Migración: Prioridad Absoluta de la Iglesia

El Padre Michael Czerni SJ, sacerdote jesuita, subsecretario del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, se dirigió a Lampedusa en donde realizó una intervención en la Escuela de Alta formación en Sociología del territorio, que se está llevando a cabo del 13 al 20 de octubre.

El sacerdote habló del gran desafío de la migración, prioridad absoluta de la Iglesia, recorriendo las motivaciones y la misión de la Sección dedicada a los migrantes y refugiados, guiada directamente por el Papa Francisco.

Explicó el padre Czerni que, en uno de los primeros encuentros en dicha sección, el Papa evidenció tres ámbitos temporales en los cuales situar las diversas actividades para ayudar a las Conferencias Episcopales a acompañar a la gente en las cuatro fases migratorias fundamentales que son de la partida al viaje, de la llegada al regreso. En el primer ámbito –dijo – se sitúan una serie de actividades para salvar la vida de los migrantes, los refugiados y las víctimas de la trata. El segundo reúne las acciones destinadas a desarrollar políticas y programas que reconozcan la centralidad de la persona humana y el desarrollo humano integral. Y el último expresa el compromiso de la Iglesia en el afrontar las causas remotas de las migraciones formadas, para hacer de cada migración una elección libre y personal.

Las respuestas de la Iglesia a medio término fueron resumidas por el Papa en cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar. Se trata de una acción que la Iglesia – dijo el sacerdote- pretende compartir con todos los demás actores políticos y sociales para una gestión de los flujos migratorios a largo plazo y con beneficios para todos.

Promover soluciones alternativas a la detención para los migrantes irregulares

Con el verbo acoger, el Papa quiere subrayar la necesidad de anteponer la fraternidad al rechazo, ofreciendo canales migratorios legales y seguros. Migrantes y refugiados tienen derecho a una primera ubicación en espacios adecuados y decorosos, gracias a programas de acogida, evitando así las grandes concentraciones de personas, que a menudo terminan por agudizar las situaciones de vulnerabilidad y de incomodidad de las comunidades de acogida. Asimismo deben ser prohibidas las deportaciones masivas, y deben ser preferidas soluciones alternativas a la detención para los migrantes en situación irregular.

Particular atención a los menores: evitar todo tipo de detención

El verbo proteger se refiere a las acciones que deben ser emprendidas con el fin de defender a los migrantes y refugiados de las violencias, abusos y explotación, de los que a menudo son víctimas a causa de su vulnerabilidad. Se trata de una defensa que, según el Papa, debe poder contar con instrumentos jurídicos adecuados. Una particular atención – puntualizó el padre Czerni – debe ser reservada a la tutela de los menores migrantes y refugiados, evitando toda forma de detención en razón de su estatus migratorio y asegurándoles un acceso regular a la instrucción primaria y secundaria.

Desarrollo humano integral de migrantes, refugiados y comunidades de acogida

Con el tercer verbo, promover, el Papa – explicó el Subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados – sintetiza todas las acciones que tienen como objetivo el desarrollo humano integral de los migrantes y refugiados, así como el de las comunidades de acogida. En ese sentido deben considerarse todas las dimensiones de la existencia humana: la actividad laboral y profesional, la instrucción, las relaciones sociales, la religión y la vida familiar.

Programas que preparen a las comunidades locales a procesos integrativos

Por último, la integración, es un proceso bidireccional que compromete a los migrantes y a las comunidades locales, en un intercambio cultural enriquecedor. El Papa insiste en la necesidad de favorecer la cultura del encuentro multiplicando las oportunidades de intercambio cultural, documentando y difundiendo las buenas prácticas de integración, y desarrollando programas destinados a preparar las comunidades locales a los procesos integrativos.

Antes de concluir su intervención con el recuerdo de la visita del Papa Francisco a Lampedusa, el sacerdote reiteró la prioridad absoluta de la Iglesia en el afrontar el fenómeno migratorio, el de la sección Migrantes y Refugiados que está de igual modo al servicio del Santo Padre que de las Iglesias particulares, a fin de contribuir a leer las migraciones como “signo de los tiempos”, y formular respuestas pastorales eficaces y adecuadas.

Fuente: Vatican News

Usted es un Invitado en Nuestra Casa Común, Compórtese

Son rostros de personas concretas quienes ya están sufriendo las consecuencias de nuestro estilo de vida voraz e insaciable, secando las entrañas de nuestra Madre Tierra.

Por Raquel Lara

Ya no es una especulación, ni un secreto, ni una exageración de los más dramáticos, es una realidad palpable, estamos inmersos en una auténtica crisis ecológica. El cambio climático que sufrimos, anunciado hace años por científicos y ecologistas, nos debería hacer caer en la cuenta de que la situación del planeta cada vez es más alarmante, que requiere una acción urgente y responsable por parte de cada uno de nosotros.

Siendo honestos, debemos de reconocer que esta crisis ecológica global ha sido creada por nuestros hábitos depredadores y estilo de vida consumista. El deterioro del planeta tiene sus causas en el sistema productivo y económico que estamos fomentando, en el cual el dinero, la rentabilidad y el beneficio están por encima de la dignidad de la persona y del respeto y el equilibrio con los demás seres con los que compartimos la Madre Tierra.

‘Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sometanla’. (Génesis 1, 28). Pero, ¿qué hemos entendido de este mandato? Esas palabras no se refieren a que dominemos y oprimamos a la Madre Tierra como estamos haciendo de manera incansable e irresponsable, sino que es una llamada a la “corresponsabilidad” con el Creador y con el resto de los seres que habitamos el planeta, poniendo en el centro de toda actividad la dignidad de la persona y el respeto y el cuidado de todos los seres, en la búsqueda del bien común.

“Podríamos convertir la Tierra en un desierto”

Muchos venían reflexionando y anunciando cómo el respeto a la naturaleza debe formar parte de nuestro compromiso con el ser humano y así lo explicita también en la encíclica ‘Laudato si’’ del papa Francisco, invitándonos a pensar cuál debe ser nuestra relación con la naturaleza.

Francisco ha insistido a los gobiernos de todo el mundo, en la conferencia internacional celebrada en Roma con motivo del tercer aniversario de la encíclica, a cumplir sus compromisos para frenar el cambio climático, pues de continuar “el creciente consumismo” podemos “convertir la Tierra en un desierto, una enorme pila de escombros y basura”, por lo que es urgente una “acción coordinada e integral”.

No cabe duda de que somos las clases trabajadoras quienes más sufrimos los efectos del cambio climático, como bien anunciaba Yayo Herero, una de las principales activistas del ecologismo español y europeo en una entrevista este febrero pasado, (reafirmándose de esta manera la existencia de un sesgo de clase en el cambio climático). Son rostros de personas concretas quienes ya están sufriendo las consecuencias de nuestro estilo de vida voraz e insaciable, secando las entrañas de nuestra Madre Tierra (como por ejemplo en la Amazonía, la explotación de recursos como el agua o los océanos, contaminación, desplazamientos forzados de población indígena…).

“El lugar que pisas es tierra sagrada”

Y son muchas las personas a las que empobrecemos cada día más con la globalización de la ideología neoliberal y la implantación de nuestro estilo de vida consumista. Es el sistema capitalista el que alimenta y sostiene las causas que están provocando un desequilibrio medioambiental que ya es irreversible. Por todo ello es urgente establecer de inmediato medidas alternativas que protejan la vida y generen unas condiciones dignas para todas las personas sin excepciones.

‘Entonces Dios le dijo: “Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es tierra sagrada’ (Éxodo 3-5.). Nuestra fe debe permitirnos ver a todos los seres vivos y el mundo desde los ojos que lo mira Dios y sabernos co-creadores debería generar en nosotros una responsabilidad y un dinamismo que nos lleve a modificar nuestros hábitos y nuestro estilo de vida en la búsqueda del respeto, el equilibrio y los cuidados de la naturaleza, a reconocernos dependientes e interconectados unos con otros en una perfecta relación holística, en la que “el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo”. Pero, sobre todo, nos invita a proponer formas alternativas de reorganización económica y política de modo que permitan recomponer los lazos rotos entre las personas y la naturaleza.

Fuente: Vida Nueva Digital

Creciendo en Trabajar Juntos: Escuela de formación en Identidad Ignaciana

Desde 2017 se lleva adelante en Argentina y Uruguay la “Escuela de formación en identidad ignaciana”. Son tres los ejes sobre los cuales se proyecta el curso: espiritualidad, crecimiento personal y compromiso apostólico. La propuesta consta de dos reuniones al mes para tratar dos o tres documentos: una entre todos los participantes en los respectivos centros y conectados con los otros mediante videollamada y otra en grupos más pequeños para discutir los documentos de manera más personal. Está destinado para instituciones vinculadas a la Compañía de Jesús (parroquias, centros de espiritualidad, colegios, universidades, centros de formación, movimientos, voluntariados y grupos misiones) y también para instituciones que no estén vinculadas de manera directa y para el público en general.

Compartimos la experiencia de Graciela Reyes, que realiza la propuesta en la ciudad de Córdoba, en la Parroquia Sagrada Familia.

Ignacio, un santo de procesos

Para comenzar, hay que saber que San Ignacio fue un hombre que pasó por un proceso de conversión, crecimiento, en la vida y en la vida de fe. Y por eso nos dejó sus “pasos”, en esos cambios de su vida, en forma de ejercicios espirituales.

Todos pasamos por “etapas” en nuestra historia que nos hacen crecer, madurar; y en este caso, en la Escuela de Identidad ignaciana; podemos “ver”, “sentir”, “observar”, discernir” nuestras etapas y con ello lo que Dios nos está proponiendo hoy a cada uno de los que hemos sido invitados generosamente a formar parte de esta Escuela, a la luz de las experiencias de San Ignacio.

Él lo vivió hace varios siglos, escritos como sin tiempo en la historia. Pero fue tan importante que hoy nos ayuda a nosotros varios siglos después.

 Ignacio, un santo de la propia vida

Lo aprendido, leído y compartido el primer año fue para conocernos en nuestro interior, en nuestras pequeñas familias. Cómo Cristo vivió, y por eso cómo Dios quiere que vivamos nosotros hoy.

Personalmente me ayudó muchísimo para “recordar” algunas cosas olvidadas y aprender otras que nos ayudan a ser más buenos, más comprensivos, más compañeros, y en todo esto poder escuchar más y mejor a Dios, desde “mi historia”, mi casa, mi familia, mi pequeño entorno. Y luego trasladarlo a las otras comunidades de las que uno forma parte, la familia más grande, los grupos de amigos, el trabajo, la parroquia, etc.

Así podemos reaprender, volver a involucrarnos, recordar que la invitación de Jesús es siempre estar atentos, poder ver, preocuparnos y ocuparnos “del otro”, del que necesita algo, del pobre, del que está solo, del que sufre, de los que padecen adicciones, de aquel que sufre injusticias.

Que lo sepamos ver, que lo defendamos. Pero también que nosotros no cometamos alguna injusticia con nuestros “otros”. Para que seamos justos.

Y por lo tanto logremos ser siempres misericordiosos, acompañantes, buenos, como Dios lo es con nosotros.

 

Hablemos de Blockchain

Todos hemos escuchado la palabra Blockchain y hasta la incorporamos en nuestras conversaciones, ¿pero sabemos realmente de qué estamos hablando? Esta misma inquietud tuvo una profesora y un grupo de alumnos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de Córdoba (UCC). Virginia Santos y estudiantes de 3° y 4° año decidieron organizar el CriptoForo UCC, un espacio para intercambiar opiniones y debatir sobre nuevas tendencias de Blockchain. Para ello, hubo que ponerse a investigar y a estudiar.

Estudiar sobre Blockchain

La tecnología Blockchain no apunta solamente a los informáticos, son ellos quienes lo llevan adelante en la construcción pero es aplicable a muchas profesiones y lo que busca o genera es transparencia, seguridad en las transacciones de cualquier ámbito. Se trata de una amplia y poderosa herramienta. Así lo resume Virginia cuando le preguntamos sobre la importancia de su estudio. De hecho, lo primero que nos propuso fue contactarnos con Marcos, un alumno de 4° año de la carrera de Sistemas que no hace mucho comenzó por interesarse en esta tecnología, a leer y estudiar y hoy se presenta como un aficionado de este tema.

“Se trata de una base de datos distribuida, almacenada de forma dispersa en diferentes entidades. Consiste en un libro contable público en el que las transacciones son registradas y almacenadas en bloques asegurados, utilizando criptografía que es lo que le da autenticidad y legitimidad a la información que se encuentra almacenada. Por eso, una vez que es cifrado y registrado el bloque no se puede alterar. Es lo que le da la seguridad al usuario”, explica Marcos cuando le consultamos qué era Blockchain.

Si bien él ya venía estudiando sobre criptomoneda, su motivación fue inspirada por un amigo y coincidió con la propuesta de su profesora para investigar sobre ese tema. “Lo primero que hice fue buscar bibliografía legítima. Me compré varios libros para leer más sobre este panorama que, en un principio, fue abstracto. También a investigar implementaciones en la vida real. Pude descubrir qué era la tecnología en sí y sacar más ganas para estudiarla porque es algo que va surgiendo día a día y no hay que quedarse atrás. Surgen implementaciones nuevas y mejoras y lo que nos toca a nosotros es estudiarlas y sacar nuevas aplicaciones”.

Según Marcos, la tendencia hoy es la necesidad de seguridad en nuestras operaciones y nuestros datos, verificar que sea legítima y tener un registro. Blockchain viene a brindarnos esto. Tendemos a modernizarnos y digitalizarnos y surgen las criptodivisas y criptomonedas y vienen respaldadas porque ofrece seguridad. Pero no se limita solo a esto porque también sostiene que se puede aplicar a sistemas de votaciones, en medicina, registro de alimentos, en muchas aplicaciones en donde la seguridad y el registro de datos son importantes y deben ser legítimos.

Lo que más motiva a Marcos es poder brindar servicios al mundo que ayuden a la vida cotidiana, sea seguridad o lo que propone Blockchain y está pensando en tener en cuenta este tema para su tesis. “Toda la vida me gustó la tecnología. Me encantaría poder realizar un trabajo final con esta tecnología novedosa, sería una aplicación nueva o innovadora”, concluye.

Se habla mucho pero se entiende poco

La iniciativa del Foro surgió a raíz de una propuesta de Virginia para aprender un poco más de qué va este nuevo concepto. “Les propuse a los alumnos de mis cátedras organizar un encuentro sobre Blockchain, bitcoin, criptomoneda porque se habla mucho pero se entiende poco. Lo que proponemos es juntarnos a escuchar porque este año ha habido mucha movida en nuestra ciudad con respecto a este tema”, explica la profesora que será moderadora en este evento.

CriptoForo UCC propone un intercambio de opiniones. Se trata de un debate con expertos, directivos de empresas, startups y usuarios –entre ellos egresados- que ya están aplicando esta tecnología. Lo que resalta de esta propuesta es que apunta a una forma solidaria para aprender sobre la actualidad de las aplicaciones de esta tecnología a partir de un grupo de profesionales que pueden opinar sobre este tema. Pero que invita también a que se sumen usuarios sin temor a opinar y compartir información y experiencias.

“Lo importante es que estemos en la vanguardia. Debemos estar informados de lo último que hay, tenemos que debatir porque es la única forma que aportemos a cosas novedosas y creativas. Se puede generar en los alumnos un cambio de visión hacia lo nuevo, lo que se viene, pero desde un enfoque profesional. Se trata de un perfeccionamiento superador”, concluye Virginia Santos.

Fuente: UCC

 

Ciudades Inteligentes ¿una moda?

El primer paso de una ciudad inteligente es partir de entender bien la necesidad y los problemas a resolver.

Definir el término inteligencia, incluso cuando se alude a personas, es una tarea compleja, imaginemos entonces lo que significa hablar de ciudades inteligentes. Sin embargo, el concepto es muy utilizado.

¿A qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de la inteligencia en una ciudad? La idea más común, es la que nos remite a una metrópoli cibernética, donde la tecnología sorprende; ocupa un lugar importante en nuestra vida diaria; en nuestra interacción con el medio en el cual vivimos, y con las personas.

A veces me preguntan qué ciudades del mundo son las más inteligentes. Esa pregunta denota la idea que la inteligencia se puede ver y palpar a través de objetos o cosas visibles.

Sin embargo, y acá el lector seguro acordará conmigo que a veces la inteligencia destaca más cuanto menos se muestra. Si hablamos de las personas, tal vez se muestra más inteligencia en intervenciones limitadas, pero precisas y acertadas, que en una demostración verborrágica y ostentosa de sabiduría.

Yo creo que la en las ciudades sucede algo parecido. Cuando voy a ferias de tecnología, donde el tema ciudades está siempre presente, veo desarrollos y aplicaciones tecnológicas llamativas, de todo tipo, pero (al menos es lo que me sucede a mi) veo pocas cosas que realmente me sorprendan. Esto generalmente no tiene que ver con que los aparatos no sean realmente sorprendentes, sino en cómo hacer para que esto realmente llegue a la gente como un beneficio, y que las organizaciones, tanto gobiernos como empresas, puedan administrarlos y que no caigan en la obsolescencia o el desuso por falta de aplicación o mantenimiento.

En esta línea de pensamiento es que yo creo que la inteligencia no está en incorporar la última novedad de la tecnología, sino en incorporar la tecnología que realmente necesito para hacer las cosas mejor y en forma más eficiente. Entonces, siguiendo esta línea, la inteligencia no se mide ni se palpa en un objeto, por más novedoso que sea, sino en lo que ese objeto me permite hacer de acuerdo a mi necesidad.

Aplicándolo podemos ver que el primer paso de una ciudad inteligente es partir de entender bien la necesidad y los problemas a resolver. A veces resulta obvio, pero muchas veces, no lo es. Luego de establecer bien la necesidad y el problema, podemos pasar a la solución, que debe ser sustentable, es decir, no solamente para hoy, sino que pueda durar a través del tiempo.

Finalmente, una pequeña complicación adicional: como vivimos en un mundo dinámico (muy dinámico) la solución de ayer, para los problemas de ante ayer, es probable que hoy o mañana no lo sea. Yo creo que el círculo de la inteligencia se cierra acá: en la capacidad de una ciudad de resolver los problemas y necesidades de la gente, en un contexto donde ellas cambian todo el tiempo. Es aquí donde la tecnología hoy nos puede ofrecer una gama enorme de posibilidades para resolver y anticipar la dinámica del cambio con soluciones oportunas y eficientes, tal vez no las más novedosas, pero si las más útiles.

Fuente: UCC

 

III Congreso Continental de Teología

Mensaje final del III Congreso Continental de Teología, realizado por la Red Amerindia en la sede de la UCA en San Salvador y las reflexiones posteriores al encuentro de uno de los participantes: Tim Noble de la República Checa.

Mensaje a los pueblos de América Latina y Caribe

Hermanas y Hermanos de Abya Yala, la Patria Grande, Nuestra América,

“Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos tocado con nuestras manos, la Palabra de la Vida que se manifestó, nosotros lo compartimos con ustedes” (1 Jn 1, 1).

Somos más de 600 hermanos y hermanas de países de América Latina y el Caribe, concluyendo el 3er. Congreso Continental de Teología, promovido y realizado por la Red Amerindia, en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas – UCA en San Salvador. Somos una diversidad de personas cristianas: laicas, comprometidas con pastorales sociales y movimientos populares, religiosas y religiosos, presbíteros, diáconos y tres obispos. Marcaron su presencia jóvenes teólogos y teólogas, así como también hermanos y hermanas de Iglesias evangélicas y pentecostales.

Celebramos los 50 años de la 2ª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968). En estos días hemos vivido una experiencia caracterizada por una convivencia alegre, expresada en celebraciones, diálogos en grupo, ponencias, teatro, música, danzas y peregrinación a los lugares sagrados del martirio de Monseñor Romero y otros mártires. Hemos confirmado que Medellín significó un verdadero Pentecostés para las comunidades de nuestro continente. Allí el Espíritu de Dios se manifestó dando un rostro latinoamericano-caribeño a nuestras Iglesias. Allí hemos empezado a cambiar nuestra mirada desde adentro para fuera, como “Iglesia en salida”, y hemos recibido el encargo de ser “una Iglesia pobre, misionera y pascual, desligada de todo poder temporal y audazmente comprometida con la liberación de toda la humanidad y de cada ser humano en todas sus dimensiones” (Medellín 5, 15).

Ahora nosotros, como fruto de esa Iglesia que nació en Medellín, deseamos dirigir una palabra a ustedes, hermanos y hermanas de toda América Latina y el Caribe. Acá nos unimos a ustedes, cristianos/as, religiosos/as de otras tradiciones y también a todas las personas que creen que la Vida es sagrada y debe ser defendida. En nombre de nuestras comunidades, les saludamos con cariño desde El Salvador, esta tierra santa fecundada por la sangre de tantos y tantas mártires.

En estos días, reaprendimos a leer nuestra fe y vivirla desde los principios que nos han enseñado Monseñor Romero, el padre Ellacuría y tantos otros que se hicieron nuestros maestros y maestras, en el seguimiento de Jesús. Ellos y ellas nos revelan que tenemos que vivir la fe dando atención e importancia a la realidad social, política y cultural, mirada desde la causa de los empobrecidos, como nos propuso Medellín. Queremos hacer esto hasta que la misma realidad nos evangelice, esto es, hasta que nos dejemos transformar por el Amor y nos apasionemos por el proyecto divino de una sociedad nueva de justicia, paz y comunión con la Madre Tierra.

En Medellín la Iglesia se insertó conscientemente en los procesos de transformación social y política, vigentes en el continente. 50 años después queremos renovar nuestro compromiso con la liberación integral de nuestros pueblos. Constatamos con alegría que, desde Medellín, algunas conquistas fueron logradas. Nos ponemos en sintonía con los esfuerzos de integración continental y la lucha contra todo tipo de colonialismo. Nos unimos a los muchos esfuerzos por otra economía, pensada desde la solidaridad y las necesidades de las comunidades. No descansaremos mientras no podamos vivir una economía al servicio del bien común y del cuidado de la Tierra, el Agua y toda la naturaleza a la cual pertenecemos como hijos y hijas.

Sigue cuestionándonos la violencia institucionalizada a todo nivel, que roba vida, dignidad y futuro, especialmente a los empobrecidos, condenándolos a la muerte. Sabemos de los conflictos y los sufrimientos impuestos a víctimas inocentes de norte a sur del continente. En nuestros países la sociedad dominante no respeta ni valora las comunidades indígenas de diversas etnias y sus culturas ancestrales. Nos unimos a todas ellas, agradecemos todo lo que aprendemos con ellas y reafirmamos nuestro compromiso de comunión.

Nos unimos a las luchas de las mujeres que, en todos los países, son víctimas de diversos tipos de violencia y, a pesar de eso, siguen luchando por la libertad y la dignidad común. En estos 50 años, reconocemos el aporte de las teologías negras, el de los pueblos originarios y, de manera especial, la propuesta de la teología feminista a pensar una Iglesia de hecho fundamentada en el discipulado de iguales. Asumimos la causa de las víctimas de abusos sexuales, cometidos en contra de niños, adolescentes y mujeres. Es terrible constatar que muchas veces esos crímenes son cometidos por ministros de Dios. Es urgente cambiar la estructura patriarcal y clerical de nuestras Iglesias. Que el Espíritu fortalezca las luchas por igualdad, por una justa relación de géneros y por el respecto a los hermanas y hermanas LGBT.

Sabemos de las masacres de jóvenes, especialmente pobres y, en algunos países, en su mayoría negros, víctimas del deterioro de las condiciones de vida y de la violencia urbana. Es bueno saber que algunos de nuestros teólogos y teólogas jóvenes están acompañando de forma creativa esas luchas.

Somos solidarios con todos los pueblos en América Latina y el Caribe donde constatamos que en estos 50 años crece la desigualdad social y el irrespeto a los derechos de personas que continúan siendo masacradas. Aún si los gobernantes cometen errores y repiten actitudes que no esperábamos de quien se proclama al servicio del pueblo, los ideales de nuestros libertadores y de tantos héroes de nuestros pueblos siguen vivos y por ellos vale la pena luchar.

Denunciamos la responsabilidad de los centros financieros internacionales y del imperio norteamericano, que sigue siendo un factor de desestabilización de aquellos gobiernos que no se dobleguen ante sus exigencias colonialistas. Continuaremos luchando contra las políticas xenófobas, racistas e inhumanas del presidente de los Estados Unidos hacia los migrantes, especialmente, nuestros hermanos y hermanas pobres, que intentan traspasar la frontera norteamericana.

La conferencia de Medellín propuso una Iglesia profética, al servicio de la liberación de nuestros pueblos, desde la opción por los pobres. La comunidad eclesial debería reflejar en sí misma lo que propone a la sociedad en su conjunto. Por eso hoy queremos comprometernos por una Iglesia más sinodal y valiente, en permanente diálogo con la humanidad y especialmente con los movimientos sociales, organizados para cambiar el mundo. Agradecemos a Dios el testimonio profético y la actuación evangélica del papa Francisco, de los obispos y pastores que actúan en la defensa de los pobres en continuidad con el testimonio de Oscar Romero. Pedimos a Dios que siempre ilumine a todos y todas quienes hacen suyo ese camino.

Reconocemos como signo del Espíritu la propuesta del “Buen Vivir”, que recibimos de los pueblos originarios del continente. Comprendemos que el “Buen vivir” es camino de una sociedad de comunión, que privilegia el bien común sobre el particular y toma en serio los derechos de la hermana Madre Tierra y de la Vida. Esto responde a la palabra de Jesús quien dijo: “Yo vine para que todos/todas tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).

Como dijo nuestro San Oscar Romero, “sigamos haciendo lo que podamos, pero hagamos”. Con esa esperanza firme e inquebrantable, la acción del Espíritu que se expresa en la fuerza de los pobres nos ilumine y nos guie a todos/as por los caminos del Reino.

San Salvador, 2 de setiembre de 2018

Fuente: CPAL Social

1° Misión de familias del Colegio del Salvador

Un grupo de familias del Colegio del Salvador, ubicado en la ciudad de Buenos Aires, estuvo de misión el pasado fin de semana. La actividad se llevó adelante en Nogoyá, una pequeña localidad de la provincia de Entre Ríos. Estuvieron acompañados por el Padre Emmanuel Sicre SJ; asesor pastoral del Colegio. 

Compartimos el testimonio de una de las madres de alumnos del Colegio del Salvador que participó de la experiencia. 

De una mamá: “…me pongo a pensar en estas últimas semanas de misión (porque realmente creo que este «tiempo de misión» comenzó mucho antes del viernes)

Si tuviera que decir en dos palabras lo que fue ésta misión creo que Encuentro y Comunidad lo define.

Encuentro porque no importa quien llega y quien espera, quien golpea las manos y quien sale a recibir. Visitar las casas fue «Encontrarnos». Ya sea rezando una oración con la otra familia o simplemente presentarnos, ver parte de su vida (chanchitos, terneros recién nacidos, ¡un pato domesticado!) y darnos un apretón de manos con la esperanza de volver a encontrarnos.

Comunidad porque fue justamente un encuentro de comunidades: las familias de Crucecitas y las del Colegio del Salvador.

Coincido con todos, esta misión familiar fue una gran experiencia como familia.

De corazón siento que todas las familias (las que viajamos, las que organizaron las oraciones, las que donaron cosas, las que ayudaron a organizar las donaciones) fuimos una comunidad. Una comunidad con la impronta del colegio. Que daba lo mejor de cada uno desde el lugar que tocó.

Donde los chicos que fueron no parecían de camadas distintas.

Eran simplemente todos alumnos del mismo colegio, donde el más grande de quinto año (con una paciencia y solidaridad infinita) compartía a los más chicos su experiencia de misión y de vida en el colegio.

Y entre todos supieron entenderse y compartir como si se conocieran de siempre.

La verdad es que creo que todos nos sentimos «hallados» unos con otros.

La Colaboración según Maritony Sanjinés, Delegada de Colaboración de México

“Para mí, la colaboración es compartir desde la humildad, acogiendo con amor y compasión los contextos de cada país. Y así, posibilitar a cada uno compartir lo que tiene y lo que puede; al tiempo que cada uno puede recibir lo que el otro tiene para compartir, dejándose enseñar, para poder colaborar juntos con la Misión de Jesús.”

Maritony Sanjinés es Delegada de Colaboración de la Provincia de México, y de esta manera define la colaboración.

La Oficina de Comunicación Institucional de la Conferencia de Provinciales de América Latina (CPAL) ha producido una serie de videos https://www.youtube.com/watch?time_continue=48&v=cb0tM8gBNko para difundir el sentido de la Colaboración, según se lo entiende en la Compañía de Jesús.

Desde hace un tiempo, la Compañía Universal y en Latinoamérica ha se ha propuesto como desafío que nace de una necesidad (de tener poco jesuitas) el profundizar en la Colaboración con laicos, religiosos y religiosas de otras congregaciones.

 

Una Ecología que nos Hermana

Creemos que la fraternidad, la sororidad, es la única medicina que puede sanar este momento actual.

Por José Luis Grau

Francisco de Asís, el Hermano Universal, proclamado patrón de los ecologistas por san Juan Pablo II el 29 de noviembre de 1979, nos abre las puertas a estas líneas. Queremos subrayar una idea que nos parece fundamental: la cuestión ecológica alcanza su plenitud cuando logra tejer vínculos tan fuertes entre las personas, y de éstas con la naturaleza, que la fraternidad y la sororidad emergen como el regalo más maravilloso.

El Santo de la Porciúncula inició un camino de desprendimiento de todo lo superfluo, de todo lo que le alejaba de sí, de sus hermanos y hermanas más pobres y de la naturaleza que le rodeaba. En ese camino de desprendimiento encontró una alegría interna que nunca antes había podido tener, una alegría serena que tejió en su interior un estrecho sentimiento de fraternidad universal con todas las personas y con todas las realidades de la naturaleza.

Fraternidad/Sororidad van de la mano de una vida en clave ecológica. Establece un nuevo modelo de relaciones basadas en el reconocimiento, en el respeto, en el cuidado, en el compromiso mutuo. Necesariamente, una vida ecológica se sustenta en el ser y hacer fraternidad con todas las personas, no solo con quienes más vinculadas estamos, sino con todas las que habitan en nuestro planeta. También se basa en tejer esa fraternidad con el hermano sol, la hermana luna, el hermano fuego, …

Una propuesta ecológica integral tiene incorporada en su ADN la fraternidad como vehículo de transmisión. Quizás la fraternidad sea la prueba del algodón de nuestros intentos por vivir más ecológicamente responsables.

Laudato Si teje de un modo maravilloso las relaciones fraternas entre humanidad y naturaleza, significando de un modo especial la humanidad sufriente y la naturaleza vulnerada por estilos de vida no fraternos. Desde ahí lo común, la casa común, cobran un color especial, un brillo que significa lo común sobre manera. Por este motivo queremos proyectar el foco sobre los números 156-158 de la Laudato Si: “la ecología integral es inseparable de la noción de bien común”. Sin duda una vida ecológica revertirá de un modo positivo en el bien de los demás, tejerá una mejor realidad.

Ese bien común es el eje central y el rol unificador de la ética social, sigue diciendo el Papa. Nuestro comportamiento ecológico no empieza y acaba en nosotros mismos, y si lo hace así deberíamos cuestionarnos. La conversión ecológica nos abre a la realidad, nos hace tomar conciencia de las condiciones de vida de otras personas, de la situación que atraviesan miles, millones de hermanas y hermanos. Nos pone enfrente de las heridas más abiertas de nuestra madre tierra y lo hace no para que caigamos presa de un derrotismo abrumador, sino para que, en medio de esa realidad seamos tejedores, tejedoras de fraternidad.

Creemos que la fraternidad, la sororidad, es la única medicina que puede sanar este momento actual. Es el vino y el aceite que el samaritano deposita en las heridas del mundo. Cuando cuidamos la casa común junto con millones de personas que también lo hacen, estamos generando una realidad nueva posible.

La invitación a una conversión ecológica, a una ecología integral, no es sino una invitación a construir una realidad nueva. Es una invitación a recuperar la opción preferencial por los pobres: “basta mirar la realidad para entender que esta opción hoy es una exigencia ética fundamental para la realización efectiva del bien común”. (LS 158)

Ahora que termina el periodo de descanso para algunas/os de nosotras/os, es sin duda un buen momento para recuperar las invitaciones fundamentales, para renovar las opciones más vitales. Volvemos a tener la oportunidad de seguir hermanándonos cada vez más con todas las personas, con toda la realidad. La ecología es, sin duda, el mejor camino.

Fuente: Entre Paréntesis

La Religiosidad en Córdoba

El pasado mes de junio la Universidad Católica de Córdoba (UCC) recibió la visita del P. Gustavo Morello SJ., ex docente y asesor pastoral de la casa de estudios, que actualmente se desempeña como profesor de Sociología en el Boston College (EE.UU). Morello expuso sobre estos temas bajo el título “Cambios religiosos y dinámicas demográficas: un siglo de catolicismo en Córdoba”.

Tomando como referencia la relación entre el número de nacidos y de bautizados en Córdoba entre los años 1914 y 2014 un grupo de investigadores trató de poner luz sobre las coincidencias y divergencias entre las conductas, costumbres y creencias en la provincia.

Del estudio surgen datos cualitativos como el incremento del porcentaje de bautizados en los nacidos entre los años los año 1947 y 1960, el descenso entre en las décadas de 60 y 70, el pico (en contra de la tendencia del año 1978), la estabilización en un 80% (aprox.) durante los años 80, y la tendencia que comienza en el año 2002 y se extiende hasta la actualidad en la cual es mayor el número de nacidos que el de bautizados. Los datos numéricos consultados al Arzobispado de Córdoba fueron contrastados con la contemporaneidad de gobiernos dispares: los liberales, más proclives a independizarse de la tutela de la iglesia, y los conservadores (incluso dictatoriales) menos proclives que los anteriores.

Igualmente es tomada en cuenta la incidencia de otros factores como el logro en el año 1974 de la paridad legal de la mujer en Argentina, dando comienzo a un cambio en la dinámica de los hogares al incorporar masivamente a la mujer a la economía fuera del hogar lo cual menguó el rol femenino en la formación religiosa doméstica. Otras influencias consideradas en la investigación son las pasadas directivas surgidas del Concilio Vaticano II o las actuales que marcan el tratamiento de “lo religioso” en los medios de comunicación.

“Lo religioso es un fenómeno emocional, la variable política sirve pero no lo explica todo” señala Morello, “El término creyente incluye al católico no practicante, al creyente “no afiliado” y a una constelación de creencias que van desde la reencarnación a la naturaleza religiosa de la práctica del psicoanálisis; para comprender todo esto hoy se intenta incluir sociología contemporánea en la formación de sacerdotes”. Con claro sesgo sociológico, apunta Morello: “Hoy el 30% de los hogares son monoparentales, es un fenómeno inserto en una población parte de la cual siente que la religión no tiene nada que ofrecer a personas entre los de 25 a 35 años de edad”.

Por otra parte: “Algunas personas religiosas “leen” todo lo que hacen en términos religiosos, su sentido es religioso y por eso aún las prácticas seculares son leídas religiosamente. Para algunas personas lo religioso es una forma de dar sentido a la vida, un sentido más allá de lo inmanente, para otras personas el sentido no está fuera de este mundo, piensan que trascender es llegar a futuras generaciones, a los hijos, a la sociedad en general.

Sobre las actuales formas del acceso a lo religioso de las clases populares, observa el sacerdote: “El domingo ya no es (exclusivamente) un día religioso, hay competencia por el tiempo libre”, y en cuanto a la localización geográfica y la lección entre cultos señala: “Se usa muchísimo lo que se tiene a mano”.

“Las religiones han sido amplias y variadas, con muchos siglos y distintas tradiciones, y muchas veces las diferencias son por cosas que no son dogmáticas sino por las aplicaciones de esos dogmas. En todo caso, esa es tarea de teólogos, no de sociólogos”, concluyó.

Fuente: UCC