Fallecimiento del P. Carlos Cravenna SJ

El miércoles 27 de julio falleció en la Enfermería del Colegio Máximo de San Miguel, provincia de Buenos Aires, el padre Carlos Cravenna sj. Tenía 85 años de edad, 62 años de jesuita, y 49 años de sacerdote. Nació el 1 de mayo de 1937 en Ituzaingó, provincia de Buenos Aires, y cuando tenía 23 años ingresó al Noviciado de la Compañía de Jesús.

FORMACIÓN EN LA COMPAÑÍA

  • Ingresó a la Compañía el 3 de enero de 1960, en Córdoba.
  • Hizo sus primeros votos el 6 de enero de 1962 en la Quinta del Niño Dios (Córdoba). El
    celebrante fue el P. Miguel Elizondo.
  • Estudió Literatura y Humanidades en el Noviciado (Córdoba) y en P. Hurtado (Chile), en el
    período 1962-1963.
  • Estudio Filosofía en el Colegio Máximo, en el período 1964-1966.
  • Realizó su Magisterio en el Colegio de la Inmaculada (Santa Fe), durante los años 1967-
    1968.
  • Estudió Teología en el Colegio Máximo, en el período 1969-1972.
  • Se ordenó sacerdote el 12 de mayo de 1973 en el Colegio Máximo por Mons. Carlos Ferrari
    (Mántara – Italia).
  • Realizó la Tercera Probación en Villa Barilari en el año 1974-1975.
  • Obtuvo el título de Licenciado en Teología y Profesor en Filosofía.
  • Hizo sus últimos votos el día 6 de junio de 1975, en Colegio Máximo. El celebrante fue el P.
    Jorge Bergoglio.

SUS PRINCIPALES TAREA APOSTÓLICAS FUERON

  • Operario. Colabora en C.E.S.I. Curia Provincial (1973).
  • Ministro. Colegio Máximo de San Miguel (1974-1976).
  • Ministro. Consultor. Archivero. Operario. Prefecto de salud. Colegio Máximo (1978-
    1984).
  • Ministro. Catequista. Delegado ACIC. Colabora en la parroquia “Jesús Resucitado”.
    Santa Fe (1986-1992).
  • Consejero espiritual. Noviciado. Córdoba (1998).
  • Asesor Pastoral en la Facultad de Medicina. Asesor de exalumnos. UCC (2000-2001).
  • Ministro. Ecónomo. Residencia de Córdoba (2003-2009).
  • Profesor y Asesor Pastoral. UCC. Residencia de Córdoba (2009-2010).
  • Ecónomo. Profesor y Asesor Pastoral de la UCC. Residencia de Córdoba (2011-2012).
  • Residencia de Córdoba. Ecónomo. Capellán Casa de la Bondad (2013-2019).
  • Ora por la Iglesia y la Compañía. Enfermería del Colegio Máximo (desde 2019).

Rezamos por su eterno descanso y le damos gracias a Dios por su vida.

Misión jesuita en Quilmes

Un grupo de estudiantes jesuitas misionaron durante las vacaciones de julio en la comunidad San Francisco Solano, en Buenos Aires. La presencia de los jesuitas llegó a esa localidad a comienzos del año 2020, cuando asumieron una nueva misión dentro de la diócesis de Quilmes: acompañar a las comunidades de las Parroquias Nuestra Señora de las Lágrimas y Nuestra Señora de Luján. En esta oportunidad, Martín Algorta sj y Juan Pablo Suarez sj, quienes llegaron a Solano desde Córdoba para compartir diez días de misión, nos acercan su testimonio sobre la experiencia de encuentro con tantos rostros que los recibieron con generosidad y amabilidad.

Martín Algorta sj

La primera impresión al volver a Solano después de haber realizado el año pasado la misión desde la comunidad María Peregrina de la parroquia Ntra. Señora de las Lágrimas, como experiencia de adviento del noviciado, fue encontrarme con la alegría de mucha gente que durante ese mes se había entusiasmado y ahora desplegaban esos deseos y esa alegría novedosa en algún espacio de servicio, en el cual comparten su alegría de vivir siguiendo al Señor, y contagian ese entusiasmo a otros. Fueron muchos, algunos ejemplos son Patricia, Roberto, Claudia, Alberto y Beatriz, quienes ahora están acompañando como madrazas y padrazos del primer umbral del Hogar de Cristo (“El Principio”) que se encuentra en el predio de la capilla.

Esta vez nos recibieron desde la comunidad San Jorge, y con Juan Pablo nos tocó trabajar sobre todo con los distintos grupos de jóvenes que participan en las diversas comunidades de las parroquias. El sábado a la noche hicimos un fogón en donde participaron alrededor de 30 jóvenes de distintos grupos: de la confirmación de tres comunidades distintas (María Esperanza de los Humildes, Caacupé y San Jorge), del grupo de la parroquia de Luján, participaron también dos jóvenes del Hogar de Cristo y muchos otros. En esta actividad y en otras que les propusimos, fue mucho el entusiasmo y las ganas expresadas por los jóvenes de conocer a otros con los que puedan compartir su fe, sus ganas de vivir, sus búsquedas, sus miedos y de seguir conociendo a Jesús y sus caminos de amistad.

Por último, me gusta destacar la posibilidad de compartir la misión también con estudiantes que tienen más años en la Compañía y con los jesuitas que están en la comunidad y a cargo de las obras apostólicas. Conocerlos en el servicio a los demás es conocer a los compañeros queriendo desplegar lo mejor que tienen. Verlos y escucharlos a ellos transmitir su experiencia de Dios, sus alegrías y esperanzas me trae mucho consuelo y ánimo para el camino.

Juan Pablo Suarez sj

En mi caso, hasta ahora no había tenido la oportunidad de conocer la nueva comunidad en la diócesis de Quilmes. Desde que Rafa nos escribió a toda la provincia allá por septiembre de 2019 con el llamado a discernir ofrecerse para la nueva misión y la posterior generosidad de los compañeros que transmitieron su disponibilidad, no pude quedar menos que entusiasmado por poder conocer el horizonte apostólico que se abría. Después de estos escasos 10 días que pudimos misionar en las distintas comunidades de las dos parroquias, los distintos umbrales del Hogar de Cristo y en la misma comunidad jesuita (uno es consciente que, como jesuitas jóvenes, con la sola presencia a veces también agitamos los espíritus de nuestros compañeros más experimentados), pude vivenciar una compañía con potencia apostólica, con creatividad y alegría por anunciar el evangelio entre los más pobres.

Fueron muy pequeñas las actividades que pudimos realizar: diversas charlas de espiritualidad ignaciana para distintos públicos, reavivar el espíritu misionero y la alegría de la fe con los jóvenes y variadas visitas a las casas del barrio. Sin embargo, y a pesar de la sencillez de la siembra, pude reconocer cómo es Dios quién trabaja en el corazón de su pueblo a través de pequeños gestos, y se nos regaló ser testigos de lo fructífera y motivadora que resultó la misión para muchos jóvenes y adultos. Ya más en lo personal, el poder dejar -por un rato- los libros de lado y poner la misión de la compañía -la misión de Cristo- en el centro, patear el barrio y sentir las tensiones de la vida apostólica, me resulto provocador para seguir reflexionando sobre nuestra vocación y labor, y sobre todo absolutamente renovador espiritualmente hablando.

Comunicado 1|8|2022

Buenos Aires, 1° de agosto de 2022

 

El 13 de julio pasado dos exalumnos del Colegio del Salvador presentaron un escrito ante el Provincial de la Compañía de Jesús solicitando una reparación económica por situaciones abusivas que ambos sufrieron en el año 2002 de parte de César Fretes, religioso jesuita. El 16 de julio hicieron público su testimonio en la prensa escrita y luego en otros medios.

El rector del Colegio y el delegado de prevención de la Provincia publicaron ese mismo día una carta a la comunidad educativa y a la opinión pública, lamentando profundamente lo ocurrido y pidiendo perdón a todas las víctimas. Fretes fue dimitido de la Compañía en 2007 y falleció en 2015. En el curso de todos estos años los hemos escuchado, a sus familias o a ellos mismos, y les hemos ofrecido y ofrecemos acompañamiento. Seguimos atentos y respondiendo a todos aquellos que se quieran acercar a hacer su denuncia o dar su testimonio. Buscaremos también crear algún espacio para que la palabra pueda circular entre todos los que quieran expresarse.

En el día de hoy dimos respuesta a la petición efectuada por los dos exalumnos, representados por el Dr. Carlos D. Lombardi. La respuesta se fundamenta en estos cuatro puntos:

1. Las autoridades de aquel tiempo procedieron como correspondía de acuerdo con las normativas penales (estatales) y canónicas vigentes en esos años.

2. En consecuencia no hubo encubrimiento dado que la ley vigente en aquel momento no facultaba a las autoridades del Colegio a hacer la denuncia. El art. 72 del Código Penal de la Nación, hasta la reforma del 25 de octubre de 2018, no contemplaba la denuncia de oficio.

3. No hubo tampoco encubrimiento a nivel canónico porque las autoridades del Colegio pusieron en conocimiento de los hechos al superior provincial de la Compañía en aquel momento, quien actuó en consecuencia, apartándolo del colegio, imponiendo las medidas cautelares correspondientes, llegando hasta la dimisión.

4. La Compañía puso a disposición de los reclamantes acompañamiento, asistencia, apoyo psicológico y terapéutico, conforme a nuestros protocolos y a los documentos de la Santa Sede. Una eventual reparación económica se hará en la medida que sea dispuesta y determinada por las autoridades competentes.

Una vez más lamentamos profundamente lo ocurrido, sentimos pesar por el dolor de las víctimas, renovamos nuestra disposición a escucharlas, y nuestro compromiso de continuar generando ambientes sanos y seguros en todas nuestras obras e instituciones.

 

P. Alvaro Pacheco, SJ
Delegado para la Prevención

 

Comunicado 1/8/2022.pdf

Clausura del año ignaciano y Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

En el día de ayer, acompañado por la comunidad ignaciana presente en Loyola y en el mundo, el P. Arturo Sosa SJ celebró una misa con ocasión de la Clausura del año ignaciano. Bajo la insignia «Ignatius 500», el año ignaciano comenzó el 20 de mayo de 2021, aniversario de la herida sufrida por Ignacio en Pamplona, y finalizó ayer 31 de julio de 2022, festividad de San Ignacio.

La celebración fue un momento para agradecer por este tiempo que la Compañía de Jesús dedicó a la reflexión y a la búsqueda de una mayor y mejor entrega en el mundo que vivimos y habitamos, así lo expresó el P. Arturo Sosa sj en su homilía: «Nuestro tiempo es tan complejo como lo fue el de Ignacio de Loyola. Si aquí en Loyola comenzó para él un nuevo itinerario de vida con su conversión, hoy, otra vez en Loyola, cada uno de nosotros recibe la invitación a comprometerse con generosidad en el servicio de los demás, con una entrega total. Ese ha sido el objetivo que nos ha acompañado a lo largo de este año ignaciano.«

Siguiendo la fórmula del padre Pedro Arrupe SJ (1972), Arturo Sosa SJ renovó la Consagración de la Compañía al Sagrado Corazón de Jesús e invitó a todas las comunidades ignacianas del mundo a sumarse a esta iniciativa. «Renovamos la consagración de la Compañía al Corazón de Jesús y te prometemos la mayor fidelidad pidiendo tu gracia para continuar sirviéndote a Ti y a tu Hijo con el mismo espíritu y el mismo fervor de Ignacio y de sus compañeros.«

Reviví la celebración aquí