Cambios, desafíos y avances. Un balance sobre la propuesta educativa de la Universidad Católica del Uruguay
El departamento de comunicación de la Arquidiócesis del Uruguay entrevistó al P. Julio Fernández Techera, actual rector de la Universidad Católica del Uruguay. Allí, quedó reflejada su mirada sobre los desafíos del presente y las posibilidades del futuro para el ámbito en el que se desempeña.
Buscando palabras que definan y resuman a la Universidad Católica, Julio afirma: “La universidad católica es manifestar la presencia de la Iglesia en el ámbito de la enseñanza superior, de la investigación, de la vinculación con el medio. Es poder aportar en esos lugares desde nuestro ser católico en áreas sociales que tienen una gran importancia. También es una posibilidad de brindar un tipo de educación donde lo trascendente y las grandes temáticas de la persona, del mundo y de Dios, estén también presentes.”
A la UCU llegan a estudiar una gran cantidad de personas, en esa diversidad la universidad encuentra también su misión: «Probablemente, la mayoría de nuestros estudiantes no sean católicos. Eso no cambia nuestra identidad, que es clara, nosotros queremos generar instancias de diálogo. Ellos saben que hay un gran respeto por todas las ideas, pero también un respeto desde los estudiantes, los profesores y el propio personal, hacia la identidad y la misión de la Universidad Católica.»
La revolución tecnológica trajo numerosos desafíos para el ámbito educativo, Julio cuenta cómo pudo afrontarlos siendo rector de la Universidad: “Entendí que había que dar un salto hacia el siglo XXI, y desde ese momento empecé una búsqueda personal hacia algo completamente distinto. Nunca fui una persona de ‘modas’, pero la universidad precisaba un cambio radical que involucre los modelos, la organización, la manera de pensar, y eso es lo que comenzamos a hacer en estos seis años y medio que llevo como rector. Llegamos a la conclusión de que queríamos otra universidad, y creo que hoy en día lo logramos.”
Por supuesto que hay mucho para hacer y para mejorar, pero parte de la idea es esa: no pasamos de un modelo estático a otro modelo estático, sino que se cambió hacia uno dinámico. Claramente esto significa que, dentro de dos años, cosas que ya hicimos hace un par de años nos parecerán obsoletas.”
Los desafíos asumidos traen para Julio un balance positivo sobre el proceso de cambio implementado en el último tiempo: “Fue un proceso de mucho aprendizaje. No empecé con un plan, sino que la realidad me fue enseñando. Fue un enorme privilegio haber conocido gente tan interesante aquí en la universidad, de todo tipo. Para mí ha sido un regalo de Dios, le agradezco la posibilidad de aprender de personas tan entregadas y comprometidas con su trabajo. Considero que en este tiempo conseguí una experiencia que, claramente, no tenía cuando empecé. Siento que estoy en una universidad que tiene una perspectiva de futuro, y eso me hace muy feliz.”
Leé la entrevista completa aquí: icm.org.uy
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