En el marco de un convenio por el cual integrantes de comunidades aborígenes de Chaco y Formosa se capacitan en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), entrevistamos al cacique Quom y Doctor Honoris causa UCC, Félix Díaz.
En una entrevista, Díaz contó al sector de Prensa de la UCC sobre la importancia de este curso de formación de agentes sanitarios que permite a algunos miembros de distintos pueblos originarios brindar atención primaria de salud a sus comunidades.
– ¿Qué importancia tiene esta capacitación para ustedes?
Para nosotros es fundamental la articulación con una casa de estudios, sobre todo de tal envergadura, porque le da la posibilidad a nuestros jóvenes de incorporar conocimiento científico en cuanto a la salud. Para nosotros es importante esa tarea intercultural; es fundamental poder empezar a caminar las dos culturas con diferentes experiencias. Nuestros jóvenes quieren superarse y demostrar que tienen capacidades para aprender cosas nuevas, que no se dan en las escuelas públicas y estatales. Nuestros jóvenes no tienen esa posibilidad por la falta de recursos.
-¿A qué se refiere con tarea intercultural?
Formosa es una provincia que no acepta el método de la salud intercultural. Cuenta con una ley pero no se aplica como debería. Nuestros mayores tienen bastante conocimiento en cuanto a la medicina tradicional pero no es lo mismo que la medicina de la ciencia. La medicina tradicional del indígena no tiene fecha de vencimiento, es algo natural, inmediata. El gran problema con el que nos enfrentamos hoy los pueblos indígenas está relacionado con la propiedad privada, porque nuestra medicina se vale de plantas a las cuales no podemos acceder. Son plantas tradicionales de la zona que tienen una función importante. Al no tener acceso estamos obligados a usar la medicina científica pero tampoco tenemos acceso ni conocimientos. Muchos de los hermanos se auto medican y no saben cómo tratar sus enfermedades.
-¿Cómo cree que puede solucionarse?
Para mí lo ideal sería algo así como un servicio de salud intercultural porque para nosotros es fundamental recuperar la medicina ancestral. Las plantas que utiliza nuestra medicina no pueden estar en cualquier lado, como en el patio de nuestras casas, porque la costumbre es que no debe estar en contacto con el ser humano, para que sea pura y no se contamine. Esa es la enseñanza que nos dejaron nuestras madres, para conservar la pureza.
– ¿Ustedes sienten que no tienen acceso a la salud?
El acceso es mínimo, a veces hay dos o tres personas que se pueden recuperar o salvar en un año pero la mayoría de los hombres y mujeres se mueren. Hay miedo de ir al hospital, porque hay maltrato por parte de los médicos, de los enfermeros, de los choferes de la ambulancia, toda una cadena de discriminación. Y eso hace que el indígena prefiera esperar la muerte en su casa para que no sufra lo que sufren sus familiares.
– ¿Y en cuanto a la educación?
Con la educación pasa lo mismo porque un joven indígena se esfuerza mucho para llegar a ser un profesional de la salud pero lo más accesible es enfermería. La carrera de medicina no es accesible para nosotros.
– ¿Y en cuanto a la educación primaria y/o secundaria?
No, la mayoría que vive en el campo no tiene acceso a la educación. En cambio, los aborígenes que viven en la zona urbana si tienen esa posibilidad. Pero ellos pierden la lengua nativa porque van a la escuela y al conversar con su familia otra lengua el chico no sabe su origen, su raíz, su cultura, su historia. Lo ideal sería que el Estado Nacional adopte estas figuras interculturales para que podamos participar y así aportar conocimientos, colaborar, salvar vidas, defender el territorio, que no se conforma solo de tierra y monte, sino que también hay seres, agua, aire, vidas. Es importante que el Estado aplique una política que incluya la figura aborigen.
– ¿Qué le piden al Estado?
El diálogo nos permitiría decirle porqué queremos la autonomía indígena, que no significa separarse del Estado sino articular con el municipio, la jurisdicción, que son reglas que lo componen. Lo que queremos es buscar la manera de implementar esta participación aborigen.
– ¿Se sienten optimistas en cuanto a su reclamo?
La lucha indígena nunca fue fácil y no va a ser fácil nunca, eso lo vamos a entender siempre porque hay mucha discriminación hacia los pueblos originarios.
–¿Qué mensaje les daría a los jóvenes, tanto de las comunidades indígenas como en general, sobre su papel en la sociedad?
Los jóvenes tienen que confiar en sí mismos, construir su personalidad, ser honestos. El liderazgo nace dentro de uno mismo y está para luchar y defender al pueblo en general y no por partido político, color o religión. Hay culturas diversas y se deben respetar. ¿Por qué a nosotros, los indígenas, nos imponen miradas dominantes? Porque somos negros, porque somos pobres.
El mundo indígena no se maneja de la manera interés-intercambio, nosotros damos sin esperar y no importa si se usó o no. La cuestión es dar para demostrar que estoy valorando al otro como a mí mismo. Ojalá que la UCC pueda seguir haciendo ese esfuerzo de acercar a los pueblos aborígenes y que se puedan incorporar dentro de la Universidad, para que sean parte. Nuestros jóvenes necesitan formación que pueda ayudar a nuestra comunidad indígena.
Fuente: Prensa UCC