Reglas para ordenarse en Internet
Propuesta de aplicación moderna de las “Reglas para ordenarse en el comer” de San Ignacio de Loyola.
[Enero 2012] San Ignacio en los Ejercicios Espirituales propone una serie de reglas como ayuda para evitar el desorden y exceso en el comer. En el siglo XVI, quien se lo podía permitir, tenía en la comida una de las únicas fuentes cotidianas de placer, diversión y esparcimiento. Esto hacía del comer un ejercicio susceptible de canalizar desahogos, excesos y desórdenes que no ayudaban a la persona en su equilibrio vital y espiritual. Nos ha parecido interesante aplicar la sabiduría de Ignacio al ámbito de Internet, en tanto que nueva dimensión de nuestra realidad ordinaria, tan necesaria y útil como susceptible de canalizar desórdenes y adicciones.
Por Dani Villanueva, SJ
Regla original de Ignacio
1ª regla. La primera regla es, que del pan conviene menos abstenerse, porque no es manjar sobre el cual el apetito se suele tanto desordenar, o a que la tentación insista como a los otros manjares.
Adaptación para Internet
1. 1. Uso como herramienta de Información. Internet nos ofrece enormes posibilidades como herramienta que facilita la comunicación y el acceso a la información. Hoy en día manejarse en la red es una habilidad necesaria y no hay razón para frenar su utilización racional, especialmente en usos como búsqueda de información, lectura de noticias, herramientas de investigación, correo electrónico y ayudas para el trabajo.
Regla original de Ignacio
[211] 2ª regla. La segunda: acerca del beber parece más cómoda la abstinencia, que no acerca el comer del pan; por tanto, se debe mucho mirar lo que hace provecho, para admitir y lo que hace daño, para lanzarlo.
Adaptación para Internet
2. 2. Atención a la mediación digital en la relación. Pero hay otras utilidades como el uso para comunicación interpersonal, redes sociales y otros sustitutos de relaciones, ocio y tiempo libre, que por su pretensión y ámbito piden mayor atención. La mediación digital en el mundo relacional pide especial discernimiento para distinguir utilidad y ventajas de otros aspectos que pueden ser dañinos. No hemos de ser ingenuos ante el riesgo de abuso y adicción.
Regla original de Ignacio
[212] 3ª regla. La tercera: acerca de los manjares se debe tener la mayor y más entera abstinencia; porque así el apetito en desordenarse como la tentación en investigar son más prontos en esta parte, y así la abstinencia en los manjares para evitar desorden, se puede tener en dos maneras: la una en habituarse a comer manjares gruesos, la otra, si delicados, en poca cantidad.
3. 3.Criterio de necesidad y uso. Es importante tener claro qué es lo que yo necesito de estas tecnologías, y dónde comienza lo superfluo. Salvo personas expertas y ámbitos profesionales determinados, no hace falta tener el último gadget ni las mejores prestaciones. Ser consciente de mi necesidad y mi nivel de uso ayuda a frenar la dinámica de mercado que rodea estas tecnologías.
Regla original de Ignacio
[213] 4ª regla. La cuarta: guardándose que no caiga en enfermedad, cuanto más hombre quitare de lo conveniente, alcanzará más presto el medio que debe tener en su comer y beber, por dos razones: la primera, porque así ayudándose y disponiéndose, muchas veces sentirá más las internas noticias, consolaciones y divinas inspiraciones para mostrársele el medio que le conviene; la segunda, si la persona se ve en la tal abstinencia, y no con tanta fuerza corporal ni disposición para los ejercicios espirituales fácilmente vendrá a juzgar lo que conviene más a su sustentación corporal.
4. 4.Mejor cuanto menos. Internet y las TICs tienden a ocupar cada vez más tiempo en nuestra vida. Como herramientas, mucho aprovecharemos si sólo las usamos cuando son necesarias. Es preferible no dejar el ordenador o los smartphones siempre encendidos, así como no tenerlos en el lugar de descanso, ocio o esparcimiento. No ayuda asociar el tiempo libre con un uso indiscriminado de la red que consume tiempo y frena otras disposiciones más provechosas como el deporte, la música, la lectura, o la interacción con otros. El exceso de tiempo en internet puede impedir el desarrollo de la capacidad de concentración y contemplación, fragmentando nuestra persona y debilitando nuestra misión.
Regla original de Ignacio
[214] 5ª regla. La quinta: mientras la persona come, considere como que ve a Cristo nuestro Señor comer con sus apóstoles, y cómo bebe, y cómo mira, y cómo habla; y procure de imitarle. De manera que la principal parte del entendimiento se ocupe en la consideración de nuestro Señor, y la menor en la sustentación corporal, porque así tome mayor concierto y orden de cómo se debe haber y gobernar.
5. 5. Sé auténtico. Conviene que el uso de estos medios no se convierta en un compartimento estanco del resto de nuestra vida. La tentación del anonimato se vence con transparencia: no ayuda ocultar quien somos ni jugar con identidades falsas. Utilizar este medio espiritual y pastoralmente nos ayudará también a integrar nuestra dimensión religiosa en el mundo digital. Mucho ayuda considerarlo un ámbito relacional en el que, como Jesús, salimos al encuentro de los demás tal y como somos.
Regla original de Ignacio
[215] 6ª regla. La sexta: otra vez mientras come, puede tomar otra consideración o de vida de santos o de alguna pía contemplación o de algún negocio spiritual que haya de hacer; porque estando en la tal cosa atento, tomará menos delectación y sentimiento en el manjar corporal.
6. 6. Crea tus propios espacios off-line. Respeta tus tiempos y date espacio para la interioridad, lo espiritual y el silencio digital. Incluye en tu vida momentos con ritmo humano. Crea ámbitos donde no esté el ordenador u otros dispositivos y no permitas interrupciones: gestiona las alertas, apaga el sonido… Asegúrate espacios donde te puedas encontrar y tú seas el actor principal de la relación con Dios sin mediaciones ni interferencias.
Regla original de Ignacio
[216] 7ª regla. La séptima: sobre todo se guarde que no esté todo su ánimo intento en lo que come, ni en el comer vaya apresurado por el apetito; sino que sea Señor de sí, así en la manera del comer, como en la cantidad que come.
7. Lleva el control. Procura evitar navegar sin rumbo por la red sin tener claro a dónde vas y a qué. Intenta que Internet no sea el amo de tu tiempo y tu itinerario. Cuando abra el navegador o el correo es importante tener un propósito y seguirlo. Ayuda tomar notas de nuevas ideas y líneas de trabajo para continuar en otro momento. Accede tú a las herramientas cuando las necesites (e-mail, redes sociales) y no permitas constantes interrupciones automáticas que dispersan y distraen. Mucho ayudan las herramientas de bookmarking y “Leer luego” que evitan las digresiones y ramificaciones infinitas típicas de la información en red.
Regla original de Ignacio
[217] 8ª regla. La octava: para quitar desorden mucho aprovecha que después de comer o después de cenar o en otra hora que no sienta apetito de comer, determine consigo para la comida o cena por venir, y así en consecuencia cada día, la cantidad que conviene que coma; de la cual por ningún apetito ni tentación pase adelante, sino antes por más vencer todo apetito desordenado y tentación del enemigo, si es tentado a comer más, coma menos.
8. 8. Planifica. Para no desordenarse es mejor planificar previamente el uso que voy a hacer de estos medios. Por ejemplo, al terminar el día, podría diseñar el plan de la siguiente jornada, cuando no me siento tan urgido a conectarme. Es bueno ponerse objetivos en el tiempo de uso y tipo de utilización. Presta especial atención a la noche y el final de la jornada, donde estas tecnologías tienden a ocupar espacios y tiempos que serían claves para el descanso y el reflectir vital.
CPALSJ
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