Los Ejercicios Espirituales como Camino de Reconciliación y Paz

Espiritualidad de los Ejercicios Espirituales como un camino de Reconciliación y Paz.

Por Prudencio Piña, SJ

“…la verdadera reconciliación entre hombres enfrentados y enemistados solo es posible si se deja renovar el sí mismo con Dios” Juan Pablo II

Introducción

Los autores traducen “espíritu” como “aliento de vida”, como ese aire que nos envuelve y respiramos tan fundamental para la vida de cualquier persona, sea religiosa o no. La espiritualidad está presente como principio dador de vida para cualquier ser humano, creyente o no. Espiritualidad en este sentido amplio es todo aquello que desde las relaciones con las personas, con la naturaleza y/o con la trascendencia, promociona la vida.

Ser espiritual es tener la habilidad para dar vida al relacionarse. La espiritualidad es la habilidad social que emerge de la profunda conciencia de las interconexiones comunitarias y universales para dar vida y vida en abundancia. Ser espiritual es ser hondamente consciente de que vivir es “convivir”. La vida es vida porque es vida en “comunión”. Pero cuando la comunión se rompe, vivir es “re-con-ciliacion” nueva llamada a vivir juntos. (López Pérez, p. 37)

Desde esta perspectiva, la reconciliación del sujeto consigo mismo (para que aprenda a convivir su yo) es esencial desarrollarla en la espiritualidad, en el silencio y en soledad interior. En los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, se van logrando en el tiempo y con la intención que tenga el que participa en ellos de integrar sus afectos sueltos y dispersos. Reconciliarse con el sí mismo se realiza en etapas hacia un centro muy interior. “En la medida que los Ejercicios implican un proceso de transformación, abren una vía hacia la pacificación, porque propician una integración y una reconciliación de los diversos aspectos de la condición humana hasta hacernos imagen de Cristo, cuya misión ha sido reconciliar todas las cosas consigo, pacificando con la sangre de su cruz todas las cosas que están sobre el cielo y la tierra (Col 1,20)” (Melloni, p. 9)

En los E.E. no se logra acceder a las reconciliaciones más íntimas con el voluntarismo, sino con el deseo de amar y ser amado, motivándose con nuevas actitudes afectivamente renovadas. Dios busca la reconciliación del ejercitante con el sí mismo y con otros. Sólo asumiendo las actitudes adecuadas se podría entrar en el caminar de la reconciliación que se ofrece.

1.- Superar el propósito voluntarista (primera etapa de reconciliación)

Los que hacen los E.E. por primera vez quieren llegar a los frutos espirituales a fuerza de voluntad, con prácticas externas. No lo logran pues siguen hablando y viviéndolos fuera de sí, no quieren entrar en su interior.

Por alguna llamada a la atención, intentan la soledad… pero en ella emergen inquietudes, “batallas interiores” que hacen doler el aislamiento y asustan (temas familiares, preocupaciones laborales, dudas de fe, rechazos, resentimientos, etc.). Reaccionan de modo instintivo al recogimiento. No lo quieren. Sienten que tienen que hacer mucho esfuerzo “y ¿para qué?” Al menor descuido… vuelven a caer en el deseo de comunicar. Vienen desánimos.

Ponen mucha voluntad para enfrentar esas batallas. Sin darse cuenta, tienen resistencia a estar solos. Buscan compañías esporádicas “como para descansar”. Entran y salen de la interioridad. Se sienten desenfocados. No entienden muy bien lo que está pasando dentro de sí. Tienen incomodidad por enfrentar el “vacío” interior.

Los E.E. les parecen actividades extrañas que producen reflexiones inexplicables sobre lo que ellos son. Porque en realidad la agitación, el conflicto, la confrontación, la guerra y la violencia tanto exteriores como interiores proceden del afán por devorar y arrebatar imágenes, emociones, cosas y personas para llenar el vacío interior (Melloni, p. 9). Ese vacío interior puede llegar a asustar y se huye de él.

2. DISCERNIR LAS SOMBRAS INTERIORES (segunda etapa de reconciliación)

En la lucha por enfrentar los temas internos, comienzan a prestarle atención a los múltiples movimientos de la interioridad. Comienzan a discernir. Toman conciencia de la “muchedumbre de voces de distinto tipo” e intentan a distinguir las suyas propias y verdaderas de los fantasmas creados por la imaginación o la tentación.

Siguen buscando soledad para distinguir espíritus y algo de paz viene. Perciben cómo la Gracia les ayuda a reorientar los pensamientos. Tienen que hacer menos esfuerzos para mantenerse apartados. Sienten lo agradable que puede ser la soledad para su diálogo con Dios. Los demás que están a su lado ya no son tan necesarios.

“La agitación es una forma de resistencia. Desaparece cuando se cede. La paz adviene con la entrega y la rendición. Podemos pasarnos años de nuestra vida con un malestar interior por no atender a la llamada que sentimos. En la medida que uno descubre las decisiones propuestas o manipuladas se libera de miedos a entregarse” (Melloni, pág. 16).

Descubren una “Presencia Interna” pero todavía es como espectadora, no la dejan implicarse en sus historias internas. Constatan que las batallas pueden deshacerse y pueden construir su paz interior “llamando” fuerzas y gracias internas. Buscan al animador de los E.E. para hacer consultas y le ayude a orientarse. Comienzan a descubrir como el examen de la oración les ayudan a discernir espíritus para integrarlos en la contemplación.

Se empiezan a dar cuenta, que las causas que producen las batallas y divisiones interiores, son “fantasmas” que llaman a diferentes direcciones y les dividen por dentro. De momento sólo están contigo mismo. Perciben los E.E. como un lugar privilegiado para orar y descubrirse. Porque esas sombras de si, le traen mensaje de lo que necesitan sanar en el amor de Dios.

3. APOYARTE EN UN AMOR INTEGRADOR (tercera etapa de reconciliación)

Al avanzar en los E.E. empiezan a sentir el amor de Jesús. Quieren más. Ya están enfocados en un camino y se dejan llevar por el ritmo de las meditaciones y contemplaciones. Las “llamadas interiores” las identifican por su intensidad y su fuerza. Son invitaciones inesperadas que producen integración y paz.

Descubre la plenitud del concepto de Historia Personal de Salvación. Dejan que la “Presencia interna” haga cambios en la visión historia personal: sana heridas, renueva visiones, llama a renuncias, refuerzas servicios. Ya permanece en la soledad sin esfuerzo dándose cuenta que se estás reconciliando consigo mismo.

Hay una visión mucho más clara de las mociones y espíritus que le tocan interiormente e identifica su manejo dentro de sí. Estas se rehacen en la contemplación. Desean los diálogos con el animador de los Ejercicios por lo mucho que le aclaran. Ya no es la misma persona. Percibe los E.E. como procesos de reorientación de su historia personal en la Historia de Salvación Universal. El amor en el que descansa, “va uniendo los pedazos sueltos” y va conformando un nuevo ser.

4. LA DISPOSICIÓN DE ABANDONO TOTAL (cuarta etapa de reconciliación)

Está muy dentro de sí. Disfruta de la soledad y está continuamente en la “Presencia Interior” que es Dios. Ya no quiere que le moleste ninguna otra presencia. Sin esfuerzo está solo. Los demás ya ni le buscan. Esa Presencia divina se comunica en ambiente de afecto. Descubre que los combates interiores son lugares de renuncia e integración. Llega a comprender el significado de libertad total ante las criaturas (indiferencia). Es capaz de pasarse largos momentos de contemplación apoyada en su afecto integrador (González Faus, p. 15).

Va desapareciendo el vacío existencial como carencia radical pues experimenta que queda lleno de Dios. Ve que no carece de nada porque experimenta todo en Él. Cuando no está esa Presencia, la busca con deseo de reconciliación que trae la contemplación. Lo deja todo por Ella. Siente que está reconstruyendo el amor a sí mismo y a la humanidad. Percibe los E.E. como un descanso en el amor que le lleva a servicios muy especiales para sus hermanos.

Conclusiones

Los EE tienen en su horizonte la capacidad de escucha que posibilita percibir la presencia de Dios reconciliando en si todas las cosas. Para ello las personas que los hacen han de haber pacificado los propios ruidos. Solo una persona reconciliada consigo misma puede comprender de modo adecuado la relación entre las personas y las cosas y ver como Dios está actuando en ellas. Solo así puede transformar su entorno.

La paz que se desprende de la experiencia de los E.E. no es un aletargamiento ni una elución de los conflictos de la humanidad todavía inacabada, sino un nuevo modo de escuchar el latido del mundo. La persona que ha pasado por ellos tiene conocimientos de sí y esto le permite no proyectar sus conflictos personales sobre los demás o sobre su entorno, sino que tiene la mirada despejada para captar los dinamismos de espíritus que están en juegos. La persona que practica los E.E. se compromete con las causas justas de la tierra, pero sin crispación ni acritud, sino discretamente como el trabajo reconciliación de Dios en el interior de la historia.

BIBLIOGRAFÍA

  • González Faus, J. (2008) El mal y la misericordia en revista EIDES, no 52, págs. 7-20
  • López Pérez, E. (2011), “La espiritualidad de la reconciliación en JRS”, en revista de Espiritualidad ignaciana, CIS, no 128, págs. 29-41.
  • Melloni, J. (2011) “La pacificación que producen los Ejercicios Espirituales” en revista de Espiritualidad ignaciana, CIS, no 128, págs. 9-19

Fuente: Jesuitas Latinoamérica

 

Redes Sociales: un Amor Inmediato

¿Cuál es la novedad de las plataformas recientes como Facebook, Twitter e Instagram, entre otras?

Por Pablo G. Ivorra Peñafort  SJ

Si la idea de red social, en su estricto significado, ha estado ligada a nuestra existencia humana desde el inicio, ¿cuál es la novedad de las plataformas recientes como Facebook, Twitter e Instagram, entre otras?

Estamos viviendo un fenómeno particular desde las dos últimas décadas respecto a la forma como nos comunicamos con los otros. Las redes sociales se han convertido en un tema central y necesario para las estrategias comunicativas de las empresas así como para las relaciones personales de sus usuarios. Ahora, al pensar en redes sociales, es frecuente asociarlas con marcas de empresas como Facebook, Twitter, Instagram, entre otras. ¿Una red social es una marca? Tal vez no haya justicia al reducir un concepto tan complejo, rico en significados y necesario, a una marca comercial que pueda tener fines distintos al de tejer redes entre personas.

¿Qué es, entonces, una red social? Las mismas dos palabras permiten pensar que, ciertamente, es un concepto que está lejos de ser un fenómeno de dos décadas atrás. La pregunta por ser y hacer una red social está ligada, en esencia, a cualquier ser humano que se pregunte por la relación con sus otros. Si se tiene claro el rumbo que se quiere y se necesita al ser y hacer red, el instrumento tecnológico o la marca comercial son temas secundarios; importantes pero no prioritarios. Es común encontrar propuestas comunicativas donde la prioridad cambia y pasa a primer lugar la preocupación por dominar y abarcar la mayor cantidad de plataformas tecnológicas. Se suele escuchar que “si no estás en redes sociales, no existes”. Eso, en términos pragmáticos comerciales, puede ser cierto, pero la invitación es también a pensar en cómo se existe. No sirve de nada “existir” en múltiples plataformas si lo que se comunica en estos canales no habla de quién es el que habla. Eso también es “no existir”.

Si la idea de red social, en su estricto significado, ha estado ligada a nuestra existencia humana desde el inicio, ¿cuál es la novedad de las plataformas recientes como Facebook, Twitter e Instagram, entre otras? Es la inmediatez, que no es lo mismo que el afán. Hoy, en un mundo hiperconectado, tenemos la oportunidad de asumir con optimismo y esperanza el riesgo de ser inmediatos. Entendido desde nuestra espiritualidad ignaciana, la inmediatez es vivir los ritmos humanos con liberalidad, con una generosidad profunda que nos permita amar siempre, en todo momento. ¿Acaso esa no es la manera como Dios nos ama? En correspondencia con ese amor, nuestras comunicaciones deben estar al servicio de todos, hoy y ahora. El afán, por el contrario, es proceder sin tener claro ese horizonte de servicio generoso; es responder de forma reactiva, lo que pone en riesgo la toma de conciencia del sentido de lo que estamos comunicando.

Son innumerables los casos de uso de plataformas tecnológicas de comunicación que, en vez de ayudar a tejer redes, lo que hacen es aportar a deshilar las frágiles relaciones humanas en contextos donde una palabra de más o una pequeña omisión puede hacer la diferencia entre escoger la vida o la muerte. El argumento en defensa de varias de estas marcas comerciales, ante casos trágicos de sus usuarios, se limita a decir que sus plataformas solo funcionan como medio para decisiones que toma cada persona libremente. Eso es verdad, pero también es cierto que detrás de estos medios hay, de igual manera, personas que podrían asumir una postura ética frente a sus plataformas y tomar decisiones en beneficio de desescalar las tensiones. Es en esas coyunturas donde se prueba realmente qué tan red es esa sociedad conectada, o qué tan social es esa red.

El reto para los comunicadores de inspiración ignaciana, ante un universo de plataformas tecnológicas de comunicación, estará en conectar más corazones que perfiles de usuarios. Si lo que comunicamos realmente seduce el corazón de nuestros seguidores, la herramienta con la que lo hagamos será solo eso, una herramienta. Necesitamos, entonces, dominar lo tecnológico solo con el fin de evitar distracciones sobre lo esencial. Seamos en nuestras redes sociales unas verdaderas sociedades en red.

Fuente: Jesuitas Colombia

La Capilla del Encuentro de Salamanca, premiada como Espacio Sagrado 2018

La asociación norteamericana Faith & Form ha otorgado esta distinción por la conciliación entre teología y arquitectura.

Por C. Jiménez Ariza SJ

Consultamos el móvil 150 veces al día y no podemos estar más de una hora sin mirar el WhatsApp. Los estudios señalan también que cada día recibimos tres mil impactos publicitarios, a través de las pantallas o cuando caminamos por la calle. Esto supone más de un millón al año. En esta cultura de la imagen, en medio de tanto impacto visual, ¿por qué no crear un espacio limpio de imágenes, casi vacío, que ayude al encuentro del Creador con sus criaturas? Esta fue la idea inicial que puso en marcha la Capilla del Encuentro del Centro de Espiritualidad San Ignacio de Salamanca (CES).

La capilla, con capacidad para unas 25 personas, mezcla calidez y sobriedad a través de un equilibrado juego de telas y luces. Ha sido diseñada por los arquitectos de Pamplona Xavier Chérrez y Raquel Cantera. La asociación Faith & Form, con sede en Washington y el respaldo del Vaticano, le ha otorgado el premio al mejor espacio religioso de 2018. Faith & Form nació en 1967 para impulsar el diálogo interreligioso y premiar los esfuerzos hechos en el campo de la religión, el arte y la arquitectura. Forman parte de esta asociación sacerdotes, laicos, arquitectos y diseñadores internacionales que, cada año, se reúnen para premiar los mejores trabajos en el campo de la arquitectura, el arte o la pintura religiosa.

El jurado destacó la unión reflejada en el proyecto de Salamanca entre teología y arquitectura. Esa buena combinación se hizo posible gracias a las conversaciones entre el director del CES, Cristóbal Jiménez SJ y el arquitecto Xavier Chérrez. De allí surgió la idea de crear una capilla inspirada en la Tienda del Encuentro del libro del Éxodo y cuyo elemento central fuera el Sagrario, especialmente iluminado. Según Xavier Chérrez, «se quiso entroncar en la tradición cristiana de búsqueda de una belleza radical, como algo equiparable a la búsqueda de la verdad y la bondad». Pensando, sobre todo, en los jóvenes se buscó un espacio que ayudara a la oración y a la intimidad con Dios.

Para la definición de la Capilla del Encuentro se han dispuesto más de 600 lamas blancas translúcidas, tensadas por gravedad, que definen un espacio con forma de una tienda del desierto. Una estructura textil que no requiere de añadidos o decoración para expresarse. Se organizan siguiendo un patrón numérico de distancias variables. Para su construcción se han utilizado cuatro materiales: un tejido translúcido blanco y fino para paredes y techo; un tejido con un trenzado más grueso para el suelo; un conjunto armonioso de luz blanca y roja y, finalmente, madera para el altar y el ambón giratorio. Se eliminaron las esquinas y las juntas para ayudar a crear una atmósfera envolvente.

En palabras de Chérrez, «se puede entender como un espacio en el que la belleza de un paraje nevado se hace habitable gracias al calor que irradia el Sagrario». Iluminado en rojo, en una columna de suelo a techo, el Sagrario se siente, pero está velado, invitando al silencio y la interiorización en presencia del mysterium tremendum et fascinans, en la terminología del teólogo alemán Rudolf Otto.

Intencionadamente, el Sagrario no está totalmente visible. Es un pequeño homenaje a lo que Santo Tomás señala en el himno Adoro te Devote: «Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte».

La capilla dispone de un código Q, junto a la puerta de entrada, que permite compartir oraciones y experiencias a través de una página web. Hace miles de años, el pueblo de Israel encontró refugio en aquella Tienda, en medio de una cultura nómada, golpeada por la dureza del desierto y las asechanzas del hambre o la sed. Aquella Tienda protegía de las inclemencias y permitía encontrase con el Señor. Hoy, la Capilla del Encuentro de Salamanca quiere ser también para todos lugar de refugio y encuentro.

Fuente: Revista Jesuitas

 

Un diálogo sobre la identidad jesuita

Son nuestros acompañantes, nuestros “confesores”, consejeros, dirigen nuestras tandas de Ejercicios Espirituales… Pero, y a ellos, ¿quién les confiesa?, ¿en qué creen? ¿qué les conmueve? ¿cómo son?

El pasado 12 de diciembre el laico ignaciano Fernando Vidal (director del Instituto de la Familia de la Universidad de Comillas) se lo ha preguntado a los jesuitas españoles Pedro Miguel Lamet (escritor), Jaime Tatay (director de Razón y Fe) y Enric Puiggròs (Promotor Vocacional) y al escritor Valentí Gómez-Oliver, co-autor junto a Josep M. Benítez-Riera SJ, del libro “Confesiones de Jesuitas” (Libelista) que ve la luz estos días.

El acto, que ha tenido lugar en Jesuitas Maldonado (Madrid), ha sido una conversación en la que Vidal ha preguntado a los jesuitas sobre lo divino y lo humano y sobre conceptos identitarios de la Compañía: la imagen del jesuita peregrino a semejanza de Ignacio, o su visión sobre la pluraridad de la Compañía ¿virtud o defecto?, o en palabras de Pedro Miguel Lamet, “riqueza extraordinaria”. Según él, la clave para esa pluralidad es la unidad que les da la experiencia de los Ejercicios. Con relación a su vocación, se expresaba Puiggròs: “Yo no entré en la Compañía para ser alguien, pero la Compañía me ha permitido expresar con la música”. Para él, se trata de siempre de servir y poner los talentos propios al servicio de la misión y de las personas.

Su ser radicalmente “atípicos”, su cimiento en esa amistad que recordaba Jaime Tatay cómo precedía a la evangelización en palabras de Mateo Ricci; su ser llamados a las fronteras. También temas más personales como cuándo ha sido la última vez que perdieron el tiempo, experiencias personales y vocacionales, recuerdos, vivencias… confluyeron ayer un profundo diálogo sobre la identidad del jesuita.

Pero, ¿cuál es el gran secreto de los Jesuitas? les preguntaba Vidal.  Para el poeta, el principal secreto es el de la amistad. Lamet afirmó que Arrupe fue el San Ignacio de la Compañía y que su principal obra fue ser amigo de todos los que se acercaron a él. Jaime Tatay habló de lo consciente que son la gran mayoría de los compañeros por haber vivido en tan diferentes lugares y con tan distintas personas a lo largo de su vida: “Somos multiculturales”. Algo que para él, les da en lenguaje empresarial “ventaja competitiva”, porque “el objetivo es dotar de sentido al mundo y en este mundo globalizado esto es una gran ventaja.”

Para el coautor, agnóstico, y también poeta, Valentí Gómez-Oliver, este libro -versión ampliada y revisada de “31 jesuitas se confiesan” (Península, 2003)- es una gran novela sobre la Compañía al que le ha dedicado mucho esfuerzo y pasión.

Fuente: Infojesuitas

Pensando en seguir a Cristo: Candidatos y Novicios

Durante su paso por Vietnam, el Padre General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa SJ visitó a los jesuitas que se encuentran en la etapa de noviciado y a ‘candidatos’ a la misma, que se están discerniendo su vocación.

Convertirse en jesuita en Vietnam implica, incluso antes de entrar en el noviciado, un camino exigente y, por lo tanto, un alto nivel de motivación para quienes emprenden este camino. Para comprender mejor este proceso, el Padre General dedicó medio día de su estancia en Vietnam a visitar la “Casa para los Candidatos” y el noviciado de la Provincia vietnamita.

Más de 100 jóvenes son parte de este programa. Veinticinco de ellos se encuentran en la etapa de pre-noviciado, año en el que se debe tomar la decisión de solicitar la admisión como jesuita. Los “pre-novicios” viven ya una vida comunitaria, con un director y su asistente que son sus acompañantes en el camino del discernimiento. Los otros candidatos viven principalmente en casas situadas aquí y allá en la ciudad. Todos son estudiantes universitarios porque, en Vietnam, tener un título universitario es un requisito para entrar en la Compañía de Jesús.

El Subdirector, Nguyên Minh Phúc, SJ, presenta en un breve vídeo el programa de los candidatos, que incluye elementos de crecimiento humano y espiritual. Otra presentación muestra en imágenes la vida y las actividades de los candidatos a lo largo de un año: ¡está lleno de vida!

Por la mañana temprana, el Padre General se reunió con los treinta novicios y el equipo de sus formadores en el noviciado de la Provincia de Vietnam. Después de entregar un mensaje de aliento a los novicios, respondió a sus preguntas y recorrió el edificio, que incluye un gran jardín.

El maestro de novicios, el P. Lê Quang Chùng, en una entrevista con el equipo de comunicaciones, explicó: “Los novicios vienen de todas partes del país y entran después de estudiar una amplia gama de temas, como ciencias, humanidades o antropología. No es fácil para ellos hacer su discernimiento a favor de la vida religiosa, porque la cultura del confucianismo y la cultura comunista que los rodean, no los orientan naturalmente hacia el seguimiento de Cristo. Lo que estoy haciendo con ellos, es precisamente ayudarles a ver claramente que el criterio de su vocación religiosa y jesuita, es su determinación de seguir a Cristo, el Cristo humilde, el Cristo siervo. La formación que ofrecemos aquí les ayuda a hacer este discernimiento. Así pueden elegir libremente, gracias al instrumento de la pedagogía ignaciana, la vida religiosa a la manera jesuita, que es un compromiso al servicio de la Iglesia y de la sociedad.

Fuente: jesuitas.es

Ecostream: Plataforma para la Colaboración Ecológica

Ecostream es un sistema de referencia y recursos en línea desarrollado como parte del compromiso de Ecojesuit con la misión jesuita sobre la Reconciliación con la Creación.

Desde 2015, ha sido una plataforma para compartir iniciativas en curso en ecología y sostenibilidad.

Ecostream se enfoca en cinco temas principales, las prioridades identificadas durante la reunión de Ecojesuit en Bonn en noviembre de 2017:

  • El agua y la reducción del riesgo de desastres.
  • Las desinversiones energéticas y de combustibles fósiles.
  • La agricultura orgánica y el cambio de uso del suelo.
  • Las iniciativas de estilo de vida utilizando objetivos de desarrollo sostenible desde lo local hasta lo global.

La educación y la solidaridad.

Se encuentra disponible en línea una amplia selección de folletos, artículos y otras publicaciones, meticulosamente organizados en docenas de subtemas. También se proporcionan enlaces a organizaciones asociadas y a un directorio de cientos de instituciones jesuitas de educación superior clasificadas de acuerdo a las seis Conferencias.

Al comunicar las acciones y las actividades de promoción de las instituciones y de las comunidades jesuitas de todo el mundo, se espera que Ecostream genere y contribuya a discusiones dinámicas sobre preocupaciones ecológicas, que ayude a las instituciones a participar en nuevas actividades y a aprender cómo es que otros están tomando cartas en el asunto, que conduzca a vínculos y asociaciones activas para lograr soluciones más efectivas e innovadoras con el fin de sanar Nuestro Hogar Común, y que dé como resultado un proceso mucho más profundo de transformación personal y social.

Fuente: Jesuitas Latinoamérica

Card. Daniel Sturla: “La Iglesia es Puente, no Muro”

En el marco de la intensa preparación que la Iglesia de Montevideo realiza para encarar la misión ‘Casa de todos’, el Card. Daniel Sturla presentó un documento en el que se plantean los interrogantes más frecuentes que pueden presentarse al misionero, para ser utilizado como insumo en los días de la misión.

El Arzobispo de Montevideo llamó a los presentes que participaron del taller preparatorio, a poner todos sus dones en pos de la misión, “porque tenemos que ser una Iglesia que invita, llama, propone, a muchos hermanos nuestros que se han alejado de la práctica de la fe a volver a su casa”. Agregó que “la Iglesia es casa de todos, nunca un ‘club de perfectos’, sino ninguno de nosotros estaríamos acá”.

Frente a las preguntas de los asistentes, el Cardenal manifestó que “la iglesia es puente y no un muro, y está de parte de los que sufren, los que están en situación frágil y débil”. La intención es “llegar a los hermanos que tienen un buen recuerdo de la Iglesia pero se alejaron; y destacó que nadie, por ningún motivo, debe sentirse excluido, porque “la Iglesia es casa de puertas abiertas para todos su hijos en la situación que se encuentren”.

Asimismo, animó a quienes se preparan para la Misión Casa de Todos, a tener las tres actitudes fundamentales de las que habló el Papa Francisco en la conclusión del Sínodo de los Obispos sobre los Jóvenes: escuchar, hacerse prójimo y testimoniar.

Destacó Mons. Sturla que la prioridad de esta misión está puesta en el otro: “el anuncio que queremos hacer es el del amor de Dios a todas las personas, la cercanía de Jesús con sus hermanos, la ternura de la Madre de Dios. Todos tienen lugar en la Iglesia”, concluyó.

Fuente: icm.org.uy

 

“Sean Agentes de Reconciliación”

“¡Reconciliación! Sean agentes de reconciliación” Son palabras dirigidas por el P. Arturo Sosa, Superior General de la Compañía de Jesús, a los líderes estudiantiles, en el campus del Ateneo de Manila, en Filipinas.

Era el primer día de la visita del P. Sosa a las diferentes obras e instituciones de la Compañía a lo largo y ancho del las Islas. Resultó ser realmente oportuno que esta primera parada, de su recorrido en uno de los vehículos eléctricos de transporte del Ateneo, tan famosos hoy día en Filipinas, fuera al recién construido Arete Art Complex, donde visitó los trabajos desarrollados en el campus por los estudiantes del propio Ateneo. Como huésped del Rector de la Universidad, P. José T. Villarin, el P. Sosa se reunió con un grupo de estudiantes que representaban los diversos departamentos de la Universidad y los exhortó a ser “agentes de reconciliación”, reiterando la misión recibida por el P. Sosa de los delegados de la Congregación General 36, en la que el resultó elegido para dirigir a los jesuitas.

A primera hora de la tarde el P. Sosa se reunió con más de 200 jesuitas, hermanos, sacerdotes, escolares y novicios en el Centro Cardenal Sin del campus de la Loyola House of Studies. No se trató de un mero saludo protocolario. El P. Sosa fue presentado al auditorio por el P. Primitivo Viray, provincial de Filipinas, que aprovechó la oportunidad para enumerar los muchos desafíos a que se enfrenta la Compañía de Jesús en esas tierras: desde cuidar a los más débiles, a suministrar los apoyos necesarios a la fe del mayor país católico del mundo. En su respuesta, el P. Sosa habló de las líneas maestras de las “Preferencia Apostólicas Universales (PAU)” del ministerio de la Compañía de Jesús en el futuro, tan ávidamente esperadas.

Además, comunicó a los asistentes que las PAU, fruto del discernimiento de todas las comunidades jesuíticas del mundo, a lo largo del pasado año, van a ser presentadas en primera instancia al Papa Francisco que decidirá si representan lo que la Iglesia necesita de la Compañía de Jesús. De esta forma, las PAU no serán un mero documento a compartir, sino una misión real y tangible del Santo Padre a la Compañía de Jesús.

En un turno abierto de preguntas y respuestas, el P. Sosa habló de los desafíos a los que los jesuitas deben enfrentarse si quieren ser coherentes con la misión que transmiten a estudiantes y compañeros: la tibieza con que los jesuitas viven el voto de pobreza; la resistencia a comprometerse con crear una cultura de cuidado de los menores y los débiles; el resurgimiento del “clericalismo”, denunciado por el Santo Padre, como un verdadero cáncer de la Iglesia. Concluidas las tareas del día, el P. General participó de una típica celebración filipina. Entre cantos y risas en la Loyola House of Studies, el P. General hizo a sus hermanos una última exhortación: la de seguir el ejemplo de María, diciendo “SI” a lo que el futuro les tenga preparado.

Reconciliarnos con la Creación

“El interés de la Compañía de Jesús por la ecología se basa en una doble motivación: por una parte, existe una genuina preocupación por las amenazas que sufre la Creación; por otra, existe una conciencia clara de que el deterioro medioambiental está intrínsecamente vinculado al resto de injusticias que padecen los pobres del mundo”.

Desde que en 1972 el Club de Roma publicó Los límites del crecimiento, la comunidad científica ha acumulado tal cantidad de evidencias sobre la presión y deterioro que sufre el medio ambiente, que hoy, a finales de la segunda década del siglo XXI, resultan incontestables las voces que lo señalan como un desafío inaplazable para la humanidad.

La Iglesia ha denunciado con firmeza las amenazas al medioambiente durante las últimas décadas. El papa Pablo VI advirtió, ya en 1971, que «debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza, (el ser humano) corre el riesgo de destruirla» (Octogesima Adveniens, 21). Posteriormente han sido numerosas las llamadas de atención durante el papado de Juan Pablo II, que vinculó la destrucción del medioambiente a un serio error antropológico: el ser humano cree poder disponer de las cosas libremente sin entender su carácter de don de Dios (Centesimus Annus, 1991, n. 37). El fruto más elaborado de este magisterio es la encíclica Laudato Si’ (2015) del papa Francisco, que además de ser una contribución al diálogo global sobre el medio ambiente, incorpora una dimensión mística profunda: el cuidado del medioambiente y los pobres se vincula a las raíces de la vocación cristiana, abogando por una auténtica revolución cultural y espiritual.

La Compañía de Jesús ha participado también de este proceso de sensibilización creciente. En 1983, la Congregación General 33 señaló que «al despreciar los hombres el conocimiento del Amor creador, rechazan la dignidad de la persona humana y destruyen la misma naturaleza creada» (d.1, n.35). En la siguiente congregación, la 34 (1995), hubo diecinueve postulados sobre ecología en los que se subrayaba la mutua relación entre la promoción de la justicia y el desafío de la degradación medioambiental. Aquella congregación encargó al P. General un estudio más profundo, que el Secretariado para la Justicia Social realizó al poco tiempo bajo el título «Vivimos en un mundo roto» y constituyó un hito en la toma de conciencia global sobre la ecología.

Fue la Congregación General 35 la que incorporó el compromiso ecológico al núcleo de la misión, entendida como «reconciliación con Dios, con los demás y con la creación» (d.3, n. 18). En 2010 el P. General Adolfo Nicolás modificó el nombre del Secretariado para la Justicia Social, para añadir «y la Ecología», y este secretariado publicó, junto con el de Educación Superior, un documento titulado «Sanar un mundo herido» (2011) en el que se explicitaba el fundamento que ofrece la espiritualidad ignaciana para el compromiso con el medio ambiente. La última congregación general, la 36, ha confirmado esta centralidad de la ecología en la misión de los jesuitas.

El interés de la Compañía de Jesús por la ecología se basa en una doble motivación: por una parte, existe una genuina preocupación por las amenazas que sufre la Creación; por otra, existe una conciencia clara de que el deterioro medioambiental está intrínsecamente vinculado al resto de injusticias que padecen los pobres del mundo. De hecho, el daño causado está afectando a comunidades rurales e indígenas que los jesuitas acompañan desde hace décadas en diversos lugares del planeta —la Congregación General 36 señalaba, por ejemplo, la necesidad de apoyar el compromiso de la Compañía con regiones como la Amazonía y la Cuenca del Congo (30)—. Proteger al pobre y cuidar la creación son en la actualidad dos caras de la misma justicia, que no puede ser ya comprendida exclusivamente como justicia social sino como justicia socioambiental.

Las iniciativas que dan respuesta a este reto desde la Compañía de Jesús se han producido a nivel local, nacional e internacional: las instituciones han introducido el cuidado de la creación en sus planes apostólicos; algunas universidades han instaurado programas de eficiencia energética, gestión de residuos, investigaciones medioambientales, etc.; los colegios llevan a cabo numerosas iniciativas de sensibilización y gestión de residuos; los centros sociales promueven la agricultura ecológica y el cuidado de la biodiversidad; algunas conferencias y provincias han renunciado a inversiones en empresas que extraen combustibles fósiles; y las comunidades jesuitas han realizado esfuerzos para adquirir hábitos de funcionamiento coherentes con este nuevo compromiso. Existe también una creciente búsqueda de las resonancias ecológicas en la espiritualidad ignaciana y se están ofreciendo Ejercicios Espirituales incorporando cada vez más esta perspectiva.

Queda mucho camino por recorrer, particularmente en cuanto a coordinación estratégica y articulación a nivel internacional. Pero los pasos que se han dado se orientan hacia una nueva forma de percibir el mundo y la misión de la Compañía en él. La nuestra es una visión esperanzada, a la que nos habitúa la «Contemplación para alcanzar amor» de los Ejercicios Espirituales: advertimos que Dios actúa en el mundo, reconocemos sus huellas en el ministerio de reconciliación que Dios ha comenzado en Cristo, y que se realiza en el Reino de justicia, paz e integridad de la Creación.

Fuente: Jesuitas.es

 

3 de Enero: Fiesta del Santísimo Nombre de Jesús

El 3 de enero los jesuitas celebramos la fiesta del ‘Santísimo Nombre de Jesús, titular de la Compañía’. Te compartimos algo de sus historia para que sepas de qué se trata y por qué se celebra ese día.

Hasta hace poco la Compañía celebraba su fiesta titular el día 1 de enero, porque ese era el día de la fiesta del Santísimo Nombre de Jesús junto con la fiesta de María Madre de Dios. Con la revisión del calendario universal de 1996 la fiesta del Santo Nombre de Jesús pasó a celebrarse separadamente en el día 3 de enero. La Compañía siguió, a pesar de todo, con la práctica de celebrar la fiesta, junto con la de María Madre de Dios, el día 1 de enero.

El 3 de diciembre de 2012 el P. Adolfo Nicolás, Superior General de la Compañía, hizo pública su decisión de introducir cambios en el calendario litúrgico propio de la Compañía de Jesús para acomodarlo al calendario litúrgico universal de la Iglesia Católica. En adelante, la Fiesta Titular de la Compañía de Jesús se habrá de celebrar el día 3 de enero, Fiesta de Santísimo Nombre de Jesús. Y de esta manera coincide con el día que toda la Iglesia celebra el “Santísimo Nombre de Jesús” y en el que se lee el Evangelio donde se recuerda que María y José “Al cumplirse los ocho días tocaba circuncidar al niño y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel de su concepción” (Lc 2, 16-21).

La Compañía de Jesús celebra el Título de su orden “la cual, ya desde el principio, San Ignacio y sus compañeros quisieron «se llame la Compañía de Jesús» (cfr. Fórmula del Instituto, n. 1) a fin de que, por ese nombre, como por un distintivo, se manifieste el fin, naturaleza y manera de ser de nuestra vocación y vida” [De la introducción a esta fiesta en la Liturgia de las horas. Propio de la Compañía de Jesús].

En este día se celebra el Título de nuestra Compañía; la cual, ya desde el principio, San Ignacio de Loyola y sus compañeros quisieron «se llame la Compañía de Jesús» a fin de que, por ese nombre, como por un distintivo, se manifieste, el fin, naturaleza y manera de ser de nuestra vocación y vida.

Fuente: InfoSJ