Carta Panamazónica – Edición nº 80

A pesar de las dificultades provocadas por la covid-19 para realizar encuentros presenciales, en este mes de marzo el
P. Valerio Sartor sj participó en tres encuentros virtuales de los ejes de la REPAM que el SJPAM ha estado apoyando de manera más concreta.

El 5 de marzo se llevó a cabo la reunión del Eje de Pueblos Indígenas, para definir las prioridades de acción para este
año, así como la conformación de su coordinación y la agenda de encuentros. El pasado 12 de marzo se reunió el Eje Justicia Socioambiental y Buen Vivir para revisar la propuesta de trabajo en este contexto de la pandemia, ya que no ha sido posible realizar encuentros de intercambio presencial con entidades que trabajan con experiencias económicas-productivas alternativas al sistema capitalista(tal y como se había planeado); también fue necesario revisar cómo fortalecer el uso de plantas medicinales y la soberanía alimentaria en las comunidades indígenas y campesinas para combatir la covid-19. El 25 del mismo mes se realizó una reunión con los coordinadores de los Ejes, la Secretaría Ejecutiva y la Presidencia de REPAM para establecer un diálogo cercano entre los miembros de la red, reflexionar sobre la nueva organización estructural de la REPAM, hacer la  planificación de los ejes y revisar la agenda de reuniones para 2021.

Discerniendo el camino de nuestra planeación como SJPAM

Los días 4 y 18 de marzo nos hemos reunido por medio de zoom los integrantes del equipo del SJPAM que están en Leticia, es decir Edmo Flores, Rodrigo Castells y Valério Sartor, con Luis Javier Sarralde que aún está en Bogotá sin poder viajar, debido al cierre indefinido del aeropuerto de Leticia por el contexto difícil de la crisis pandémica en la zona fronteriza. Fueron dos momentos de conversación espiritual muy agradables, con el fin de intercambiar  fundamentalmente las mociones y las expectativas que tenemos ante el proceso en marcha de la planeación del SJPAM para el futuro. Tras algunas sencillas tareas que nos hemos propuesto: asimilar el sondeo realizado el año pasado 2020, o tener en claro lo que hace cada uno hoy en día en el SJPAM, vamos decantando los llamados del Espíritu para orientar esa planeación en su primer nivel, es decir, el del equipo de Leticia. Durante el mes de abril seguiremos trabajando a través de dos reuniones virtuales, para enfocar el horizonte de dicha planeación, que también será acompañada desde la CPAL.

Misión de Semana Santa

Profundidad y presencia, son palabras que marcaron el andar de esta Semana Santa. Profundidad del misterio de la Iglesia del sínodo que va naciendo en la Amazonía; presencia del Espíritu que va fecundando ese cuerpo de Cristo con rostro amazónico.

Esta semana Santa el equipo se multiplicó. Además del equipo Pastoral compuesto por jesuitas, lauritas, capuchinos, Magnolia, el diácono Ferney, un matrimonio y personas laicas de varias comunidades, se sumaron más de 12 jóvenes misioneros de la comunidad Nazareth (sede de la parroquia Sagrada Familia). Éstos jóvenes fueron la gran y gozosa novedad. Todos ellos son de la etnia Ticuna (etnia que prevalece en el territorio de la parroquia), conocedores de su idioma y su cultura, animadores religiosos en su comunidad. También se sumaron hermanos misioneros y misioneras de espiritualidad Marista y de La Salle. Procedentes de distintas nacionalidades: Chile, Venezuela, Fidji, Colombia, Uruguay, Brasil. Un equipo rico por su diversidad.

Acompañamos el caminar, visitamos las familias y animamos las celebraciones junto a los líderes religiosos y autoridades indígenas de cada una de las 13 comunidades que hacen parte de la parroquia ubicadas en la rivera colombiana del río Amazonas. Comunidades indígenas, principalmente de la etnia Ticuna y también con presencia
de las etnias Yagua y Cocama.

Nos consoló la presencia de los jóvenes misioneros. Gozamos al escuchar en los cantos, las conversaciones y las celebraciones animadas por los jóvenes en su lengua materna. Se experimentaba el surgir de una iglesia autóctona. En ellos va surgiendo el sueño de un iglesia más inculturada.

Nos sentimos desafiados por continuar en la tarea de hacer surgir, secundando al Espíritu, nuevos liderazgos religiosos en varias de las comunidades, donde se celebre la fe con rostro amazónico, incorporando elementos de su cultura, tambor, danza, asaí, casabe, pescado, mazato, plátanos, totumas y fariña.

En fin, ha sido gozoso constatar que lo que el Espíritu de Dios habló en el Sínodo de la Amazonía está ya pariéndose
en la selva y los ríos de esta Querida Amazonia. La acción de su espíritu nos precede, lo que soñamos como iglesia es
lo que él ya ha fecundado con su vida. Acompañar con sencillez y humildad esa nueva iglesia que nace. Reconocer en esos rostros y comunidades la presencia del crucificado que va resucitando por la fuerza del amor requiere de profundidad evangélica en la mirada y presencia en la realidad por ellos y por Dios ancestralmente habitada.

Puedes descargarla aquí: Carta Panamazónica N° 80 – marzo 2021 (ESP)

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