Mons. Ángel Rossi elegido Cardenal por el Papa

El domingo 9 de julio, al finalizar el Ángelus, el Papa Francisco anunció la creación de 21 nuevos cardenales, entre los cuales hay tres argentinos: Mons. Víctor Manuel Fernández, P. Luis Pascual Dri OFM Cap. y Mons. Ángel Sixto Rossi SJ.

«Queridos hermanos y hermanas: Me alegra anunciarles que el próximo 30 de septiembre celebraré un consistorio para la creación de nuevos cardenales. Su procedencia expresa la universalidad de la Iglesia, que sigue proclamando el amor misericordioso de Dios a todos los hombres de la tierra», expresó el Papa Francisco.

Un Cardenal tiene, por un lado, la función acompañar al Papa en el gobierno universal de la Iglesia. Además, participa del cónclave al momento de elegir un nuevo papa, desde el discernimiento y la elección del mismo, cuenta con derecho a voto. Los que se encuentran fuera de Roma, suelen ocuparse de una diócesis o arquidiócesis. Aunque proceden de diferentes partes del mundo, se reúnen con frecuencia en Roma para estar en contacto con el Papa.

Sobre Monseñor Ángel Rossi

Nació en la ciudad de Córdoba el 11 de agosto de 1958, fue ordenado sacerdote el 12 de diciembre de 1986 por la Compañía de Jesús y elegido arzobispo de la arquidiócesis de Córdoba el 6 de noviembre de 2021.

Entrevistado por Radio María, Mons. Ángel Rossi habló sobre el nuevo nombramiento, allí explicó: “Este cargo no es un sacramento, sino que es un cargo de servicio. El papa Francisco nos dice que se acabó la Iglesia de los príncipes y tenemos que ser servidores. El Señor quiere esto de la Iglesia, que lavemos los pies a los hermanos. Ser cardenal no es una cosa honorífica, por eso les pido que recen para que esto que estoy diciendo sea cierto en los gestos.”

Además, agregó: “La intención de Francisco es abrir los espacios, una Iglesia que no piense solo desde Europa. En esto Latinoamérica tiene una fuerza significativa. El papa busca que la Iglesia católica no quede enfrascada y pierda objetividad. La intención es no quedar encapsulados en mundos más pensantes e ir hacia un pastoreo que toca la realidad.

Pidamos a Dios por el servicio que se le encomienda a nuestro Compañero. Que ahora como Cardenal siga ayudando a que, como Iglesia, vivamos la Misión de Jesús: “Anunciar la Buena Noticia a los pobres, vendar los corazones heridos, proclamar la liberación a los cautivos y la libertad a los prisioneros y anunciar el Año de Gracia del Señor.” (Cfr. Is. 61, 1 -2).

Reflexión: Las vidas no vividas

Por José María Rodríguez Olaizola SJ

Cuando eres joven, las vidas no vividas están por delante. Son todos los caminos que aún se te han de presentar. Los que tomarás y los que no. Entonces todos son posibilidades. Seguramente al mirar adelante te figuras mil escenarios. Y en todos ellos vuelcas anhelos, expectativas, deseos. Lo que te atrae lo ves con esperanza. Lo que no te gustaría, con temor. Ojalá tenga más fuerza la esperanza tirando de ti, que el miedo paralizándote o haciéndote alguien inseguro y huidizo. Pero no te dejes envolver por la promesa –que alguien te hará, seguro– de que puedes recorrer todos los caminos. No puedes. Cuando se te planteen encrucijadas, elige. Cuando se te planteen alternativas, asume que optar y renunciar a menudo son parte de la misma decisión. Y sí, las renuncias cuestan. Solo que merecen la pena cuando hay un motivo suficiente, cuando una pasión, una convicción, una intuición tira de ti. Ahora todas las vidas no vividas son posibilidad (o muchas de ellas). Pero no podrás vivirlas todas. Así que piensa bien cómo usas tu libertad.

Cuando eres mayor, muchas vividas no vividas están por detrás. Son los caminos que no escogiste. La tentación de querer volver a las encrucijadas es grande. Fantasear con lo que hubiera ocurrido si en lugar de este paso hubieras dado este otro. Pensar, con cierta nostalgia, en lo que habría sido tu vida de haber tomado tal o cual rumbo… Y digo tentación porque, aunque es verdad que hay opciones que aún pueden tomarse, hay otras que ya no. Porque la vida es solo una. Porque ya no vuelves a ser joven (todo lo más, a querer aparentarlo, y esto a menudo con cierta insensatez). Porque mucho de lo que construimos requiere tiempo, mucho tiempo, décadas… y no toda la vida puede ser primavera. Por eso, no te dejes atrapar en la prisión de la nostalgia de las vidas que no fueron. Aprecia lo que eres, los caminos escogidos, y la vida que sí estás viviendo.

Fuente: pastoralsj.org

Testimonio sobre la experiencia en el noviciado

Testimonio de Jaime Teuquil SJ, de la Provincia de Chile, sobre su experiencia de noviciado en Montevideo

«A esto he venido»

Acabábamos de aterrizar. El maestro nos acompañó a la que sería nuestra casa en Montevideo. Más o menos sabía a lo que iba. O creía saberlo. La cercanía con varios jesuitas, previo a mi ingreso, me hicieron cercano ese mundo del que lentamente fui participando. Había escuchado mil anécdotas e historias: divertidas, tragicómicas, de terror, etc. Todo cabe en ellas porque eran historias de vidas reales, como las nuestras. En parte el tiempo lo confirma y, en parte también, me sigue sorprendiendo. Así fue conmigo: abriendo caminos que ni soñaba, la vida fue haciendo real el deseo.

Era nuestro primer domingo. Ya habíamos sido recibidos por los que serían nuestros compañeros. Buen ambiente. Simpatía. Mundos nuevos: uruguayos, argentinos, paraguayos y chilenos. Por largo tiempo duraron esas conversas que iniciaban siempre con un “¿Cómo le dicen ustedes a…?” La lista es larga: el lápiz, la birome; el compu o la compu; el cubrecama, el plumón, el cobertor; la micro, el colectivo, el bondi; los cabros, los pibes, los perros, los gurises. En fin: llegamos a pocos acuerdos y a más de alguna historia que sigue sacándonos una sonrisa.

Esa tarde, así como las tardes de todos los demás domingos que vendrían en adelante, ordenamos la capilla para rezar juntos. Así fue. La hora transcurrió y cada tanto -por esta vez- el canto le ponía palabras a nuestro silencio. Todo eran deseos, novedades y qué se yo. El Señor estaba junto a nosotros en el Pan. Consuelo. Alegría interior. Intuiciones profundas. Al finalizar, recibimos la bendición y cantamos por última vez: “Vine a adorarte”. No lo olvido. Puede resultar beato, o piadoso, o devoto. Da lo mismo: yo me sentía realmente feliz. En el corazón me decía mientras cantaba: “a esto he venido”. Me emocioné. Lloré. Terminado este momento nos levantamos y pude percatarme de que no era el único que trataba de hacerse el tonto de la emoción vivida. Fue ahí cuando pude darme cuenta de que de verdad el Señor era quien nos había juntado. En ese momento intuí la amistad que nacería.

El noviciado es una antigua casa de Villa Dolores. Yo no sé si el nombre del barrio no es tan bueno para un noviciado, pero si se que sus muros han sido testigos de lo que Dios ha hecho en la vida de muchos jesuitas y desde hace mucho tiempo. Traer la casa a la memoria me hacen brotar alegría y gratitud. Su vida fluye a través de los que la hemos ido habitando. Los que me conocen saben que -hasta ahora- mi peor crisis vocacional la viví el tiempo justo antes de entrar. Venía de eso. La vida hasta el último minuto me abrió mil caminos posibles. Se trataba de aprender a elegir, no sin dolor, ni tampoco sin libertad.

Aprender a discernir tiene que ver con aprender a distinguir lo pasajero de lo que permanece. Se trataba -en definitiva- de la coherencia profunda con un deseo que el noviciado fue iluminando, descubriendo y confirmando: el deseo de un Dios que me invita todos los días a vivir verdaderamente, es decir, a amar, a darme; el deseo de Jesús, el Señor de mi vida, que en el rostro de muchos se hace mi hermano y mi amigo.

Ya vendrían el tiempo y sus cosas: la rutina -dormida o despierta- queda al descubierto en cada examen. Oficios varios, limpiar por aquí o por allá, poner leña, la mesa, los libros en los estantes, en fin. La oración, las clases acerca de las raíces de nuestro carisma, las comidas, lavar los platos o cantando, o descifrando trabalenguas o riéndonos de la broma de turno. Las pizzas y la cerveza fría de los sábados por la tarde para compartir los gozos y los dolores del apostolado… este tiempo, verdaderamente, fue confirmando esa intuición que nació en mí ese primer domingo tras haber llegado a casa.

La vida fue transcurriendo y haciéndola de carne. Venía de un largo camino de discernimiento. Luché muchas veces con Dios para no escucharle. En esas luchas también viví muchas soledades. Muchos lo entenderán: un deseo tan hondo demoró en convertirse en palabra. Esa tarde comprendía que la vida cruzaba los caminos de muchos que habíamos conocido esa soledad. Esa tarde comprendí que este camino sería vivido en amistad. De eso se trataba: de confiar, de soltar, de saber compartir mi fragilidad, de aprender a amarme y amar a mis compañeros. El maestro y los niños del barrio me enseñaron a ponerle palabras a mi mundo interior. Yo no lo sabía. En esas palabras fui descubriendo también mi propio rostro, el que Jesús quería, el de verdad. Las experiencias vividas lo fueron dejando aparecer: el mes de ejercicios, el mes de hospital en el Cottolengo, el mes de trabajos humildes en el basural de Montevideo, el trabajo compartido junto a los compañeros de Antofagasta, las misiones en Quilmes peregrinando en el corazón de tantos; la fidelidad del trabajo de nuestros compañeros jesuitas en la Villa del Cerro y el cariño de su gente… la alegría y el dolor, la bondad, la música, la belleza de tantas vidas… todo eso fue el noviciado para mí: la experiencia de una amistad. En ellos, en los de cada día, el Padre me pone con su Hijo. En ellos renuevo la consagración que hice con mis votos. En ellos, es Él quien hace que en nuestras vidas se siga encarnando su sentido más sencillo y más profundo, porque hace de nosotros el cumplimiento cotidiano de su promesa: Yo estaré con ustedes… siempre. Este es su deseo. También el mío.

Fuente: vocaciones.jesuitas.cl

Roma: Reunión Anual del Sector Social (SJES) de la Compañía de Jesús

El Secretariado para la Justicia Social y la Ecología (SJES) de la Compañía de Jesús reunió a los delegados de las 6 Conferencias de Proviniales jesuitas, los líderes de las Redes Globales de Advocacy y a los coordinadores del propio secretariado con su Comité Asesor en Roma la última semana de junio.

Como de costumbre, en la reunión anual dirigida por el Delegado para el Sector Social, el P. Xavier Jeyaraj SJ, se presentaron informes actualizados del apostolado social de cada Conferencia Jesuita y la promoción de una cultura de protección en la Compañía.

El sentido compartido de misión y la mirada puesta en los retos globales, guiados por el Espíritu fueron algunas de las claves destacadas del encuentro que compartieron con otros equipos de trabajo de la Curia General.

Conoce más aquí bit.ly/3Q77F0n

Semana Social 2023: un fuerte llamado a la escucha y a la necesidad de un «nuevo pacto social»

La Semana Social, realizada cada año por la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA,) finalizó el domingo 2 de julio en Mar del Plata, acompañada por el lema “40 años de democracia y 10 años de Francisco”, con un fuerte llamado a la escucha y a la necesidad de un «nuevo pacto social».

Se realizaron paneles que abordaron las temáticas de Economía y Trabajo, por un lado, y de Justicia y Seguridad, junto con Educación y Desarrollo, por otro. Cada uno de los expositores coincidió respecto de la relevancia de la construcción de políticas de Estado, basadas en la escucha, el diálogo y el compromiso con los más necesitados.

Hubo también mesas-debates con las temáticas “Una economía con rostro humano”; “Educación para la inclusión”; y “Salud Integral”.

Lee la nota completa aquí aica.org

Relanzamiento de la campaña solidaria «Córdoba Urgencia Alimentaria»

La Pastoral Social de la arquidiócesis de Córdoba, relanzó la campaña solidaria «Córdoba Urgencia Alimentaria». La iniciativa comenzó en el año 2020, a raíz del flagelo de la pandemia, y fue llevada adelante por seis instituciones: Cáritas Córdoba, Pastoral Social, Radio María, Manos Abiertas, Jesuitas de Córdoba y Hombre Nuevo. El balance de la campaña indica que, desde el 2020 al 2022, se ayudó a más de 52.000 familias.

También ahora se pretende llegar a un gran número de hogares cordobeces. «Así como en ediciones anteriores, los fondos recaudados en Córdoba Urgencia Alimentaria serán destinados en su totalidad a al suministro de módulos alimentarios, distribuidas a través de las 18 zonas pastorales de la Arquidiócesis de Córdoba, tanto en la capital como en el interior de la provincia.» subrayaron las organizaciones que llevan adelante la iniciativa.

«Reconociendo sus aportes solidarios, los invitamos a sumarse, convencidos de que es imprescindible asumir ‘entre todos’ la responsabilidad y el cuidado de quienes están padeciendo más necesidades en este momento».

Cada módulo con alimentos estará constituido por: 1 Kg arroz, 1 Kg fideos, 1 Kg polenta, 2 puré de tomate, 1 Kg azúcar, 2 Kg de harina y 1 leche en polvo de 400 gramos. Tendrá un costo promedio estimado de 3.000 pesos por módulo.

Para donar

Banco Nación
CÁRITAS ARQ. DE CÓRDOBA
Cuenta corriente: 92611270024234
CBU: 0110127620012700242343
CUIT: 30668224640

Para hacer tu aporte por mercado pago o para más información accedé a www.urgenciaalimentaria.com.ar

 

Oración por las vocaciones

Los invitamos a rezar por las #vocaciones a la Iglesia y en especial a la #Compañía de Jesús.

Esta frase de #SanIgnacio brota de una profunda convicción: el bueno de Dios no deja, jamás, de invitarnos a establecer con él una relación de familiaridad y confidencia. Relación que, por la cercanía que reclama, atravesará todos nuestros vínculos y ocupaciones, nuestros sueños y esperanzas. En este tiempo, ¿cómo se ncuentra esta relación tan esencial en mi vida?

El llamamiento de Dios es discreto y persistente; atractivo y desafiante. No es extraño, por tanto, que la sordera se manifieste en nosotros como mecanismo de defensa ante la inseguridad que la propuesta genera, ante lo nuevo que inaugura, ante la inmensidad de una tarea que es de Dios y nuestra. ¿Qué miedos reconozco en este tiempo? ¿Cómo los elaboro o logro tramitarlos?

La invitación de Dios nos lanza a trascender los márgenes de nuestra vida, con todo lo que implica vencer las resistencias de la comodidad y la seguridad que brinda lo conocido. Los arriesgados, enamorados del Dios que llama, contarán con su ayuda, y con la compañía del Hijo, que nos precede en esa locura de hacer vida la invitación del Padre. ¿Qué creo que sueña Dios para mi vida?

Terminemos la oración poniendo nuestras vidas en las manos del Padre que nos sueña libres y amantes.

Recemos un padrenuestro🙏

CVX Uruguay: talleres sobre discernimiento ignaciano

A fines del mes de junio, la Comision de Formacion de CVX en Urguay, organizó dos talleres sobre discernimiento ignaciano: «Dificultades y caminos para el discernimiento» y «Cómo acompañar el discernimiento de personas y comunidades». Estos espacios formativos estuvieron a cargo del P. Agustín Rivarola SJ.

Compartimos algunos ecos de lo vivido:

«Fue una invitación a seguir profundizando en esta herramienta tan enriquecedora que va más allá del momento que vivimos y que nos pide una pausa frente al caos de la rutina.» Mariana Amestoy

«Entendí que siempre lleva un proceso, en el discernimiento personal o al momento de acompañar, es importante comprender y acoger el tiempo necesario, confiando en que la acción del Espíritu Santo siempre es procesual.» Valentina Grasso

Lee los testimonios completos aquí: