Conurbano: los Votos que Todos Quieren, las Vidas que Nadie Ve

El jesuita Rodrigo Zarazaga, director del Centro de Investigación y Acción Social, sostiene una relación profunda y cercana con el conurbano bonaerense. En él ha realizado investigaciones, pero también allí sostiene una relación afectiva con muchas personas. Y por eso puede dar cuenta de la realidad que enfrentan quienes viven ahí.

Es un territorio superpoblado, fracturado y desigual, políticamente estratégico, en el que se dibuja la tragedia estructural de un Estado que sostiene la ilegalidad.

Le cuesta decidirse entre tantas historias. Piensa unos segundos y elige dos que lo afectaron muy especialmente. «Me acuerdo de un chico, habíamos conseguido que hiciera el secundario y lo terminara. Ya estábamos viendo con él a qué universidad podía ir e incluso una salida laboral. Un día salgo y me lo encuentro en un basurero completamente drogado con paco. Es una de las tantas historias en las que sentís que invertís todo y la realidad te lleva puesto», dice Rodrigo Zarazaga, sacerdote jesuita y doctor en Ciencia Política. Y enseguida viene a su memoria la historia de una chica muy joven de Villa Mitre, a sólo 30 kilómetros de la Capital, enferma de cáncer y sin acceso a ningún tratamiento: «En otro contexto hubiera sido tratable pero cuando la conocí ya era tarde. Ahí se siente la tremenda desigualdad».

Zarazaga sabe de lo que habla. No lo leyó en papers académicos a pesar de tener él una sólida carrera académica que incluye un posdoctorado en la Universidad de Notre Dame, investigaciones para el Conicet y conferencias en universidades extranjeras. A ese entramado social, que sobrevive entre la pobreza, la informalidad y la changa, al ritmo de las ocupaciones de tierras disponibles y a merced de punteros y barones del conurbano, lo ve todos los días en las comunidades en las que trabaja.

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Cuando Zarazaga cursaba el seminario en el Colegio Máximo de San Miguel comenzó a frecuentar Villa Mitre y otros barrios obreros. Ese viaje de transformación selló para siempre su relación con el conurbano. ¿Cómo describir ese territorio complejo, desigual, fracturado e ingobernable en el que 5 millones de pobres y 1 millón de indigentes conviven con enclaves de prosperidad y clubes y barrios privados? ¿Cómo intervenir en esa geografía atravesada por todas las formas imaginables del delito -que van del narcotráfico a la trata de personas, del trabajo esclavo a la venta de autopartes- y que suelen confluir en el financiamiento ilegal de la política? «A veces hay un Estado ausente, otras, un Estado presente que delinque. Uno no sabe qué es peor: si un Estado ausente o un Estado presente pero ilegal», agrega.

Ahora acaba de editar, junto con el economista Lucas Ronconi, Conurbano infinito (Siglo XXI-OSDE), un libro que reúne las investigaciones de Matías Dewey, Candelaria Garay, Eugenia Giraudy, Jorge Ossona, Pablo Semán y Mariela Szwarcberg Day. El libro trabaja sobre 33 municipios -según lo que dice la ley 13.473, de 2006, aunque en general se considera que el Gran Buenos Aires está compuesto por 24 municipios- que concentran 15 millones de personas. Es un volumen coral de sociólogos, politólogos e historiadores, tan riguroso como desgarrador, que refleja un exhaustivo trabajo de campo basado en entrevistas a punteros, policías, referentes de las comunidades y distintos actores políticos y sociales del conurbano.

Es un territorio que condiciona y define resultados electorales, candidaturas y relaciones de fuerza: concentra el 28% de los votantes del país y 3 de cada 4 votantes a nivel provincial. Por injustos criterios de coparticipación federal y una reforma tributaria (siempre invocada, nunca concretada), ese territorio estratégico y desafiante no recibe inversiones en obras de infraestructura desde hace décadas, sus servicios públicos son deficientes o inexistentes y un 50% de la población carece de cloacas.

«En la Argentina tenemos un problema estructural que la democracia no ha podido resolver: un Estado que a veces está presente, a veces dicta la norma pero hace la vista gorda y en otras es parte del negocio y las redes ilegales», sostiene el economista Lucas Ronconi, especialista en informalidad laboral. Para Ronconi, la palabra clave es «enforcement», o sea el esfuerzo que hace el Estado para que la norma se cumpla: «En el conurbano, en los sectores más pobres hay ocupación ilegal de terrenos, pero los que están en el otro extremo social, me refiero a los que construyen barrios privados, también incumplen con las normas, no tienen habilitaciones y funcionan de manera ilegal. Hay un conjunto de normas que regulan el uso del suelo que son sistemáticamente violadas».

Negocio millonario

El historiador Jorge Ossona, uno de los coautores del libro, es uno de los mayores conocedores del conurbano y su historia. El problema del conurbano, aclara antes de partir a una reunión con cooperativistas textiles, se ha acentuado en este último tiempo pero lleva muchos años y no es un problema de un gobierno en particular. «El kirchnerismo generó una red de contención muy grande que este gobierno no solo no tocó, sino que amplió. Eso sirve para sobrevivir pero no para trazar ningún proyecto de futuro. La regulación del dominio de las tierras entusiasmaría a la gente a mejorar sus casas; pero si no hay cloacas, hay aguas servidas, se corta la luz cuatro días, no tenés trabajo y no podés ir más al supermercado grande sino al almacenero de la esquina porque ni siquiera podes pagarte el pasaje, bueno, todo eso se siente».

Desde hace años que Ossona investiga las sucesivas ocupaciones territoriales, en especial las de Santa Catalina, en el partido de Lomas de Zamora. Los asentamientos siguen reproduciéndose bajo la forma de dos modalidades: los masivos, más infrecuentes hoy sobre todo en la zona del cordón industrial porque las tierras están saturadas, y las tomas hormiga. «En la Argentina lo que sobra es tierra, por la llanura, entonces la ocupación de tierras vacías sigue existiendo. Esto empezó en los años 80 hasta que devino un negocio muy rentable. Todas las zonas periféricas de La Salada son producto de la ocupación».

En estos días, la feria textil de La Salada ha ocupado el centro de la atención pública por la detención de Jorge Castillo, «el Rey de La Salada». Castillo, que es el administrador de una feria con más de 7000 puestos, accionista de distintas empresas y dueño de un negocio millonario con protección gubernamental en la zona más castigada del conurbano, resistió a los tiros de escopeta el operativo que terminó en su detención.

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«Ninguno de nosotros orina agua bendita», le dijo Jorge Castillo al sociólogo Matías Dewey, otro de los coautores de Conurbano infinito. El investigador, nacido en Adrogué y residente en Alemania, se dedicó a analizar el mercado de vehículos robados y el mercado textil ilegal, en especial, la feria de La Salada. En las entrevistas que hacía con los policías siempre se mencionaba la comisaría de Puente La Noria, que está cerca de La Salada. «Esa comisaría es estratégica. Son como un fondo de comercio con precio. Los policías que quieren ser promovidos tienen que pagar para estar ahí. Esa es de las más caras», dice. Para Dewey ambos «negocios», el del mercado textil ilegal y el del robo de autos, «son bombas de extracción en las que el Estado está continuamente extrayendo dinero y recursos de distinto tipo».

A Castillo lo entrevistó varias veces. Y también a Enrique Antequera, el otro caudillo de La Salada. Sabe que ambos son actores bisagra en esa trama ilegal, pero le llama la atención que Castillo sea el único que esté en la cárcel. «La policía es una institución corrupta que está en connivencia. La policía se ponía en los accesos y frenaba a los que venían con sus bolsas de ropa a alquilar los puestos de Castillo y los micros que salían de comprar. Eso lo hacía la policía y la gendarmería y Castillo recaudaba internamente para pasárselo a la policía. O lo hacía o lo mataban. Así funciona. Castillo es un corrupto y los del otro lado lo son aún más porque son los encargados de aplicar y representar la ley. Por eso es necesaria una reforma policial profunda. Y los políticos tienen responsabilidad porque financian sus campañas electorales y sus carreras con estos fondos: saben que transformar esa economía es arriesgar votos», afirma Dewey.

Idea de futuro

Tierra de planes sociales y movimientos de desocupados, el conurbano combina una pobreza histórica y estructural -en la que todavía persiste una memoria de la inclusión y de los valores del esfuerzo, la educación y del trabajo- con nuevas formas de pobreza, con sus propios códigos, estilos y consumos: una cultura endogámica que reacciona frente a la exclusión del otro.

«La pobreza es muy heterogénea», sostiene Ossona. «En la zona de alta concentración de bolivianos y peruanos, en los costureros y talleristas uno ve una idea de futuro: sienten que tienen las posibilidades que sus países les veda. En ese sentido son parecidos a los italianos y los españoles que vinieron hace 100 años. Hay una idea de futuro que se potencia con formas de subsistencia que son impensables para un argentino: comer deliberadamente una sola vez por día y someterse a regímenes de semiesclavitud y servilismo: haciendo todo esto ascienden. Llegan sin nada, trabajando como esclavos y en dos años tienen una vivienda, un negocio, y se meten en verdulerías, en la confección y comercialización textil, hacen un edificio de dos pisos y alquilan las habitaciones para paisanos recién llegados. Son polirrubro. Son los que trabajan legal o semi-legalmente. Los inmigrantes sí tienen idea de futuro».

También existe un segmento que celebra la situación de pobreza y la plantea como emblema de distinción. «Viven bastante bien de la pobreza sin dejar de ser pobres, como un barrabrava o el jefe de una banda de robacoches o piratas del asfalto», dice Ossona. Si la pobreza es heterogénea, el mundo de la informalidad laboral también lo es. «Hay una relación muy estrecha entre informalidad y baja calificación, lo que los economistas llaman baja productividad», agrega Ronconi.

Entre los tantos mitos que circulan en torno del conurbano se encuentra el del puntero barrial como figura que está en contraposición al Estado: allí donde no llega el Estado, llega el puntero. A contrapelo de esa creencia extendida, Zarazaga sostiene que el puntero es el rostro del Estado frente a los más pobres: practica el clientelismo y la discrecionalidad, pero también brinda bienes y servicios públicos en villas y asentamientos; se ubica como un mediador entre la pobreza y el Estado, y como un garante de la gobernabilidad de los intendentes. Para el sacerdote, que se dedicó a desentrañar la relación entre punteros y política y las formas de la redistribución y el clientelismo, el puntero es una mucho más figura ambigua y compleja de lo que se suele creer.

¿En qué se parecen y se diferencian los punteros y los curas en cuanto a sus trabajos y funciones en barriadas, villas y asentamientos? Zarazaga sostiene que hay algunas semejanzas y grandes diferencias. «En cuanto a las semejanzas -explica- hoy todo es más fragmentado en ambos casos. Hace 25 años en cada barrio había una Unidad Básica que respondía al PJ y en cada barrio había una capilla y una presencia del cura. Hoy en las villas a veces no hay cura sino pastor, en otras no hay ningún referente político, en otras puede haber punteros del Frente Renovador o peronistas pero que ahora están con Pro. Todo es mucho menos monocolor de lo que se cree y no hay presencia monopólica de la Iglesia en cada barrio, sino una presencia variopinta que incluye el umbanda y otros cultos. Por eso creo que es exagerado cuando se dice que tal pierde una elección por la influencia de la iglesia o cuando se dice que una elección se ganó por los punteros. Todo eso me resulta ciencia ficción».

No es infrecuente que en la vida cotidiana del conurbano curas y punteros coincidan en las actividades de contención: ambos pueden tener un comedor infantil y ayudar a las familias frente a una inundación, «pero el puntero a veces tiene complicidad con las actividades ilegales o se involucra con el narcotráfico y la trata y eso ciertamente no es lo que pasa en el caso de los curas», agrega el sacerdote.

Jorge Ossona recuerda una historia de trata que lo afectó especialmente. «Me acuerdo de una familia boliviana con diez hijos. Una de sus hijas fue secuestrada para ser sometida a la trata de la prostitución. Eran una familia muy unida y uno de los hijos, a partir del secuestro de su hermana, intentó suicidarse. Nos movimos con contactos periodísticos y alguien importante se movió. Deben haber pensado: ?no queremos tanto quilombo por esta piba’ y a la chica la liberaron. Esta trama involucra a la policía y a los tratantes. Fue una historia que nos tuvo en jaque. Ahí ves la cara de la desesperación».

Sobre el final, Dewey admite haber recibido amenazas durante distintas etapas de su investigación. «Vas a terminar en el Riachuelo», le dijeron. Una vez se reunió con una persona que la contactaría con un empleado muy importante dentro de la Municipalidad de Lomas de Zamora. Finalmente se juntaron a dos cuadras de la Municipalidad, detrás de una farmacia. Esa persona tenía todos los tics de alguien que sabe que lo que diga puede tener consecuencias. «Mirá pibe, te estás metiendo en el lugar más jodido del conurbano. Nada de lo que sucede allá -dijo apuntando a La Salada- sucede si no se toma la decisión acá», dijo señalando la Municipalidad. «Pibe, para que entiendas», le dice, saca un papel en blanco y escribe una sola palabra: mafia. «¿Te queda claro?».

Fuente: la nación

Vivir para Contarlo

Frente a los conflicto del mundo de hoy los niños acaban siendo los más afectados y con menos posibilidades de defenderse.

Por Emilio José Gómez Ciriano

“Se lo voy a decir todo a Dios” cuentan que dijo un niño en un hospital de Siria poco antes de morir a consecuencia de las heridas de la guerra. Otros tantos niños podrían contar sus historias si alguien quisiera escucharlas, como las decenas de miles de menores no acompañados que cruzan desde Centroamérica y México hacia los Estados Unidos (206.962 menores no acompañados entre 2013 y 2016 de acuerdo con la US Customs and Border protection agency) o los que espantados por la demolición del Campamento de la Jungla en Calais en Noviembre del año pasado huyeron sin que todavía hoy se sepa su paradero.

“¿Quién salvará esta chiquillo menor que un grano de avena? ¿de donde saldrá el martillo verdugo de esta cadena?” clamaba Miguel Hernández en su poema “El niño yuntero”, porque lo cierto es que estos menores desamparados llegan a nuestros lindes sin presunción de inocencia. No hace mucho escuché de boca de una funcionaria de la Comisión Europea que “los menores ilegales de hoy serán los menores criminales de mañana”, toda una declaración de intenciones para una política de recepción de solicitantes de protección internacional que en la práctica desoye los Convenios de Ginebra y la normativa comunitaria sobre los procedimientos de asilo. Que sigue aplicando procedimientos de identificación para averiguar la edad de los menores que han sido considerados como altamente cuestionables por eminentes médicos y que como consecuencia de ellas muchos menores no son considerados como tales y separados de sus familias

“Somos el mundo, somos los niños” cantaban unos bienintencionados artistas allá por el año 1985 en un concierto denominado “USA for Africa” al que luego siguieron numerosas réplicas de canciones parecidas en distintas lenguas. Lo cierto es que a pesar de conciertos, imágenes de hambrunas, de guerras, de “aylanes” varados en las costas, una vez pasadas las euforias solidarias que movilizan a la audiencia a golpe de compasión programada, vuelve a imperar el miedo al otro, aunque ese otro sea un niño. El miedo a que pueda ser demasiado visible, a que pueda despertar posicionamientos xenófobos (ironías de la vida). El mismo miedo que acompañó a la niña, al niño, cuando huyó de la guerra y que lo sigue acompañando en la segura y garantista Unión Europea.

Fuente: Entre Paréntesis

 

«Migrar Supone un Desgarro»

Instancia de reflexión y diálogo sobre la interculturalidad dentro de la sociedad cordobesa, co-organizada por la Universidad Católica de Córdoba (UCC).

Marta Guerreño López, presidente de la Unión de Colectividades de Inmigrantes de Córdoba (UCIC), aseguró que la cultura se construye mediante la convivencia. Fue durante la Jornada de Reflexión sobre Interculturalidad, Integración y Ciudadanía. Fue un espacio de reflexión y diálogo sobre conceptos clave como la interculturalidad, la integración y la ciudadanía local, organizada en conjunto por el Concejo Deliberante, UCIC y la Universidad Católica de Córdoba (UCC)

«La cultura no se transmite genéticamente, sino mediante la convivencia». De esta manera expresó Marta Guerreño López, de la Unión de Colectividades de Inmigrantes de Córdoba (Ucic), de qué manera se interrelacionan las culturas, se integran y enriquecen.

En su exposición Marta Guerreño dejó en claro que para lograr una educación intercultural hay que tener en cuenta varios pilares fundamentales: la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico, donde no hay culturas superiores ni inferiores, donde prevalece la integración, la convivencia basada en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo.

También señaló que es inevitable el desarrollo de conflictos, pero que se resuelven a través del respeto, el diálogo y la concertación.

Guerreño recalcó que la cultura no es homogénea sino que hay muchas subculturas, que no se trasmiten genéticamente, sino mediante la convivencia. Además, señaló que para que la interculturalidad sea efectiva es necesario que se cumplan tres actitudes básicas: la visión dinámica de las culturas, el convencimiento de que los vínculos cercanos sólo son posibles por medio de la comunicación y la conformación de una amplia ciudadanía donde exista la igualdad de derechos.

Subrayó, además, que las personas en proceso de adaptación a una nueva cultura a menudo se sienten solas y nostálgicas, ya que todavía no se han acostumbrado al nuevo ambiente y sólo conocen a gente con la que no están familiarizadas. Del mismo modo, la barrera del idioma puede convertirse suele ser un gran obstáculo en la creación de nuevas relaciones: lenguaje no sólo se refiere a lo lingüístico sino también al uso del espacio y el cuerpo, el tono de la conversación, matices lingüísticos o acentos.

“Migrar supone un desgarro. Eso lo sabemos todos los que dejamos nuestro país y nos instalamos en otro. Incluso si todo marcha sobre ruedas, debemos admitir que es un proceso complejo, donde el costo emocional a veces es elevado, aun si fue planeado concienzudamente, no resulta tan sencillo como lo esperábamos. Cuando nos mudamos de país cambiamos, además de la geografía, esas coordenadas que estructuraron y orientaron nuestra vida hasta el momento de nuestra partida. Así es, cambiamos de cultura. En cuanto empezamos a instalarnos en otro país comienza un camino de reajuste entre lo que sabemos y damos por sentado y ese modo distinto de hacer las cosas, las que predominan en nuestro nuevo hogar”, puntualizó la presidente de UCIC.

Y concluyó: «Adaptarse a una nueva cultura implica una sobrecarga, un esfuerzo extra. Algunas personas necesitan apoyo profesional. Porque hay que transformarse, por ello es importante gerenciar este proceso, un camino complejo pero gratificante. Hay muchas otras formas diferentes que pueden ayudarnos a crecer .Practicar la interculturalidad no es tarea fácil ni Imposible. No basta con querer, hay que capacitarse, aceptar, negociar y sobre todo respetar. Yo soy muy positiva, creo que vamos a comprender que una de las riquezas de este mundo es vivir en interculturalidad“.

Fuente: lavozonline

 

F. de Roux SJ, Testigo de Armas

Una reflexión sobre la situación de los procesos de paz en Colombia.

“Continuar la destrucción de la confianza es hacerle un mal inmenso al pueblo adolorido y confundido” (de Roux SJ)

Dentro de 6 días, todas las mujeres y los hombres de las FARC quedarán sin armas. Acontecimiento extraordinario, por encima de las campañas políticas y las protestas sociales, y que muchos no ven por el dolor que llevan y por la eficacia en consolidar la desconfianza contra el proceso que ha tenido la oposición.

Hace diez años, esta misma oposición desde el Gobierno hizo la paz con los paramilitares, muchos de ellos narcotraficantes que habían creado frentes de autodefensas o comprado franquicias antiguerrilleras provenientes de las Convivir. No eran oposición de insurrección armada contra el Estado que legitimara una negociación. Sin embargo, esta se dio. Y llevó a la amnistía y la aceptación y sometimiento a la justicia especial. Sin tener la dedicación, meticulosidad, profesionalismo ni transparencia del actual proceso con las FARC.

No obstante, la paz con los paramilitares fue respetada por las distintas ramas del Estado. Hubo críticas de sectores políticos y de ONG, y un ajuste de la Corte Constitucional, pero nadie hizo una campaña política para hacer trizas esa paz.

Ganar apoyo al proceso con las AUC era más fácil que con el de las FARC. La mayoría de las víctimas de las Autodefensas fueron por masacres de campesinos desconocidos; en este país de desigualdades, cometieron 1.166, mientras que la guerrilla hizo 343, también en el campo, pero se ganó el odio más por golpear a los sectores conocidos y respetados: secuestros y atentados de empresarios y ganaderos de clase media y alta, de políticos, y golpes al Ejército.

Apoyé el proceso de diálogo y desmovilización de los paramilitares a pesar de que ellos son autores del 87 por ciento de los asesinatos de mis amigos y amigas en el programa del Magdalena Medio. La guerrilla cometió el 13 por ciento de esos crímenes. Confiamos porque estaba de por medio la paz de Colombia, difícil siempre y responsabilidad máxima del Presidente.

Como testigo, tomé fotos del espectáculo mediático de entrega de armas en una vereda de Santa Rosa del Sur, donde vi a los jefes paramilitares y varios políticos con el Alto Comisionado de Paz en el estrado. Oí el discurso de Báez. Observé el desfile de la entrega de armas, unas obvias y otras dudosas. No hubo identificación de personas ni registro cuidadoso de cada fusil. No sé dónde quedaron los pertrechos pesados ni los helicópteros de las AUC. Fue un proceso lleno de concesiones. ‘Macaco’ me recibió en la finca que compró en Ralito para negociar desde allí. Hicieron una gran marcha en Barrancabermeja, en plena negociación. Crearon, con apoyo gubernamental, la Asociación de Municipios Amigos de la Paz. Fueron al Congreso. Y conocí las ventajas de la cárcel que pagaron y desde donde siguieron actuando. Hasta los acontecimientos complejos que llevaron a la extradición de varios de ellos.

Las fallas de ese esfuerzo con las AUC quedaron en los grupos criminales que merodean con armas de aquella “entrega”, en “los tiros por la culata” del mismo proceso llevó a la cárcel a congresistas cómplices. Y en las tierras que dejaron enredadas en manos de testaferros.

Hoy, la terminación de la guerra con las FARC parece ser vista por la oposición política como una derrota inaceptable. Por eso promueven la desconfianza y el temor, y se equivocan. Salir de esta barbarie nos conviene a todos y es responsabilidad de todos, independientemente de quién gane en las elecciones. Por eso, en su momento se le dio a Uribe presidente la confianza en el proceso complejo de las Autodefensas.

Ante la entrega de armas de las FARC, continuar la destrucción de la confianza es hacerle un mal inmenso al pueblo adolorido y confundido. Este es el momento de la esperanza magnánima y crítica. Para emprender en democracia y definitivamente sin armas, en controversia política, la construcción de la paz.

Fuente: eltiempo.com

«No están solos»: Comunicado de Apoyo al ERIC / Radio Progreso

El Padre Roberto Jaramillo SJ, actual presidente de la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL), ha emitido un comunicado expresando su preocupación y apoyo por la situación de los trabajadores y colaboradores de ERIC y Radio Progreso.

Querido Ismael “Melo” Moreno y queridos compañeros y compañeras del ERIC / Radio Progreso. Saludos especiales.

 Desde hace mucho tiempo vivimos preocupados por su seguridad, pero alegres y entusiasmados por su testimonio profético y por su compromiso, que sentimos ES el de todos nosotros, en el servicio de la Fé que nos llama a vivir y defender la justicia y la verdad.

 Quiero manifestarles mi preocupación personal, y con ella la de todos los miembros y colaboradores de la CPAL, por la seguridad y la integridad de ustedes: compañeros compañeras apostólicos del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC) y los miembros de Radio Progreso en Honduras, y especialmente de nuestro querido hermano Padre Ismael Moreno Coto, S.J. Y junto con esa preocupación nuestro mayor cariño y apoyo.

 Lamentamos que en esa querida nación el binomio corrupción / impunidad, encarnado especialmente en el contubernio de grupos del poder político y las mafias del narcotráfico enquistadas en el Estado, hayan actuado en los últimos años con absoluta libertad cegando la vida de numerosos actividad sociales; caso emblemático sobre el cual aúno no se ha hecho justicia: el de Bertha Cáceres; pero con ella recordamos a Carlos, a Lesbia y a tantos otros.

 Delante de la creciente campaña de calumnias y desinformación lanzada contra los miembros del ERIC / Radio Progreso, y en particular las falsas acusaciones contra el Padre Ismael Moreno Coto, manipulando para ello situaciones de las cuales el actual gobierno es responsable (como la crisis de la educación pública) es necesario afirmar que:

  •  El ERIC / Radio Progreso es una obra apostólica típica y auténticamente jesuítica, en plena comunión con las orientaciones de la Compañía de Jesús y de la Iglesia, particularmente del Papa Francisco; cuentan con todo nuestro respaldo y apoyo. Les animamos y alentamos a mantenerse fieles y firmes en los principios básicos de la justicia, la verdad, la participación y la educación popular, la libertad de expresión, la democracia participativa, la igualdad y la fraternidad como verdadera y concreta expresión del amor de Dios por todos, y de la misericordia de Cristo. “Sólo el amor convierte en milagro el barro”.
  • Junto con ustedes, miembros y colaboradores de el ERIC / Radio Progreso, cuyo director y principal vocero es el P. Ismael Melo Coto, S.J., denunciamos la falta de garantías para que los críticos del presidente Juan Orlando Hernández puedan manifestarse con libertad en un clima de igualdad y verdadera democracia. Por eso responsabilizamos al gobierno de Honduras por la integridad de todos y cada uno de los miembros y colaboradores del EIRC / Radio Progreso y de sus familiares, de quienes nos sentimos preocupados, cercanos y solidarios.
  • Junto con la ONU, con los miembros del Sistema Interamericano de Derechos Humanos y muchas organizaciones civiles de Noruega, Estados Unidos y otros países, así como otros organismos internacionales, manifestamos nuestra preocupación con la calidad de los procesos democráticos en Honduras, y exigimos al gobierno de Juan Orlando Hernández transparencia en los procesos políticos y electorales, así como el respeto absoluto de la vida, la integridad y la libertad de las personas, instituciones y organizaciones de la sociedad civil críticas de su gobierno.

Cuenten no sólo con nuestra amistad y nuestra oración, sino con todo nuestro apoyo para sumar nuestra voz a su voz profética denunciando la corrupción que asola ese querido país, con la seguridad de que –gracias a personas como ustedes, y todos los hombros y mujeres que trabajan por la democracia y la justicia– haya vida para todos y “vida en abundancia”. Que Dios los guíe, los fortalezca e inspire, y los bendiga.

Roberto Jaramillo SJ 

Fuente: CPAL SJ 

Una Venezuela Convulsionada Rezó por la Paz y la Justicia

El día viernes 21 de Julio se llevó a cabo en Venezuela una jornada de oración y ayuno para pedir por la libertad, la justicia y la paz en el país.

La convocatoria a la oración la hiza la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV). El episcopado venezolano invitó a no dejarse robar la esperanza que hace posible -con la ayuda de Dios- lo que parece imposible.

Pidió también comunicar la esperanza y “ser protagonistas de este momento histórico y del futuro del país”, en que la Iglesia cumple un papel importante a través de la oración, la mediación, el diálogo entre el oficialismo y la oposición, y la acción caritativa.

“Pedimos a Dios siga protegiendo a este pueblo y que la maternal protección de María de Coromoto nos aliente a seguir edificando la paz y la convivencia fraterna», animaron los obispos venezolanos, expresaron.

Esperanza Ecológica, Ecología Esperanzada

Una invitación a trabajar con esperanza en el cuidado de la casa común.

Por José Luis Graus

Está terminando el curso, y con él afloran todos los cansancios acumulados día a día, las intolerancias propias del momento, cierto pesimismo a la hora de valorar lo que sucede… Y el calor comienza a apretar de lo lindo en nuestra ciudad, “primera ola de calor” la llaman.

Éste es un campo abonado para que la desesperanza se cuele por alguna de las grietas que el trabajo del curso ha ido generando. Y en estas circunstancias, levantar la cabeza de nuestro ombligo no es mucho más alentador: hace pocos días, la noticia de que el presidente de Estados Unidos de América retiraba a su país de los ya de por sí frágiles acuerdos de París. Y no sólo eso, sino que además escuchamos en los medios de comunicación que eso del cambio climático no es para tanto. Y sigo: no dejan de morir personas que buscan refugio en el mediterráneo, y… La lista de mazazos podría ampliarse indefinidamente, asfixiando nuestra frágil y maltrecha esperanza en este curso caluroso que va terminando.

Y es entonces cuando viene en nuestro auxilio esta frase de Laudato Sí:

“Caminemos cantando. Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza.” (Laudato si 244)

Y así concluye el libro Todo contribuye,1 de José Eizaguirre.

En este camino de la conversión ecológica, personal y comunitario, por el que transitamos, la Esperanza es un compañera incondicional; ojalá podamos reconocerla. Una esperanza sencilla como paloma, sin grandes alharacas, pero firme, y también una esperanza astuta como serpiente (Cfr. Mt. 10, 16) que sabe aprovechar su oportunidad, que sabe reconocer las grietas del sistema para colarse por él e introducir la semilla de la transformación.

Esperanza no es ingenuidad confiada en que algún día las cosas cambiarán y todo terminará como un bonito cuento de hadas. Esperanza no es conformismo al que le bastan una serie de buenas y necesarias acciones personales que hacen un poco más amable la realidad. Esperanza no es aceptación irracional de una serie de ideas o de hábitos que modifican algo nuestra epidermis ecológica, pero no llegan a las raíces de nuestro ser.

Esperanza es un don que cada mañana se nos regala, pues no podemos negar el Misterio y la Transcendencia que habita nuestra realidad. Y esperanza es tarea, es trabajo que debemos cultivar cada día, que debemos cuidar y mimar, que debemos acompañar en su proceso.

Es la esperanza la que da sentido a nuestras preocupaciones y luchas por este planeta. Es ella la que hace hondo nuestro canto mientras caminamos, la que nos alienta y anima a transitar por vericuetos imperceptibles, o la que nos lanza a batallas contra molinos de viento que, pareciera, nos pueden arrasar. Por ella creemos firmemente que la muerte de tantas personas, que buscaban un planeta mejor, no tendrá la última palabra, que las personas que mueren buscando refugio, que…. ¡encontrarán una paz sin límites!

A nosotras nos toca pelear esta esperanza, luchar esta esperanza, suplicar esta esperanza, anhelar esta esperanza… Lo expresa infinitamente mejor este artículo de José María Segura en el blog de Cristianismo y Justicia que, justo cuando andaba buscando palabras para escribir estas líneas, me ha llegado:

“Comunidades de resistencia y esperanza que se entretejen con personas que sueñan un futuro distinto, que van estirando el presente metro a metro, bocanada a bocanada…”

Fuente: EntreParéntesis

 

El Lugar de la Mujer en la Iglesia

La Asociación Action Catholique des Femmes, comprometida con la vivencia de los valores cristianos para las mujeres, ha planteado una suerte de interrogantes sobre el rol de la mujer dentro de la Iglesia.

Por Lucetta Scaraffia

Del 26 al 30 de junio, las mujeres de la asociación Action Catholique des Femmes estuvieron en el Vaticano. Fundada en 1901 para defender la libertad religiosa, y después comprometida a ayudar a las mujeres de todas las edades y vivir más intensamente los valores cristianos, basada en el rol femenino nacido de la vocación bautismal. Sus estatutos renovados hacen hincapié en la identidad de la asociación entendida como un movimiento de mujeres católicas y no solo el movimiento de las mujeres católicas, se ha confirmado la misión original de ayudar a las mujeres a cultivar su vida espiritual, también abiertas a las no creyentes o las que pertenecen a otras religiones.

En su larga historia, la asociación siempre ha apoyado la emancipación de la mujer en la sociedad y, a partir de 2015, han identificado como objetivo luchar para que el lugar de las mujeres pueda ser reconocido en la Iglesia a la hora de tomar decisiones.

Preguntas al Papa

Le preguntas que las asociadas plantearon al Papa estuvieron relacionadas con esta propuesta, y se abren con la denuncia de la falta de interés hacia ellas por parte de muchos eclesiásticos, indiferentes al hecho de que las mujeres se pregunten sobre el futuro de la Iglesia, sobre cómo proclamar y encarnar a Cristo hoy. Para muchos obispos que no escuchan sus dudas, ¿no sería bueno hacerlo juntos?

También se preguntan por qué las mujeres –como bautizadas y creyentes– no pueden tener un lugar propio y ser reconocidas como sus hermanos en la comunidad de los discípulos de Jesús. Sin la presencia y el servicio silencioso de las mujeres, ¿cuál sería el lugar y papel de la Iglesia en el mundo? ¿Acaso nuestra Iglesia no carece de elementos esenciales al dejar a un lado las mujeres?

Estas propuestas, estas preguntas, constituyen un paso más de unas mujeres que tienen una mirada crítica ante la marginación en la que se circunscribe una mentalidad clerical dentro de la propia Iglesia. Propuestas y preguntas que nos hacen comprender con claridad y coraje que esta exclusión ya no cuenta ni con el consenso ni con la legitimidad en la cultura de las sociedades contemporáneas.

Fuente: Vida Nueva Digital

 

Educamos al Donar Nuestro Saber: desde Venezuela

Regalar al otro la propia experiencia para construir un mundo más amigable para todos.

Por María Fernanda Guevara Riera

Estamos comprometidos socialmente cooperando con proyectos educativos y los impartimos en nuestros espacios más cercanos con el fin de que allí surjan multiplicadores del saber que, posteriormente, donen dicho saber en sus lugares de acción más inmediatos. Pienso, además, que ésta es una alternativa válida para todos si queremos contribuir a que en nuestro mundo exista menor dolor social: desde cada saber u oficio, independientemente si te dedicas o no a ser formalmente un educador, puedes donar solidariamente al otro tu experiencia y liderar así acciones solidarias que cultiven un mundo demócrata con mayor humanidad. Vamos a desarrollar, entonces, nuestra aproximación del saber como donación que educa.

Consideramos que el sentimiento de solidaridad para con nuestros semejantes y para con nosotros mismos no posee un sustrato natural sino que, más bien, es el resultado histórico de una educación en valores que promueven lo humano. Valores como la igualdad, la libertad, la honestidad, la responsabilidad, la fraternidad, la empatía, el respeto y la confianza siembran humanidad. El estudio y la vivencia cotidiana de dichos valores en nuestros ambientes familiares, educativos, laborales y comunitarios refinan nuestra sensibilidad y nos capacitan para intervenir con firmeza en nuestro mundo cuando el dolor de un semejante se presenta porque su dignidad está siendo objeto de discriminación y segregación.

Y no sólo nos habilitan para distinguir la injusticia social que padece el otro en situaciones concretas de exclusión y discriminación social sino también, y con una relevancia capital, nos instruyen y facultan para percatarnos cuando nuestros propios derechos fundamentales como personas están siendo violados y transgredidos hacia formas aberrantes que atentan contra nuestra integridad y el estado de derecho. Porque “los derechos, como cualquier otro valor, no sólo son una creación humana; también crean humanidad, humanizan, nos hacen asimilar la importancia de lo que significa ser humanos”. (DELGADO MANSILLA: 2004, 23).

Ahora bien, yo vivo concretamente en la Venezuela herida de hoy. ¿Qué significa aquí que educamos al donar nuestro saber? Significa que consideramos que nuestro saber debe ser donado cuando un semejante se encuentra padeciendo formas sociales que niegan sus derechos a vivir una vida plena, situación que nos está aconteciendo a la mayoría de los venezolanos el día de hoy. De forma tal que nuestra donación solidaria consiste en poner toda nuestra experiencia a disposición del otro a través de la acción educativa, presencial y virtual, con el fin de que comprendamos el dolor de nuestro semejante, nuestro dolor, y que logremos aprender contenidos que nos permitan expresar sin temor y con la debida apropiación nuestras exigencias de derecho.

No ser indiferentes con el dolor de nuestro semejante es ser solidarios y buscar intencionalmente comprender, enfrentar, reparar, corregir y disolver “todo aquello” que produce dolor y humillación en ellos, en nosotros. Porque con su acción negadora “todo aquello” se materializa en situaciones concretas que deshumanizan y reproducen un mundo deshumanizante, carente de tolerancia, libertad, igualdad y justicia. A través de la educación en valores, de la educación ciudadana, dotamos de las herramientas del conocimiento a quienes no gozan de ellas plenamente para que logren identificar en su vida cotidiana, en nuestra vida cotidiana, las situaciones que merman su dignidad e iniciar, de este modo, un proceso de liberación puntual.

Subrayamos que gracias al contacto directo que tenemos con el otro en las aulas de clase, en las comunidades, en las páginas que hoy leen, las palabras leídas y escritas no son letra muerta, se transmiten y viven en la acción del saber solidario donado que educa. La educación se torna fundamentalmente en educación demócrata inclusiva e insisto en que eso lo podemos realizar todos en la medida en la cual busquemos donar, más allá de lo estrictamente laboral, nuestro saber en nuestras comunidades y allende las mismas. Podemos convertirnos todos en educadores desde nuestras disciplinas o actividades porque de lo que se trata es de ser creativos y de generar espacios en donde el bien recíproco se pueda cultivar de forma tal que contribuyamos a generar lazos más humanos y humanizar nuestra realidad diaria porque es tarea de todos levantar una sociedad libre de opresiones, libre de maltratos, libre de vejaciones.

No ser indiferentes con las situaciones que merman nuestra convivencia íntegra, honesta y justa con nuestros semejantes promueve la acción solidaria del saber que educa. Nos lleva a cultivarnos aún más en los valores que reafirman y nutren la cultura de la persona humana y nos comprometen cada vez más con alcanzar de hecho, a través del saber solidario donado al otro, una sociedad auténticamente democrática, igualitaria y plural. En la actualidad los venezolanos carecemos de ella y luchamos pacíficamente por alcanzar una Venezuela de derecho en donde el transitar por la calle, ir al colegio o a nuestra universidad, buscar alimentos y medicinas no sea lo último que hagamos.

No ser indiferentes al dolor supone siempre que cuando se lee o se escribe sobre los problemas de discriminación y violencia nos ponemos en el lugar del otro, somos también en y con los otros y, entonces, la acción solidaria que emerge alcanza de facto el nosotros constructor de Humanidad. (…)

 Por Entre Paréntesis

Los Pilares de la ONU (II): Desarrollo Sí, pero Sostenible

Los objetivos del desarrollo sustentable involucran 3 dimensiones: la económica, la social y la ambiental, en las que trabajar de manera sostenida y responsable.

Desde sus inicios en 1945, uno de los principales propósitos de las Naciones Unidas ha sido «crear las condiciones de estabilidad y bienestar necesarias para las relaciones pacíficas y amistosas entre las naciones, basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos», como se recoge en el artículo 55 de la Carta fundacional.

Según ese mismo artículo y para crear tales condiciones, la Organización promoverá: niveles de vida más elevados, trabajo permanente para todos, y condiciones de progreso y desarrollo económico y social.

Sin embargo, el concepto de desarrollo ha cambiado a lo largo de los años, ya que no todo el desarrollo vale, especialmente, no aquel que se consigue a costa de la ausencia de la paz universal, el mantenimiento de la tiranía de la pobreza o la degradación del planeta por el agotamiento de sus recursos y su contaminación. Ya que, de continuar así, la Tierra será inhabitable para las futuras generaciones.

Teniendo estas ideas en mente y siguiendo la estela de los Objetivos del Milenio, en el año 2000, los líderes mundiales aprobaron en 2015 la llamada Agenda 2030, que marca los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El Desarrollo Sostenible no significa, pues, un bienestar basado en el mero consumo de bienes, sino que implica un bienestar del individuo y de la sociedad en el sentido amplio de la palabra.

Como señala el texto de la resolución de la Agenda 2030, el desarrollo sostenible tiene tres dimensiones: la económica, la social y la ambiental. Por ese motivo, los Objetivos incluyen desde la igualdad de género y la educación hasta la salud, el cambio climático y la prevención de los daños que pueden ocasionar los desastres naturales.

Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, hay que poner fin a la MGF y asegurarse que no queda nadie atrás.

Dentro del complejo sistema de las Naciones Unidas, dos entidades destacan en el liderazgo del desarrollo. El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales y el Programa para el Desarrollo.

Este último elabora todos los años el llamado Índice de Desarrollo Humano, una clasificación que mide el grado de desarrollo de cada país y región teniendo en cuenta distintos indicadores, un verdadero campeonato mundial que todos los países deberían jugar con el máximo entusiasmo y pundonor, y sentirse orgullosos de ganar.

Pero DESA y el PNUD son los únicos que tienen a su cuidado el desarrollo porque, tal y como hemos descrito, este debe abordarse de forma transversal.

Por este motivo, el desarrollo no es cosa sólo de Gobiernos, agencias especializadas y organizaciones no gubernamentales. El desarrollo sostenible es la suma de todas las decisiones, las colectivas y las individuales, y todos podemos hacer algo por él, hasta los más perezosos, si ponemos un poco de humor.

Así que nos despedimos con esta Guía para vagos para que empecéis a contribuir a la Agenda 2030, con el menor esfuerzo posible.

Y para que todos, los más activos y los vagos más recalcitrantes, podamos medir nuestros progresos, también recomendamos descargarse está aplicación de los ODS en Acción

Fuente: blogs.un.org