Ecología ante litteram en las fuentes del Archivo Romano de la Compañía de Jesús

Una mirada singular al trabajo de investigación de los misioneros jesuitas que estudiaban la naturaleza en los lugares a los que eran enviados.

Es comprensible que la palabra «ecología» no se encuentre en las cartas de san Ignacio ni en los escritos de los jesuitas de siglos pasados. Sin embargo, se conservan documentos en el Archivo Romano de la Compañía de Jesús que atestiguan el interés de varios jesuitas por esta cuestión, y justifican así el título de este artículo, cuyo propósito es una breve presentación de algunos de estos escritos.

Cuando los primeros compañeros empezaron a viajar cada vez más para cumplir las misiones que la Iglesia les había confiado, una de las mayores preocupaciones del fundador fue mantener la unidad entre estos amigos en el Señor. A esto se añadió pronto la necesidad de asegurar la administración eficaz de la orden religiosa, cuyo número de miembros crecía a un ritmo impresionante.

Una medida concreta que Ignacio recomendó desde el principio fue mantener una comunicación escrita sistemática, regulada por las prescripciones que en 1580 se convirtieron en la Formula scribendi, que no era más que una instrucción breve pero suficientemente detallada sobre cómo manejar la correspondencia oficial de los jesuitas.

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En la historiografía no faltan ejemplos de cómo se pusieron en práctica estas indicaciones. Entre los documentos conservados en el Archivum Romanum Societatis Iesu hay algunos que atestiguan el interés de sus autores por ciencias como la botánica y la zoología. He aquí solo dos ejemplos.

Mirar cómo Dios habita en las criaturas: en los elementos dando ser, en las plantas vegetando, en los animales sensando, en los hombres dando entender […].

Ejercicios Espirituales 235

El jesuita polaco Michał Piotr Boym (1612-1659), que entró en la Compañía en 1631, viajando a China en 1643, tuvo que pasar un largo tiempo en varios lugares de la costa oriental de África (esta era una experiencia frecuente para los viajeros que, navegando de Lisboa a Goa, tenían que esperar entre la desembocadura del río Zambeze y los territorios del actual Mozambique antes de continuar hacia el este). Encontrándose así, a su pesar, en el continente negro, el curioso jesuita vio otro mundo, muy diferente de su país de origen y de Europa en general. Una parte considerable de sus sorpresas tenía que ver con la flora y la fauna de las regiones en las que permaneció, y esta impresión fue lo suficientemente fuerte como para impulsarle a describir lo que allí vio. Así, en un informe enviado a Roma, Boym no solo dio cuenta de ello por escrito, sino que también añadió dibujos, que felizmente han llegado hasta nuestros días. En una serie de cinco acuarelas, pintó algunas plantas que le intrigaban, como el anacardo y la piña. También realizó dos hermosos dibujos del hipopótamo.

El padre Boym no permaneció mucho tiempo en África. Muy pronto reanudó su viaje y llegó, a través de la India, a China, donde no prestó menos atención a lo que encontraba a su alrededor. Muchas de sus observaciones se convirtieron en la obra conocida por los eruditos bajo el título Flora Sinensis, que más tarde hizo famoso a su autor. Otro motivo de su fama fue la misión diplomática con la que fue enviado por la corte Ming a Europa. Las cartas de la emperatriz china, escritas en seda y llevadas por él a Roma – una al Papa y otra al General de los jesuitas – se conservan entre los tesoros más preciados del Archivo Apostólico Vaticano y del Archivo Romano de la Compañía de Jesús, respectivamente.

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Volviendo a nuestro tema, Boym no fue ciertamente el único autor de informes de este tipo. En el siglo siguiente, el español José Sánchez Labrador (1717-1798), jesuita desde 1732 y misionero en Sudamérica en los años 1734-1767, escribió su gran obra sobre Paraguay tras su exilio en Italia, de la que solo se publicó una parte. Entre sus manuscritos conservados en Roma se encuentran numerosos dibujos de las plantas y animales que había visto durante su estancia en las misiones. Junto al tabaco o el cacao, generalmente conocidos, vemos muchas otras especies de aves, peces, reptiles e insectos. Mientras que algunos son comunes y fáciles de encontrar, incluso hoy en día (al menos en Europa), como la gaviota, otros serían para muchos una curiosidad.

Boym y Sánchez Labrador son solo dos de los muchos miembros de la Compañía de Jesús que describieron y dibujaron la flora y la fauna de sus territorios de misión. La fama de que gozaron las obras de estos jesuitas en el Viejo Continente se explica por su importancia científica, incluso en medicina, donde la difusión del conocimiento de ciertas plantas como la quinina, el mate o el curare, tuvo efectos duraderos.

Pero cabe preguntarse: «¿Por qué la presencia de tales documentos en los archivos jesuitas?». Sin duda, los misioneros de los siglos pasados tenían bastante que hacer, por lo que hay que descartar inmediatamente la hipótesis de la ociosidad como posible génesis de tales escritos. En realidad, la razón hay que buscarla en las instrucciones de san Ignacio mencionadas al principio de este artículo: en diversas ocasiones él, así como sus colaboradores y sucesores, pidieron a los jesuitas que habían partido a lugares fuera de Europa que enviaran información sobre las regiones en las que se encontraban, con el fin de darlas a conocer tanto a sus hermanos como a otros lectores curiosos. Esto sirvió también como una buena publicidad para las misiones y una herramienta eficaz para la promoción vocacional.

Por Robert Danieluk, SJ | ARSI (Archivum Romanum Societatis Iesu) – Curia General
[De la publicación “Jesuitas 2024 – La Compañía de Jesús en el mundo”] t.ly/4Gf37 

Escuchar para ayudar

 

Podría parecer que escuchar es deber exclusivo del que tiene que aprender. Pero no. Es también necesario para quien quiera enseñar y ayudar. Cuando amamos a alguien le llegamos a conocer más profundamente y deseamos ayudarle, para unirnos cada vez más a él. Y para eso nos damos cuenta de que debemos escucharle. Claro que esto pide confianza y lleva su tiempo.

I

Escuchar, para los que forman a otros, requiere un “tiempo educativo”, necesario para dar paso en el otro a un nuevo conocimiento, que comporta un cambio de disposiciones y de actitudes.

Durante ese tiempo, la autoridad ha de compaginarse con la atención y la cercanía, la paciencia y la misericordia. La relación entre estos dos polos, la autoridad y la cercanía o el cariño, se decide en la profunda relación entre la verdad y el amor.

El educador debe aprender a escuchar. La realidad personal de sus alumnos (sus vidas en sus contextos) pide ser escuchada y “obedecida”, es decir, atendida, reflexionada, respondida. Y no solo al principio o en una aislada actividad, sino continuamente y como dimensión de toda la tarea educativa. De esta manera el educador aprende y solo se puede educar si se aprende, entre otras cosas, a escuchar. Y si es atendido y escuchado, aunque no se dé cuenta, el que aprende también enseña al que le educa.

Muchas cosas se aprenden o profundizan solo cuando se escuchan de los demás, o incluso cuando uno mismo las expresa a otros. De ahí la importancia de la familia y de los grupos en toda tarea educativa.

II

Pues bien, como sucede con el conocimiento propio del amor, la fe es una escucha personal, unida a la adhesión, a la búsqueda de unión y al seguimiento (cf. Jn 1, 37; 10, 3-5).

La Biblia presenta la fe ante todo como un don de Dios, y también como “escucha” por parte del hombre. El conocimiento de la fe –como se observa desde Abrahán– está ligado a la alianza de un Dios fiel. El Dios vivo establece una relación de amor con el hombre y le dirige la Palabra que interpela personalmente a quien escucha.

Por eso San Pablo dice con expresión que se ha hecho clásica: fides ex auditu, “la fe nace del mensaje que se escucha”  (Rm 10, 17). La fe es confianza y respuesta, que proviene del fiarse de Dios y por tanto de escucharlo. Y así estar disponible para para dejarse transformar una y otra vez por la llamada de Dios (cf. encíclica Lumen fidei, nn. 13 y 29).

Porque la fe es escucha es también respuesta, que se traduce en coherencia de vida ante Dios y en forma de anuncio dirigido a otro. Así el cristiano colabora, con su palabra, en la transmisión de la fe. Ahora bien, la primera “palabra” es la autenticidad, la coherencia de la propia vida.

Que la palabra, especialmente la del educador en la fe, deba acompañarse y, más aún, ser precedida por la vida, es reflejo de la “pedagogía divina”. Dios se ha comunicado a los hombres “con palabras y con obras” (Concilio Vaticano II, const. Dei Verbum, 14). Y Jesús “hizo y enseñó” (Hch 1, 1). Así los acontecimientos de la historia de la salvación (por ejemplo en el pueblo de Israel), y más todavía los hechos de la vida de Jesucristo, son como las primeras “palabras” de Dios, que luego son explicadas por los profetas y sobre todo por Jesús, que es la misma Palabra hecha carne.

De esta manera las obras realizadas por Dios y especialmente por Cristo manifiestan y confirman las realidades que la doctrina o las palabras significan. A su vez, las palabras proclaman y esclarecen el misterio contenido en el obrar divino.

Por ejemplo, el paso del mar Rojo era prefiguración de la salvación que Cristo ha traído por el Bautismo, sacramento que nos hace hijos de Dios en su Hijo, tal como el mismo Cristo nos enseñó al querer ser bautizado por Juan y al hablarnos de renacer del agua y del Espíritu (Jn 3, 5).

Palabras y hechos, hechos y palabras. Por eso las enseñanzas del educador en la fe no pueden desvincularse de la autenticidad y coherencia de su vida cristiana y de su conducta. De nada serviría un catequista o un profesor de Religión que enseñara una cosa diferente de la que vive o intenta vivir. La educación en la fe, como parte de la evangelización, es al mismo tiempo testimonio y anuncio, palabra y sacramento, enseñanza y compromiso.

Que la fe es escucha significa que procede de otro y no de uno mismo. Como respuesta, la fe forma parte de un diálogo; diálogo con Dios y diálogo con los demás. La fe cristiana abre a la oración y se manifiesta también a la hora de confesar o profesar la fe: sólo se puede responder “creo” en el contexto del “creemos”; es decir en el “nosotros” de la familia de Dios que es la Iglesia (cf. enc. Lumen fidei, n. 39).

La confianza entre las personas es fundamental en la vida humana y sin ella no existiría la sociedad. En el ámbito de la fe cristiana, el que escucha reconoce los contenidos de la fe, es decir, el conocimiento propio de la fe que le lleva al amor a Dios y al prójimo. Todo ello lo acoge en libertad y lo sigue en obediencia (del latín: ob-audire, saber escuchar). Por eso San Pablo habla de la “obediencia de la fe” (Rm 1, 5; 16, 26). El Magisterio de la Iglesia es fiable porque él mismo se fía de la Palabra de Dios que escucha, custodia y expone (cf. Lumen fidei,  49; Dei Verbum 10).

La fe requiere un tiempo para que la Palabra sea anunciada y sea escuchada. Es el tiempo del seguimiento, de la escucha y de la respuesta. Es el “tiempo educativo” de la fe, el tiempo que requiere hacerse cargo de la verdad, del bien, de la belleza. El educador de la fe debe ser paciente y misericordioso. Saber esperar, perdonar, recomenzar una y mil veces, pedir luces para acertar, rectificar cuando sea necesario, siempre buscando el bien y nada más que el bien para aquellas personas que se le confían.

III

“Escucha Israel” (cf. Dt 6, 4) es el origen de la oración judía de la Shemá, recogido en la Biblia. También Jesús escucha y aprende de María y José. Luego escucha a los discípulos para enseñarles, a los enfermos y desvalidos, pobres y pecadores, para ayudarles. Escucha en silencio a Pilatos y a los que le maltratan. Y siempre escucha, ante todo, a su Padre en el diálogo de la oración. Jesús, que es Palabra eterna del Padre, quiere escucharle siempre, para unirse a Él por el Amor y manifestar ese amor al mundo.

Siguiendo el ejemplo de Jesús y unido a Él, el educador en la fe –padre o madre de familia, catequista, maestro o profesor, formador– debe escuchar diariamente a Dios en la oración. Así puede discernir Su voluntad, Sus caminos, Sus lecciones, para uno mismo y para los demás.

Y de esta manera se comprueba, sobre todo aquí, en la educación de la fe, que todos enseñan y todos aprenden. Unos y otros “obedecen” en distintos modos. El educador es un referente especial, por sus dones y formación, que le hacen más responsable ante Dios, la Iglesia y la sociedad.

Decíamos que muchas cosas se aprenden o profundizan solo cuando se escuchan de los demás, o incluso cuando uno mismo las expresa a otros. Esto es aún más importante en la educación de la fe, puesto que la fe viene en gran parte por el oído. Y se recibe, se vive y se transmite en la familia de Dios, la Iglesia. Y tiene consecuencias culturales, sociales y eclesiales. Hay que aprender a escuchar sobre la fe en familia.

Escuchar a los demás, para poder ayudarles, forma parte de escuchar a la realidad con el fin de comprenderla. Y aquí se trata de hacerlo siempre desde la fe, en la fe, escuchando al Espíritu Santo para secundar sus inspiraciones.

 

Ramiro Pellitero

t.ly/vhEwG

Raul Gonzalez Bernardi sj (ARU) con archivistas cpal junio 2024

I Encuentro de Archivistas Jesuitas de la CPAL

Por iniciativa del ARSI y con el acuerdo de la CPAL, se celebró el 1er Encuentro de responsables de los archivos de la CPAL, en Bogotá (Colombia), del 25 al 27 de junio de 2024. Asistieron el P. Raúl González Bernardi, director administrativo del ARSI, el P. Cristhian Espinal (CAR), el P. Leopoldo Galdámez (CAM), el P. José Méndez (MEX), el P. Roberto Barros (BRA), el Hno. René Cortínez (CHI), el Hno. Fernando Breihl (ECU), la Sra. María Elena Rojas (PER), la Sra. Shirley Echenique (VEN), el P. Jorge Salcedo y el P. Jairo Bayona (COL). No participaron representantes de las provincias de ARU, BOL y PAR.

 

Tres líneas temáticas orientaron el desarrollo del encuentro:

  1. Abrir la aproximación del cuidado de nuestro patrimonio documental y de nuestros archivos, a la mirada más amplia y compleja del patrimonio cultural.
  2. Incentivar la optimización de nuestros recursos comunes, como es el caso de los avances y experiencia acumulados en distintas provincias en materia de conservación, prevención, restauración, descripción archivística, o también en el ámbito de la formación profesional a través de nuestras universidades.
  3. Resignificar el concepto de archivo, con el fin de realizar una puesta en valor de colecciones generalmente olvidadas, como es el caso de los acervos fotográficos, entre otras.

 

Algunos elementos evaluados a tener en cuenta en adelante:

  • Profundizar en la formación en gestión documental, preservación, descripción, digitalización, conservación de documentos y de patrimonio cultural.
  • Considerar alternativas de formación aprovechando los recursos de nuestras universidades: maestrías en archivística, programas de formación continua, pequeños cursos y charlas virtuales, pasantías en archivos; fomentar los talleres en las diferentes áreas de la archivística.
  • Considerar formación en ATOM y otro tipo software de gestión documental, así como la gestión de archivos digitales.
  • Considerar la conformación de bases de datos compartidas en la web: inventarios de colecciones, resultados de proyectos, entre otros.
  • Proponer realizar alianzas entre provincias y/o archivos, incluyendo las oficinas de comunicaciones para mejorar la difusión de nuestros trabajos.

 

En la evaluación final se propuso la realización de un segundo encuentro en dos años (2026), en otro país de América Latina (por ejemplo en Brasil).

 

Raúl González Bernardi SJ. Director Administrativo del Archivum Romanum Societatis Iesu (ARSI)

*El ARSI se dedica a la custodia y preservación documental, comunicación de registros y datos y a la promoción de investigaciones sobre la historia de la Compañía de Jesús y tiene su sede en la Curia General de la Compañía de Jesús en Roma.

Para conocer más dirigirse al enlace en el logo

Logo ARSI Archivum Romanun Societatis Iesu

mano ciber mano humana inteligencia artificial

El fondo humano de la Inteligencia Artificial (Intr.)

Podemos acordar que, entre sus diversas concepciones, la Inteligencia Artificial (IA) es una rama especial de las ciencias de la computación, cuyo enfoque está dirigido al desarrollo de sistemas y algoritmos capaces de realizar tareas que requieren inteligencia humana. En términos generales, esta noción se emplea para englobar a un amplio espectro de modelos informáticos que poseen la habilidad de razonar, aprender y percibir. Son estos mismos modelos los que están detrás de los asistentes de voz, de los algoritmos de reconocimiento facial, de las aplicaciones GPS o de la función de texto predictivo en los smartphones.

Si bien tenemos varios años conviviendo con la IA, no fue sino hasta la llegada de generadores de imágenes como Dall–e2 o Midjourney, o el modelo de lenguaje ChatGPT, cuando sentimos que el futuro nos alcanzaba. Fueron estos desarrollos los que reavivaron la conversación en el último año, debido a que su difusión orilló a muchas instituciones —entre ellas a las Instituciones de Educación Superior— a posicionarse.

En agosto de 2023 la Ibero Ciudad de México celebró el foro Construyendo el Futuro de la Inteligencia Artificial. Entre los invitados al evento estuvo el franciscano Paolo Benanti, asesor en temas de IA del papa Francisco. Durante su ponencia Benanti insistió en la necesidad de modelar «perfiles éticos» para las inteligencias artificiales; es decir, perfiles que «ayuden a los seres humanos a ser mejores seres humanos».

En el contexto de la charla la afirmación de Benanti tuvo la precisión y el coraje de destacar la preeminencia de lo humano sobre lo tecnológico. En su opinión —como en la de tantos otros especialistas—, el uso ideal de la IA debe ser el de una suerte de copiloto capaz de auxiliar a las personas y a las instituciones a tomar mejores decisiones, y no el de un piloto automático en el cual deleguemos nuestras funciones, dejándonos así a merced de los algoritmos.

Pero, ¿qué sucede cuando, poco a poco, depositamos nuestro criterio en este copiloto?, o cuando el «sentido auxiliar» de estas herramientas comienza a volverse ubicuo y dominante. Y, sobre todo, ¿a qué nos referimos al hablar de «mejores seres humanos»? Ya que, aunque la mayoría de nosotros convengamos en que la humanidad reluce en virtudes como la compasión, la solidaridad y la empatía, otros dirán que esta mejora depende de nuestra capacidad de producción y rendimiento.

No cabe duda: la discusión es compleja y requiere la participación de quienes tienen un mayor entendimiento de las tecnologías emergentes; sin embargo, la afirmación de Benanti posee —simultáneamente— el valor de la sencillez y la profundidad. Afirmar que «lo humano debe prevalecer sobre lo tecnológico» es, sobre todo, una declaración de principios: quien lo afirma reconoce un fondo ético que nos pide volver a lo esencial y que, ante el cambio y las novedades, confía en un discernimiento ecuánime y sereno.

Con este fondo humano como antecedente, entendido en función de cualidades que contribuyen a la armonía de los individuos y las comunidades (consciencia, compasión, empatía y fraternidad), deseo compartir una serie de reflexiones acerca de la interseccionalidad de los derechos humanos y la IA, y, por último, hacer un repaso sobre la incorporación de las tecnologías emergentes en la Educación Superior.

Luis Arriaga Valenzuela, S.J.

@Christus

Enlace al artículo completo t.ly/MYUV5

Seminario JESEDU-Jogja2024: educar para la fe en el S. XXI

El II Seminario JESEDU-Jogja2024, celebrado en Yogyakarta, Indonesia, ha reunido a educadores y jesuitas de todo el mundo para reflexionar sobre un concepto crucial: «Educar para la fe en el siglo XXI».

Este simposio, que da relevo al II Coloquio JESEDU-Global 2021, forma parte de un ciclo de encuentros destinados al discernimiento continuo de los colegios jesuitas a nivel global.

 

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Educar en la fe

El seminario se desarrolló bajo el lema «Educar para la fe en el siglo XXI», alineándose con la misión de la Compañía de Jesús definida por la Congregación General 36 como una «Misión de Reconciliación y Justicia con Dios, en la Humanidad y con la Creación».

Durante cinco días, los participantes compartieron conversaciones y reflexiones profundas, con el fin de explorar cómo nuestros centros pueden servir mejor al Evangelio y a la Iglesia en los contextos actuales. Esta es una experiencia global, algo que destaca positivamente Fran Delgado sj.: «Es un motivo de consolación el poder compartir las perspectivas adoptadas en la misión, caminando junto a los últimos y tratando de mostrar el camino a Dios desde cada rincón del mundo… sentir el pálpito de la misión del cuerpo universal», señala.

Por ello, la primera jornada se centró en clarificar lo que significa ser una escuela católica/jesuita hoy en día, destacando la importancia de nuestra misión educativa en un mundo cada vez más secularizado.

El segundo día del seminario dio pie al diálogo interreligioso, un componente esencial en la promoción de una formación en una fe abierta al contexto actual. Las sesiones de este día abordaron cómo nuestras escuelas pueden fomentar el respeto y la colaboración entre diversas creencias y convicciones, un aspecto crucial para nuestra misión de justicia y reconciliación.

 

Relevancia y profundidad

El tercer día, los participantes se embarcaron en un viaje espiritual, profundizando en la Espiritualidad Ignaciana y su papel en la formación en la fe tanto de estudiantes como de educadores.

El cuarto día se centró en los retos y oportunidades de educar en una fe resiliente en contextos seculares e, incluso, con tendencia al fundamentalismo. Mientras que el quinto giró en torno a la educación para una fe actual, como colegios católicos y en la tradición ignaciana.

Construir una identidad que dialoga

Los representantes de Educación Jesuitas han vuelto con algunas certezas, muchas preguntas y alguna conclusión. Este seminario ha puesto de manifiesto la enorme diversidad y complejidad que rodea la educación en la fe en nuestros centros y, a la vez, la importancia de abordarla y la certeza de que tenemos herramientas y voluntad para hacerlo. La diversidad, dentro y fuera de la Compañía, es enorme. Por eso, una de las claves es crecer en una identidad propia, la católica, que lleva inherente el diálogo. El reto no es afianzarse en la identidad propia primero y, después, dialogar, sino construir y profundizar una identidad que dialoga.

También lo hacen con la intuición de que no es posible hablar sobre educar en la fe en el siglo XXI sin alimentar y vivir la propia fe según los signos de los tiempos. El II Seminario JESEDU-Jogja2024 no sólo ha sido un encuentro global, también un pistoletazo de salida para abrir preguntas y explorar posibles respuestas a nuestra misión respecto a la transmisión de la fe, así como reforzar nuestro compromiso con la justicia y la reconciliación en el siglo XXI.

Sobre ello se continuará reflexionando en futuros encuentros de educación. Que nuestro deseo de ser Anuncio sea audaz, desde la inculturación y la creatividad, para acompañar de la mejor manera posible a los jóvenes en su camino hacia Dios.

@Educsi

t.ly/Yyoeq

Video Día 1

 

Bautismo y sinodalidad. Una invitación a un estilo de vida de conversión permanente

Introducción

En el discurso pronunciado al inicio del proceso del Camino Sinodal 2021-24, el Papa Francisco se expresó sobre el bautismo en términos muy fuertes, llamándolo «el único punto de partida», «nuestro manantial de vida, del que deriva una idéntica dignidad de hijos de Dios» y «carné de identidad». A continuación, concluyó que el bautismo implica «una participación real de todo el Pueblo de Dios» en la vida de la Iglesia, y que quienes tienen tareas de ministerio eclesial tienen la responsabilidad de facilitarla: «¡La participación de todos es un compromiso eclesial irrenunciable!».

 

Reconocer y asumir el significado esencial y fundamental del sacramento del bautismo puede ser decisivo en el desarrollo de una eclesiología sinodal. Puesto que los bautizados comparten la misma dignidad y la misma misión de evangelizar el mundo, este sacramento puede ayudar a encontrar un mejor equilibrio entre prácticas eclesiales centradas más bien en el carácter piramidal y otras carismáticas, complementarias y participativas. Esto correspondería a la definición de la Iglesia como ierarchica communio, como enseña el Concilio Vaticano II en Lumen Gentium, nn. 21-22. Además, la dimensión mística de estar revestidos de Cristo y ungidos con el Espíritu y la dimensión ético-espiritual del compromiso de vivir una vida nueva amplían la sinodalidad, convirtiéndola en un estilo de vida de continua conversión personal al servicio, la comunión y la oración, y una apertura a las sorpresas de Dios.

 

En este artículo nos proponemos explorar, en primer lugar, la importancia creciente que se concede al bautismo en dos documentos relativos al Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad. En segundo lugar, mostraremos cómo el bautismo suele considerarse un hecho histórico estático, que determina nuestro estatus en la Iglesia y restablece el equilibrio del poder eclesial. En tercer lugar, a partir de la lex orandi del rito del bautismo, desarrollaremos una noción más amplia y dinámica de este sacramento, como transformación profunda de morir y resucitar con Cristo, punto final de un proceso de conversión, que también es progresivo y continuo, y nos introduce en la comunidad eclesial, lo que conlleva la edificación de la comunidad. Por último, trataremos de mostrar cómo esta noción dinámica del bautismo subyace en la comprensión que el Papa Francisco tiene de la sinodalidad.

Jos Moons

@laciviltacattolica

Enlace a la publicación completa t.ly/Rd9IJ

Glosario de innovación educativa

Una guía para docentes que buscan mantenerse informados de las tendencias emergentes en pedagogía y tecnología educativa.

Hoy más que nunca, los docentes necesitan estar informados y preparados con las herramientas necesarias para afrontar la incertidumbre y los retos que traerá el mundo pospandemia. Gracias al internet, los docentes tienen a la mano un gran número de recursos educativos, libros, publicaciones y cursos en línea con los cuales mantenerse al día. Sin embargo, la literatura académica está plagada de términos y jerga que se replica en diversos medios, muchas veces sin conocerse su significado.

Conscientes de que la labor docente trasciende el aula, ya que maestras y maestros realizan un sinfín de actividades antes y después de cada clase, hemos preparado este Glosario de tendencias en pedagogía y tecnología educativa que podrá servir de guía a aquellos docentes que quieran mantenerse informados de las últimas tendencias en innovación educativa.

Karina Fuerte. Editora en jefe del Observatorio del Instituto para el futuro de la Educación.

Nota: Glosario y artículo actualizados el 12 de junio de 2024.

Descargar aquí

XV Encuentro Directivo Académico Pastoral de Colegios Ignacianos

La Red Argentino-Uruguaya de Colegios Ignacianos (RAUCI) celebró su XV Encuentro Directivo, en la localidad de San Miguel, entre el 22 y 24 de mayo pasados. Con la participación de equipos directivos académicos y de la pastoral de los centros que conforman la Red, se trabajó en la articulación de sendas dimensiones –académica y pastoral- dentro del currículum que conforma el Itinerario Formativo (IF) de cada centro.

Con la participación de Juan Cristóbal García Huidobro SJ, delegado de sector educación jesuita en Chile, los trabajos en grupos heterogéneos y fijos, promovieron el modo de proceder de la sinodalidad, del hacer todo con otros, de la escucha activa y dinámica.

La propuesta de trabajo, intensa y variada, con un buen aprovechamiento del tiempo, ha dado espacio para la oración y la reflexión. Al mismo tiempo llevó a la acción con la fecundidad creativa de “lo que hay que hacer” con el agregado de experimentar, valorar y crecer en un espíritu común, fortaleciendo nuestra cosmovisión cristiana e identidad ignaciana,  actualizando nuestra propuesta educativa con eje en el Itinerario Formativo.

En la visita a cinco colegios, en zonas con condiciones socio-económicas comprometidas, se compartió la secuencia oración-aula, a modo de ejemplo de la integración curricular  fe-cultura e  IF-currículum oficial. Con poco se hace mucho, comprobando que el Itinerario formativo no es sino una experiencia que crece en cada alumno, docente y directivo desde lo cotidiano y con los dones que Dios nos ofrece.

Asimismo,  se destacan los momentos de la reflexión acerca del liderazgo de los equipos directivos como animadores y garantes de un IF integrado curricularmente y del trabajo por colegio, que ayuda a vislumbrar pasos concretos y compromisos de acción en el camino de la integración curricular del  Itinerario formativo.

La apreciación sobre el IF que hizo Juan Cristóbal García Huidobro SJ confirmó el camino, aclarando conceptos,  ampliando miradas y  señalando la pertinencia de transitar esta búsqueda. Valoró también que sea una propuesta integral desde las fuentes de la espiritualidad ignaciana y de la tradición educativa de la Compañía.

Quedaron como desafíos el avanzar en la construcción, comprensión y apropiación  del  IF,  identificando sus claves curriculares  en consonancia  y comunión con las orientaciones actuales de la Compañía de Jesús: las Prioridades Apostólicas Universales y los indicadores globales de identidad y pertenencia.

 

Testimonio de Emmanuel Sicre SJ (Colegio de la Inmaculada – Santa Fe)

La búsqueda en la que nos encontramos en los colegios de tradición jesuita cada vez va haciendo más profunda su apuesta por la integración curricular del Itinerario Formativo. El encuentro de este año 2024 no ha sido la excepción.

Estamos en un proceso comunitario, consensuado y dinámico que busca sintonizar las áreas del saber y las experiencias escolares bajo la cosmovisión cristiana y el carisma ignaciano. Buscamos tejer un proyecto educativo coherente, conectando lo académico y pastoral con una intención pedagógica clara y significativa para los niños, niñas y adolescentes -también sus docentes y familias- que vienen cada día a nuestros centros.

 

Se hace cada vez más necesario evitar la fragmentación del conocimiento, proporcionando una experiencia de aprendizaje integral que contemple todas las dimensiones de la persona y promueva la unidad en la vida escolar, preparando a los estudiantes para establecer conexiones significativas y aplicables en situaciones reales para la vida que desean.

Realmente se percibe una opción por dar lo mejor con humildad, estudio y comunión que entusiasma y confirma en la misión.

 

Testimonio de Emanuel Vega SJ (Colegio Sagrada Familia – Córdoba)

Este evento reunió a directivos de distintos centros educativos ignacianos, propiciando un espacio de reflexión, oración e intercambio de saberes.

El encuentro, estructurado desde el Paradigma Pedagógico Ignaciano (PPI), comenzó con una fase de contextualización a través del compartir tanto testimonial como académico del padre jesuita Juan Cristóbal García Huidobro, SJ (CHI). Sus testimonios, exposiciones y conversatorios pusieron en el centro del debate la integración curricular, comprendida como un proceso comunitario, consensuado y dinámico que busca enlazar áreas del saber, experiencias pedagógicas-pastorales y apuestas institucionales desde la cosmovisión evangélica y el carisma ignaciano.

Durante el encuentro se realizaron visitas a los Colegios de la RAUCI en San Miguel, en donde los directivos pudieron disfrutar de espacios de Oración Ignaciana guiados por GIA’s (Grupo Ignaciano de Animadores), participaron de clases en los Niveles Primario y Secundario —que ilustraron la integración del Itinerario Formativo—, y compartieron gratuitamente la vida, la fe y la misión común. Estas experiencias inspiraron la reflexión en torno a cómo se teje un Proyecto Educativo coherente y articulado que conecte lo académico y lo pastoral de manera significativa.

El encuentro también incluyó instancias de oración personal, de reflexión comunitaria, y de trabajo en equipo. Con base en estas reflexiones y experiencias, se delinearon recomendaciones y competencias claves para el Perfil del Directivo Ignaciano y se alentó la promoción de la integración curricular desde el Itinerario Formativo (haciendo hincapié en cómo motivar dicha integración por medio de decisiones y prácticas concretas).
Este encuentro fortaleció la comunidad educativa ignaciana en sus directivos, a la vez que reafirmó en los participantes el compromiso con una educación integral, coherente y significativa, que prepare a los estudiantes para establecer vinculaciones que sirvan para la vida y los aproximen más al corazón de Jesús y a su Reino.

Para más información sobre la Red de Colegios t.ly/-7LMK

 

Muere Jürgen Moltmann, teólogo de la esperanza

El 3 de junio falleció a los 98 años en Tubinga (Alemania) Jürgen Moltmann, uno de los teólogos cristianos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX

 

Llevó a cabo una verdadera revolución en la teología cristiana con importantes repercusiones en respuesta a los grandes desafíos y problemas de la humanidad con especial sensibilidad hacia el sufrimiento de las personas y los colectivos oprimidos.

 

Nacido en Hamburgo en 1926, perteneció a la Iglesia Evangélica Protestante y desde 1967 fue profesor de teología sistemática en la Universidad de Tubinga. Llevó a cabo una verdadera revolución en la teología cristiana con importantes repercusiones en los campos de la cultura, la política, la ecología y el diálogo con el ateísmo.

 

Sus obras cambiaron el rumbo del pensamiento teológico cristiano en varias direcciones. Moltmann fue el creador de la teología de la esperanza una de las obras más significativas del pensamiento cristiano de los últimos sesenta años.

 

A principios de la década de los setenta del siglo pasado escribió El Dios crucificado que supuso una verdadera revolución en la imagen de Dios que se identifica con las víctimas.

 

El Dios crucificado y la esperanza le llevaron a sintonizar con la teología latinoamericana de la liberación, reconocer su solidez y defender la necesidad de una lucha común de esta teología y de la teología política.

 

Moltmann afirma que lo que más profundamente le unió a la teología latinoamericana de la liberación fue el brutal asesinato de seis jesuitas y dos mujeres en El Salvador el 16 de noviembre de 1989. Hasta allí peregrinó en 1994.

 

Aportación mayor de Moltmann fue también su teología de la creación, que busca conciliar armonizar la justicia económica con la justicia ecológica.

 

@elpais

Mesa Migrantes en Jornadas de la UCC mayo 2024. Julio Villavicencio

SJM en Jornada Agendas, Alianzas y Cooperación Internacional

El pasado martes 14 de mayo, en el auditorio Diego de Torres S.J. de la Universidad Católica de Córdoba, se llevó a cabo una significativa jornada que subrayó la relevancia del trabajo conjunto en el mundo contemporáneo. Este evento destacó la articulación de actores, la participación en redes, la solidaridad, las alianzas y los mecanismos inclusivos como fundamentos esenciales de la cooperación.

 

En este contexto, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) fue invitado a participar en la mesa de debate titulada «Las migraciones, sus dimensiones, impactos y desafíos». Durante nuestra intervención, expusimos la perspectiva sobre la migración y el refugio desde la Compañía de Jesús y la Iglesia, resaltando la necesidad de la cooperación internacional, la incidencia y los acuerdos para abordar estos temas de manera efectiva.

 

Recordamos también los diferentes tipos de migración e hicimos hincapié en la migración forzada que acompañamos especialmente desde el SJM ARU. Ahí las personas individuales y las familias como grupo, atraviesan los peligros de las salidas, a veces bajo condiciones de persecución o extrema vulnerabilidad. Tránsitos que ponen en peligro la vida y la integridad sexual de las personas y finalmente, la llegada, que nos desafía a buscar soluciones rápidas para acompañar la integración. Esto no podría hacerse sin una red que acompaña a lo largo del Continente, la Red Jesuita con Migrantes.

 

Agradecemos profundamente a la Universidad Católica de Córdoba por la oportunidad de compartir nuestra misión y reforzar los lazos de colaboración que son vitales para enfrentar los desafíos actuales en el ámbito migratorio.

 

La jornada vista por la UCC

 

En el auditorio Diego de Torres S.J. de nuestra Universidad, ubicado en el Edificio Centro, vivimos una gran jornada que resaltó la importancia en el mundo actual del trabajo conjunto, la articulación de actores, la participación en redes, la solidaridad, alianzas y mecanismos inclusivos como base esencial de la cooperación.

 

El encuentro, organizado por nuestra Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, permitió conocer en detalle las actividades y modalidades que llevan a cabo diversos organismos y entidades, permitiendo actualizar conocimiento e indagar sobre las tendencias de agendas y temas de intervención prioritarios.

Más información en www.ucc.edu.ar | YouTube: t.ly/u69ld