Año Nuevo, Tiempo Nuevo
“Aunque nadie ha podido regresar y hacer un nuevo comienzo…
Cualquiera puede volver a comenzar ahora y hacer un nuevo final”.
San Francisco Javier.
Queridos hermanos y hermanas en la Misión!
Con gozo y mucha expectativa recibimos el año que comienza. Delante de nosotros se abre un nuevo capítulo de nuestras biografías. Está en blanco. De nosotros depende lo que allí se pueda escribir, lo que allí se pueda vivir.
Cada año, coincidentemente con cada Navidad, Dios nos regala la posibilidad de un comenzar de nuevo y hacer un nuevo final. Podemos, entonces, preguntarnos al empezar el año por dónde vamos a caminar, cuáles van a ser nuestras metas, quiénes nuestros compañeros de camino y, fundamental, a quiénes vamos a servir en el 2015.
El mes de Enero, la Agenda en blanco, la liturgia de Navidad y el comienzo del “tiempo ordinario”, son la invitación de un Dios que quiere, puede y viene cada año a “hacer nuevas todas las cosas”. Sintonicemos con la frecuencia de este Dios que, como bien dice en la voz del profeta Isaías: “Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta? Sí, pondré un camino en el desierto y ríos en la estepa” (Is. 43, 19).
Les invito a comenzar rezando el año con estas imágenes que hablan todas ellas de renovación, de novedad, de vida nueva, de porvenir: páginas en blanco, semillas germinando, caminos en el desierto, ríos en la estepa… un niño en pañales.
¡Qué grande la Buena Noticia de Dios que parte por la pequeñez, que elige encarnarse en la fragilidad de un niño! ¡Qué grande nuestro Dios que, envuelto en pañales nos llama a cuidarlo, alimentarlo, protegerlo, ayudarlo a crecer! ¡Qué grande nuestro Dios que no elude nuestros pesebres, sino que elige especialmente habitar en ellos! Si el regalo de este tiempo es un Dios hecho niño, la invitación de ese Dios es precisamente a recuperar esa idea de niñez, ese tiempo en que todo era para nosotros porvenir, sueño, proyecto.
León Felipe tiene un hermoso poema que viene en nuestra ayuda al comenzar un tiempo nuevo, dice así:
Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol…
y un camino virgen
Dios.
Quiera Dios que este año encontremos esos nuevos caminos que Él quiere transitar con nosotros. Quiera Dios que nos dejemos iluminar por esos nuevos rayos de sol que vienen a fecundar nuestras siembras de ayer, procurando los frutos del mañana. Quiera Dios que este 2015 nos encuentre de cara al Dios siempre niño, al Dios siempre Buena Nueva.
Germán Lechini SJ.
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