La Vocación de Ser Santo

Para reflexionar sobre la vocación a la santidad a la que todos estamos llamados.

Días después de la festividad de Todos los Santos celebramos la Fiesta de Todos los Santos y Beatos de la Compañía de Jesús (5 de noviembre) y la jornada de oración por las vocaciones jesuitas. Y están unidas ambas celebraciones porque la santidad y la vocación son inseparables: todos estamos llamados a cumplir con nuestra propia vocación, la de ser santo, de la manera en que Dios nos lo pida a cada uno.

En nuestra historia personal hay nombres relevantes que nos han marcado. Los santos y beatos jesuitas también han dejado una honda huella en muchas personas: son una gran familia que nos inspira y acompaña. Mártires, doctores, confesores, científicos, descubridores, defensores de los indígenas, enfermeros, porteros…

Pero no sólo es la fiesta de los jesuitas canonizados o beatificados, sino de todos los que, con sus vidas, hicieron real lo que tan bien definió la CG32: fueron pecadores, pero llamados, y en esa llamada sus vidas apuntaron hacia Dios.

Por eso estos días damos gracias por los jesuitas que has conocido y ya fallecieron, los que te ayudaron a descubrir tu vocación, los que fueron tus maestros, los que te bautizaron o casaron, los que perdonaron tus pecados, los que te dieron ejercicios, los que han sido para ti un referente, los que te enseñaron a amar a Jesús…los que te han inspirado. Dale gracias a Dios por todos ellos y vive cuanto te enseñaron con su palabra y su vida. Y, a su vez, reza con nosotros por las vocaciones a la Compañía de Jesús.

Fuente: Ser Jesuita

 

SJM: Sentirse Parte de ‘Corazón del Mundo’

Desde Argentina, Miguel Pedreros SJ nos relata cómo han sido sus días y su trabajo con el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), sintiéndose parte “del corazón del mundo”.

Por Miguel Pedreros SJ

Hace un par de semanas tuve el agrado de ser invitado a dar una conferencia al Ministerio de Justicia. Se trataba de un seminario de formación interna para funcionarios. Unos amigos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) lo dirigen y me invitaron a hablar sobre derecho y pena en las comunidades indígenas. La idea era hacer una reflexión jurídico-política sobre el tema, sumando un aporte desde la fe y mi experiencia como religioso.

Algunos participantes trabajaban en temas de DD.HH. ante la Corte Interamericana, lo que hizo el encuentro bastante fructífero.

Con el SJM hace como un mes tuvimos la suerte de participar en una reunión con el Cónsul de Paraguay en uno de los barrios donde trabajamos. Los vecinos nos invitaron y pudimos hablar y plantear inquietudes ante el Cónsul. Hicimos un contacto más directo con la municipalidad de José C. Paz (localidad donde está ubicado el barrio, que limita con San Miguel) con intenciones de trabajar juntos. También nos llamaron desde uno de los sindicatos de profesores más grandes de Buenos Aires, para ver cómo introducir el tema migratorio en los colegios y en la política, con miras a las próximas elecciones. Aún no concretamos nada, pero que nos hayan llamado es un signo importante.

Además, echamos a andar el proyecto que hace años mantiene el SJM en los colegios de San Miguel. Son 9 colegios este año, la mayoría parroquiales de la Compañía. Hay también un par de ellos privados. Se trabaja con los quintos años de secundaria y con los profesores de geografía, que introducen el tema de la migración en la unidad de “geografía argentina”. La idea es que, a través de entrevistas personales, los muchachos tengan contacto con las complejas historias de vida de los migrantes, para así fomentar la inclusión, la fraternidad y la diversidad.

Poder participar de la vida académica en la UBA en temas sociales y políticos, colaborar en el barrio con el Movimiento Evita (un movimiento político popular bastante grande en el país), entrar en un mínimo contacto con la CTEP (Central de Trabajadores de la Economía Popular, que agrupa a los trabajadores informales y proyecto-productivos en la villas), rezar con la gente y acompañar la espiritualidad de comunidades como la paraguaya y la boliviana, han sido regalos hermosos en este tiempo… gracias de Dios que me permiten sentirme en el corazón del mundo, aun en espacios muy secularizados, que valoran mi presencia como religioso.

Es el último tramo de un tiempo hermoso en Argentina, lleno de amor y gracia, del que siempre estaré agradecido. Un tiempo donde Dios ha sabido guiarme, para ponerme en los lugares donde mayor bien pude hacer.

Fuente: Jesuitas Chile

 

“‘Catalina es de todos’ no es un Eslogan, Tratamos de Vivirlo”

La Superiora de las Esclavas del Corazón de Jesús, Madre María Silvia Fiorentino; habla de cómo preparar el corazón para la beatificación de Madre Catalina, fundadora de la congregación de la que forma parte.

“Me siento feliz por la Iglesia universal, por la Iglesia de Córdoba, que nos acoge y cuida desde el primer día, y por el instituto, que confirma lo que desde años sabemos: que tenemos una Madre (Catalina) a quien podemos seguir sin reproche alguno”, manifestó la madre Fiorentino.

“Me parece –continuó- que la preparación para esta y cualquier fiesta hay que empezarla en el corazón y rezando mucho por los frutos espirituales que el Señor derramará ese día en cada uno de los que participen, de cerca o de lejos”. Y manifestó que “lo material, los detalles prácticos pasan a segundo plano”, sin embargo, “serán cuidados, porque se trata de un acto eclesial y litúrgico”. “Lo verdaderamente importante no se ve para nada y después se traduce en la vida misma”, agregó.

Por eso, aseguró que la beatificación será “una fiesta de gestos misioneros”, aunque confesó: “No quiero adelantar cosas, también el factor sorpresa es un capital”. “La austeridad y la falta de añadidos del mundo serán reales. Nos acompañarán nuestros hermanos más necesitados con quienes vivimos y trabajamos cada día, ellos son los protagonistas. El “Catalina es de todos”, no es un eslogan. Tratamos de vivirlo en cada uno de los países en los que estamos”, afirmó.

La superiora recordó que la beatificación de la Madre Catalina “será un hecho histórico”, ya que “es la primera beatificación de una cordobesa en la ciudad de Córdoba”. No obstante, “los demás lugares que ella misma quiso visitar en persona, y otros que sus hijas fueron abriendo después de su Pascua, también e igualmente están de fiesta”, aclaró.

“En África, en la Isla de Pascua, en el sur de la Argentina, en Chile, en España la conocen y la quieren”, aseguró. “Todas las voces se unieron en oración y todas las personas se unirán en esta fiesta que el Sagrado Corazón quiere regalarnos en este tiempo de malas noticias”, añadió. “Les anunciamos una Buena y eso es mucho en estos tiempos que corren, una mujer valiente que supo de dolor y sufrimiento y, también, de alegrías profundas y confianza reparadora: Madre Catalina es para todos ¡y esto recién empieza!”, concluyó.

Fuente: catalinademaria.com

Agradecimiento de Emmanuel Sicre SJ en su Ordenación Sacerdotal

Queridos todos aquí presentes:

Llego a este momento de mi vida realmente agradecido. No siento que pueda merecer nada de lo que me está pasando. Todo esto es muy grande, como el amor gratuito de Dios!

En primer lugar, deseo agradecerle a Jesucristo por haberme llamado a trabajar con Él y por darme la ayuda para decirle que sí más allá de mis agachadas y desconfianzas. Cada vez me doy más cuenta que sin Él no tengo nada que hacer aquí. Todo se lo debo a Él.

Agradezco las palabras y la imposición de manos de Mons. Dante Braida que me ha recibido en el orden del presbiterado para toda la Iglesia. Y también a Mons. Carlos Franzini a quien tuve la oportunidad de ver hace poco en Buenos Aires, y por quien me gustaría hacer también una oración especial por su salud.

Quiero agradecer a mi primera familia: a Mamá, a Papá y a mi hermana. Ellos fueron los que me dieron a Dios, a veces sin saberlo. En ellos me descubro hijo y hermano para el proyecto de la gran Familia de Dios. Recuerdo cuando empezó todo esto lo mucho que lloramos porque no entendíamos aquello a lo que Jesús nos invitaba. Hoy tampoco entendemos todo, pero caminamos de su mano, y soy testigo de que nos ha visitado con su consuelo y su paz en nuestras vidas. Con ellos también quiero agradecer a la gran familia de nonos, tíos, primos, sobrinos, padrinos, que me acompañan, en este proceso, aquí o desde la casa del Padre, cada uno desde su modo de vivir la fe. Gracias por estar siempre!

A la gente de la querida parroquia San Roque que me enseñó a compartir en comunidad la fe y la alegría. Tantos que me soportaron en la catequesis, o haciendo de pastorcito en el pesebre viviente, pero que también me animaron a seguir adelante. Con ustedes aprendí a comprender al Dios simple y sencillo que sostiene la fe de sus hijos en cada oración, en cada manifestación popular de cariño a Jesús y a María, en cada plegaria elevada por tantos enfermos, en cada compartir a la canasta, en cada fiesta diocesana.

A la Compañía de Jesús a quien le debo mi segundo nacimiento. Primero aquí en esta comunidad que hoy abre sus puertas para recibirnos y luego en los distintos lugares donde me ha tocado vivir durante estos 10 años y en los que el Señor me regaló amistades entrañables que siguen forjando mi vocación. Gracias a cada uno de mis compañeros, y hoy especialmente a la generosidad de Juan Berli SJ y los jesuitas que trabajan aquí apostólicamente y tanto bien le hacen a esta arquidiócesis de Mendoza.

En esta comunidad descubrí mi amor por la Compañía de Jesús, su modo peculiar de vivir la espiritualidad y su sentido apostólico y misionero. Aquí conocí a mi padrino diaconal Marcelo Larotonda y al sacerdotal Guille Blasón que me confirmó que había jóvenes todavía. Aquí crecí humana y espiritualmente al son de misiones a La Rioja y encuentros en el Chaco con el grupo misionero San Francisco Javier. Aquí crecí en cada tanda de EE en Agrelo, en cada acompañamiento, en cada jornada o convivencia de jóvenes, en cada boletín El Ignaciano, en cada anhelo de lucha por una sociedad más parecida al Reino que Jesús nos propone. Aquí crecí en la vocación sacerdotal que recibí una tarde de enero discerniendo durante seis años cuándo era el momento oportuno de decir sí. Desde aquí miro cómo Dios va tejiendo mi historia hoy en la comunidad del Colegio del Salvador en Buenos Aires donde con tanto gozo me toca servir.

 Y por eso quise volver aquí a Mendoza para ser ordenado. Gracias Alejandro, mi provincial, por aceptarlo. Desde que pedí las órdenes estando en Colombia sentí que tenía que volver al origen de mi vocación. Y respirar el mismo aire donde brotó el deseo de entregarme mientras estudiaba Letras y trabajaba pastoralmente, ver las montañas, caminar por mi pueblo y la ciudad y hacerme eco del tiempo que nos va pasando a todos. Y dejar que resuenen esas palabras hondas de tantos de ustedes que están aquí sentados y de otros que ya partieron como el Padre Pato, el viejo Aguirre, mi tía Cristina carmelita descalza, Fray Héctor Muñoz, Agus Draque, Javier Osuna, entre otros muchos.

En estos días de retiro previos a la ordenación he vuelto a pasar por el corazón tantos lugares, tantos rostros, tantos momentos y no puedo más que pensar que Dios ha estado allí siempre esperándome y preparándome para decirme que me quiere a su servicio para que sea Buena Noticia para los que están solos, agrietados, perdidos, para los que sufren, para los empobrecidos, para los ignorantes, para los que no oyen ninguna música y perdieron la esperanza, para los que buscamos hacer de esta vida algo digno para todos.

Y en este viaje que hice de la mano del Espíritu me viene el deseo profundo de agradecer tanta diversidad aquí reunida. Es probable que muchos aquí no compartan la fe cristiana, o que sea su primera vez en una ordenación sacerdotal, o tengan sus entripados con la fe, o les cuesten los errores de la Iglesia, o se pelearon con algún cura o monja, o sientan que esto fue de otra etapa de la vida. Al mismo tiempo veo entre ustedes a muchos cristianos que se animan a vivir según lo que Jesús les inspira y aceptan la lucha espiritual que atravesamos todos en la vida con deseos de salir adelante. Déjenme compartirles una convicción que tengo guardada en el corazón: Dios está enamorado de nosotros e insiste en buscarnos.

A veces nos llama desde nuestras propias heridas, a veces desde nuestras pérdidas y desazones, a veces desde nuestro orgullo testarudo, o desde una enfermedad, y también desde los deseos más hondos, como sea, por favor, ábranle, dejen que entre allí donde menos lo esperamos y verán cómo todo cambia, cómo podrán perdonar las ofensas, encontrarse con lo distinto sin miedo, reconciliarse con el pasado, soportar con dignidad lo que toca y caminar aliviados por la vida ofreciendo paz y alegría a los que la necesitan. No se priven de esta experiencia de abrirle la puerta al Dios de Jesús, no tiene desperdicios.

Muchas gracias especiales a todos los que vinieron desde lejos, gracias por acompañarme en este momento. Les pido recen para que sea un sacerdote fecundo, despojado y libre, y que se animen también a corregirme porque uds. son un poco también los «culpables» de este cura que les habla.

Dios les sonría y María de Luján los acerque a su Hijo. Gracias.

Emmanuel Sicre SJ 

Fuente: Blog Pequeñeces 

Carta del Padre General sobre el Discernimiento Comunitario

El Padre General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa SJ, ha enviado una carta en la que habla del discernimiento comunitario dentro de las comunidades jesuitas. Para leer el documento.

Hace algo más de dos meses el Padre Arturo Sosa se dirigió a la Compañía de Jesús para insistir en la vinculación entre nuestra vida y misión, acaba de dar un paso más para implicar a todos los jesuitas en el seguimiento y concreción de las intuiciones de la Congregación General 36.

Para ello ha dirigido una larga carta sobre el discernimiento en común a toda la Compañía. En ella va explicando la necesidad y los elementos de esta búsqueda compartida de la voluntad de Dios. Insiste en que no todo es motivo de discernimiento, y nos previene, con claridad y sin ambages, para no llamar así a “falsos discernimientos en común que solo buscan revestir de lenguaje ignacianamente correcto decisiones tomadas previamente con criterios del propio grupo”. Pero, hechas esas aclaraciones, lo esencial de la carta es la insistencia y motivación para hacer del discernimiento una herramienta y una forma de nuestra misión.

La carta parte de la constatación de que Dios nos llama a discernir –como ha sido propio de la Compañía desde las deliberaciones de los primeros compañeros-. Hoy, la Compañía y la Iglesia necesita tomar decisiones importantes en una época de cambios veloces y profundos. Ahí entra el discernimiento, que es un requisito imprescindible para no convertir la planificación apostólica en un puro ejercicio racional de eficacia. El examen espiritual ha de ayudar a mantener constante ese vínculo entre discernimiento y planificación.

 Una larga sección está dedicada a explicar los elementos concretos de la práctica del discernimiento en común. Para enfocar bien este proceso hará falta escoger bien la materia, saber quiénes y por qué participan, tener libertad interior, unión de ánimos, comprender bien cómo se discierne (que es ampliamente explicado también en el documento), poner en común la oración, cuidar la conversación espiritual, practicar el examen y tener claro cómo se toma la decisión final.

Todo ello, como no puede ser de otro modo, poniendo toda nuestra confianza en Dios, que nos llama a compartir esta misión de servicio a la reconciliación y la justicia del evangelio, en nuestras comunidades y obras.

Fuente: Info SJ 

 

Jesuita a la ONU: los Migrantes Deben Ser Protegidos contra la Explotación

El padre jesuita Michael Czerny -escogido por el Papa Francisco como Subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para Promover el Desarrollo Humano Integral- dijo en una conferencia en la ONU que los migrantes buscan las “mínimas condiciones” de dignidad, y desarrollo integral y sostenible.

Por Michael Czerny, S.J.

“El derecho a permanecer ayuda a concentrar los esfuerzos de la comunidad internacional en su obligación previa de asegurar el desarrollo humano sostenible e integral de todas las personas en su lugar de origen y de permitirles convertirse en agentes activos de su propio desarrollo”, dijo él. “También nos ayuda a reconocer los costos sociales, económicos y culturales que la migración puede implicar o significar para un país cuando sus propios ciudadanos se sienten obligados a abandonar en lugar en vez de permanecer. Es mediante la garantía de las condiciones para el ejercicio del derecho a permanecer, entonces, que hace de la migración una elección, en vez de una necesidad”.

El sacerdote dijo que lo mejor de los países pobres — los jóvenes, el talento, la valentía y la esperanza — están arriesgando sus vidas atravesando el Mediterráneo y otros mares del mundo en busca de supervivencia y una vida mejor.

Los profundos vínculos entre la migración y el desarrollo pueden verse en primera instancia, por desgracia, en la ausencia o desintegración de muchos de los pilares del desarrollo sostenible que han obligado a millones de personas a ponerse en marcha o desplazarse: en la pobreza endémica, el hambre, la violencia, la carencia de trabajo adecuado, la degradación del medio ambiente y las sequías, las instituciones débiles y corruptas, y tantas otras áreas que se están abordando de manera concertada en la Agenda para el Desarrollo Sostenible del 2030”, dijo el Padre Czerny.

El evento informal en la sede de la ONU en Nueva York tuvo lugar del 24 al 25 de julio con el fin de estudiar las contribuciones de los migrantes y la diáspora a todas las dimensiones del desarrollo sostenible.

El Padre Czerny dijo que esta migración es una “pérdida neta para sus países”, agregando que puede convertirse en una ganancia para ellos si los migrantes “son bienvenidos, protegidos, promovidos e integrados”, y si se les ayuda “a pasar de objetos de cuidado urgente a dignos sujetos de su propio desarrollo”.

Dijo que se debe permitir a los migrantes que utilicen la educación, las habilidades, las ambiciones, las experiencias y la sabiduría cultural que ya tienen, lo que se puede mejorar o acentuar mediante una mayor escolarización y capacitación para el desarrollo de la sociedad.

“Para que esto se produzca y sea un éxito para cada una de las partes, los migrantes deben primero que todo ser recibidos y tratados como seres humanos, con dignidad y pleno respeto a sus derechos humanos, y protegidos contra toda forma de explotación o de ser permanentemente expulsados social, económica o legalmente”, dijo el Padre Czerny.

El Padre Czerny advirtió que las comunidades receptoras deben recibir una asistencia adecuada para integrar a los migrantes de una manera que no perjudique a los pobres o marginados locales; y dijo que los migrantes tienen la responsabilidad de respetar los “valores, tradiciones y leyes” de las comunidades que los reciben.

Concluyó su intervención citando una carta enviada por el Papa el mes pasado a la agencia de noticias italiana Ansa, en la que el Papa Francisco dijo: “La presencia de tantos hermanos y hermanas que experimentan la tragedia de la inmigración es una oportunidad para el crecimiento, encuentro y diálogo humanos entre culturas con miras a promover la paz y la fraternidad entre los pueblos”.

Fuente: CPAL Social

M. Maier SJ: Monseñor Romero y la Teología de la Liberación

Compartimos algunos escritos sobre Monseñor Romero y su posicionamiento respecto de la teología de la liberación a lo largo de su vida.

Por Martin Maier, S.J.

En el contexto de la beatificación de Mons. Óscar Romero, llevada a cabo el 23 de mayo de 2015, surgió de nuevo la pregunta de su relación con la teología de la liberación. Algunos intentan desvincularlo totalmente de ella. Otros lo declaran teólogo de la liberación. No estamos de acuerdo, ni con los unos, ni con los otros. La cuestión se complica, porque Mons. Romero experimentó un cambio profundo respecto a la teología de la liberación. En este artículo, intentaremos investigar en qué medida el método y los contenidos centrales de la teología de la liberación aparecen en sus homilías, sus cartas pastorales y su diario. Además, veremos cómo Mons. Romero se ha convertido en un gran inspirador de destacados representantes de la teología de la liberación.

Dos posturas opuestas.

La desvinculación de Mons. Romero de la teología de la liberación la defiende Roberto Morozzo della Rocca, en su libro Óscar Romero. La biografía, que solo por el título ya parece un poco pretencioso. El autor sostiene que “Los teólogos de la liberación han presentado la actividad de Romero como la encarnación de dicha ideología, aunque él no la siguiera“. Esta afirmación es criticable en varios aspectos. Sin más, se presenta a la teología de la liberación como una ideología.

No se menciona el nombre de ningún teólogo de la liberación y tampoco se indica ninguna fuente. De manera extraña, el autor habla de “seguir” una teología. Así, pues, parece estar influido por prejuicios e intereses. La polémica ha superado la investigación científica.

Otro representante de una desvinculación voluntarista de Mons. Romero de la teología de la liberación es Jesús Delgado. En el libro colectivo, Óscar Romero. Un obispo entre guerra fría y revolución (2003), este autor examinó la pequeña biblioteca de 205 volúmenes que Mons. Romero dejó en su habitación, en el Hospital de la Divina Providencia. Según Delgado, “La literatura menos leída de esta biblioteca es la que atañe a la teología de la liberación (12 volúmenes). Los libros dedicados a esta teología están tan intactos como en el día en que monseñor los compró o, más bien, se los obsequiaron“. De ahí concluye que Mons. Romero no prestó ningún interés a la teología de la liberación. Como argumentación científica, parece un poco superficial.

La postura opuesta la defiende, por ejemplo, Ralf Pauli, en Zeit online, donde, con ocasión de la beatificación, escribe: “El papa beatificará al teólogo de la liberación Óscar Arnulfo Romero“. A esto hay que responder, en primer lugar, que Mons. Romero no era teólogo profesional. En consecuencia, tampoco puede ser llamado “teólogo de la liberación”. De acuerdo con la triple distinción de Leonardo y Clodovis Boff, entre una teología de la liberación popular, una pastoral y una profesional, es más apropiado decir que Mons. Romero, en sus tres años de arzobispado, puso en práctica una teología de la liberación pastoral. Pero para entenderlo adecuadamente, es necesario resumir el gran cambio dado por Mons. Romero, que incluye su postura frente a la teología de la liberación. Algunos califican ese cambio como una conversión.

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Fuente: CPAL SJ

S. Alberto Hurtado SJ: Hay que Darse con una Sonrisa

Una Reflexión sobre San Alberto Hurtado y su capacidad de llegar y motivar los corazones de las personas para ponerse al servicio.

¿Cuál fue la magia del Padre Hurtado? ¿Dónde radicaba esa fuerza que movía los corazones? Sin duda, en su relación personal con Jesús. En un amor apasionado por ser otro Cristo.

¿Pero cuál era su arma secreta para entrar en los corazones? Algunos podrán decir que es una ingenuidad o una nimiedad. Creo que mucho de lo que hizo se jugó en su sonrisa. Sí, en esa sonrisa transparente –tal vez, la sonrisa de Dios-, esa sonrisa que abría los corazones, derribaba cualquier obstáculo, espantaba las penas, unía a las personas.

“¡Contento, Señor, contento!” No es la alegría ingenua de quien parece no darse cuenta de las cosas, de los dolores y de las carencias de los demás y pasa por la vida sin afectarse con nada. No, la del Padre Hurtado, es la alegría de quien acepta su vida, reconoce los regalos recibidos, no esconde sus dolores, pero pone toda su confianza en el amor bondadoso y paterno-materno de Dios.

“¡No sólo hay que darse, sino darse con la sonrisa!” Acá hay tanto que aprender. Quien está así de contento, buscará por todos los medios transmitir esa convicción. Eso es lo que hacía el Padre Hurtado. Por eso su energía incansable. Quería contagiar su alegría, la dicha que sentía por dentro. Compartirla, especialmente, con los que más desfavorecidos.

Es la alegría de Cristo resucitado: porque conoce el dolor, porque lo ha vivido y se ha dejado afectar por él, es capaz de consolar.

“¡Contento, Señor, contento!” es la expresión del que está consolado con quien se es, y antes de manifestar una queja, un lamento, encuentra muchas razones para agradecer. Solo quien tiene esta experiencia interna, se volcará a servir enteramente a los demás, no importando lo que haya que hacer. Hasta que no se produce esta experiencia, uno gasta tiempo en sí mismo, porque toda la atención está puesta en la propia búsqueda o necesidad.

Qué gran cosa sería si a todos se nos viera contentos. No con la alegría impuesta, fingida. No con esa máscara que a veces nos ponemos y nos hace aparecer con un rictus que acalambra el rostro, sino la alegría que nace de un corazón que se siente amado aún en medio de las dificultades.

Que San Alberto nos ayude en este camino.

Fuente: Fundación Manos Abiertas

S. Alberto Hurtado SJ: ‘¿Cómo Vivir la Vida?’

En el día de San Alberto Hurtado, compartimos un fragmento de uno de sus escritos más populares.

¿Cómo vivir por tanto, mi Vida?

En espíritu de fe. Lo que supone antes que nada comprensión de que Dios es Dios y yo soy yo. Que él lo es todo, la primera, la grande, la inmensa realidad nunca pasada de moda. El primer sitio es el suyo: a su luz deberá mirar todas las demás cosas. La grandeza inmensa de Dios dominando los mundos todos, los hombres, mi vida y tratando de tener los oídos abiertos para conocer su santísima voluntad, norma de toda mi vida. Para el sacerdote lo mismo que para el seglar esta voluntad divina es la suprema realidad.

1.- La voluntad de Dios es nuestra santificación. Hambre y sed de justicia, de santidad. En la jerarquía de amores o valores, lo primero mi santificación, a velas desplegadas, a pesar de vivir en el siglo XX, o mejor santificándome en el siglo XX y santificando el siglo XX. Y esto no es problema de prácticas, más o menos: es problema de pedir, suplicar, clamar al Señor, el serle fiel en lo grande y en lo chico y la resolución de poner por obra sus inspiraciones y de organizar mi vida en forma que mi santificación sea una gran realidad.

2.- Un gran amor a Cristo, autor y modelo de nuestra santificación. Contemplar con amor su vida para copiar en la mía sus rasgos, para seguir sus consejos, que son dados para el siglo XX, para mí. Y con inmenso valor -eso es tener fe- arrojar la red, lanzarme a realizar el plan de Cristo por más difícil que me parezca…. por más que me asisten temores… con la consulta prudente para determinadas resoluciones. Seguir a Cristo y realizar sus designios sobre mí.

Mi ideal central es ser otro Cristo, obrar como él, dar a cada problema su solución. El cuadro de mi vida será aquél en que la Divina Providencia me ha colocado, con mis deberes de estado, pero todo realizado cayendo en la cuenta de que Cristo y yo somos uno: que trabajamos.

Entre los deseos más queridos de Cristo está el de que amemos a nuestros hermanos con el mismo amor que él demostró por ellos. Por eso mi vida cristiana, ha de estar llena de celo apostólico, del deseo de ayudar a los demás, de dar más alegría, de hacer más feliz este mundo. No sólo “nota” apostólica sino consagración entera en mi espíritu y en las obras. Una vida sin compartimentos, sin jubilación, sin jornada de ocho o doce horas.

Toda la vida entera y siempre para vivir la vida de Cristo. Al avanzar en años disminuye el ritmo vital, el idealismo primero es menos intenso, pero por la fe no disminuirá en nada la consagración de mi vida a Cristo. Y esto en cualquier género de trabajo. Lo normal en la vida cristiana, al contrario del Ejército, es que al avanzar en años se ocupan puestos secundarios… Eso no influye en nada. ¡Para lo que Cristo quiera servirse de mí!

3.- Y esta vida de fe, que es sustancialmente un amor alimentado por una intensa vida interior: vida de oración, vida de meditación, vida de sacramentos, vida de ejercicios, vida de lectura espiritual, de amistades espirituales, de ambiente espiritual para poder, sin salir del mundo, ser sal del mundo y su luz.

4.- Así tendremos el cristiano que el siglo XX necesita, realista y santo. Una legión de éstos salvará la humanidad.

Fuente: CPAL SJ

La Escuela de Liderazgo Político ya tiene sus Primeros Candidatos

La institución que coordina  Rodrigo Zarazaga SJ se propone formar una nueva generación de dirigentes. Durante su tercer año de vida, la Escuela comienza a ver los frutos de su trabajo: tres egresados compiten por Cambiemos y Unidad Ciudadana.

Por primera vez, egresados de la Escuela de Liderazgo Político, institución liderada por el sacerdote jesuita Rodrigo Zarazaga que atraviesa su tercer año de vida, pelearán en los próximos días por un lugar en el Congreso de la Nación y en la Legislatura porteña. Los precandidatos -dos de Cambiemos y otro de Unidad Ciudadana- contaron a LA NACION cómo llegaron a la política y qué aportes esperan concretar.

Gregorio Hernández Maqueda es precandidato a diputado nacional de Cambiemos por la provincia de Córdoba. Es abogado y, con 25 años, es el candidato más joven a diputado en todo el país. «Siempre fui el más chico, pero la capacidad no tiene que ver con la edad, sino la experiencia, la integridad y los valores», dijo.

Su vocación política nació a los 14 años, cuando empezó a ver por TV una «melena rubia portada por una señora que decía lo que pensaba». Así, sintió la necesidad de trabajar con Elisa Carrió y a los 17 años, cuando terminó el colegio, mandó un mail y se afilió a la Coalición Cívica ARI.

«En mi casa siempre se debatió de política», dijo a LA NACION Juan Manuel Valdés, precandidato a legislador porteño por Unidad Ciudadana. El hecho que lo llevó a comprometerse con la política fue la crisis de 2001. «Me tocó vivirla desde muy cerca. Mi colegio quedaba a la vuelta de la Plaza de Mayo», agregó.

El licenciado en Letras de 29 años militante del Partido Justicialista aseguró que su mayor preocupación es la grieta social. «En 2003 se inauguró una etapa de reparación de derechos. Las políticas sociales fueron políticas de inclusión. Por eso me comprometí con el FPV y con Unidad Ciudadana, con Néstor Kirchner y con Cristina», explicó.

Juan Manuel López, un abogado de 33 años, es precandidato a diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires de Vamos Juntos. Como Valdés, viene de una casa con «mucha política». «Mi recuerdo de niño es jugar con los hijos de los amigos de mis papás y volver a la mesa de los grandes para escucharlos debatir», dijo a LA NACION. No era cualquier mesa, en ella se encontraban un intendente radical y el peronista que había competido contra él.

Trabaja también con Carrió hace casi ocho años, en la agenda parlamentaria y la agenda más pública de denuncia e informes, pero su llegada al círculo de la diputada no fue como la de Hernández Maqueda.

«Tardé más años en llegar a Lilita. Tenía un prejuicio con la política. Pero hoy estoy convencido de que es la única herramienta posible para transformar la sociedad«, dijo.

Sobre el hecho de haber compartido la cursada en la Escuela de Liderazgo Político con dos referentes de Cambiemos, Valdés dijo: «La confrontación política es natural. Creo que lo que hay es una diferencia muy profunda respecto de un proyecto de país, pero eso no quita que uno no pueda tener respeto por las ideas del otro. Igual, no cambio mi espacio político». El joven candidato es hijo del dirigente justicialista y ex embajador ante la Santa Sede Eduardo Valdés.

Crítico del actual oficialismo, Valdés agregó: «Vengo a aportar convicciones de que hay que defender a los sectores más vulnerables, que se ven hoy más descartados por la política económica, que ha privilegiado a pocos. El Estado tiene que tener como prioritario el sostenimiento del consumo, el mercado interno y la industria nacional».

Hernández Maqueda respondió con las «acciones y hechos» de su partido: la devolución del 15% de los fondos de la Anses a las provincias, el traspaso de la justicia nacional a los porteños, la creación de una policía de la ciudad y la reestructuración de los subsidios para los servicios. Ideas que volvieron a ser refutadas por Valdés.

Sobre su aporte para el Congreso, Hernández Maqueda dijo: «Si tengo una obsesión es la reforma tributaria. Una rebaja drástica de los impuestos, que beneficie y posibilite estar en regla». López, por su lado, quiere aportar al diálogo y desde su formación apunta al Poder Judicial. «Quiero una Justicia que funcione, independiente. Desde el Congreso se tiene que controlar al Poder Judicial, que de los tres poderes de Estado es el que tiene más deudas con la sociedad», concluyó.

Fuente: LaNación