Guía de una Economía Circular

Esta nueva tendencia que de a poco se va expandiendo a diferentes países a través de distintas iniciativas podría ser acogida de modo especialmente fructífero por un país sudamericano: Uruguay.

Por Virginia Recagno

A muchos les suena a algo reciclado, pero el concepto abarca mucho más. La economía circular se concibe como un cambio de paradigma en la producción, que va de la mano de la irrupción de la nueva revolución industrial –la llamada Industria 4.0– con una oferta con mayor conocimiento de la demanda y una economía viabilizada mediante servicios más que de productos, que tiene como premisa clave el cuidado del medioambiente.

Hoy y mañana, autoridades nacionales de los sectores de la economía, el medioambiente, agropecuarios, de industria y de desarrollo social, representantes de organismos internacionales y gobiernos extranjeros compartirán sus visiones sobre esta modalidad –que se introdujo de forma abrupta en la realidad mediante nuevas aplicaciones como Uber y Airbnb entre otras– en el primer Foro de Economía Circular de Latinoamérica, que se llevará a cabo en Montevideo en el auditorio del Latu.

La idea surgió mediante BioValor, un proyecto de revalorización de los desechos agroindustriales impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) en conjunto con tres ministerios a nivel nacional: el de Industria, Energía y Minería, Ganadería, Agricultura y Pesca y Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.

El representante de la ONUDI para Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay, Manuel Albaladejo, explicó a la diaria que debido a que “gran parte” del proyecto gira en torno a la economía circular y dadas las “características y potencialidades” de Uruguay, “el comité del programa pensó en expandir los horizontes y hacer un evento que fuera mucho más allá, procurando traer una temática muy actual, vigente y moderna a Uruguay”.

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Al explicar el concepto de economía circular, Albaladejo sostiene que “implica una manera de producir y consumir diferente a los sistemas de producción lineales que actualmente predominan en la economía global, que han demostrado ser limitados en el uso de sus recursos y tener consecuencias ambientales y sociales negativas. Este nuevo modelo, en cambio, intenta generar la revalorización de las actividades económicas a través de bucles circulares, como la remanufactura, el mantenimiento, la reparación y la reutilización”.

La circularidad se concibe como una forma de abordar dos grandes megatendencias que nos interpelan como sociedad en la actualidad: la limitación de los recursos existentes y el avance tecnológico. En este sentido, el foro se propone tres objetivos: “Por un lado, acercarnos a los hacedores de política pública en Uruguay para hacerles ver la importancia de este tema. A nivel del sector privado, presentar prácticas para que el empresariado pueda ver los beneficios de los sistemas circulares. Y por último, a nivel académico, lo que queremos es que se empiece a estudiar mucho más el tema en universidades y colegios, para que las prácticas sostenibles empiecen a concebirse desde el sistema educativo”, explicó el representante de la ONUDI.

Algunos de los ejemplos a nivel internacional de implantación de economía circular son Dinamarca y Finlandia, dos países –según Albaladejo– “en algún modo parecidos” a Uruguay. “Dinamarca, de tamaño similar a Uruguay, ha conseguido, por medio de una agricultura muy intensiva y una revalorización agroindustrial, conseguir alimentar a muchísima gente; y Finlandia, que lo que intenta hacer es la revalorización de sectores tradicionales de la economía, como el forestal y el agroindustrial [sectores presentes en la economía local], ha creado una hoja de ruta para alcanzar este modelo total y absolutamente en 2025”, sostuvo a modo de comparación.

“Muchas veces el discurso de que es un país chiquito juega a favor, porque las reformas que se puedan adoptar pueden llegar a tener un impacto inmediato. Un país que ha sido capaz de cambiar la matriz energética en sólo diez años puede hacer exactamente lo mismo con la matriz productiva”, opinó sobre las posibilidades de Uruguay.

¿El camino? Para Albaladejo sería “a través de cambios en la normativa, en la aprobaciones de leyes de residuos y más, pero también de otros más sustanciales con respecto a hábitos del consumidor, porque la circularidad no es sólo responsabilidad del Estado y las empresas, sino de la sociedad civil. Hay una parte que es más educativa y cultural, que tiene que enfocarse desde un principio; después está lo normativo, que es complementario, y ahí sí, es entre el Estado y las empresas”. Esto último en particular se puede abordar desde “normas necesarias para que la ciudadanía y el empresariado empiecen a tomar conciencia de la importancia del reciclaje, de la reutilización, del mantenimiento y de la reparación, incentivos –incluso fiscales– a empresas vinculadas a la economía circular, y también a través del ejemplo; que el Estado fomente un consumo sostenible con sus compras públicas”, explicó.

“La cuarta revolución industrial, que abarca la internet de las cosas, la digitalización, la robotización, la computación en la nube, el big data, atraviesan a la economía circular de manera inmediata”, afirmó. Las nuevas plataformas empresariales vinculadas a la “economía del compartir” están replanteando el concepto de propiedad, fundamentalmente en las nuevas generaciones.

El foro dará espacio para la presentación y discusión de lo que implica pensar el desarrollo de forma circular, así como las oportunidades y desafíos que conllevan estos modelos.

Fuente: ladiaria.com.uy 

Foto: liveandinvestoverseas

 

Jesuitas Acústico

Los Jesuitas que participaron de la iniciativa de Jesuitas Acústico compartieron los resultados obtenidos agradeciendo por la generosa colaboración de la gente.

El pasado 2 de septiembre se realizó la entrega oficial de resultados de la Campaña de Jesuitas Acústico a Migrantes de Bojay, cuyo símbolo más importante ha sido la entrega del CD Compañeros: Jesuitas Acústico.

Al finalizar el Concierto ‘Oración por los Migrantes‘ del P. Jorge Ochoa S.j. en la catedral de Tula de Allende, se llevó a cabo la entrega representativa donde nos acompañaron: Mons. Juan Pedro Juárez Meléndez, obispo de la diócesis de Tula, Robert Stark S.S.S. Jesuita, Advisor-Regional Coordinator; así como los encargados de la operación en la Casa del migrante El Samaritano en Bojay; Servicio Jesuita a Migrantes, México, integrantes del Voluntariado Jesuita México y las hermanas de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, así como sacerdotes y feligreses de la diócesis.

Cabe recalcar que durante la campaña se obtuvo un total de ingresos de $100,527.50, de los cuales se destinaron $29,000.00 para la producción del disco Jesuitas Acústico ‘Compañeros’ y $13,108.00 pesos para la edición de 1000 copias del mismo que será vendido a favor de migrantes de Bojay, por comisiones de paypal se descontaron $2,707.37 y por costos de administración y operación de la campaña por parte de Fundación Loyola $5,026.38; donando así el total de $50,685.75 pesos para el albergue de Bojay, siendo esta la primera etapa de la donación, ya que todo lo recaudado de las ventas de los discos, se otorgará al mismo albergue.

Fuente (Texto y Foto) Facebook

 

“Madre Catalina Se Involucró con su Tiempo y con su Fe Aportando Ideas Superadoras”

Entrevista a la Hna Silvia Somaré, Esclava del Corazón de Jesús, para el periódico La Voz del Interior en el que cuenta detalles de la vida y el carisma de Madre Catalina de María, fundadora de la Congregación que será beatificada en noviembre próximo.

¿Cuál es el mensaje para los cordobeses y para los argentinos de este tiempo de la beatificación de una mujer que vivió dos siglos atrás?

La beatificación de Catalina, si bien es un reconocimiento de la Iglesia hacia la vida de bien que llevó esta mujer, no es un trofeo o un signo de superioridad. Es la figura de una persona que se pone como modelo por imitar, lo mismo que hace, por ejemplo, la historia con los próceres. En la Iglesia, además de ejemplo, se la considera mediadora ante Dios.

Pero me imagino que también hay un mensaje “laico”, que va más allá de lo eclesial, porque se trata de una mujer especial, por el tiempo en el que le tocó vivir…

La época en que vivió Catalina, pleno siglo XIX, fue el tiempo en el que se diseñaba la patria naciente, se buscaban caminos por dónde construir la mejor Córdoba y la mejor Argentina. Había disensos, puntos de vista y luchas fratricidas por esas diferentes ideas políticas que apuntaban al ideal de República. Unitarios contra federales, rosistas contra antirrosistas, el interior versus Buenos Aires. Esas ideas políticas tenían también expresiones en la sociedad, en la economía, en la cultura. Sumados a los paradigmas del silencio y de la educación rudimentaria de la mujer, además del protagonismo acotado a unas pocas con relación a los varones que lideraban en todo sentido.

Hoy seguimos con disensos…

Con disensos y paradigmas. El gran mensaje de esta beatificación para la sociedad es rescatar figuras como Catalina de María, quien, buscando dejar el mundo mejor de lo que lo encontró, hizo visible lo que incomodaba y entregó su propia vida detrás de su ideal. Fue una mujer que dio voz a otras y que golpeó puertas sin temer a los portazos, sin usar una actitud de competencia con el varón, sino de complemento. Se involucró con su tiempo y con su fe aportando ideas superadoras, generando encuentros y tendiendo puentes.

Perdón, pero ¿está segura de que fue así? No era fácil para una mujer, en ese tiempo, ser tan rebelde.

Más que de rebeldías de la Madre Catalina me gusta hablar de transgresiones, de visiones amplias y atemporales. Y antes de describirlas, es importante aclarar el porqué y el por quién de estas “rebeldías”. No lo hizo por el nombre de una calle o un monumento, por su propio ego o para demostrar su poder. Lo hizo tras de su ideal que era servir a Dios y, en Él, al prójimo más herido. De ese modo la rebeldía cobra otro color y es la que perdura en el tiempo, y es permeable a todos. También para comprenderla hay que considerar el rol puertas adentro que jugaba la mujer sin tener acceso a la educación formal, como así tampoco al diálogo con autoridades o a opinar en público.

¿Era una monja “atrevida”?

No. Pero sí podemos decir que Catalina cometió muchas acciones llevada por lo que sería un “más vale pedir perdón que pedir permiso”. Como que se lanzó conscientemente, no de un modo atropellado, pero saliéndose del molde.

¿En qué acciones, por ejemplo?

Le cuento algunas: en un momento de su matrimonio, su esposo, que era antirrosista, junto con otros militares, fue acusado injustamente de liderar una revuelta, y fue llevado preso. Catalina, junto con otras esposas preocupadas, le escribió una carta al gobernador Fragueiro para pedir la liberación de los maridos “en nombre de la humanidad y la civilización”. Años después, ya viuda, con el deseo de fundar la Congregación religiosa, dijo que encontraba obstáculos por su salud precaria y por su “estado de viudez”, es decir, que le ponían dificultades para el voto de castidad por no ser virgen. Y ella misma señala que lo que interesa es la virtud y los méritos.

“La tenía clara” dirían hoy los chicos…

Era una mujer decidida. Ante la dificultad para concretar la fundación de la Congregación, su director espiritual le dijo que intentara entrar en un convento de clausura. Hay que recordar que esto ocurría en una época patriarcal y clericalista, en la que la opinión del confesor era prácticamente la “voluntad de Dios”. Catalina rechazó la propuesta con el argumento de que no tenía espíritu para esos conventos…

Y así nacieron “las Esclavas”…

La fundación de las hermanas Esclavas se da en una época en la que, en nuestro país y alrededores, la vida religiosa femenina era puertas adentro. Y Catalina plantea una congregación apostólica, en la calle, y así surge la primera congregación de este tipo en el país. Quizás la más resonante de las “rebeldías” es su idea fundacional: formar “una comunidad de Señoras al servicio de las Mujeres”, para enseñarles, protegerlas porque le daban pena los peligros en que estaban. Nada especial si lo leemos literalmente, pero particularísimo cuando se advierte que cuando Catalina decía “mujeres”, se refería a las mulatas, a las prostitutas, a las esclavas, a las sirvientas… Todas las que en esa época eran consideradas lo menos valioso o inexistente de la sociedad. “Señoras” eran las solteras o casadas que por apellido, abolengo, marido o fortuna se destacaban como lo superior del género femenino. Catalina da vuelta el paradigma, ya que hasta entonces las “mujeres” servían a las señoras, y Catalina propone que sea al revés.

Fue laica durante 48 años y tuvo una hija

Catalina fue laica durante 48 años. En ese tiempo se casó con un viudo que ya tenía dos hijos y tuvo una hija que se le murió al nacer. Fue una buena esposa quien, al morir su marido, dijo: ‘Murió el ser que yo más amaba después de Dios’. Crió como propios a sus hijastros quienes desearon siempre estar a su lado después de la muerte del padre. Por eso, Catalina será también la primera beata latinoamericana que fue madre de familia.

Fuente: madrecatalinademaria.com

Diez Claves para Cuidar el Planeta Según Francisco

Fueron propuestas por el Pontífice durante la Jornada de Oración por la Creación:

  • “Nuestra propensión a interrumpir el delicado y equilibrado ecosistema del mundo, nuestro deseo insaciable de manipular y controlar los limitados recursos del planeta y nuestra avidez por el beneficio sin límites que rige en el mercado nos han alienado del objetivo originario de la creación. Ya no respetamos más la naturaleza como don compartido, la miramos como una posesión privada. No nos llevamos bien con la naturaleza para afirmarla, sino que nos adueñamos de ella para afirmar nuestras construcciones” (mensaje para la presente Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación, firmado conjuntamente con Bartolomé I).
  • Las consecuencias de esta visión alternativa del mundo son trágicas y perduran a lo largo del tiempo. El ambiente humano y el natural se están deteriorando a la par, y esta degradación del planeta descarga su peso sobre los pueblos más vulnerables. El impacto del cambio climático azota, ante todo y sobre todo, a aquellos que viven en la pobreza en cada rincón del globo. (mensaje para la presente Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación, firmado conjuntamente con Bartolomé I).
  • “Se producen cientos de millones de toneladas de residuos por año. La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería” (encíclica Laudato si’, 2015).
  • “Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales. Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho” (encíclica Laudato si’, 2015).
  • “La exclusión social, la violencia, el narcotráfico y el consumo creciente de drogas entre los más jóvenes son signos que muestran que el crecimiento de los últimos dos siglos no ha significado un verdadero progreso” (encíclica Laudato si’, 2015).
  • “La tierra del Sur es rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos les está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso” (encíclica Laudato si’, 2015).
  • “Cuando no se reconoce el valor de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacitad, difícilmente podremos escuchar los gritos de la naturaleza” (encíclica Laudato si’, 2015).
  • “Cultivar y custodiar la creación es una indicación de Dios dada no solo al inicio de la historia, sino a cada uno de nosotros. Es parte de su proyecto; quiere decir hacer crecer el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos” (discurso en la audiencia general del 5 de junio de 2013).
  • “Estamos viviendo un momento de crisis; lo vemos en el medio ambiente, pero sobre todo lo vemos en el hombre. La persona humana está en peligro (…). ¡He aquí la urgencia de la ecología humana! Y el peligro es grave porque la causa del problema no es superficial, sino profunda: no es solo una cuestión de economía, sino de ética y de antropología” (discurso en la audiencia general del 5 de junio de 2013).
  • “Hoy urge crear coaliciones, no solo militares o económicas, sino culturales, educativas, filosóficas, religiosas. Coaliciones que pongan de relieve cómo, detrás de muchos conflictos, está en juego con frecuencia el poder de grupos económicos. Coaliciones capaces de defender a las personas de ser utilizadas para fines impropios. Armemos a nuestra gente con la cultura del diálogo y del encuentro” (discurso al recibir el Premio Carlomagno, el 6 de mayo de 2016).

Fuente: Vida Nueva Digital

Repensando el Método Teológico Latinoamericano

Resumen del Encuentro de la Comisión Teológica de la CPAL, realizada en Santo Domingo durante el mes de agosto.

Por Hugo C. Gudiel García – Coordinador de la Comisión Teológica CPAL

En la semana del lunes 14 al viernes 18 de agosto, 16 miembros y un invitado de la Comisión Teológica de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina (CPAL), realizaron su reunión anual en Santo Domingo, República Dominicana. Dos grandes preocupaciones se impusieron en este encuentro:

El método, los problemas y los temas

El tema que la Comisión se propuso trabajar para este año 2017 es: “Repensado el método teológico latinoamericano”. Esto porque efectivamente “el método sí importa en el momento de hacer teología” y este ha de ser orgánico e interdisciplinario (V. Martínez, Ecografía). De hecho, y en esta dirección, la Comisión pretende “que sus miembros se ayuden y se incentiven a hacer teología desde la realidad socio-eclesial latinoamericana, favoreciendo de ese modo la misión de la Compañía de Jesús en ella”.

Las cuestiones de fondo que comenzaron a surgir gradualmente son: ¿qué es el método teológico latinoamericana en este momento histórico? ¿Cuál es el modo propio de hacer teología en América latina que nos revele la marcha de Dios en los pobres y en la praxis histórica? ¿Cuáles son las experiencias fundamentales que aparecen como punto de partida de esa teoría teológica que nos llevan a historizar la teología latinoamericana? ¿Cómo descubrir a Dios en las marchas de la esperanza de algunos pueblos? ¿Cómo hablar de Dios a los que han sido declarados no-personas, invisibles?

Las ponencias y comunicaciones presentadas y discutidas en la reunión fueron unas 9:

  • “El método en teología”, por Pedro Trigo .
  • “Hacer teología desde la investigación participativa. Experiencia con un grupo de Mujeres que vive con VIH”; esta es una investigación elaborada en conjunto y presentada aquí por uno de sus investigadores: Víctor Martínez Morales.
  • “María de Nazaret: modelo de discipulado cristiano (cfr. Lc 1,26-56): narración de fe de una pequenina”, del biblista brasileño Jaldemir Vitório.
  • “La teología latinoamericana y el giro descolonizador”, del dominicano y profesor del Bonó, Pablo Mella, invitado especial para la ocasión.
  • “La estética teológica y la teología de la liberación”, del teólogo ecuatoriano Vicente Chong.
  • “Algunos elementos en torno a una teología de la comunidad, para una sociedad inmunitaria. La aportación del Concilio Vaticano II”, del mexicano Raúl Cervera.
  • “Un Ethos desde la fragilidad”, de Tony Mifsud, radicado en Chile.
  • “A call to evengelism: la misión más allá de la división entre católicos y protestantes”, trabajo elaborado en conjunto por los estadounidenses Daisy Machado y Eduardo Fernández, presentado en la Comisión por este último.

Marcha Verde e inmigración haitiana

Además de esta primera preocupación, hubo dos realidades y experiencias históricas que ubicaron, entroncaron y radicaron nuestro quehacer teológico en Santo Domingo: la realidad social y su dinamismo por un lado, y la inmigración haitiana por el otro.

En la primera realidad se puso de manifiesto la importancia del movimiento social dominicano, la Marcha Verde, presentado por Carlos Pimentel. Se trata de un movimiento de grandes proporciones que ha logrado aglutinar a diversos grupos y sectores de la sociedad civil frente a la corrupción estructural, y la impunidad. La corrupción generalizada “rompe de manera directa con el proyecto de Dios para la humanidad porque hace que las relaciones con las personas y las cosas se transformen en espacios de explotación y muerte, en especial, al entablarse una relación idolatra con el dinero y el poder” (Compañía de Jesús, provincia de las Antillas 2017).

Ha llamado fuertemente la atención, entre otras cosas, la capacidad de los dirigentes de este movimiento social, de administrar la pluralidad y la diversidad de procedencia de los distintos sectores sociales que lo conforman: juventudes, clases medias, empresarios, jerarquía eclesiástica etc.

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El movimiento social la Marcha Verde, expresa la esperanza profunda del pueblo dominicano que anhela la transparencia y la justicia social.

La segunda experiencia que ha marcado nuestro quehacer teológico fue la de la inmigración haitiana a Santo Domingo. Para ello, ha sido expuesta la situación de los centros para acoger a los haitianos, donde tienen asistencia y se les anima a para que conformen sus asociaciones para que ellos mismos puedan defender sus derechos.

En definitiva, en esta semana hemos tenido sendas presentaciones sobre el método teológico latinoamericano con el trasfondo dela Marcha Verde y dela Inmigraciónhaitiana a Santo Domingo.

Agradecemos finalmente la incondicional ayuda, la presencia cercana y la efectividad del escolar jesuita Ariel Tejeda, del teólogo Eugenio Rivas y del filósofo del Bonó, Pablo Mella por la acogida, la delicadeza y las finas atenciones a cada uno dela Comisión durante toda semana de nuestra reunión.

Fuente: CPAL SJ

Una Visión Pastoral del Concilio Vaticano II

Análisis sobre las enseñanzas del Concilio Vaticano II, cuyo nombre e impronta ha resurgido, en gran medida, debido a al accionar del Papa Francisco.

Desde el momento que el Concilio Vaticano II se inauguró, ha sido consistentemente descrito como un concilio pastoral, a veces con tanta insistencia y sin pensar que la expresión se ha convertido en un cliché. La palabra cliché implica que mientras la descripción pudiera expresar una verdad, al mismo tiempo trivializa el concilio y produce bostezos.

¿Dónde está el cliché? ¿Por qué no es correcto designar al Vaticano II como un Concilio Pastoral? En primer lugar yo diría que no hay nada malo con ello. De hecho, quiero reivindicarlo. Pero antes de reivindicarlo, debe ser de-construido. Una vez de-construido, puede ser reconstruido y luego surgir con más fuerza y un significado más profundo.

Aún más, desviaríamos nuestra atención de lo que es absolutamente único de él, como es su carácter pastoral, si no lo comprendemos bien. El Vaticano II fue pastoral en una forma radicalmente nueva cuando se le compara con los Concilios previos. Por ello, antes que podamos usar correctamente la expresión debemos purificarla de su comprensión convencional, reconstruir su sentido y profundidad, y sólo después devolverlo a su legítimo lugar en el mundo con la frente en alto.

Sí, es verdad, el Vaticano II no define una sola doctrina, pero eso no significa que no se haya dado una enseñanza o no haya sido un Concilio doctrinal. El Concilio no definió ninguna doctrina porque adoptó un modo de discurso diferente del usado en los Concilios que produjeron definiciones.

No definir no significa necesariamente que las enseñanzas más importantes del Concilio sean menos vinculantes o menos centrales a la religión. Sus enseñanzas fueron solemnemente aprobadas en lo que fue la reunión más grande y más diversa de prelados hasta el momento en la historia de la Iglesia Católica y luego ratificadas por el Sumo Pontífice, Pablo VI. Debemos recordar, además, que las Constituciones sobre ¨la Iglesia en el mundo¨ y ¨la Divina Revelación¨ son específicamente designadas como ¨Constituciones Dogmáticas¨. Si vemos el número y la importancia de las enseñanzas del Vaticano II, el Concilio no fue uno ligero, sino todo lo contrario.

Aquí tenemos algunas de sus enseñanzas. Las enumero sin ningún orden en particular, pero sin duda en el tope está la enseñanza del Concilio de que lo que Dios nos ha revelado en Jesucristo no es un juego de proposiciones sino su propia persona.

Esto otorga gran relevancia a otra de las enseñanzas del Concilio, repetida una y otra vez desde que apareció en ¨La Constitución Dogmática sobre la Iglesia¨: de que el propósito de la Iglesia es promover la santidad de sus miembros. Ningún Concilio anterior se molestó en decirnos eso. La santidad se convirtió en el tema central de las enseñanzas del Concilio, apareciendo una y otra vez en documentos posteriores. Ésta no es una enseñanza trivial.

La Constitución de la Iglesia también nos enseñó que la Iglesia está constituida por las personas, por lo que el término ¨Pueblo de Dios¨ es una expresión válida, crucialmente importante, e incluso tradicional de la realidad de la Iglesia. Ya que el Pueblo de Dios está en todas partes de la faz de la tierra, el Concilio nos enseñó que la Iglesia está en las casas, en cada cultura y necesita encarnarse en cada una de ellas. Debido a que el Concilio también nos enseñó que la sagrada liturgia es un acto de toda la comunidad en el culto y, es por lo tanto, esencialmente una acción participativa, la liturgia tiene que integrar símbolos y costumbres de cada cultura.

El Vaticano II nos enseñó que

  • mientras la Iglesia tiene la gran responsabilidad de proclamar el Evangelio al mundo, también tiene la responsabilidad de vivirlo para el beneficio del mundo como tal, o ejercerlo sobre sí para el beneficio del llamado orden temporal. En fin, para preocuparse de la justicia social, de la atrocidad de la guerra moderna, de las bendiciones de paz y del avance de cada aspecto de la cultura humana.
  • que a los Católicos nos corresponde trabajar con los demás, incluso con los no creyentes, para promover dichos objetivos.
  • que no hay que ir por una calle de un solo sentido, sino que así como la Iglesia beneficia al mundo, el mundo beneficia a la Iglesia. La Iglesia debe por lo tanto escuchar al mundo y aprender de él. Esta es una enseñanza notable y completamente sin precedentes.
  • que la Iglesia tiene la misión más y más difícil de buscar la reconciliación incluso con otras religiones, una misión desesperadamente necesaria en el mundo actual.
  • que a pesar de que la proclamación es la forma privilegiada del discurso cristiano, el diálogo es también una forma legítima y, en algunos, casos la más apropiada.

En el orden temporal, el Concilio nos enseñó la dignidad y la grandeza de la libertad política.

el derecho de las personas de seguir sus conciencias en la elección de la religión y, en general, nos habló sobre la dignidad de la conciencia, porque ella es ¨el núcleo más secreto y el santuario del ser humano, donde se está solo con Dios, cuya voz hace eco en sus profundidades¨ (“La Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo”, No. 16).

Que la Gracia y el Espíritu Santo son operativos fuera de los confines visibles de la Iglesia Católica y que la salvación es, por lo tanto, posible fuera de estos confines visibles.

enseñó que ¨los gozos y esperanzas, las tristezas y angustias de las personas de nuestro tiempo, especialmente la de los pobres y afligidos, son los gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo también¨ (No. 1).

Estas y otras enseñanzas del Concilio no son triviales. Si las entendemos en este sentido, se convierten en verdades pastorales y enseñanzas pastorales.

“Enseñanzas pastorales”

Cuando el Cardenal Alfredo Ottaviani presentó el borrador del documento “Sobre las Fuentes de la Revelación” durante el primer año del Concilio, el habló sólo cinco minutos. Pero no lo hizo para presentar un texto a la consideración general, sino para defenderlo, incluso antes de que la discusión comenzara. El dijo: “ustedes han escuchado muchas personas hablar sobre la falta de un tono pastoral en este documento. Bueno, yo digo que la primera y más importante tarea pastoral es la de suministrar la doctrina correcta…. Enseñar correctamente es lo que es fundamental para ser pastoral”.

Yo no podría estar más de acuerdo con esto, lo que nos trae al presente. Está claro que la base del Papa Francisco para las iniciativas de su Pontificado ha sido, desde el primer instante, las enseñanzas del Vaticano II. Él nos ha estado enseñando de palabra y obra. Sus propuestas han sido descritas, tanto por sus amigos como por sus enemigos, como pastorales, o especialmente por estos últimos, como ¨sólo pastorales¨. Aquí regresa el cliché, pero en su forma no reconstruida, peyorativa. Preguntémonos, entonces, lo siguiente. Cuando a mediados de abril de este año, Francisco trajo de vuelta con él al Vaticano a 12 refugiados musulmanes desde la Isla de Lesbos, ¿estaba solo realizando un acto compasivo, con la esperanza de que otros, especialmente los gobiernos, se inspiraran e hicieran lo mismo? ¿o no estaba él también proclamando a través de una buena acción más poderosa que las palabras de cualquier encíclica, una doctrina central del mensaje cristiano, una doctrina sobre cuya observancia San Mateo nos dice en el Capítulo 25 que depende nuestra misma salvación?: ¨yo era forastero, y tu me recibiste¨.

Fuente: Teología Hoy

¿Somos Más Transparentes en Internet?

¿Cuánta sinceridad hay en lo que mostramos de nosotros en las redes?

Por José Fernando Juan

La juventud de internet y su fuerte impacto nos obliga a plantearnos cuestiones continuamente. Ver esto es salir de la caverna, en cierto modo. Quizá todavía con las categorías y aproximaciones “de antes” de la revolución digital, pero no disponemos de muchas más. De ahí que las comparaciones, odiosas por otro lado, nos sirvan como claro referente. Una de estas preguntas que no dejan de aparecer es si somos más transparentes en internet o si, por el contrario, es sólo una fachada que nos parapeta y defiende, al tiempo que nos oculta. La pregunta está hecha.

En primer lugar, como en todo lo humano, habrá situaciones de lo más diversas. No se trata aquí de analizar casos concretos. Y no tengo por qué dudar de las buenas intenciones de la mayor parte de los usuarios de redes sociales. Con todo, algunas reflexiones al respecto, que sin intentar zanjar la cuestión dejen abiertas las puertas a la reflexión personal y social sobre este fenómeno.

Cuando hablamos de transparencia nos referimos a la sinceridad, la autenticidad y la verdad de una persona que se muestra. Tarea, de por sí, difícil y compleja con internet o sin él. Pues supone una persona que, conociéndose a sí misma, de algún modo se revela. Pero también hace alusión a una cierta espontaneidad, sin filtros ni convencionalismos sociales, que da rienda suelta a sus pensamientos, opiniones e interpretaciones de lo humano y lo divino. De nuevo, un matiz: confundir lo bueno o la libertad personal con un ejercicio asentado en pasiones desenfrenadas, sentimientos y emociones primarias, quizá nos despiste de lo genuinamente humano. Hablar sin considerar la propia responsabilidad, sin atender al otro con el que se dialoga tampoco parece que sea lo más razonable y, en el fondo, nos aleja de algún modo de nosotros mismos en tanto que personas.

Otro aspecto, indiscutiblemente crucial en este asunto, es si internet es capaz de contener a una persona en su conjunto, o si se produce una pérdida de algo fundamentalmente humano al acceder a la red. Porque algo tan básico como la corporalidad y el rostro, de momento no tienen cabida. Se espiritualiza, dicen algunos, como queriendo mostrar que se puede vivir humanamente sin cuerpo, que en definitiva es aquello que nos sitúa en el mundo y nos posibilita el encuentro, el reconocimiento. A mi entender, un avatar, una imagen e incluso un vídeo en directo, no son lo mismo. Hay un cierto mostrarse en internet que en definitiva no puede ser auténtico.

El lugar en el que una persona se revela como es, muestra su ser, es la acción. Mientras que internet sigue siendo a día de hoy un entorno de discurso, de comunicación. Si bien, ciertamente internet es una cierta acción constante de la persona, en esta se puede percibir un interés controlado y dirigido más a la apariencia que a la realidad. De ahí gran parte de las críticas globales que se hacen a este entorno, y del que nadie parece quedar ni libre ni al margen. Poner un pie aquí es exponerse, y no puede ser de otro modo. Más aún cuando, por ejemplo en un vídeo, se intenta hacer una propuesta de diálogo más que de monólogo. Inter-acción sigue siendo, a mi modo de ver, la esencia de la red que se renueva diariamente. Y los algoritmos están diseñados para esto, para que pierda interés y visualización aquello o aquel con quien no hay interacción alguna. El vínculo digital propiamente se ejecuta en la reacción, no tanto se acentúa en la acción primera.

¿Vivimos silenciados e internet nos ofrece espacios para hablar con claridad? Parece que sí, y que muchos lo usan. Pero conscientes, en cierto modo, de que todo repercute en su propia vida e identidad, y que ésta no es separable en digital y analógico, también surgen formas anónimas, que son estrictamente lo más contrario a la transparencia de la que estamos hablando. El anonimato es el deseo explícito de no mostrarse y ocultarse en cuanto a persona. Sin lugar a dudas, las redes sociales generan un tráfico ingente de opiniones, ideas e ideologías, en las que la palabra es más visible que la persona. Y puesta la palabra en medio, desprendida de quien la dice y de su contexto, muchas veces se hace ésta oscura por sí misma, creando mayor confusión que claridad.

El control de nuestra imagen e identidad, ligado a las relaciones. Por un lado, observamos los peligros y malos usos de internet, siendo muy conscientes del daño que pueden causar sobre las personas. Tanto en su reputación, como en los estigmas. Aunque es probable que no hayamos atendido a todos los problemas sociales e ideológicos que están generando, no ya sin más entre los más jóvenes. Por otro lado, se impone el control férreo de aquello que enseñamos y dejamos ver de nosotros mismos, y de nuestras preocupaciones y ocupaciones. No por prudencia, sino porque parece revalorizar en muchos casos lo que somos. Una buena imagen digital, sustentada en opiniones de otros, da un valor añadido, por ejemplo, a nuestro curriculum y trabajo. Mucho más importante que un buen traje de presentación. Simplemente por el hecho de que aquello que se comparte sea mejor acogido por un gran grupo, y dando por supuesto que el número criba y selecciona aquello de mejor calidad. Por tanto, sabiendo esto, también la identidad generada no es en verdad real sino más bien destinada a impresionar en otros. Es como una intención extrínseca, que hace desaparecer igualmente la relación entre dos personas “reales” y los sitúa mirando espejismos.

Por último, darle la vuelta a la pregunta. ¿Transparente es, sin más, mostrarse uno mismo o deberíamos relacionarlo, muy decisivamente, con la actitud que la otra persona, la que ve y escucha, tiene hacia quien decide mostrarse? Lo pregunto porque, en el mejor de los casos, damos por supuesto que alguien que se muestra como es acogido como es. Y mucho me temo que la relación vuelve infinitamente más complejo el asunto, si en algún momento a alguien pareció sencillo. Actúan prejuicios, lo que cada uno es capaz realmente de entender y hacer suyo reflexivamente, y el ánimo de ir hacia el otro dejándose ver, no simplemente espiando imágenes o contenidos, es decir en el diálogo que hace auténtico el encuentro.

Fuente: Entre Paréntesis

 

Interpretaciones del Capítulo VIII de Amoris Laetitia (I)

Una serie de puntos para interpretar el capítulo VIII de la encíclica “Amoris Laetitia”. Esta última ha generado posiciones diversas en diferentes sectores de la Iglesia que se han expresado tanto a favor como en contra.

Víctor Manuel Fernández, arzobispo y rector de la UCA- Después de varios meses de intensa actividad de los sectores que se oponen a las novedades del capítulo octavo de Amoris laetitia -minoritarios pero hiperactivos- o de fuertes intentos para disimularlas, la guerra parece haber llegado a un punto muerto. Ahora conviene detenerse a reconocer qué es concretamente lo que nos deja Francisco como novedad irreversible.

NO HAY OTRAS INTERPRETACIONES

Si lo que interesa es conocer cómo el Papa mismo interpreta lo que él escribió, la respuesta está muy explícita en su comentario a las orientaciones de los Obispos de la Región Buenos Aires. Luego de hablar de la posibilidad de que los divorciados en nueva unión vivan en continencia, ellos dicen que «en otras circunstancias más complejas, y cuando no se pudo obtener una declaración de nulidad, la opción mencionada puede no ser de hecho factible».

A continuación agregan que «no obstante, igualmente es posible un camino de discernimiento. Si se llega a reconocer que, en un caso concreto, hay limitaciones que atenúan la responsabilidad y la culpabilidad (cf. 301-302), particularmente cuando una persona considere que caería en una ulterior falta dañando a los hijos de la nueva unión, Amoris laetitia abre la posibilidad del acceso a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía (cf. notas 336 y 351)».2

Francisco les envió inmediatamente una carta formal diciendo que «el escrito es muy bueno y explicita cabalmente el sentido del capítulo VIII». Pero es importante advertir que agrega: «No hay otras interpretaciones» (carta del 05/09/2016).3 Por lo tanto, es innecesario esperar otra respuesta del Papa.

Podría cuestionarse que el Papa clarifique su interpretación en una carta a un grupo de Obispos. Pero de hecho así ha ocurrido otras veces. Para dar un ejemplo, recordemos un incidente en torno a la interpretación del Concilio Vaticano I. Los Obispos alemanes respondieron al Canciller Bismark, quien sostenía que se había definido un centralismo romano que debilitaba la autoridad episcopal. Con su respuesta, ellos rechazaron esa interpretación del Concilio.

Si el Papa recibió un carisma único en la Iglesia al servicio de la interpretación correcta de la Palabra divina -el carisma dado a Pedro para atar y desatar y para confirmar en la fe a sus hermanos- esto no puede excluir su capacidad para interpretar los documentos que él mismo escribió.

Fuente: Periodista Digital

¿A Cuántas Personas con las que No Estás de Acuerdo Sigues en Twitter?

Idealmente, las redes serían puentes que unirían a personas en un diálogo entre diferentes que enriquecería a todos. En la práctica ¿es esto así?

Por Xabier Riezu

… o también: «¿a cuántas páginas en la que se expresan ideas que no compartes estás suscrito en Facebook?». Este tipo de preguntas apuntan a una de las paradojas más preocupantes de la transformación de la comunicación que ha propiciado internet: lo que estaba llamado a ser un foro global para el encuentro entre diferentes, se ha convertido para muchos en herramienta para una rigurosa personalización de las fuentes de opinión e información, propiciando precisamente lo contrario: falta de diálogo y refuerzo de las ideas preconcebidas.

El vecindario de las redes sociales

En mi anterior post me refería a la expresión «efecto burbuja» que emplea Eli Pariser para referirse a este fenómeno. Pariser pone el acento en los algoritmos que permiten personalizar el comportamiento de buscadores como Google o servicios como Amazon o Netflix, que estarían funcionando a modo de campana envolvente que solo nos ofrece aquello que según nuestro perfil debería interesarnos, impidiendo así que descubramos ideas nuevas. En mi opinión, hay en torno a los algoritmos una literatura paranoica, que ve en ellos una forma de controlar nuestras mentes ―pasando por nuestros bolsillos― hasta llegar a controlar el mundo. Pero no necesitamos caer en esas visiones apocalípticas para comprender que se está produciendo un efecto burbuja, pero que este efecto no se debe a los algoritmos de internet, sino al uso que hacemos de las redes sociales.

Hilary Putnam en su conocido libro Bowling Alone (Solo en la bolera) identificaba dos tipos de capital social: el capital social vinculante y el capital social puente. El capital social vinculante lo conforman nuestras relaciones con personas de nuestro mismo grupo de pertenencia y contexto, mientras que el capital social puente es fruto de las relaciones entre diferentes. Pues bien: internet estaba llamado a ser una inmensa fuente de capital social puente ―el entusiasta Tom Friedman auguraba que internet iba a «convertirnos a todos en el vecino de al lado»―. El resultado, sin embargo, no está siendo ese: si echas un vistazo al timeline de tu Twitter probablemente descubrirás que se parece bastante a tu «vecindario» real.

Postverdad y populismo

Este fenómeno no sería grave si las redes sociales fueran solo una manera de estar en contacto con familiares, amigos o personas que nos interesan. Pero son mucho más. Según una reciente encuesta de Reuters en 26 países, un 51% de la población emplea las redes sociales como fuente de noticias, y entre los jóvenes es un 30% el que las utiliza como su principal fuente de información. Cada vez nos informamos más a través de las redes sociales y, además, por un mecanismo psicológico natural, confiamos más en aquello que nuestros amigos comparten con nosotros, por lo que somos menos críticos con gran parte de esa información. Las consecuencias se están dejando notar en forma de expansión de noticias falsas y una polarización del debate público.

La democracia funciona si existe encuentro y diálogo constructivo entre diferentes. Pero para ello necesitamos acceder a ideas diferentes y hacerlo además desde las perspectivas de quienes sostienen esas ideas. Abrir el abanico de las personas a las que seguimos en las redes sociales puede convertirse, cada vez más, en una necesaria virtud cívica.

Fuente: Entre Paréntesis

¿Lo Publico, Luego Existe?

Para reflexionar sobre el impulso-necesidad de difundir material visual que exponga, a veces demasiado, a las personas involucradas.

Por José Fernando Juan

Saltan las alarmas. Corre la noticia. Y lo primero que hacemos muchos es buscar directamente en las redes sociales. Una palabra clave y luego a consumir información, casi sin filtros. Mensajes, fotografías e incluso vídeos, en los que no sabemos lo que nos podemos encontrar. Supongo que nadie pretende fotografiar la barbarie con la misma intención que desenfunda el móvil para guardar una puesta de sol, o una flor, o a su propio hijo. Pero es instintivo en la cultura (digital) de la imagen. Tanto capturar el momento, como difundirlo, y por supuesto consumirlo.

¿Dónde está el problema?

Las razones que se dan para no hacer las fotos ni vídeos son diversas. Van desde la falta de sensibilidad y respeto para las víctimas hasta impedir que los asesinos dispongan de información sobre la situación de la policía. Añadir que, siendo tan rápida y tan viral la comunicación en situaciones así, ciertamente pueden llegar a manos de familiares que todavía no saben nada de los suyos antes de comunicaciones oficiales. Por otro lado, hay que recordar el derecho que toda persona tiene a velar por su propia imagen e identidad, en cualquier circunstancia.

Por otro lado, quienes defienden su publicación y difusión, especialmente dentro del periodismo, consideran que es parte de su obligación profesional de informar con detalle y veracidad. De modo que, en una cultura como la nuestra, cada vez más digitalizada, el alcance de la imagen y el vídeo es mucho mayor para su propósito que la mera palabra. No usar filtros ni difuminar partes de la imagen, siempre que no atente a los derechos de las personas, como pueda ser el caso de menores.

En la cultura digital

Este es, a mi entender, un caso más de otros tantos verdaderamente graves en los que se manifiesta un cambio de época, para el que no hemos sido educados y que no deja de transformar la realidad como antes la vivíamos. Por lo tanto son razonables tanto los debates como la diversidad de opiniones.

No será fácil poner límites. Se pueden implementar herramientas digitales que reconozcan elementos y discriminen permisos en las redes sociales para que sean compartidas. Pero con los vídeos en directo el análisis es más complejo. Hoy por hoy, toda persona con un móvil en la mano se convierte en una especie de periodista a pie de calle, allí donde el profesional muchas veces desearía estar para hacer bien su trabajo.

La necesidad de estar informados. Me pregunto por qué ciertas imágenes se convierten en virales, cuando la necesidad de estar informados no contempla estrictamente esta opción. En estos casos se produce un efecto para el que, insisto, no estamos todavía educados. Puedo ver una imagen sin compartirla. O compartir información usando otros elementos.

Respeto a la imagen e identidad de los demás. No suele haber problemas, pero es verdad que consideramos que es nuestro derecho hacer las imágenes que queremos y que entra dentro de la libertad de expresión poder hablar en la red. El problema de este debate sobre la endiosada libertad individual es desprenderla de su pareja la responsabilidad, especialmente con los demás antes que con la información.

Ayudan a tomar conciencia. La barbarie existe. Hasta que no se ve cerca, muy cerca no se cree ni su horror, ni su devastación. Nuestra generación desconoce en propia carne la crueldad de la guerra y el odio extremo, mientras que otras personas en otros lugares del mundo conviven con ello lamentablemente a diario. La guerra, a la generación digital, le es ajena. Pero olvidar que siempre es posible semejante grado de deshumanización y exterminio de la dignidad humana, es también parte del mal. Por desgracia, insisto, hasta que no se palpa, no se cree. En este sentido considero que son estrictamente necesarias, tanto como lamentarse, llorar y sobrecogerse con ellas.

Mirar, no dar la espalda. Educar la sensibilidad, dicho de otro modo, para acoger a quien sufre sintiéndose cercano. ¿Estas imágenes educan? ¿Conducen al odio o nos vuelven más empáticos? ¿Es justificable racional y humanamente mirar para otro lado, no querer ver, no dejar que otros vean lo que sucede? ¿No es una forma también de callar, de no dejarse herir por lo que ciertamente hiere profundamente, de no saber, de no entender la magnitud de lo que está pasando?

Las imágenes también engañan. Argumento pobre sería el contrario. Ante una imagen es necesario igualmente usar el sentido crítico, atrofiado por la avalancha de consumo digital en el que vivimos, y discriminar. Es parte de la responsabilidad del profesional mostrar del mejor modo lo que hay y se puede ver, y no siempre ejercen este deber con finura. Como también es parte de la obligación de quien se informa de hacerlo pensando y reflexionando, y en casos como este además meditando e incluso rezando si tiene fe. Alcanzar una verdad es dejarse impactar por ella. Y no pocas veces duele.

Fuente: Entre Paréntesis