En los últimos días, hemos recibido la triste noticia de la muerte de dos jóvenes turistas argentinas en Ecuador. Las jóvenes mendocinas, Marina y María José, formaban parte de Jinetes, un voluntariado que integra la Red Juvenil Ignaciana. Y tiene como tarea acompañar a las personas que se encuentran en situación de calle, tanto materialmente (acercando un plato de comida) como personalmente, en el prestar su oído y su tiempo a cada una de estas personas.
Debido al impacto generado frente a la tragedia de la muerte de Marina y María José, el Rector del Colegio San Luis Gonzaga, Julio Navarro Sanz, ha escrito una carta dirigida a la comunidad. Difundimos la misma a continuación.
¡Misericordia! ¡Misericordia!
¡Qué miserable es la muerte injusta y violenta! ¡Qué desagarro para el alma!
Ante esta miseria tenemos dos opciones: la indiferencia o el compromiso de poner allí nuestro corazón.
Esto queremos aprender en el Colegio. Poner el corazón en la miseria humana, en el dolor, en la injusticia, en la muerte. Esto es “misiri-cordia”
Evitemos cualquier forma de indiferencia y vivamos con compasión la muerte de Marina y María José. Hoy son ellas, mañana podés ser vos, tus hijos, tus alumnos.
Cómo desterrar cada día cualquier forma de violencia. Cómo combatir especialmente la violencia a la mujer y a las personas vulnerables. La escuela tiene que enseñar estas cosas. Tenemos que “graduarnos” todos en sensibilidad social, compromiso por la justicia y construcción del bien común. Eso es misericordia y eso se debe aprender en la escuela.
Les propongo tres cosas concretas:
Que recemos. Que lo hagamos con nuestros niños. Recemos por Marina, por María José, y por sus familias. Pero también recemos por nosotros, para aprender a poner el corazón allí donde hay miserias.
Que estudiemos. La trata de personas, la violencia de género, el narcotráfico y cualquier forma de injusticia pueden ser eficazmente combatidos si formamos una comunidad sensible, comprometida y con inteligencia social. Recuerden que la ignorancia nos esclaviza y “la educación nos libera”.
Que vayamos a la marcha este jueves a las 19 en la universidad del Aconcagua. Vayamos en familia y, por qué no, con el uniforme del Colegio. Allí podremos manifestar pacíficamente nuestra opción por la misericordia.
El pasado 24 de diciembre Marina y María José celebraron la navidad en la Plaza España, con la gente en situación de calle. Pusieron sus corazones en la miseria de la pobreza, la soledad y la incomprensión. Ellas hoy celebran la Pascua y sus heridas son sanadas por el Corazón de Dios, el Misericordioso. Que Él y ellas nos cuiden y nos ayuden a trabajar por la justicia y la paz. Que todos cultivemos la misericordia social.
Julio Navarro Sanz
Rector