“El regreso de nuestros alumnos a las aulas nos devuelve la alegría de vivir la educación como misión” – Néstor Manzur SJ

Con un regreso escalonado y progresivo, las escuelas en Uruguay reabrieron sus puertas. Desde el Colegio San Javier de Tacuarembó, Néstor Manzur SJ nos comparte sobre la experiencia de la vuelta a clases: el reencuentro, las nuevas normas y una misión que continúa.

Por Néstor Manzur SJ

“Una nueva normalidad” ¡qué frase para este tiempo! Con el inicio del mes de junio, en el Colegio San Javier de Tacuarembó hemos emprendido el camino hacia esa “nueva normalidad”, esas ‘normas-nuevas’ de cuidados, de saludos, de regresos. ¡Han vuelto las clases presenciales!

Tempranito y con el frío, comenzaron a llegar los primeros alumnos. Saludo con el codo de por medio…, (primera norma ¡cumplida!), brotaba ya la pregunta del día:-“¿Y, cómo vuelven?”. La respuesta en un 90 % fue: -“¡CON GANAS!, queríamos volver”. 

Esta respuesta nos llenó el corazón de alegría y esperanza. Ha sido un tiempo de “nuevos aprendizajes”. Como antesala al comienzo de clases la Fiesta de Pentecostés, fue ocasión de pedir al Espíritu nos regale el don de “nuevas lenguas”, como a los discípulos “cada uno les oía hablar en su propia lengua” (Hechos 2:6)

Hoy creo que todos y en todos lados entendemos lo que significa “cuidarnos”, no desde la clave del miedo (cuidado= alerta) sino más bien desde como sinónimo de respeto y cariño (cuidado= atención). La clave del Buen Samaritano, quien supo hacerse cargo de atender al prójimo.

La Norma que se hace novedad es la de atender y para esto, establecemos protocolos de acción interpersonal. Las nuevas lenguas que nos toca interpretar son, quizás, las lenguas del corazón: aprender a hablar el idioma ‘paciencia’, ‘comprensión’; traducir en leguaje de sentimientos, de afectos; expresar el idioma ‘abrazo’ a través de los ojos. Hoy más que nunca nuestra miradas comunican, la distancia física se acorta a través de la mirada, ya sea presencial o a través de las pantallas.

El regreso de nuestros alumnos a las aulas nos devuelve la alegría de vivir la educación como misión y nos desafía a aprender de esto nuevo, de modos nuevos pero también de lenguajes nuevos sin perder aquello que se hace novedad siendo la esencia del ser humano: la esencia del AMOR.

Campaña Córdoba Urgencia Alimentaria

Esta semana se lanzó la campaña Córdoba Urgencia Alimentaria. Es una iniciativa solidaria que tiene como objetivo acompañar la difícil situación económica que viven miles de familias cordobesas en el contexto de la pandemia mundial.

Los fondos recaudados se destinarán en su totalidad al suministro de módulos alimentarios para 25.000 familias, distribuidas a través de las 18 zonas pastorales de la Arquidiócesis de Córdoba, tanto en la capital como en el interior de la provincia.

Esta campaña es una iniciativa de Caritas Córdoba, Pastoral Social, Jesuitas de Argentina y Uruguay, Radio María, Hombre Nuevo y Manos Abiertas y ya cuenta con el apoyo de empresas privadas, universidades, clubes, centros médicos y de distintas personalidades del medio artístico y deportivo.

Para colaborar podés acceder a la web: www.urgenciaalimentaria.com.ar

 

La Familia Ignaciana en una Vigilia de Oración Mundial

El domingo 31 de mayo la Iglesia universal celebrará la fiesta de Pentecostés y la familia ignaciana en todo el mundo está invitada compartir una Vigilia de Oración Mundial. 

«Esperamos que esta ‘red de Pentecostés’ nos permita experimentar el extraordinario don de la solidaridad en la misión que es la vida de la Compañía de Jesús y de nuestros colaboradores. Desde cada rincón del mundo, unidos en la oración, podemos experimentar la realidad más profunda del Espíritu Santo que nos reúne, nos sostiene y nos inspira en nuestro servicio a Cristo y a su Iglesia para ‘la vida del mundo’.» Así lo manifestaba James Hanvey SJ en su carta de invitación.

La vigilia digital tendrá lugar en la víspera de Pentecostés, en la tarde/noche del sábado 30 de mayo. No durará más de 30-40 minutos, y tendrá un flujo de testimonios, expresiones artísticas, combinadas con momentos simbólicos e interactivos.

«¿Qué mejor manera de buscar el don y el poder del Espíritu Santo que como una comunidad mundial de oración? 

Con más de 15.000 jesuitas e innumerables colaboradores laicos, la familia ignaciana se extiende por todo el mundo en una hermosa diversidad. Qué apropiado, entonces, que esta familia rece junta para Pentecostés, cuando personas de muchas naciones y lenguas se unieron en la oración.»

La Curia General de Roma transmitirá la vigilia en YouTube, Facebook, y Twitter. El contenido de la vigilia será el mismo cada vez, pero habrá una conversación en vivo y un intercambio de intenciones de oración en los medios sociales durante la vigilia.

Para Argentina y Uruguay, la transimisión será a las 21:00hs

Para más información podes acceder a pentecost.jesuits.global

José Luis Lazzarini sj

Nuestra misión espiritual en tiempos de pandemia – Por Pablo Lamarthée SJ

«Aunque las Iglesias y las Instituciones estén cerradas, los corazones están abiertos.» Así empieza su relato Pablo Lamarthée SJ, Delegado del Sector Espiritualidad de nuestra Provincia. Nos cuenta sobre la principal actividad del sector durante este tiempo de cuarentena y las prioridades que hoy marcan el cronograma y las propuestas: «estamos buscando nuevas formas de llevar a Dios a la gente y acompañarlos espiritualmente.»

Nuestra misión espiritual en tiempos de pandemia

Estos tiempos están siendo bastante propicios para desarrollar la dimensión espiritual. Aunque las Iglesias y las Instituciones estén cerradas, los corazones están abiertos. Desde sus casas, la gente escucha audios con comentarios bíblicos, realiza cursos en línea, vive virtualmente las Eucaristía, se acompaña espiritualmente a la distancia. La vida con menos actividades nos enfrenta a nuestra interioridad y nos obliga a mirar el fondo de nuestra alma. La incerteza, el miedo y la soledad nos hacen buscar más a Dios y querer conectar con su presencia amorosa, pacífica y consoladora.

Por tal motivo, podría decir que nuestra misión espiritual no se detiene, incluso, aumenta. Eso sí, si es que estamos lo suficientemente abiertos como para readaptarnos a las nuevas formas posibles que la realidad nos impone, si es que somos capaces de asumir esta novedad sin prejuicios ni sospechas. Los sacerdotes y muchos agentes pastorales laicos han salido al mundo con mayor visibilidad virtual y la Iglesia ha entrado, de otra manera, en la intimidad de las casas. Incluso podríamos decir que el alcance de nuestras propuestas espirituales está siendo mayor que antes.

El sector espiritual de ARU no está ajeno a esta nueva realidad. Diariamente observamos en las redes sociales cómo nuestros compañeros jesuitas salen de sus comunidades y obras al mundo: con sus homilías, reflexiones, cursos y oraciones. Los Centros de Espiritualidad han tenido también que reinventarse y trabajar con otro modelo: virtual, más dinámico, ligero…; incluso están trabajando conjuntamente sin restricciones de lugares y fronteras. 

Las escuelas de Acompañamiento y las escuelas de Ejercicios Espirituales de nuestros Centros continúan virtualmente, y los Ejercicios en la Vida, que duran todo el año lectivo, siguen siendo la propuesta espiritual estrella. Muchos cursos y talleres han crecido en sus números de inscriptos gracias a la virtualidad de los mismos, lo presencial ha dejado de ser ya un límite. El programa “no estás solo” reunió muchísimos voluntarios para escuchar a las personas que necesitan acompañamiento, y las plataformas digitales a través de internet han pasado a ser nuestras nuevas herramientas para la misión.

Nos sabemos cómo resultará todo esto, tampoco los frutos que traerá, pero lo que viene importando hasta ahora, es que estamos buscando nuevas formas de llevar a Dios a la gente y acompañarlos espiritualmente. De esta manera, los cristianos están dando una vuelta hacia la Iglesia doméstica, redescubriendo la belleza de rezar en casa y “adorar al Padre en espíritu y verdad” (Jn 4,23). Esta pandemia nos está enfrentando con el límite de la vida, y a su vez, nos deja solamente con lo esencial, con lo imprescindible. Nuestra misión permite que nuestra gente encuentre su principio y fundamento, se arraigue en Dios y se sienta acompañada por su misteriosa presencia.

Al igual que San Ignacio, que convirtió su vida gracias al aislamiento forzado de su convalecencia en Loyola, tal vez nosotros también, sin perder la fidelidad al carisma, debamos transformar y repensar nuestra misión espiritual en esta cuarentena. El Espíritu nos dirá por dónde caminar, cómo servir y de qué manera llegar, está en nosotros buscar creativamente esa novedad. 

Pablo Lamarthée

#SeamosUno sigue en marcha

La campaña de recaudación de fondos y alimentos que comenzó en el mes de marzo, a pocas semanas del comienzo de la cuarentena obligatoria, continúa con la entrega de cajas y ayudando a los sectores más desfavorecidos. Patricio Alemán SJ, colabora en la logística de la campaña y nos cuenta un poco más sobre este proyecto solidario.

Por Patricio Alemán SJ

Como muchos ya sabrán, desde mediados de marzo, se dio inicio al proyecto Seamos Uno para asistir con cajas de alimentos y elementos de higiene a un 1.000.000 de familias de Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. La idea surgió en conversaciones entre Rodrigo Zarazaga y Gastón Remy, presidente de IDEA. En sólo tres semanas se puso en marcha, con la ayuda empresarial, un gran esfuerzo de captación de fondos, comunicación, logística y auditoría, que nos permite estar al servicio de familias vulnerables en el contexto de la pandemia y cuarentena actual. 

Esta iniciativa impulsada desde el CIAS, está acompañado por la AMIA, por iglesias evangélicas, el Banco de Alimentos, ACNUR y CARITAS. A través de todas estas instituciones se realiza la distribución de cajas. Ya se han repartido más de 250.000, se están preparando otras 150.000, y se han conseguido fondos para producir otras 200.000. 

Personalmente, participar en la logística de distribución me ha permitido tomar contacto con todas las diócesis de la región Buenos Aires, con los y las referentes diocesanos, parroquiales y barriales de CARITAS. Junto a Rodrigo hemos visitado no sólo nuestras parroquias en San Miguel y Quilmes, sino también capillas y parroquias en La Matanza, Lanús, Merlo, Moreno, José C. Paz… Y en todas nos impresiona ver la presencia comprometida de tantos hombres y mujeres, sacerdotes y religiosas en la distribución de las cajas, así como también en la organización de ollas y comedores. En cada barrio y villa, la presencia eclesial es muy fuerte. Y en ninguno de ellos se alcanza a cubrir la necesidad y demanda básica de comida. 

En estos días donde se pide abrir las Iglesias y Templos, conmueve ver que en los barrios y villas las iglesias nunca cerraron. Que las iglesias están más abiertas que nunca. Que han salido al encuentro de quienes más lo necesitan. Que han sacado afuera mesas, ollas, manteles, y que se han puesto a servir. Que tantos laicos, religiosas y religiosos, curas han salido a caminar y embarrarse para llevar el alimento básico y necesario a quienes más lo necesitan. Que se han convertido en auténticos hospitales de campaña para asistir y cuidar a quienes más lo necesitan. 

Sin dudas que este proyecto ha conseguido que todos los actores y sectores que participan (religiosos, sociales, empresariales, particulares, estatales) “seamos uno” literalmente. Que todos nos acerquemos a los sectores marginados y olvidados. Que allí nos encontremos y entendamos que “nadie se salva solo”. Y que desde allí podamos pensar un modo distinto de construir país y el Reino: más humano, más evangélico. 

Fiesta de Nuestra Señora de los Milagros, patrona de los Jesuitas en Argentina y Uruguay

El pasado 9 de mayo celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Los Milagros, patrona de los jesuitas en Argentina y Uruguay. En ocasión de esta celebración, Cristian Marín SJ, comparte con nosotros algunas impresiones generales y personales sobre lo vivido en el Santuario de Nuestra Señora de los Milagros, en Santa Fe . 

Por Cristian Marín, SJ

«La verdad es que es siempre especial la fiesta patronal. Este año aún más por obvias razones. La comunidad que rodea el Santuario (grupos juveniles, voluntariado manos abierta, alumnos y docentes del colegio, la parroquia de Alto Verde, etc.) acompañó en todo momento el Rosario de cada día (armado por familias de los grupos que cité) y las misas. 

La celebración de la Misa central fue muy emotiva por todo lo vivido en la semana de preparación espiritual. Obviamente fue todo muy distinto. No hace falta citar todo lo que no hubo este año, pero sí resaltar lo que sí hubo: predisposición de todos para colaborar y aportar en lo que podía, el corazón dispuesto para vivir y revivir (porque también hubo recuerdos hermosos) la Gracia del Milagro. Hubo compañía, de alguna manera vivimos el abrazo espiritual que surge del Amor de María y a María. Estuvimos juntos, todos juntos y eso se sintió.

Personalmente, experimenté el cariño y el amor que tiene esta ciudad de Santa Fe por esta advocación. Los alumnos de 5to año (también ex alumnos y los más chicos) me hicieron ver eso que sienten por Nuestra Madre. La difusión de la celebración en las redes sociales, la presencia de Su imagen presente en cada una de las casas de alumnos y ex alumnos con quienes compartimos una oración y contemplación por internet.

Ni que hablar mis compañeros jesuitas de esta comunidad y de todas partes.

Las palabras del obispo en la misa central de la fiesta, fueron muy profundas como la imagen que nos regaló en su homilía: «la raíz de la fe del pueblo de Santa Fe, está aquí, en este lugar» 

En esta fiesta «especial» hubieron muchas cosas, pero lo que experimenté más que nunca fue la Iglesia doméstica en la que María, Nuestra Señora de los Milagros está muy presente: «Y allí donde Ella está, está Jesús».

Recordamos la vida del P. Adolfo Nicolás, ex Superior General de los jesuitas

El 20 de mayo ha fallecido en Tokio el P. Adolfo Nicolás, jesuita español que fue Superior General de la Compañía de Jesús entre los años 2008 y 2016.

Nacido en Villamuriel de Cerrato (Palencia) en 1936, entró en el noviciado de los jesuitas de Aranjuez en 1953. Con 24 años fue destinado a Japón. Desde ese momento hasta su elección como Superior General, en 2008, trabajó en Asia, sobre todo en Japón y Filipinas, desempeñando distintos cargos, entre ellos el de Provincial de Japón durante la década de los 90, o el de moderador de los Provinciales Jesuitas de Asia Oriental y Oceanía. También trabajó con población inmigrante y desfavorecida en una parroquia de Tokio.

En 2008, tras la renuncia del P. Peter-Hans Kolvenbach, fue elegido por la Congregación General 35 como Superior General de los jesuitas, convirtiéndose en el vigésimo noveno sucesor de San Ignacio y el séptimo jesuita de nacionalidad española que ocupaba este cargo. A su generalato aportó su conocimiento y sensibilidad de las culturas orientales, la espiritualidad en diálogo con otras religiones y reafirmó el compromiso prioritario por la promoción de la justicia y la reconciliación.

A lo largo de estos años lideró un trabajo de intensa reestructuración de las provincias jesuitas europeas y americanas y, sobre todo, insistió repetidamente en la necesidad de combatir la superficialidad, trabajando desde la profundidad y la creatividad. A lo largo de su gobierno animó a los jesuitas a redescubrir la dimensión universal de la Compañía de Jesús y a impulsar la colaboración con otros, creyentes o no. Algunos de los acentos de su generalato fueron el trabajo en favor de los más desfavorecidos, la ecología, la reconciliación y el trabajo por la paz como principio irrenunciable; así como la educación de los jóvenes.

En 2014, a la edad de 78 años, anunció su voluntad de presentar la renuncia, lo que hizo ante la Congregación General 36, celebrada en Roma en 2016. Tras ello, regresó a Asia, primero a Filipinas y después a Japón, donde ha residido hasta ahora.

Se le ha definido como un hombre marcado por su larga trayectoria en Asia y el contacto con su cultura y con las religiones orientales: ecuménico, comprometido con el diálogo interreligioso e intercultural. Asimismo, de su personalidad se ha reconocido siempre su gran apertura, su sencillez e inteligencia.

En esta semana se han publicado diversos materiales sobre su biografía y su paso por la Compañía de Jesús:

 

Fuente: infosj.es

Testimonios vocacionales en el mes de oración por los diáconos

A partir de la Intención Universal de Oración del Papa para el mes de mayo, en la que invita a toda la Iglesia a rezar por la tarea evangelizadora de los diáconos, compartimos un nuevo segmento en el que publicaremos testimonios vocacionales de diáconos en orden al sacerdocio y diáconos permanentes que hoy se encuentran trabajando en las parroquias de nuestra Provincia.

Hoy compartimos el testimonio de Ignacio Puiggari SJ, que se encuentra actualmente en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima en Montevideo y Fabio Solti SJ, que acompaña el trabajo de las Parroquias Nuestra Señora de las Lágrimas y Nuestra Señora de Luján de la diócesis de Quilmes en Buenos Aires.

Ignacio Puiggari SJ, diácono de la Provincia Argentino Uruguaya

Mi ordenación diaconal se realizó un sábado a la mañana, durante el mes de diciembre del año pasado (2019) en la ciudad de Santiago de Chile. Allí fuimos ordenados cuatro compañeros jesuitas: Eduardo Anaya de México, Frank Gutiérrez de Perú, Cristián Viñales de Chile y yo, de Argentina. El lugar de la celebración fue la parroquia Jesús Obrero, ubicada dentro del predio del Hogar de Cristo, famoso memorial de las intuiciones de San Alberto Hurtado en relación con la práctica concreta de la justicia y la misericordia. Nos acompañaron en ella numerosos laicos que siempre están allí sosteniéndonos en la misión, además de familiares, amigos y compañeros jesuitas. Dada la situación, pensé que me iban a ganar los nervios; pero una extraña alegría serena, creo, nos inundó a todos. Hasta lloviznó un poco, cosa bien extraña en Chile. 

Mi padrino de ordenación fue Cristóbal Emilfork, un amigo jesuita de Chile. En verdad que, con su amistad, me ayudó mucho a entrar afectivamente (no sólo con el cuerpo, digamos) en el país y sentirme recibido allí. Es sabido que los jesuitas vamos y venimos de un lugar para otro, pero poco hablamos de lo difícil que es trasladar el alma de un lugar a otro. Eso lleva más tiempo, y cuesta lo mismo que una poda. En ese tránsito aparecen, sin embargo, aquellos amigos que favorecen el paso; digamos, recorren con uno la dificultad. Como dice cierto refrán, son un verdadero tesoro. Y en verdad que, en cada mudanza, siempre aparecen sin por qué ¿Cómo no pedirle que me acompañe en ese momento? Mi criterio de discernimiento fue: si vuelvo a Chile, a quien llamaría para tomar un café es a él.  

En marzo me vine a Montevideo, apurado por el cierre de los aeropuertos. Aquí, fue el Cerro quien me acogió, específicamente, la Parroquia Nuestra Señora de Fátima donde resido ahora.  Mi misión fundamentalmente consiste en atender los asuntos prácticos de la casa (con ayuda de otros, sin duda), acompañar las diversas iniciativas de ayuda que el párroco Rubén Strina está coordinando junto con laicos bien comprometidos del barrio (ollas populares, merenderos, catequesis a distancia), y, también, acompañar como tutor y profesor de formación cristiana a un 6° de bachillerato en el Colegio Seminario. Además de Rubén Strina, vivo con Juan José Mosca, superior de la comunidad. De a poco me voy introduciendo en la vida de este barrio tan generoso en personas de almas claras y simples, serviciales y generosas; acá el bien y el mal es nítido y patente, sin sutilezas de ciudad, digamos. En verdad creo que se trata de un regalo y un desafío grande. Espero el Señor y la oración de los amigos me sigan ayudando a crecer; ojalá pueda aportar algo en esta zona tan propicia para la entrega y el encuentro con los otros.  

Fabio Solti SJ, diácono de la Provincia Argentino Uruguaya

El día sábado 30 de noviembre de 2019 fui ordenado diácono junto a 11 compañeros de distintas provincias de Latino-américa, África y Asia en la Parroquia Santísima Trinidad de la Localidad de “Santa Luzia” en “Belo Horizonte”, Minas Gerais, Brasil. 

La celebración estuvo presidida por el obispo de “Leopoldina”, “Dom” Edson José Oriolo dos Santos.

Fue una ceremonia ciertamente muy emotiva donde se ejercitó mucho la memoria afectiva. Recordé mucho mi deseo de servir ministerialmente.

En el momento de la oración a los santos, postrado en el suelo del templo (que sentí más sagrado que nunca) pasaron por mi memoria muchos rostros que a lo largo de este tiempo me enseñaron de que se trata el servir con caridad.

Desde que comencé los estudios de teología en Brasil quedé muy marcado por la actividad apostólica que se desarrollaba en la Parroquia “São Francisco Xavier” en el Barrio Tupí. La Pastoral Familiar, a la cual estaba misionado en dicha parroquia, fue el sostén de mucha de la reflexión teológica que me animó en los estudios. Fue allí donde conocí a uno de sus miembros más entusiastas: Salim. Desde que conocí a este hombre de Dios, en esas tierras “mineras”, supe que él sería el que me colocaría la estola diaconal en la celebración. De él aprendí mucho de que se trata ser cristiano.

Al día de hoy, en medio de la contingencia que estamos viviendo, siento al ministerio diaconal de modo muy fuerte marcado por lo que lo atraviesa: el servicio. Estando misionado a las Parroquias de las Lágrimas y Luján, nos toca, junto con mis compañeros, una tarea de mucha cercanía con los más humildes: ya sea con acompañamiento espiritual virtual, colaborando en puntos solidarios repartiendo mercadería, colaborando en los comedores o contribuyendo en la novedad de los bancos de medicamentos de la diócesis.

El momento nos desafía mucho, pero junto a la oración personal y comunitaria, de la mano de la espiritualidad que nos congrega en Compañía de Jesús intentamos, todos los días, caminar tras sus pasos.

A la escucha con Laudato Si’

Del 16 al 24 de Mayo, los católicos en todo el mundo estamos celebrando la Semana Laudato Si, una iniciativa convocada por el Papa Francisco para reflexionar juntos en torno a la Encíclica sobre la ecología y el cambio climático y unirnos en solidaridad por un futuro más justo y sostenible.

En este contexto, el Foro Jesuita para la Fe y Justicia Social de Canadá invita a todos los fieles a dedicar un tiempo para escucharse unos a otros.

La organización, con sede en Toronto, ha preparado dos recursos que ayudarán a los católicos a crecer en su fe y a estudiar Laudato Si’, que hace un llamado a todas las personas a “escuchar el clamor de la tierra y el clamor de los pobres” y a cuidar mejor la creación.

Victoria Blanco, la directora administrativa y de programas del foro, animó a usar los recursos en pequeños grupos para analizar cómo pueden ayudar a crear un futuro mejor: “Este es el momento adecuado para mirar este documento y reflexionar sobre nuestra fe y lo que significa cuidar nuestra casa común y así avanzar hacia una recuperación justa”.

Cuidado de nuestra casa común es una guía de nueve secciones que brinda la oportunidad de profundizar en grupos pequeños sobre los temas de la encíclica del Papa Francisco.

Invitó también a los participantes a compartir las experiencias de vida que les movieron a cuidar de la creación a fin de que puedan conocerse mutuamente a un nivel más profundo. “Una de las cosas más importantes que se pueden hacer para luchar contra el cambio climático es hablar sobre ello”, dijo.

Blanco animó especialmente a los grupos a destinar tiempo a la práctica de la escucha activa. “Es importante no pensar en tus respuestas antes de que sea tu turno”, dijo. “No es un debate o una discusión […] escuchar es el verbo fundamental que queremos enfatizar”.

“Vivir con límites, vivir bien”, el otro recurso del foro, explora nuevas formas de pensar sobre el crecimiento y la economía. La guía, que está dividida en siete sesiones examina las estructuras sociales que contribuyen a la desigualdad social y analiza las formas en que podemos trabajar para reducir la injusticia en todo el mundo.

El Foro Jesuita para la Fe y la Justicia Social es uno de los colaboradores de la Semana Laudato Si’.

Para mayor información, visita JesuitForum.ca

 

Adolfo Nicolás sj

Fallece el P. Adolfo Nicolás, Superior General de los jesuitas entre 2008 y 2016

El día de hoy, 20 de mayo, ha fallecido a los 84 años de edad el P. Adolfo Nicolás, jesuita español que fue Superior General de la Compañía de Jesús entre los años 2008 y 2016. Se encontraba en Tokio, donde llevaba varios meses hospitalizado como consecuencia de una larga enfermedad.

El P. Arturo Sosa SJ, actual Superior General , ha enviado un mensaje a toda la Compañía comunicando la noticia y compartiendo una cálida despedida:

«Quizá el mejor modo de recordar al P. Adolfo Nicolás sea con una breve oración, escrita de su mano tras los Ejercicios de ocho días que realizó en 2011 junto con su Consejo  General, y que tuve el privilegio de acompañar. Muchos meses después de aquellos  ejercicios, algunas reuniones del Consejo comenzaban con esta oración, surgida de la meditación personal del P. Nicolás sobre la pesca milagrosa y que narra San Juan en el capítulo 21. Constituye una excelente síntesis de su persona y de su espiritualidad. La versión original de la oración dice así:

“Señor Jesús,
¿Qué flaquezas has visto en nosotros que te han decidido a llamarnos, a pesar de todo, a colaborar en tu misión?
Te damos gracias por habernos llamado, y te rogamos no olvides tu promesa de estar con nosotros hasta el fin de los tiempos.
Con frecuencia nos invade el sentimiento de haber trabajado en vano toda la noche, olvidando quizá que tú estás con nosotros.
Te pedimos que te hagas presente en nuestras vidas y en nuestro trabajo, hoy, mañana y en el futuro que aún está por llegar.
Llena con tu amor estas vidas nuestras, que ponemos a tu servicio.
Quita de nuestros corazones el egoísmo de pensar en ‘lo nuestro’, en ‘lo mío’, siempre
excluyente y carente de compasión y de alegría.
Ilumina nuestras mentes y nuestros corazones, y no olvides hacernos sonreír cuando las cosas no marchan como querríamos.
Haz que al final del día, de cada uno de nuestros días, nos sintamos más unidos a Ti, y que podamos percibir y descubrir a nuestro alrededor más alegría y mayor esperanza.
Te pedimos todo esto desde nuestra realidad. Somos hombres débiles y pecadores, pero somos tus amigos.
Amén”.

La lectura de esta oración evoca el Adolfo más real: un hombre sabio, humilde y libre; entregado al servicio de modo total y generoso; conmovido por los que sufren en el mundo, pero a la vez rebosante de la esperanza que le infundía su fe en el Señor Resucitado; excelente amigo, de los que aman la risa y hacen reír a otros; un hombre del Evangelio. Es una bendición haberlo conocido. A la vez que oramos por su felicidad eterna junto al Señor, a quien tan bien sirvió, pedimos poder continuar nosotros igualmente sirviendo a la misión como lo hizo él, con bondad, con generosidad y con  alegría.»

Los Jesuitas de Argentina y Uruguay damos gracias por su vida y por su servicio generoso a la Compañía de Jesús y a toda la Iglesia.