El Cementerio Jesuita más Enigmático del Mundo

La Historia de un cementerio jesuita ‘improvisado’ en las costas de Brasil, que yace ahí como consecuencia del martirio de 40 compañeros que murieron en esas tierras.

Por Tomasz Reczko

Este inusual cementerio es visitado en la actualidad sobre todo por los amantes del buceo. Mientras tanto, hace casi 500 años, 40 jesuitas “bucearon” allí en contra de su voluntad, ahogándose en las profundidades del océano Atlántico, principalmente a causa de no disponer de brazos ni piernas… Sí, la historia de los mártires de Tazacorte es sangrienta y brutal, y al mismo tiempo muy interesante.

Esta historia comienza en el corazón y la mente del beato Padre Ignacio de Azevedo. Este jesuita portugués después de una misión dos años en Brasil – conmovido por la pobreza de allí, tanto material como espiritual – decidió organizar un grupo de clérigos, dispuestos para llevar a cabo allí la actividad evangelizadora. En poco tiempo logró convencer al general de los jesuitas, Francisco de Borja y 69 voluntarios para viajar a la colonia portuguesa y apoyar la misión de la evangelización.

La iniciativa incluso fue bendecida por el Papa Pío V, entregándole al beato Ignacio la imagen de la Virgen de la Basílica de Santa María la Mayor del Vaticano. Después de 5 meses de preparativos, el 5 de julio de 1570, siete barcos y una carabela partieron en dirección a Madeira, a la que llegaron después de una semana de navegación. Y allí terminó la parte agradable del viaje.

Pues bien, en la isla los misioneros oyeron rumores de que en las aguas circundantes merodeaban piratas franceses, que además de la conocida hostilidad hacia los demás participantes en el tráfico marítimo, tenían una aversión particular hacia los católicos, porque eran hugonotes. Una parte importante de la expedición decidió quedarse en Madeira, excepto los 39 jesuitas temerarios y el beato Ignacio, quienes a pesar de todo zarparon en el barco “San Jacobo” (en portugués Santiago) en dirección a la isla de La Palma.

En la isla de la Palma, el Padre Ignacio se encontró con su amigo de la escuela, quien invitó a su casa durante unos días a toda la expedición. Según la leyenda, el beato Ignacio celebró una misa en la capilla local, donde tuvo la visión de su martirio. Al parecer, la revelación le estremeció tanto que dejó huellas de sus dientes en el cáliz litúrgico. ¿Es cierto? No se sabe, aunque a día de hoy se sigue conservando la casulla en la que el beato celebró aquella misa.

El 13 de julio, el equipo decidió navegar al otro lado de la isla hasta el puerto de Santa Cruz. Pero cuando estaban más o menos en la mitad de su camino, se encontraron con los barcos franceses, que estaban bajo el mando del pirata Jacques de Sores. Eran mucho más rápidos que Santiago, por lo que en muy poco tiempo tres piratas saltaron a bordo del barco de los misioneros. Sin embargo, no se pudieron entretener mucho tiempo allí, ya que el equipo de Santiago les superaba en número mandándoles “de viaje” rápidamente a otro mundo. Naturalmente, esto enfurecería al resto de los alborotadores.

El Padre Ignacio decidió sacar de debajo de la cubierta la imagen de la Virgen donada por el Papa, la colocó en el mástil principal y llamó a la tripulación a las oraciones comunes. Si a alguien le parece extraña la decisión pacifista del monje, que piense en el mayor número de piratas frente a jesuitas desarmados y los rápidos barcos de los corsarios – la sentencia de muerte se firmó en un momento en que los hugonotes franceses aparecieron en el horizonte.

Los que tomaron por asalto el barco de Santiago, comenzaron una verdadera masacre. Cortaban las cabezas de los jesuitas que rezaban de rodillas. A algunos de ellos les cortaban las manos y los pies, tirando sus cuerpos en el mar para que se ahogaran en las profundidades del océano sin poder hacer nada.

¿Cómo podemos conocer el relato con tantos detalles? Aunque los piratas mataban con especial crueldad a todos los que llevaba sotana, un jesuita se salvó. Juan Sánchez sobrevivió sólo porque era cocinero y los corsarios justo necesitaban uno. El jesuita se escapó cuando llegaron al puerto más cercano.

Entre otros, gracias a su relato, el 11 de mayo de 1854 el Papa Pío IX beatificó a los 40 mártires de La Palma. En el año 2000, en honor a su memoria, se hundieron allí 40 grandes y pesadas cruces de piedra. Los residentes locales creen que gracias a ellos las aguas del océano, por lo general muy movidas en este lugar, se calmaron. Como si quisiera honrar la memoria de los jesuitas con su silencio.

Tal vez alguien se pregunte por qué los mártires suman 40, cuando uno de ellos logró huir. Fue por el sobrino del capitán del barco, Juan de San Juan, de catorce años de edad y candidato a la Orden, quien fue considerado como uno de los mártires

Fuente: CPAL SJ

 

La Cruz del Cristo de Mailín

La fiesta de Nuestro Señor del Mailín tiene su origen en el monte santiagueño y se celebra todos los años en coincidencia con la Fiesta de la Ascensión del Señor. En los lugares donde se radica, la fiesta suele tener una gran visibilidad, sin embargo la historia de esta devoción no es tan conocida y por ello la compartimos a continuación.

El hallazgo de la cruz

Según las recopilaciones históricas, coinciden las referencias en afirmar que el hallazgo de la Cruz del “Señor Forastero”, como se llamaba históricamente, data del último tercio del siglo XVIII. Según la tradición, y lo confirma un documento histórico de 1882. El hallazgo de la cruz es debido a un anciano con nombre Juan Serrano, capataz de José de la Cruz Herrera, quien fuera propietario de los terrenos de Mailín en aquel entonces. Luego, por herencia, pasan los terrenos a su hijo Zacarías Herrera.

Serrano, un mestizo asediado por la curiosidad de esa cruz, habría afirmado que en noches sucesivas, aparecía una luz muy viva al pie de un árbol, ubicado muy cerca de donde actualmente se levanta el Santuario. Llevado por la curiosidad, junto a otros vecinos, fue al lugar del extraño suceso y se encontró con que aquella luz alumbraba un “Santo Cristo”. Quedando la vivienda de Serrano a alguna distancia del árbol, pretendió con sus compañeros trasladar el Simulacro del Señor a dicha casa, lo que no lograron, porque no les fue dado el poder para mover la cruz del sitio señalado. Serrano y sus compañeros, resolvieron no alejarse mas de este lugar y construir, una pieza reducida que habilitaron como capilla provisoria para rendir culto en ella a la Sagrada Imagen, difundiendo por todas las poblaciones próximas la grata nueva del feliz descubrimiento.

Cuando Zacarías Herrera se entero en Mailín de esta noticia, fue al rancho de Serrano, acompañado por su esposa Eladia Contreras, para verificar lo contado. Zacarías Herrera le dio a Serrano una caja de madera para guardar las limosnas de los peregrinos, que de inmediato empezaron a llegar a la Sagrada Imagen.

Un año después, Zacarías herrera, se encontró con la sorpresa de que “ la caja abierta, que por lo lleno no se podía cerrar y montones de dinero, en el rancho casi imposible de entrar, objetos, dinero, que de todos los lugares, que como reguero de pólvora o magia omnipotente, se expandió la feliz noticia” ( Maria Eladia Ortiz Herrera de Fontanarrosa, Historia y Devoción del Señor de los Milagrosa de Mailín, 1990).-

La Cruz

Según los criterios artísticos la cruz pertenece a la escuela de arte de Quito. La Cruz es de madera dura, de 35 cm. de altura con un transversal de 23 cm, un ancho de 4 cm y 0,5 cm de espesor. El marco pintado de color negro incluye también la parte de atrás de la cruz. Este marco da espacio a la parte elaborada artísticamente al frente de la cruz, cuyas medidas son: 33 cm. de altura (los años de la vida del Señor) y 21 cm. de la parte transversal ( 3 x 7 igual a 21; la cifra 3 y la cifra 7 son cifras simbólicas para la plenitud; 21 son tres veces 7, es decir con Jesucristo a llegado la plenitud de los tiempos ( cf. Gal. 4,4)). El original se venera hasta el día de hoy en el Santuario de Mailín.

Fuente: Historias de Mi Tierra

XXXIII ASAMBLEA DE LA CPAL

Los Provinciales jesuitas se reunieron en Ecuador del 9 al 12 de mayo. En la siguiente nota cuentan en primera persona en qué consistió el encuentro.

Queridos compañeros y compañeras del Cuerpo Apostólico:

Desde el martes 9 al viernes 12 mayo de 2017, los provinciales de América Latina nos reunimos en la casa de retiros San Luis Checa – Ecuador, en la XXXIII Asamblea de la CPAL. Esta vez nos acompañaron Gabriel Ignacio Rodríguez y Claudio Paul, asistentes del padre general para América Latina, Rafael Moreno, asistente Paul Martin, superior regional de Guyana, François Kawas, representante de Haití e Inacio Luis Rhoden, superior de la plataforma de la amazonia de Brasil. Por Colombia asistió Víctor Martínez, viceprovincial, quien tomó el lugar del Carlos Eduardo Correa quien se recupera de una cirugía cardíaca y a quien tuvimos presente todo el encuentro. Queremos acercarnos a todos ustedes compartiendo la memoria de los días vividos en fraternidad y alegría, en medio de nuestras preocupaciones y esperanzas en la misión encomendada.

Resaltamos del día martes el trabajo realizado sobre los resultados de “imPACtando”, del cual agradecemos mucho la labor realizada por todos los participantes de esta experiencia y muy especialmente del equipo ejecutivo de la CPAL, que se dedicó a sintetizar y organizar los resultados de todo el trabajo llevado adelante. Valoramos positivamente el modo en que el equipo ejecutivo realizó la síntesis del trabajo de “imPACtando” y la presentación para su estudio. Nos centramos en los elementos sugeridos para las prioridades, y de esto un punto importante es la atención que debemos prestar al cómo hacemos lo que hacemos o queremos hacer, la revisión de nuestros estilos de vida y el llamado a la conversión que la misión nos hace. De esta manera, en sintonía con la Congregación General XXXVI, revisar el cómo, o el modo de proceder es un llamado fundamental para asumir las exigencias de la misión.

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El día miércoles centramos nuestras deliberaciones en torno a la propuesta de reorganización del Equipo Ejecutivo de la CPAL, orientados por: la reflexión en torno a la pertinencia o no de la organización por sectores, de cara a responder a las necesidades de nuestra misión hoy; la optimización de los recursos y el trabajo en red como clave del modo de asumir la misión. De estas reflexiones se aprobó la propuesta de reducir el número de delegados y sus funciones, quedando organizados de la siguiente manera: Álvaro Dávalos, delegado de recursos y secretario; Rafael Moreno, delegado para la misión ad extra y Herman Rodríguez Osorio, delegado para el cuidado del Cuerpo Apostólico. También tuvimos la oportunidad de compartir por asistencia nuestra misión como provinciales, nuestras experiencias y sentir interno, lo cual nos unió en ánimos y nos brindó solidaridad en nuestros servicios como superiores mayores.

La deliberación intensa y enriquecedora sobre la reforma de los estatutos de la CPAL marcó la pauta del día jueves. Constatamos que el cambio dinámico de la realidad nos pone en sintonía con la Compañía universal en sus planteamientos sobre la renovación de las estructuras de gobierno. Un aspecto importante de esta deliberación fue el celo expresado en el conjunto de opiniones en torno a poder ofrecer lo mejor para el proceso formativo de nuestros estudiantes, de manera que los mismos puedan contar con el apoyo necesario para su crecimiento tanto en el desarrollo personal como para la incorporación a la Compañía de Jesús. Durante este día también se presentó la oportunidad de compartir inquietudes particulares de parte de los provinciales y se escucharon orientaciones en torno a las mismas.

Para abordar la revisión de los cuadernos de los CIFs, el día viernes nos acompañaron Edison de Lima, Fernando Polanco, Humberto José Sánchez, rectores de los mismos en Brasil, Chile y Colombia respectivamente, junto a Juan Miguel Zaldúa, delegado de formación de la CPAL. Se presentaron las consideraciones pertinentes en torno a las actualizaciones necesarias y una vez más, el diálogo franco, la reflexión conjunta, el discernimiento común y la escucha atenta se hicieron presentes, sin dejar de lado las diferencias naturales de la diversidad de opiniones y de consideraciones. Luego, abordamos el informe económico del año 2016 y se aprobó el presupuesto para el año 2017. Finalizamos con un diálogo abierto con los asistentes del padre general para las dos asistencias de América Latina y algunas informaciones varias.

Cabe destacar que las oraciones y celebraciones de la Cena del Señor diarias nos ayudaron a vivir comunitariamente todo el proceso de la Asamblea, buscando siempre la voluntad del Señor. También tuvimos presente la preocupante situación venezolana, la cual fue compartida por el provincial de Venezuela en diversos ambientes de escucha y oración.

Agradecemos de corazón a la provincia ecuatoriana, al provincial Gustavo Calderón, al socio Francisco Echeverría, a todo el equipo de la curia y de la casa San José, y a todos los que nos recibieron con generosa hospitalidad y nos brindaron su esmerada atención, Dios les retribuya con muchas bendiciones.

Pedimos a la virgen de Fátima que nos ponga al lado de su Hijo para en todo amar y servir.

Fuente: CPAL SJ

Jesweb: Comunicación, Creatividad y Colaboración

Del 8 al 11 de mayo se realizó en la República de Malta la Reunión Anual de los webmaster de Europa (Jesweb).

La primera tarea del Jesweb 2017 consistió en escuchar la evaluación del proceso de comunicación de la Congregación General 36, presentado por Robert Balleser, SJ, integrante del equipo de comunicación de la Congregación. Después de la presentación se realizó un conversatorio que permitió profundizar aspectos previos a la Congregación, el contexto generado por un Papa Jesuita y los detalles del trabajo de generar y distribuir los contenidos. Fue subrayada la inesperada receptividad de toda la Compañía Universal que valoró positivamente el poder acompañar en línea la CG36, asimismo se identificaron algunas debilidades como la traducción a otros idiomas.

En el segundo día de la reunión, fue dado un paso más en el reforzamiento de los caminos de colaboración, al reunir promotores vocacionales, laicos y laicas y jesuitas que trabajan en el servicio de comunicación en las provincias, asistencias y conferencias participantes. Diálogo, intercambio de experiencias y oración en común marcaron un tiempo de calidad que conduce a “no hacer más, si no a mejorar las cosas que hacemos”; así sintetizó sus conclusiones uno de los grupos que reflexionó sobre la necesidad trabajar con buenas estrategias y con los mejores medios posibles.

Recuperar y Reflexionar sobre la experiencia de otros

Lo central en el tercer día fue conocer la experiencia del Jesuita norteamericano Robert Balleser titulada “Mi experiencia como Jesuita en línea”. Esta presentación exploró aspectos diversos del mundo contemporáneo como el hecho de que los jóvenes se relacionan utilizando las tecnologías. Llegar hasta ellos supone para Balleser compartir la pasión por las tecnologías, ofreciendo contenidos relevantes. Insistió en que es posible cometer errores cuando se quiere comunicar sin respectar las formas profesionales de hacerlo. Subrayó la compleja relación existente entre las habilidades profesionales de comunicación, las tecnologías, su formación como ingeniero y su identidad jesuita explícita. Otro punto de reflexión fue sobre el “Ministerio de Internet” El no llevó a internet un ministerio que ya tenía, si no que el discernimiento lo ha conducido a adoptar el interne como espacio para el diálogo con las nuevas generaciones desde el manejo apropiado de la comunicación y teniendo como contenidos centrales asuntos de interés para todos. En esto momento es parte importante del proyecto www.twit.tv

En la segunda parte del día realizamos la excursión hacia la ciudad de Valeta con recorridos por la bahía, la visita al museo Caravaggio y a las catacumbas de cristianos del siglo V, lugares por donde transitó el Apóstol San Pablo. Igualmente, celebramos la eucaristía en la Catedral de San Juan.

Adicional a lo anterior compartimos actualizaciones de los trabajos de diferentes proyectos en los diferentes continentes. La ocasión es siempre oportunidad de retroalimentación para mejorar lo que hacemos.

Objetivos de la Red

Los objetivos de la Red de Webmaster de Europa son: compartir y reflexionar sobre la experiencia de ser responsable de los sitios web; buscar y fomentar la cooperación entre los que trabajan en los diferentes sitios web jesuitas; estudiar y discutir las nuevas cuestiones tecnológicas en la comunicación (digital) y su utilidad; considerar formas de mejorar la calidad apostólica y técnica de los sitios web y mejorar la colaboración con otras áreas apostólicas como las vocaciones o el trabajo con los refugiados.

Fuente: CPAL SJ

Gustavo Gutiérrez: “Francisco Va a lo Central del Mensaje Cristiano”

Entrevista a Gustavo Gutiérrez, Padre de la Teología de la Liberación habla de la relación de esta corriente con la Iglesia y el Papa Francisco.

Por José Manuel Vidal

A sus 88 años, Gustavo Gutiérrez, el padre de la Teología de la Liberación es un abuelito entrañable, que, a pesar de su fama, no se da importancia, y al que todo el mundo venera. Pequeñito, con su bastón siempre en la mano, sigue marcando la pauta de la corriente teológica que fundó y por la que fue perseguido durante 20 años. Ahora, le llegan los reconocimientos del propio Papa Francisco y de toda la comunidad teológica mundial. Uno de los últimos ‘gurús’ vivos apuesta por Francisco, «un kairós, un gran don», tras participar en el I Encuentro Iberoamericano de Teología, celebrado en el Boston College.

¿Cómo llegó a la Teología?

Fui vocación tardía. Entré en el seminario cuando ya había cumplido los 24 años y después de haber estudiado Medicina. Una vez que decidí ser cura, estudié Filosofía y Psicología en Lovaina y Teología en Lyon, además de algún curso en la Gregoriana de Roma, con el padre Alfaro. Me ordené en 1959 y comencé a enseñar y a trabajar en una parroquia.

¿Entró a dar clases en la Facultad de Teología?

No. Nunca estuve en la Facultad de Teología. No querían saber nada de mí en ella. Daba clases en la Universidad católica, pero no en la Facultad de Teología. De hecho, mi primer nombramiento para enseñar en una Facultad de Teología data de hace solo 12 años en USA. A la vejez, viruelas. Desde hace años, paso tres meses en la Universidad estadounidense de Notre Dame.

¿Qué recuerda de su trabajo pastoral en la parroquia?

Sigo trabajando en la parroquia. Nunca la dejé. De hecho, conocí ya a dos generaciones de feligreses. Adoro el trabajo parroquial y, al mismo tiempo, me apasiona la Teología. Por eso, a veces, tuve dificultades para compaginar ambas cosas en mi vida. Me gusta enseñar, pero no a tiempo completo. Soy cura párroco.

¿Esperaba la repercusión de su libro sobre la Teología de la Liberación?

Nunca pensé que iba a hacer tanta bulla la publicación de ese libro.

Y pronto empezaron sus ‘problemas’ con Roma

Estuve durante muchos años en diálogo con Doctrina de la Fe. 20 años de diálogo. Siempre fui una nulidad en Derecho canónico, pero aprendí a diferenciar el diálogo del proceso. A mí me obligaron al diálogo, pero nunca me incoaron un proceso. Por eso, cuando los periodistas me preguntan si el Papa me va a rehabilitar, siempre contestó que no puede rehabilitarme, porque nunca fui deshabilitado. Eso sí, hubo una fregadera de cartas y de idas y venidas.

Y, sin embargo, siempre se dice que fue usted condenado por Roma

Los medios de comunicación tienen una fuerza enorme y esos clichés, divulgados erróneamente, tienden a permanecer y cristalizar en la gente. Hace un par de meses, una señora, tras asistir a la misa que había celebrado, se acercó y me dijo: ‘Pensé que tenía prohibido celebrar’

¿Qué piensa del papa Francisco?

Es un momento de ‘kairós’ que nadie esperaba. Un gran don. Va a lo central del mensaje cristiano, a la frescura del Evangelio. Además, es muy valiente. Aunque hay quienes le pide más, pero esos tales están locos. Francisco es una bendición, tiene clarísima la solidaridad con el pobre, la gente le entiende y, encima, tiene sentido del humor y hace bromas, además de su impresionante capacidad para crear metáforas. Estoy dispuesto a apoyar al Papa a fondo, en la medida de mis posibilidades.

¿Cómo aprovechar este ‘kairós’?

La reforma de la Iglesia exige el cambio de la Curia, que detesta el Papa Francisco.

¿Hay resistencias contra Francisco?

Sólo conocemos el 10% de las resistencias. El otro 90% está oculto, pero él lo sabe y tiene una fibra muy fuerte. El Papa necesita mucho apoyo, porque tiene problemas. Hasta hay cardenales que critican públicamente al Papa, algo nunca visto en nuestra época y prueba evidente de las resistencias a las que tiene que hacer frente.

¿Qué pueden hacer los que lo apoyan?

Sostenerlo y hacerlo presente en la Iglesia. Porque este excelente momento y este don que significa el Papa nos exige una tarea. Hay que tener una visión de Iglesia grande. Hay que preparar la continuidad. Y mantenerse firmes. Falta una bienaventuranza, la de ‘bienaventurados los tercos, porque de ellos es el Reino de los cielos’

¿La gente se ha aburguesado?

La gente se cansa. Un cansancio que se da mucho en política. Pero también hay que tener muy en cuenta la experiencia del martirio. Hay gente que ha dado su vida. Por ejemplo, Enrique Pereira Neto, al que mataron a los 28 años, por defender a los pobres. Habría que abrir en la Iglesia una nueva línea de santidad: los santos de las causas sociales. El primero, monseñor Romero.

¿Qué lugar ocupa la espiritualidad en el quehacer teológico de la Teología de la Liberación?

Es fundamental, entendida como un estilo de vida y una manera de ser. Como decía Chenu, ‘es la espiritualidad la que está detrás de la teología’. Espiritualidad como comportamiento y como práctica. El mensaje cristiano es como carne congelada: Está ahí, pero no se puede comer. Hay que descongelarla, es decir, ponerla en la realidad. Como dice Simone Weil, ‘si quieres saber si una persona cree en Dios, no te fijes en lo que dice de Él, sino en lo que dice del mundo’. O como señala Nicolás Berdiaeff, ‘si tengo hambre, es un problema material. Si otra persona tiene hambre, es un problema espiritual para mí’.

Fuente: Religión Digital

 

Fundación Jesuitas Uruguay: tu Acción Cristiana

Fundación Jesuitas Uruguay es una fundación que potencia la acción organizada de jesuitas y colaboradores en la construcción de una sociedad más justa. Trabaja para multiplicar la solidaridad y acercar las diferentes obras de la Compañía de Jesús, a quienes se sienten identificados con su misión.

Procuran, canalizan y gestionan en forma eficiente, recursos para sostener y mejorar las obras educativas, sociales y religiosas de la Compañía de Jesús en Uruguay.

Analizan la realidad, identificando prioridades y generando respuestas eficaces para superar desafíos que enfrenta la sociedad.

Para ello, se ha Formado un ámbito de trabajo sistemático y concreto para transformar nuestra vocación de servicio como laicos o religiosos en hechos positivos para otras personas.

Las obras que forman parte de Fundación Jesuitas son: Fe y Alegría Uruguay, la Universidad Católica del Uruguay, el Colegio Seminario, la Parroquia de Fátima, el Colegio Monseñor Isasa, El Colegio San Javier de Tacuarembó, el Centro de Espiritualidad Manresa y la Parroquia San Ignacio de Loyola.

A su vez, Fundación Jesuitas Uruguay ha difundido un vídeo llamado ‘Tu acción cristiana’ en el que, voluntarios de las distintas obras comparten su experiencia y el sentido que le dan a su servicio.

XXXIII Asamblea de la CPAL

Los Provinciales de las provincias pertenecientes a la Conferencia Jesuita de América Latina y el Caribe (CPAL) estuvieron reunidos en Ecuador del 9 al 12 de Mayo y comparten aquí lo ocurrido durante el encuentro.

Queridos compañeros y compañeras del Cuerpo Apostólico:

Desde el martes 9 al viernes 12 mayo de 2017, los provinciales de América Latina nos reunimos en la casa de retiros San Luis Checa – Ecuador, en la XXXIII Asamblea de la CPAL. Esta vez nos acompañaron Gabriel Ignacio Rodríguez y Claudio Paul, asistentes del padre general para América Latina, Rafael Moreno, asistente Paul Martin, superior regional de Guyana, François Kawas, representante de Haití e Inacio Luis Rhoden, superior de la plataforma de la amazonia de Brasil. Por Colombia asistió Víctor Martínez, viceprovincial, quien tomó el lugar del Carlos Eduardo Correa quien se recupera de una cirugía cardíaca y a quien tuvimos presente todo el encuentro. Queremos acercarnos a todos ustedes compartiendo la memoria de los días vividos en fraternidad y alegría, en medio de nuestras preocupaciones y esperanzas en la misión encomendada.

Resaltamos del día martes el trabajo realizado sobre los resultados de “imPACtando”, del cual agradecemos mucho la labor realizada por todos los participantes de esta experiencia y muy especialmente del equipo ejecutivo de la CPAL, que se dedicó a sintetizar y organizar los resultados de todo el trabajo llevado adelante. Valoramos positivamente el modo en que el equipo ejecutivo realizó la síntesis del trabajo de “imPACtando” y la presentación para su estudio. Nos centramos en los elementos sugeridos para las prioridades, y de esto un punto importante es la atención que debemos prestar al cómo hacemos lo que hacemos o queremos hacer, la revisión de nuestros estilos de vida y el llamado a la conversión que la misión nos hace. De esta manera, en sintonía con la Congregación General XXXVI, revisar el cómo, o el modo de proceder es un llamado fundamental para asumir las exigencias de la misión.

El día miércoles centramos nuestras deliberaciones en torno a la propuesta de reorganización del Equipo Ejecutivo de la CPAL, orientados por: la reflexión en torno a la pertinencia o no de la organización por sectores, de cara a responder a las necesidades de nuestra misión hoy; la optimización de los recursos y el trabajo en red como clave del modo de asumir la misión. De estas reflexiones se aprobó la propuesta de reducir el número de delegados y sus funciones, quedando organizados de la siguiente manera: Álvaro Dávalos, delegado de recursos y secretario; Rafael Moreno, delegado para la misión ad extra y Herman Rodríguez Osorio, delegado para el cuidado del Cuerpo Apostólico. También tuvimos la oportunidad de compartir por asistencia nuestra misión como provinciales, nuestras experiencias y sentir interno, lo cual nos unió en ánimos y nos brindó solidaridad en nuestros servicios como superiores mayores.

La deliberación intensa y enriquecedora sobre la reforma de los estatutos de la CPAL marcó la pauta del día jueves. Constatamos que el cambio dinámico de la realidad nos pone en sintonía con la Compañía universal en sus planteamientos sobre la renovación de las estructuras de gobierno. Un aspecto importante de esta deliberación fue el celo expresado en el conjunto de opiniones en torno a poder ofrecer lo mejor para el proceso formativo de nuestros estudiantes, de manera que los mismos puedan contar con el apoyo necesario para su crecimiento tanto en el desarrollo personal como para la incorporación a la Compañía de Jesús. Durante este día también se presentó la oportunidad de compartir inquietudes particulares de parte de los provinciales y se escucharon orientaciones en torno a las mismas.

Para abordar la revisión de los cuadernos de los CIFs, el día viernes nos acompañaron Edison de Lima, Fernando Polanco, Humberto José Sánchez, rectores de los mismos en Brasil, Chile y Colombia respectivamente, junto a Juan Miguel Zaldúa, delegado de formación de la CPAL. Se presentaron las consideraciones pertinentes en torno a las actualizaciones necesarias y una vez más, el diálogo franco, la reflexión conjunta, el discernimiento común y la escucha atenta se hicieron presentes, sin dejar de lado las diferencias naturales de la diversidad de opiniones y de consideraciones. Luego, abordamos el informe económico del año 2016 y se aprobó el presupuesto para el año 2017. Finalizamos con un diálogo abierto con los asistentes del padre general para las dos asistencias de América Latina y algunas informaciones varias.

Cabe destacar que las oraciones y celebraciones de la Cena del Señor diarias nos ayudaron a vivir comunitariamente todo el proceso de la Asamblea, buscando siempre la voluntad del Señor. También tuvimos presente la preocupante situación venezolana, la cual fue compartida por el provincial de Venezuela en diversos ambientes de escucha y oración.

Agradecemos de corazón a la provincia ecuatoriana, al provincial Gustavo Calderón, al socio Francisco Echeverría, a todo el equipo de la curia y de la casa San José, y a todos los que nos recibieron con generosa hospitalidad y nos brindaron su esmerada atención, Dios les retribuya con muchas bendiciones.

Pedimos a la virgen de Fátima que nos ponga al lado de su Hijo para en todo amar y servir.

Fuente: CPAL SJ

 

Sobrevivir en Tiempos de Moderna Aceleración

Sobre una época en la que todo pasa y se sucede con la velocidad de un zumbido.

Una de las noticias más comentadas la semana pasada fue la conmemoración del XXV aniversario de la inauguración del tren de Alta Velocidad Española (AVE). Todos se apuntaron a la conmemoración y todos parecían celebrar las bondades del invento, pero no sólo como recurso estratégico para el liderazgo turístico o el crecimiento económico, sino como metáfora de un tiempo de moderna aceleración. Como sociedad y como generación, recordábamos algo más que la apertura de una línea férrea, celebrábamos la confirmación de nuestra acelerada instalación en la modernidad.

Aunque podemos analizar esta celebración releyendo a Bauman y la contraposición que realiza entre el peregrino y el turista, quisiera recuperar los comentarios que Byung-Chul Han hace sobre la aceleración cuando se plantea el paso de la “época del marchar” a la “época del zumbido”. Como bien saben los usuarios del AVE, hay momentos de aceleración en los que solo se suceden zumbidos.

A Han le resulta útil la distinción de Bauman cuando hace una fenomenología de los andares, como si el andar del peregrino y el andar del turista describieran dos formas distintas de sentir y estar en el mundo. Mientras que el turista consume y surfea vivencias por el mundo, el peregrino las transforma y convierte en experiencias; mientras que el primero representa un tiempo de rapidez y aceleración, este segundo deja tiempo para la demora, la contemplación y el contacto con la naturaleza.

No se conforma con esta distinción porque considera que los tiempos de la moderna aceleración están siendo desplazados por los tiempos del posmoderno deambular. ¿Qué sucedía en los tiempos de la acelerada modernidad?

“En la modernidad… La narración del progreso o la libertad otorga al tiempo un sentido y una significación. La aceleración resulta sensata y deseable en virtud de un objetivo que se espera tenga lugar en el futuro. Se deja integrar en la narración sin problemas. De ahí que los progresos técnicos vayan acompañados de una narración prácticamente religiosa. Estos deben acelerar la llegada de la salvación futura. En este sentido, el ferrocarril se sacralizará como máquina del tiempo capaz de alcanzar más rápido el ansiado futuro en el presente…. “(p. 51)

La aceleración de los tiempos modernos está asociada a incrementos progresivos de la velocidad, sin preguntarnos últimamente por el sentido o valor de la meta que perseguimos. De esta forma asistimos a cambios y alteraciones radicales en las narrativas o relatos. Incluso se cuestiona el sentido mismo de la aceleración, del progreso y de la modernidad. Al perder sentido, orientación y valor, la aceleración se transforma en atolondramiento:

“Uno de los síntomas de esta desnarrativización es el vago sentimiento de que la vida se acelera, cuando en realidad no hay nada que lo haga. Si se observa con detenimiento, se verá que se trata de una sensación de atolondramiento. La verdadera aceleración presupone un proceso con una dirección. La desnarrativización, sin embargo, genera un movimiento sin guía alguna, sin dirección, un zumbido indiferente a la aceleración…” (56)

Como metáfora de aceleración que se transforma en atolondramiento, el desarrollo del AVE ha dejado atrás no sólo formas distintas de viajar sino de situarse en el mundo. Además de nuestra obsesión por la aceleración y la velocidad también estamos obsesionados por la puntualidad, como si tuviéramos que quemar etapas en la vida y no quisiéramos perdernos nada. Como si vivir más rápidos y hacer más cosas fuera sinónimo de alcanzar una vida buena y un vivir mejor:

“La sensación de que el tiempo pasa mucho más rápido que antes tiene su origen en que la gente, hoy en día, ya no es capaz de demorarse, en que la experiencia de la duración es cada vez más insólita. Se considera, de manera equivocada, que el sentimiento de atolondramiento responde al miedo de “perderse algo” (p. 56).

Citando las investigaciones de Harmut Rosa, Han recuerda: “El miedo a perderse cosas (valiosas), y el consecuente deseo de intensificar el ritmo vital, (..) son el resultado de un programa cultural desarrollado en la modernidad que consiste, a partir de la aceleración, del “disfrute de las opciones del mundo”, es decir, el aumento de la cuota de vivencias, en hacer que la propia vida sea más plena y rica en vivencias e incluso de este modo alcanzar una “buena vida”. La promesa cultural de la aceleración se fundamenta en esta idea, y tiene como consecuencia que los sujetos quieran vivir más rápidos.” (p. 57)

Hemos integrado estas consideraciones sobre la aceleración de tal forma que nos arriesgamos a que nuestra vida también pase como un zumbido. Desde la comida rápida al robot multitarea pasando por la instantaneidad de la comunicación, corremos el peligro de olvidar que una vida vivida aceleradamente no es, necesariamente, una vida más plena: “Quien intenta vivir con más rapidez, también acaba muriendo más rápido. La experiencia de la duración, y no el número de vivencias, hace que una vida sea plena. Una sucesión veloz de acontecimientos no da lugar a ninguna duración… Una vida a toda velocidad, sin perdurabilidad ni lentitud, marcada por vivencias fugaces, repentinas y pasajeras, por más alta que sea la “cuota de vivencias”, seguirá siendo una vida corta….”(p. 57-58)

Fuente: Entre Paréntesis

Amores Virtuales

La inmersión de las Nuevas Tecnologías en nuestras vidas ha influido en el modo en que relacionamos generando algunas tensiones con el tiempo y el espacio que necesitan los procesos afectivos.

Por Marta Porta, HVN

Muchas veces cuando comenzamos a experimentar las cosas del amor, casi todo sucede en línea. Comienza con un me gusta, sigue con un chat. Entonces hablemos del fenómeno virtual en el mundo afectivo. Más particularmente en las relaciones amorosas que nacen, se crean o se sostienen en la red. Creo que asistimos a una innegable construcción. Está entre nosotros y nos atraviesa. El gesto más cariñoso puede expresarse en un mensaje y la indiferencia más fría puede sentirse en el silencio de un visto. La palabra puede tener una fuerza poderosa para armar o desarmar un vínculo cuando cliqueamos «enviar». Señales con una fuerza imparable que cuelgan las relaciones en la nube y nos atrapan en un mundo afectivo potencialmente imaginario donde casi todo es posible.

Pero, ¿qué sucede con el amor? El necesita expresarse realmente. Los sentidos (ver, tocar, gustar, oír, oler) son las puertas que abren a los afectos. Son las primeras «palabras» de nuestro lenguaje afectivo.

El deseo de amar a un otro de carne y hueso distinto de mi implica salir de lo virtual para entrar en el mundo real del corazón humano. Donde las emociones y los afectos no son sólo ilusiones. Allí la frustración, esa experiencia de que las cosas no suceden como las imaginamos, nos incómoda, nos entristece. En el corazón nos encontramos heridos y vulnerables, pero también dignos y capaces de amar y ser amados. Allí, en lo escondido y profundo del corazón que se deja tocar por el amor aparece nuestra verdadera identidad. Allí se da lo posible, que alguna vez quizás sea doloroso.

¡Anímate! A cruzar la frontera de la red. A asumir el desafío y la construcción del amor humano.

Es verdad: puede ser más trabajoso. Puede ser más largo. Porque las relaciones necesitan tiempo, lugares, gestos. Necesitan de lo real.

Fuente: Pastoral SJ

Religiones como Parte de la Solución y No del Problema

La experiencia de diálogo y construcción conjunta entre las religiones como un hecho enriquecedor y necesario dentro de sociedades plagadas de conflictos.

Por Ignacio Sepúlveda

¿Las religiones son parte del problema de nuestra sociedad o de la solución?

Hace unos pocos días tuvimos la oportunidad de escuchar el discurso que el Papa Francisco dio en la Universidad de Al-Azhar, en el Cairo. Allí el Papa habló de la importancia de la educación para generar una cultura del encuentro y del diálogo que promoviera la paz y el entendimiento. Frente al problema de la violencia y la incomprensión, las religiones debían ser parte de la solución y no del problema.

Según el Papa, cualquier diálogo, pero específicamente el diálogo interreligioso, debe tener tres requisitos esenciales: el deber de la identidad, la valentía de la alteridad y la sinceridad de las intenciones. Claramente no se puede dialogar con el otro si primeramente no se reconoce y asume lo propio. El diálogo generado desde las ambigüedades y de la falta de claridad tiene poco fututo. La valentía de la alteridad nos conduce a reconocer y vivir que el otro no es un enemigo (o el infierno, como diría Sartre), sino alguien con el que hago camino y con el que puedo construir comunidad pese a las diferencias. Por último, Francisco insiste en la sinceridad de las intenciones. Una condición esencial del diálogo es la búsqueda de la verdad común. Si se establece un diálogo con segundas intenciones, hay algo que ya falla desde el inicio. El diálogo busca el encuentro pese a las diferencias.

Dialogar en nuestras sociedades

Hoy nos encontramos con que en un mismo espacio convivimos personas con distintas maneras de comprender y de responder a los problemas del mundo, de la economía, de la sociedad, de la organización política. Ya no existe un solo paradigma que dé respuesta a los desafíos del mundo. Esta experiencia de pluralismo y diversidad también se vive en el espacio religioso: el tiempo en que todos compartíamos una misma mirada común sobre el sentido de la vida y la apertura a la trascendencia ha desaparecido. Nuestras sociedades, seculares en muchos aspectos, se han visto transformadas por la fragmentación y privatización de los credos tradicionales. Junto con lo anterior, y de la mano del fenómeno de la inmigración, otras doctrinas comprensivas del bien, entre ellas el Islam, están presentes en nuestra realidad. Es decir, el diálogo interreligioso ya no es algo que lejano, sino que ha comenzado a ser parte de nuestra vida. Esta nueva situación de pluralismo religioso plantea un desafío: ¿qué pueden hacer las religiones para ser un elemento integrador y generador de justicia en la sociedad?

Construir en justicia y solidaridad

En estos tiempos difíciles que vivimos –marcados por los vaivenes de la economía, el paro, la violencia, los populismos, etc.- las religiones pueden ser un enorme aporte para la construcción del hogar común. Vale la pena recordar que en la mayoría de las grandes religiones –de occidente y oriente- la relación con el otro desde la solidaridad es fundamental. Esto implica que la relación con la divinidad pasa necesariamente por la solidaridad y el encuentro con el otro. Esta es la razón por la que en el mundo religioso es tan fácil encontrar instituciones destinadas a la ayuda del que sufre.

El diálogo interreligioso en sociedades pluralistas como las nuestras, debe tomar como uno de sus desafíos principales la construcción de horizontes de justicia común. Esto significa comprometerse con aquellos que sufren, que son apartados de la sociedad y aquellos que no son valiosos a los ojos del sistema. Si las religiones se animan a dialogar y colaborar desde esta perspectiva, serían parte de la solución y no del problema.

Fuente: Entre Paréntesis