Discurso del Padre General Arturo Sosa en la Asamblea de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas

Un discurso importante, unos acentos enraizados en el contexto del mundo actual, una perspectiva ignaciana significativa para todos los miembros de las comunidades universitarias, una orientación que apunta al servicio del Bien Común: todo ello es lo que se puede sentir al escuchar o leer las palabras del Padre Arturo Sosa pronunciadas en Boston College el pasado 4 de agosto, durante el congreso de la IAJU.

El encuentro tenía objetivos amplios y ambiciosos, es decir, discernir la contribución específica que las instituciones de enseñanza superior bajo la responsabilidad de la Compañía de Jesús pueden ofrecer en el momento actual de la historia de la humanidad. Y la contribución del Padre Sosa consistió en seis capítulos:

Discernir el presente: un requisito para preparar el futuro
• Fomentar el surgimiento de vidas llenas de sentido
• Sembrar en una tierra sedienta
• Aprovechar las experiencias intergeneracionales e interculturales
• Acercarse a la universidad, a la política y a la ciudadanía universal en vistas a la reconciliación y a la paz
• Proponer una vida “con y para los demás”

Compartimos algunas líneas de su mensaje:

«Desde la espiritualidad que se deriva del carisma de la Compañía de Jesús se entiende como vida plena la que se desenvuelve persiguiendo siempre “en todo amar y servir”. Esa es la manera nuestra de concebir la “excelencia”. A través del discernimiento en común nos proponemos animar instituciones excelentes porque en ella trabajan, investigan, enseñan y estudian personas que encuentran las condiciones para una vida con sentido que avanza hacia su plenitud.

Hacer de la Universidad un espacio de discernimiento contribuye a superar las tendencias a la fragmentación existentes en la sociedad secular.

Como Universidades cuya identidad incluye el compromiso con la misión de reconciliación y justicia, tenemos la enorme responsabilidad de contribuir a distinguir la verdad de la mentira que pretende justificar a los autócratas empeñados en presentarse como los únicos auténticos defensores del pueblo.»

El Padre General Arturo Sosa – 4 de agosto de 2022

Fuente: jesuits.global/es

Catequesis del Papa Francisco sobre el discernmiento

En su catequesis sobre el discernimiento, Francisco puso como ejemplo a San Ignacio de Loyola, que hizo su primera experiencia de Dios escuchando a su corazón, percibiendo algo curioso: “Las cosas a primera vista atractivas lo dejan decepcionado y en otras, menos brillantes, siente una paz que dura en el tiempo”.

Dirigiéndose a continuación a los fieles congregados en la plaza de San Pedro, les dijo que, hoy en día, todos “escuchamos la radio, la televisión y el móvil, pero ¿sabes escuchar a tu corazón?” Para tomar “buenas decisiones”, remarcó el Papa, “hay que escuchar al corazón”.

El discernimiento, señaló al final de su alocución, es “la ayuda para reconocer las señales con las cuales el Señor se hace encontrar en las situaciones imprevistas, incluso desagradables, como fue para Ignacio la herida en la pierna. De estas puede nacer un encuentro que cambia la vida, para siempre. El hilo conductor más bello son las cosas inesperadas”.

Fuente: vidanuevadigital.com

Adalberto Martínez Flores, primer cardenal de Paraguay

El Arzobispo Adalberto Martínez Flores, oriundo de Paraguay, se encuentra en el grupo de los 21 nuevos cardenales elegidos por el Papa Francisco. Es el primer Cardenal elegido en la historia de su país.

En la misa que presidió en la Iglesia del Gesù de Roma, destacó: «Como arzobispo de Asunción y Metropolita del Paraguay, celebrar esta eucaristía en la Iglesia del Gesù,  iglesia madre de la Compañía de Jesús, adquiere un gran significado eclesial y misionero, pues estamos ante la presencia y los restos de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, cuya obra evangelizadora y misionera en el Paraguay ha dejado un legado que perdura hasta hoy en la Iglesia y en la cultura de nuestro pueblo.

Ha generado ejemplos de Santidad, cómo el Jesuita nuestro San Roque González de Santa Cruz, paraguayoite hae, cuyo corazón incorrupto, en la Capilla de los mártires en la parroquia Cristo Rey, en Asunción, constituye una imagen elocuente del amor cristiano, capaz de superar todos los límites humanos, hasta los de la muerte, cómo ha dicho San Juan Pablo II el día de su canonización en 1988.

Fue fundador de pueblos y evangelizador, ferviente defensor de los indígenas, avasallados en su dignidad de personas.»

El trabajo pastoral

El nuevo cardenal, además de su actividad pastoral en las cinco diócesis paraguayas, cumplió con distintas funciones dentro del mismo episcopado.

Fue responsable de la pastoral de comunicación (1997) y de juventud entre el año 1997 y 2007. Trabaja, en la actualidad, con las áreas de comunicación, de laicos, ecumenismo y educación, y en el equipo de protección de menores y adultos vulnerables.

Fue secretario general de la Conferencia Episcopal Paraguaya, durante dos períodos, y presidente desde el año 2018. El año pasado fue reelecto para el trienio 2021-2024.

En el CELAM, fue responsable de la sección de Juventud (2003-2007), y presidente del Departamento de Comunicación y Prensa en el periodo 2011-2015.

Encuentro anual de Delegados de Formación Provinciales

Del 14 al 18 de agosto se realizó el encuentro anual de Delegados de Formación de las provincias que conforman la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe – CPAL, convocados por el P. Luis Valdez SJ, Delegado de Formación de la CPAL. Este encuentro se realizó de manera presencial luego de dos años, reuniéndose en la Casa de Retiros Manresa de Santo Domingo, República Dominicana.

En el encuentro estuvieron presentes los Delegados de las Provincias de México, Antillas, Centroamérica, Venezuela, Colombia, Perú, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y la Provincia Argentina-Uruguaya.

Además de compartir el proceso de la formación en cada Provincia, se avanzó en la redacción de las Orientaciones Comunes para la formación en América Latina; de igual manera, se remodeló el Mes Arrupe y se hicieron sugerencias para tener un mejor acompañamiento y seguimiento de los jesuitas en formación y sobre el paso que dan hacia la etapa de teología. Un momento muy fecundo e iluminador fue el diálogo virtual con el P. Mark Ravizza SJ, Asistente para la formación del P. General.

Fuente: Oficina de Comunicaciones CPAL – jesuitas.lat

Un sentido creyente de la existencia

Reflexión

«¡Ah, que agradable es todo esto! –se decía cuando se veía ante una mesa bien puesta, con un buen caldo, o cuando por la noche se acostaba en una cama limpia y blanda, o cuando se acordaba de que estaba libre de su mujer y de los franceses–. ¡Ah, qué cosa tan agradable! –y, obedeciendo a una antigua costumbre, se dirigía esta pregunta–: Bueno, y ahora ¿qué voy a hacer? –y se respondía al punto–: Nada; ya veremos. ¡Ah, qué agradable!

Lo que antes le preocupaba, lo que siempre trató de solucionar, la cuestión del objeto de la vida ya no existía para él. Se había concluido la búsqueda, y no por casualidad y momentáneamente, sino porque comprendía que no existía tal objeto ni podía existir. Precisamente este convencimiento era lo que le producía aquella alegre sensación de libertad, lo que le hacía dichoso.

Ya no quería buscar el objeto de la vida, porque tenía fe, pero no fe en unos principios, palabras o ideas, sino fe en Dios vivo. Antes le buscó en sus propios objetivos, pero, en el fondo, aquella búsqueda era la búsqueda de Dios. Luego, durante su cautiverio, se percató, no verbalmente, no mediante razonamientos, sino por intuición, de lo que su buena fe le venía diciendo desde largo tiempo atrás: que Dios esta aquí y en todas partes. En el cautiverio se dio cuenta de que el Dios de Karataiev era el más grande, más infinito, más comprensible que, por ejemplo, el arquitecto del universo que reconocen los masones. Y experimentaba la sensación del hombre que ha tenido a sus pies lo que buscaba muy lejos. La terrible pregunta ‘¿por qué?’, que en otras ocasiones había destruido todos sus razonamientos, ya no existía. Ahora conocía la respuesta, una respuesta sencilla: porque Dios existe, porque hay un Dios sin la voluntad del cual no cae ni un solo cabello de la cabeza del hombre.»

Leon TolstoiGuerra y Paz