Carta del presidente a la comunidad mundial CVX. 2014
1. Una reflexión para reconocernos en el Espíritu de nuestra Asamblea Mundial de Líbano “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.
No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo…”
Queridos hermanas y hermanos de nuestra amada CVX en todo el mundo. Cada uno, y todos juntos como comunidad, somos fruto de la gracia del amor de Dios por nosotros. Nuestra opción como CVX es fruto de un llamado del Espíritu a caminar en el proyecto de Dios. También somos consecuencia de una respuesta firme, discernida, y profunda, para seguir un itinerario: el de Cristo encarnado y hermano nuestro. En nuestra identidad CVX, el centro de nuestra existencia es este reconocimiento de un Dios que por puro amor se encarna y nos invita a participar de Su proyecto (PG No.1). La única razón de ser de nuestra comunidad, así como la de todo creyente que madura su fe, es la de vivir plenamente para adentrarnos en este camino de seguimiento de Cristo.
El llamado de nuestra pasada Asamblea Mundial en Líbano 2013 nos presenta una ocasión hermosa para reconocer en nuestra comunidad la revelación progresiva de Dios y de su amor para nosotros como CVX.
En este momento fundamental, en Beirut (hace poco más de un año), presentes en un sitio tan representativo para nuestra historia de fe, hemos reconocido las raíces profundas que nos sostienen firmemente. Nuestra historia CVX (y la de la Congregación Mariana) refleja innumerables vidas entregadas al servicio del reino, y ello nos anima a tener una actitud agradecida por nuestro pasado. Asimismo, nuestra celebración comunitaria en la Asamblea de Líbano nos ha confrontado y llamado a un mayor celo discerniente-apostólico, siguiendo las mociones de las Asambleas previas, dado que nos encontramos ante un mundo fuertemente lastimado de tantas maneras. La CVX no permanece indiferente ante esto.
Todos los miembros de la CVX nos debemos sentir interpelados por el llamado a salir de nuestro sitio tranquilo y a veces de auto-referencia. Es necesario crecer humana y espiritualmente, tanto a nivel personal, como comunitario; pero sólo como antesala para discernir, según tiempos, lugares y personas, la pregunta: ¿dónde necesita el Cristo encarnado, que vive en las fronteras hoy, que me haga disponible y me presente con valentía y libertad para seguirlo? Pido que hagamos un profundo ejercicio de oración con la cita inicial del Papa Francisco para integrar esta invitación a la luz de nuestra vida personal, en el camino de nuestra pequeña comunidad, y para toda nuestra CVX. ¿Qué tan accidentado ha sido nuestro camino últimamente por salir a la calle en busca del Cristo encarnado?
El Espíritu nos ha llamado con firmeza en Líbano: “Enraizados en las gracias de nuestra vocación, estamos invitados a reconocernos y sentirnos en casa dentro de las fronteras, con respeto, apertura y un sentido de acogida” (Doc. Líbano No. 9).
2. Una invitación desde la Asamblea Mundial 2013 para asumir el llamado de Cristo desde nuestro carisma Ignaciano en la CVX “No tengo miedo al nuevo mundo que surge. Temo más bien que la CVX tenga poco o nada que ofrecer a ese mundo, poco o nada que decir o hacer, que pueda justificar nuestra existencia.No pretendemos defender nuestras equivocaciones, pero tampoco queremos cometer la mayor de todas: la de esperar con los brazos cruzados y no hacer nada por miedo a equivocarnos”.
Quizás lo expresado en el punto anterior pueda generar algunas inquietudes sobre los mecanismos concretos para asumir una llamada de tal dimensión. Ojalá que en nuestro discernimiento abramos el corazón para secundar lo que nuestra CVX anhela como opción de seguir al Cristo vivo, muerto y resucitado. Al menos pidiendo el “deseo de desear” para asumir con Él las consecuencias de su opción por el reino.
Esto es claramente la ruta de las 2da. y 3era. Semanas de los EE.EE., siendo el camino necesario por recorrer para llegar a la plenitud profunda de la 4ta. Semana: “…Y con esto reflectir, en mí mismo, considerando con mucha razón y justicia lo que yo debo de mi parte ofrecer y dar a su divina majestad, es a saber, todas mis cosas y a mí mismo con ellas, así como quien ofrece afectándose mucho: Tomad, Señor, y recibid…”. (EE.EE. No. 234)
Dios es muy bueno con nosotros como CVX, y a la luz de nuestro discernimiento nos ha regalado las claves necesarias para descubrir cómo responder a tan seria invitación; la cual se sostiene, sin duda, en nuestros Principios Generales. En Líbano el Señor nos regaló, nuevamente, la confirmación de la riqueza de nuestra identidad laical ignaciana como el rasgo más propio de nuestra CVX. Las múltiples herramientas de nuestra espiritualidad hacen parte de nuestro ser CVX.
También constatamos desde la experiencia de encuentro y discernimiento de la realidad que los signos de los tiempos nos confrontan con una “Globalización de la superficialidad y de la indiferencia”12. Esto nos invita a responder a una sociedad cada vez más excluyente, individualista, injusta, y alejada de la experiencia del encuentro con el otro. Por lo tanto, profundamente desarraigada de Dios. Aquí está la clave de nuestro discernimiento: nuestra espiritualidad, y las herramientas con las que contamos, son, quizás, algunas de las más adecuadas para responder a esta grave situación. Por tanto, se trata de llevar lo que ya tenemos hacia fuera de nosotros mismos.
Nuestra identidad laical nos inserta ya en todos los campos de la vida en los que otros referentes religiosos no podrían entrar con facilidad; y nuestra experiencia de cercanía nos permite tender puentes para que la espiritualidad ignaciana alcance a tantas personas que van perdiendo sentido. La nuestra, entre muchas espiritualidades Cristo-céntricas muy buenas, tiene esa característica de encontrar su razón de ser en este discernir para salir a las fronteras en busca de vivir el Magis ignaciano.
Invito a cada comunidad local, nacional, y a cada plataforma regional de nuestra CVX en el mundo, a que nos comprometamos a discernir, con profundidad y apertura al Espíritu: ¿en qué frontera concreta nos pide Dios que nos sintamos en casa y permanezcamos en ella, para ofrecer lo mejor de nuestras herramientas ignacianas? Invito a cada miembro de CVX a profundizar el llamado de nuestra Asamblea de Líbano 2013 de manera que llevemos noticias esperanzadoras a nuestro mundo hoy. Serán un signo profético y esperanzador al encontrarnos dentro de 4 años.
3. Testimonios regionales que nos invitan al Magis en las fronteras como CVX mundial Deseo concluir esta primera carta reconociendo algunas de las opciones profundas y concretas que nuestra CVX en todo el mundo ya está haciendo (apenas una muestra mínima); todas ellas, como respuesta al llamado del Espíritu que recibimos en Líbano:
A. En la frontera de ecología, Carmen Amaya y Jairo Forero de la CVX Colombia han asumido con gran convicción y alegría la entrega de vida para insertarse en la Amazonía de Brasil por un año, trabajando en conjunto con los Jesuitas en ese territorio, y enviados por la CVX América Latina y mundial;
B. En la frontera de Globalización y Pobreza nuestros delegados de la CVX en Naciones Unidas siguen participando en los espacios para Organizaciones No Gubernamentales como el 65 DPI (Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas) en Agosto pasado, afirmando nuestra opción para estar presentes en espacios internacionales de manera proactiva; Algunas comunidades de la CVX Europea han elaborado una firme carta de posicionamiento, sustentada en nuestra espiritualidad, para acompañar el proceso de reflexión durante las pasadas elecciones del Parlamento Europeo.
C. En la frontera de familia, miembros de CVX Malta y Chile, acompañados por el EXCO mundial, se disponen a participar en espacios ligados al Sínodo sobre Familia en temas complejos que requieren discernimiento profundo. Varios informes de la CVX en África nos informan de sus importantes avances en las fronteras de juventud y familia.
D. En la frontera de juventud, La CVX de Asia Pacífico ha participado con profundidad y sabiduría en el Día de la Juventud en Asia (AYD), abriendo espacios concretos para compartir nuestra espiritualidad con jóvenes de diversos países, y contando con muy buena participación.
E. Nuestra CVX en Medio Oriente, a pesar de las dificultades, sigue con su proceso regional y fortaleciendo los procesos nacionales en donde es posible; con esperanza siguen acompañando las difíciles realidades de nuestras comunidades allá.
Y sumado a esto, un sinnúmero de experiencias, historias y compromisos de la CVX siguen aconteciendo en todo el mundo, dando cuenta de nuestro llamado a las fronteras. No puedo cerrar esta primera carta sin agradecer profundamente el generoso servicio y entrega de Franklin Ibáñez y Sofía Montañes en la Secretaría Ejecutiva durante los pasados 5 años.
Han sido un testimonio de profundo amor por la CVX y de compromiso familiar en la misión. Pedimos a Dios para que los bendiga en esta nueva etapa de su vida que iniciarán de regreso en América Latina. Asimismo, pedimos al Señor que Alwin y Rojean Macalalad puedan incorporarse a esta nueva misión de la mejor manera, y contando con todo nuestro apoyo.
Abrazos y oraciones, unidos como Un Solo Cuerpo Apostólico
Mauricio López Oropeza
Presidente
CVX mundial