Alternativas de Consumo para la Sostenibilidad Ambiental

Frente a la explícita necesidad de cambiar nuestro modo de vida, que destruye, no sólo el planeta sino que también altera las sociedades: ¿Qué podemos hacer?

 Mucho se está hablando actualmente sobre la necesidad de transitar hacia otro modelo de desarrollo y relación con nuestro entorno. El escenario actual de aumento de la desigualdad social y de deterioro medioambiental está poniendo en evidencia la necesidad de reflexionar, entre otras muchas cosas, sobre la sostenibilidad de nuestros patrones de producción y consumo.

 Muchos ciudadanos y ciudadanas llevan décadas asumiendo este reto, de manera que existe todo un movimiento internacional de puesta en marcha de iniciativas socio económicas alternativas que nos posibilitan apostar por nuevas formas más sostenibles de organización social y económica.

 Muchas de estas iniciativas se engloban dentro de la Economía Social y Solidaria: una forma de realizar actividades económicas, que se caracteriza por dar un giro a los principios que presiden la actual economía de mercado, apostando por los siguientes:

  •  Equidad
  • Sostenibilidad ambiental
  • Gestión autónoma, transparente, democrática y participativa
  • Compromiso con el desarrollo local, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la cohesión social y la inserción de personas en riesgo de exclusión social
  • Primacía de las personas y el fin social frente a la generación de capital

 La sostenibilidad, la solidaridad o la cooperación son valores comunes de las entidades que forman parte de la Economía Social y Solidaria, las cuales invitan a utilizar las crisis globales como periodos de reflexión y de búsqueda de nuevas formas de organización más sostenibles, tanto desde el punto de vista social como medioambiental. Bajo estos parámetros, la economía deja de ser un fin en sí mismo para convertirse en un medio al servicio de las necesidades de las personas, recuperando la dimensión humana, social y cultural que nunca debió perder.

 La Economía Social y Solidaria cuenta con una Ley española desde 2011, y engloba únicamente en España a unas 45.000 entidades. Entre las entidades que forman parte de ellas, podemos encontrar Fundaciones, Asociaciones, Cooperativas, Centros Especiales de Empleo y demás estructuras que ofrecen todo tipo de servicios, desde dentistas, ropa o asesoría jurídica. Disponemos, de esta manera, de toda una infraestructura de entidades que apuestan por situar valores como la solidaridad, la justicia social o la sostenibilidad ambiental en el fin y razón de ser de las instituciones a las que acudimos para satisfacer nuestras necesidades.

Si como ciudadanos y ciudadanas nos atrae este tránsito hacia un modelo de vida y consumo más acorde con estos principios y con los desafíos globales a los que nos enfrentamos en el momento histórico que vivimos, estos son algunos de los primeros pasos con los que podemos iniciar el camino:

  •  Investigar y hacernos conscientes de la realidad socio ambiental actual, su relación con nuestros patrones de consumo y nuestra capacidad de acción como ciudadanos/as globales.
  • Investigar sobre qué tipo de instituciones tenemos en nuestro entorno que apuesten por la sostenibilidad socio ambiental: disponemos de interesantes páginas web que ofrecen consejos y catálogos de entidades, como puede ser REAS, la Red Estatal de Economía Solidaria, ‘MeCambio‘, o las webs de los ‘Mercados Sociales’ de cada Comunidad Autónoma, o medios digitales especializados en esta temática, como puede ser ‘El Salmón Contracorriente‘.
  • Empezar poco a poco a participar en ellas.

Superado el momento inicial de duda, desconfianza o incomodidad que acompañan a cada proceso de tránsito, pronto puede descubrirse cómo esta forma cooperativa y comunitaria de satisfacer nuestras necesidades supone una opción sólida de apoyo a los valores de justicia social y medioambiental que deberían presidir nuestras sociedades, capaz de crear bienestar social y otorgar coherencia y compromiso comunitario a nuestras opciones y modos de vida personales.

Fuente: Entre Paréntesis

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