autoridad en el momento en que se requiera. Hay que tener en cuenta cuál es el superior capaz de asumir responsablemente una determinada decisión; no se puede comenzar un discernimiento sobre un asunto que corresponde a una autoridad determinada, sin que se cuente con su aprobación y participación.

¿Cómo proceder?

Una vez aclarados y tenidos en cuenta estos presupuestos, la comunidad que va a realizar un DEC, puede seguir varios caminos. No existe un solo método para hacer un discernimiento espiritual comunitario. Lo fundamental está en el espíritu que anima al grupo y que orienta la búsqueda de la voluntad de Dios. Hay que estar abiertos a las formas concretas que pueda adquirir esta búsqueda y dejar que sea el Espíritu el que ofrezca su luz para encontrar no sólo la Verdad que buscamos, sino también el Camino a través del cual queremos llegar a la Vida. Vamos a proponer dos metodologías distintas, dependiendo de si se trata de un discernimiento “de situación” o de un discernimiento “de decisión”.

Discernimiento “de situación”

Hay algunos casos en los que una comunidad quiere buscar la voluntad de Dios frente a una situación particular, y no está interesada en tomar decisiones respecto de coyunturas concretas que estén viviendo. Es posible que un discernimiento de situación lleve más adelante a un discernimiento de decisión, pero son momentos distintos, que es necesario reconocer, y que exigen metodologías diferentes.

Ejemplos de discernimientos de situación pueden ser:

  • Una comunidad se pregunta sobre lo que Dios está pidiendo en un momento o en una circunstancia determinada de su vida.
  • Una comunidad quiere aclarar los motivos por los que está viviendo una tensión.
  • Una comunidad quiere saber los motivos por los que no hay nuevas vocaciones.
  • Una comunidad quiere establecer unos criterios para evaluar su acción apostólica.
  • Una comunidad quiere entender mejor cuáles son las urgencias en un plan apostólico.

Fuente: Jesuitas Latinoamérica