San Pedro Fabro de Chile Tiene Nuevo Rector

El día 26 de junio en presencia de toda la comunidad del Centro Interprovincial de Formación San Pedro Fabro, en Santiago de Chile, y con la compañía del Provincial de Chile, P. Cristián del Campo y el Presidente de la CPAL P. Roberto Jaramillo (que hace su visita al teologado), tomó posesión de su cargo como nuevo Rector del CIF el P. Alberto Cristóbal Luna, de la provincial del Paraguay.

Agradecemos al P. Nano Polanco sus años de dedicación a este importante servicio y auguramos al P. Luna muchos éxitos en la nueva misión que recibe de la Compañía.

Fuente: CPAL SJ

Vida Consagrada:“Los Desafíos Posibilitan Una Gran Fecundidad”

Dos religiosas de la congregación de las Hijas de Jesús comparten su percepción de la realidad de la vida consagrada hoy.

Maria Luisa Berzosa y Silvia Rozas son Hijas de Jesús (Jesuitinas). Tienen, 74 y 42 años, respectivamente. Separadas por décadas, sin embargo, han encontrado una clave de lectura común del presente que es el carisma. No son rostros e historias de ayer o de mañana; son el hoy de la vida consagrada. María Luisa ha recorrido el mundo. Tiene el corazón lleno de historias vividas y revividas con los más débiles en Argentina, Roma y, ahora, Madrid. Dice que esta etapa es de júbilo. Dispone de tiempo para acompañar, transmitir y ofrecer la sabiduría que deja el paso del tiempo al calor de Dios.

Silvia Rozas es juniora. Llegó a la congregación con experiencia de vida, de fe y de Iglesia. Antes de entrar trabajó eficazmente en la oficina de información del Arzobispado de Santiago de Compostela en España. Silvia es testimonio del perfil de los jóvenes-adultos que hoy se están encontrando con la vocación a la vida consagrada.

¿La intergeneracionalidad es posibilidad o problema para los consagrados?

Silvia Rozas (SR). La verdad es que se habla mucho de la intergeneracionalidad y es una realidad en nuestras congregaciones. A través de la experiencia que voy teniendo siento que es posibilidad y problema a la vez, pero no por la edad sino por las actitudes personales que vamos teniendo.

A mí no me importa tanto la edad sino cómo nos situamos a los 40, a los 60, a los 80… El problema aparece cuando yo pretendo que mis hermanas de comunidad, tengan la edad que tengan, sean o hagan aquello que a mí me gustaría. Está claro que una persona de 40 no puede vivir como una de 80 ni una de 80 como una de 40. Pero el Señor nos llama a salir de nuestro propio amor, querer e interés para encontrarnos y vivir para los demás. Esa es la posibilidad, caminar juntas en obediencia a la voluntad de Dios.

María Luisa Berzosa (ML). Es un desafío grande pero enriquece a todas, nos da ocasión de encontrarnos en lo fundamental y aprender de las diferencias; sin duda es una gran posibilidad para aprovechar y crecer juntamente.

¿De verdad es el mejor momento para la vida consagrada?

(SR). Mi lógica mundana me pone ante los ojos una realidad complicada y compleja, un tiempo de transición en que lo nuevo no acaba de llegar y los moldes antiguos todavía continúan. Sin embargo, creo que es un momento de gracia, el Espíritu nos lleva a la disminución de fuerzas, a una cierta purificación de intenciones y motivaciones… y ojalá nos guíe a ser más de Dios. Esta es la hora de Dios en mi vida, por eso es el mejor momento para mí aunque tenga que atravesar miedos, oscuridades, incomprensiones…

Se trata de encontrar cómo ser mejores instrumentos de Dios y, para eso, no hay ni mejores ni peores momentos, sino el tiempo de Dios en cada persona.

(ML). Depende que entendamos por “mejor”; he vivido el postconcilio en mi formación nada más entrar en la congregación y considero una gracia enorme, en mi vida, aquel momento histórico y todo lo que se fue desarrollando a partir del mismo. Cada época tiene su momento “mejor”, si sabemos descubrirlo. Éste me parece una gran oportunidad, auténtico “kairós”, lleno de llamadas y desafíos de nuestro mundo, que nos posibilita una gran fecundidad apostólica en medio de un pluralismo apasionante.

¿Estaremos muy preocupados por lo que no es importante?

(SR). Cuando era laica veía que las congregaciones estaban demasiado centra-das en sus estructuras, en sus cambios, “en sus cositas internas” y que, mientras, tanto hombres y mujeres gritaban por su ayuda.

Es más, algo que me invitó a discernir de nuevo mi vocación es ver que mi congregación abría una nueva comunidad en Lleida, entre las personas inmigrantes, sin pensar en que casi no había nuevas vocaciones. Eso me alentó, ir a donde se necesite.

Hoy, ya como consagrada, comprendo la necesidad que tienen nuestras instituciones de aligerar estructuras para ser mejores instrumentos de Dios. El peligro está en centrarnos solo ahí. La tentación está en pensar que ya todo está perdido, que lo mejor es cerrar casas, juntar a las hermanas, deshacerse de las obras y esperar… a que caiga el sol. Me estoy poniendo en un extremo, claro, pero justo para expresar que habrá que cerrar unas casas y habrá que abrir otras, en otros lugares, según nuestras fuerzas reales, según las mayores urgencias y a la escucha de Dios.

(ML). Esa sí es una tentación, a veces nos distraemos de lo fundamental y ponemos demasiadas energías en lo secundario; se requiere un discernimiento continuo para no invertir los valores, porque de lo contrario no somos ni nos sentimos fecundas, y eso genera frustración.

¿Nos falta «pisar tierra» a los consagrados?

(SR). Tanto en España como en República Dominicana me he encontrado a consagrados que pisan tierra y se embarran cada día en las necesidades de las personas, sobre todo de aquellas que están más desfavorecidas. Creo que depende un poco de nuestra actitud, de cómo nos relacionamos con los demás, de cómo nos implicamos y de cómo nos afecta la vida de los otros. En general, “pisamos tierra” y ojalá la pisemos más, para comprender el dolor de cada uno.

(ML). Sinceramente, creo que hoy se “pisa tierra” en general; también hay grupos un tanto “espiritualistas”. Respeto los diversos modos, pero creo que se vive en contacto con la gente y con las realidades “a pie de calle”…

¿Cómo podrían ser las comunidades organizadas de otro modo?

(SR). Creo que el horizonte lejano está en comunidades de familias carismáticas… no es nada nuevo, corre mucha tinta sobre esto. Pero mientras no llega, seguimos en proceso ensayando diferentes formas que nos ayuden al principio y fundamento: Anunciar a Jesús.

Lo que nos une es el proyecto de Jesús, la organización es secundaria, según tiempos, lugares y circunstancias. Y sabiendo –con realismo– que la palabra clave es “cambio”; lo que hoy y vale mañana está caduco.

(ML). Creo que el futuro apunta mucho más a una realidad intercongregacional y, por tanto, deberíamos comenzar a prepararnos. Mientras tanto favorecer grupos más amplios con una única animadora, con proyectos apostólicos comunes en la misión y con la diversidad de modos que requiera cada grupo.

Cuando los consagrados hablamos de innovación, ¿qué queremos decir?

(SR). La Iglesia siempre ha sido sabia en análisis de la realidad y lo que las congregaciones religiosas aportan al mundo de la educación, de la sanidad. Es impagable, buscando siempre lo nuevo que pueda ayudar a la tarea concreta. Pero cuando hablamos de innovación en las congregaciones, ¿de qué hablamos realmente? No lo tengo muy claro. Como estoy en formación, pienso en la necesidad que tenemos de acoger con respeto a otras mujeres que se acercan a nosotras para ayudarles a crecer en la vocación a la que son llamadas.

No se trata de innovar por innovar, se trata de buscar aquello que más ayude al hoy, a lo concreto de hoy. Si algo no ayuda, busquemos otra cosa, esa es la innovación.

(ML). Entiendo que se refiere a actualizarnos, ponernos al día con las novedades que el mundo nos ofrece para la misión, ahondando en la raíz de nuestro ser de mujeres consagradas, es decir, con la mirada puesta en Jesús y su programa de vida; pero con un lenguaje existencial inteligible hoy.

Y si un día nuestras congregaciones no tienen colegios, hospitales o centros propios…

(SR). Si fuera así indicaría que ya no se necesitan. Entonces, ese día, seremos más libres para ir allí donde hay más necesidad, para provocar procesos en otras personas y para irnos –sin dependencias– porque ya no se nos necesita. ¡Estupendo!

(ML). Estaríamos mucho más en la línea evangélica: colaborar con otras personas sin obras propias; creo firmemente que el Espíritu es capaz de suscitar diversas formas si estamos abiertas al futuro que ya grita…

¿Estamos tomando decisiones arriesgadas de cara al porvenir?

(SR). Yo creo que se están tomando las decisiones que se pueden en cada momento. Soy persona de eficacia y rapidez pero el Evangelio es otra cosa. Las decisiones son las posibles, pero confieso que desearía más riesgo para la Iglesia, más caminos nuevos, más llegar a donde otros no pueden llegar sin pensar tanto en estructuras o normas.

(ML). Me parece que no, percibo que seguimos estáticas mientras el mundo cambia a gran velocidad. Nosotras no nos anticipamos al futuro, nos lleva por delante… Nos quedamos más “en lo que ya no podemos” que en buscar nuevos caminos posibles aún en la realidad que nos toca vivir.

¿Qué podríamos hacer para que nuestra vida se acerque más al ritmo de la calle? No es cuestión de horarios e inmuebles, pero donde estamos y como estamos ¿ayuda?

(SR). Sabiendo que muchos consagrados ya lo están haciendo… para acercarnos al ritmo de la calle lo único que hay que hacer es “estar en la calle”, abrir puertas y ventanas, trabajar como todos, gestionar los inmuebles, ir más allá de estructuras conventuales que no encajan en la vida apostólica, tomarnos el pulso con Dios y con la comunidad eclesial. Y, por supuesto, que nuestras casas estén abiertas, acogiendo lo que supone de incomodidad, de cambiar planes, escuchar gratuitamente… pero ¿no hacía eso Jesús?

(ML). Se han hecho muchos esfuerzos pero no llegamos, siempre quedamos lejos o fuera… tampoco es fácil desprendernos de los inmuebles que tenemos pero todo esfuerzo por vivir encarnadas será poco; mientras no podamos dejarlos, aprovechemos para abrir puertas y ser acogedoras, compartir con otras personas y/o instituciones, lo que tenemos.

Cuando hablamos de misión compartida, ¿qué queremos decir? ¿Es posible para la vida consagrada compartir vida y misión con otros y otras? ¿Son posibles las comunidades mixtas?

(SR). Por supuesto. Para mí significa que, desde la vocación particular de cada uno, hagamos un discernimiento juntos sobre el paso del Señor, en aquello que el Espíritu nos va mostrando. Es posible, ¡ya está siendo posible!

Hay muchos laicos que son tan compañeros de camino como mis hermanas de congregación, ellos hacen crecer mi vocación consagrada y juntos buscamos el querer de Dios.

Las comunidades mixtas ya existen en algunos lugares y cada congregación estará a la escucha del Espíritu. Porque lo importante es acoger lo nuevo aunque nos provoque inseguridad: ahí está Dios haciendo equilibrios con nosotros.

(ML). Sí, estoy totalmente convencida de que podemos compartir vida y misión con otros y otras. Serían nuevas formas de vida, ya que en torno a la misión común podemos unirnos también para otros muchos momentos de vida compartida. Participar del mismo carisma nos lo posibilita; sería una gran riqueza para todos, personas con votos y otras sin ellos. El carisma tiene fuerza suficiente para ello… las comunidades mixtas son un camino para soñar el futuro.

Es urgente no dejar de abrir caminos nuevos a la escucha del Espíritu y sus “ecos” en nuestro mundo.

Fuente: Vida Religiosa

Tiempo de Trabajo y Oración en la Curia SJ

Entre fines de mayo y principios de Junio, el Padre General, con integrantes de la curia y otros jesuitas invitados estuvieron compartiendo 8 días de ejercicios espirituales y un tiempo de trabajo denominado “Tempo Forte” más intenso que se da tres veces al año.

Entre los días 28 de mayo y 4 de junio el P. General junto con sus consejeros y otros invitados hicieron sus Ejercicios Espirituales del año en Torricella in Sabina, Lacio, a una hora y media de Roma.

En seguida, entre el 5 y 9 de junio se realizó el segundo Tempo Forte del año, una semana de trabajo más intenso del Consejo General. El P. Arturo Sosa ha decidido que los secretarios de la Compañía (en este momento 4: colaboración, Justicia Social y Ecología, Educación Superior y Educación Secundaria y básica) así como los 6 presidentes de las Conferencias de Provinciales hagan parte de ese trabajo del “Tempo Forte” en las tres oportunidades anuales en que se realiza (enero, junio, septiembre).

Fuente: CPAL SJ

 

Reestructuración Ejecutiva de la CPAL para Potenciar el PAC

El Padre Álvaro Dávalos SJ, nuevo secretario ejecutivo de la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL), explica en qué consiste la Reestructuración Ejecutiva de la misma, cómo se piensa el proyecto y qué acciones acompañarán la reforma.

El secretario ejecutivo de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe (CPAL), P. Álvaro Dávalos SJ, aseguró que desde esta instancia se impulsa el Proyecto Apostólico Común (PAC 2011-2020), para encaminar todos los esfuerzos de las doce Provincias, ante esto se lleva adelante una reestructuración en el equipo ejecutivo que tiene sede en Lima.

“Ahí se vio la necesidad de procurar una acción un poco más intensa de los agentes mismos que están trabajando en las Provincias, de manera que la prioridad sea el enfoque suyo y así se repliegue un poco el equipo ejecutivo de la CPAL para dejar prioridad a estos líderes”, afirmó.

Esta reestructuración será un proceso que llevará algunos meses. El objetivo es dar curso al relanzamiento que se tuvo del PAC en la reunión denominada “ImPACtando” realizada en Lima en el mes de marzo, donde se revisó el impacto del PAC en la labor de la Compañía de Jesús en América para incorporar elementos aportados por la 36 Congregación General y realizar un reajuste de metas planteadas al 2020.

Como todas estas acciones se espera que a la larga se las vaya evaluando y se vaya viendo el efecto que van teniendo.

Por último, se está poniendo énfasis en el ámbito comunicacional mediante la renovación de la página web de la CPAL gracias al apoyo de SJ Digital de España, y con el fin de elaborar el Plan de Comunicación de la Conferencia.

“Una de las falencias que hemos tenido en la evaluación fue el reportar mucho desconocimiento tanto de las acciones de la CPAL como de los programas que se iba difundiendo, entonces se espera que con el Plan de Comunicación muchas de estas falencias se vayan solucionando”, concluyó.

Fuente: CPAL SJ

 

“Una Vida Consagrada Pobre, para los Pobres, desde los Pobres y con los Pobres”

La presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosos, la hermana Mercedes Sánchez Casas, está convencida que los consagrados “tenemos que salir con la gente a manifestarnos pacíficamente”. Compartimos una entrevista en la que habla del tema desde su ser religiosa, realizada por Vida Nueva y con Canal Orbe 21.

Por Gabriela Laschera

A 10 años de la Conferencia del CELAM en Aparecida, ¿cómo ve la realidad de la Vida Consagrada en América Latina?

Aparecida nos dio un impulso muy grande, es un acontecimiento que ha vuelto a la Iglesia a lo esencial: el encuentro con Jesucristo. Ha sido muy hermoso rescatar expresiones e ideas que nos dan tanta vida como que Jesucristo es nuestro mayor tesoro que tenemos que contagiar. Como parte de esta Iglesia en camino, a partir de Aparecida hemos orientado nuestras fuerzas para que la Vida Consagrada sea un encuentro con Jesucristo, con los otros, con la vida y con las realidades que nos toca vivir. Somos discípulos misioneros que desde nuestros carismas nos queremos involucrar en esta invitación que se nos ha hecho a la Misión Continental: contagiar a Jesucristo.

¿Qué les ha dejado el Jubileo de la Vida Consagrada a los religiosos?

El Jubileo para mí no ha terminado. Creo que nos ha dado un impulso muy grande y nos ha cuestionado sobre el despertar. Despertar a una conciencia de nuestra consagración, de nuestra fraternidad y de la misión. El papa Francisco nos dice que lo propio de la Vida Consagrada es la profecía. Estamos invitados a vivir en situaciones cotidianas donde se nos pide dar la vida y el testimonio de saber estar con la gente. Lo que Francisco pide como gracia para la Vida Consagrada son dos cosas: la primera es la docilidad del Espíritu Santo y la segunda es aquello que nos pide en la Carta Apostólica con ocasión del Año de la Vida Consagrada: “Espero que toda forma de vida consagrada se pregunte sobre lo que Dios y la humanidad de hoy piden”.

¿Cuáles son los mayores clamores que los religiosos hoy deben atender en América Latina?

Esta profecía está aunada a otras profecías, una voz que se une a otras voces, sobre todo a las que vienen de la trata humana, de las mujeres, de los niños; el tráfico de órganos que va ligado al fenómeno de la migración; la problemática de la minería; el narcotráfico. Sin embargo, hay un clamor que nos preocupa especialmente: los jóvenes sin oportunidades. Porque es la vida de los jóvenes la que necesitan sentido. A su vez, ellos claman por una espiritualidad que les de sentido, que los mantenga en la vida y en la esperanza. Hoy los adolescentes son las víctimas, las presas fáciles para el narcotráfico y para las adicciones. Sino ¿cómo ayudarlos a recuperar la vida, la salud y la dignidad del cuerpo y del alma?

¿Cómo perciben los religiosos las realidades de corrupción, de injusticia, de violencia que se repiten en tantos países latinoamericanos?

Los religiosos nos sentimos interpelados por estas realidades. Nuestra espiritualidad y nuestros carismas tienen que involucrarse en lo que se está viviendo. Hay realidades muy duras de violencia, de muerte, de narcotráfico, de ingobernabilidad, de injusticias, de autoritarismo que se manifiestan muy recalcitrantes. Queremos estar donde están las víctimas, salir con la gente a manifestarnos pacíficamente. Porque la gente también quiere que estemos con ellos.

¿Cómo vive hoy la Iglesia el pontificado del Papa latinoamericano y religioso?

El papa Francisco es el Papa que necesitamos en este momento. Como religiosos, lo admiramos, lo queremos, lo apoyamos y queremos dejarnos mover, queremos pasar de la admiración al cambio. Él nos escogió como CLAR en 2014, en una actitud de circularidad; nos dio todo el tiempo para conversar y nos impulsó a salir. Como siempre dice, prefiere una vida religiosa accidentada a que se quede cerrada y enferma de la profecía. Creo que Francisco nos está confirmando una Vida Consagrada pobre, para los pobres, desde los pobres y con los pobres; nos está haciendo reencantarnos y nos está mostrando un camino de santidad, el del que acompaña, el del que sabe estar con el hermano, el del que incluye.

¿Piensa que su carisma como jesuita aporta algo al pontificado?

Aporta mucho. Especialmente en la línea del discernir y del escuchar al Espíritu. Cuando estuvimos con él, nos pidió vivir en un continuo discernimiento que nos saque de adentro acciones osadas, audaces, prontas.

¿Cómo ve el tema vocacional en las congregaciones?

Hoy las vocaciones no se ven con tanta facilidad; hay que tener ojos despiertos para descubrirlas. Lo que sabemos con certeza es que Dios sigue llamando, pero hay que crear más espacios para la escucha, para que los jóvenes puedan preguntarse por el sentido de su vida. Como Vida Consagrada estamos llamados a crear una cultura vocacional. Tenemos una responsabilidad vocacional de velar por la fecundidad de nuestros carismas y de nuestras congregaciones.

¿Y qué estrategias tienen pensadas?

Es muy importante el trabajo con los laicos, el compartir nuestra vida y nuestro carisma con ellos. Esto es algo que estamos potenciando cada vez más. Sin embargo, aún hay muchas cosas que tenemos que cambiar, pero lo esencial es el seguimiento de Jesús. Creemos que hay vocaciones y que tenemos que hacer un camino. Pero también creemos que no es una multitud de vocaciones las que van a venir. Igualmente, el tema vocacional no se trata de una cuestión numérica. El Papa dice que la vocación se da por contagio. En la medida en cómo estemos proyectando nuestra vocación religiosa, otros podrán pensar en una vida consagrada.

Fuente: Vida nueva digital

Ser Jesuita es… Sentirme Apasionado por Jesús de Nazaret

Una vida vivida en el corazón de Jesús.

Por Quim Pons SJ

Siguiéndole en su misión de ir implantando el Reino de Dios en un mundo tan complejo y desigual. Y esto, haciéndolo desde mi experiencia de fragilidad y pecado, pero al mismo tiempo, sintiéndome incondicionalmente amado por Dios. Con la convicción de que Jesús me asegura una sola cosa, yo estaré “contigo”, vayas donde vayas. Contigo, en el camino compartido, en Compañía de Jesús.

Compartiendo comunidad de vida, espacio privilegiado de crecimiento personal desde el compartir lo que soy y lo que hago en la dirección del Reino. Una vida en comunidad que me va deshabitando de mí mismo para irme configurando a la manera de hacer de Jesús. Y en el roce, crece la amistad y la necesidad de reconciliarse, con el poso que deja el ir creciendo como persona, como compañero, día a día.

Y una misión articula mi vida sj: participar de la misión de Cristo. Él escogió el último lugar, aquel que nadie se lo podía arrebatar: misterio de la noche santa de Navidad y del Viernes santo al atardecer. Y desde ahí me siento salvado, liberado, dignificado en mi condición de hijo amado del Padre. Y aunque a veces, mi fragilidad, mi voluntarismo, me juegue malas pasadas y me lleve a estar más cerca del hijo mayor cuando recrimina a su padre: “Todos estos años te he servido como un esclavo” Siento con fuerza desconcertante, el amor tozudo de Dios Padre: “Hijo, todo lo que tengo es tuyo”. Compasión y misericordia de parte de Dios Padre, son las palabras que me habilitan como compañero de Jesús.

Fuente: Ser Jesuita

Alonso Rodríguez, Horizonte de Santidad

Este año se recuerdan los 400 años de la muerte de San Alonso Rodríguez SJ, patrono de los hermanos jesuitas. En función de este aniversario se vuelve a mirar a esta figura tan sencilla como profunda para redescubrir la impronta que su modo de vivir la misión ha dejado a toda la Compañía.

Los aniversarios de cualquier tipo, ya sean cumpleaños, conmemoraciones institucionales o fechas en las que recordamos acontecimientos trágicos, son ocasiones para hacer memoria del camino recorrido y descubrir en la propia historia los elementos que conforman nuestra identidad y nos orientan en el presente.

Por ello es tan importante el cuarto centenario de la muerte de San Alonso Rodríguez SJ que celebramos este año 2017. La Compañía de Jesús evoca en ocasiones una imagen de elevación, prestigio e influencia social. El propio fundador de la orden, Ignacio de Loyola, ha sido tradicionalmente retratado en obras de arte irradiando poder y gloria. Pero lo cierto es que «el peregrino», como se hacía llamar Ignacio, se sentiría mucho más identificado con la cercanía de este sencillo portero del colegio Montesión de Palma de Mallorca ―de quien fue casi coetáneo― que con la sublimidad de los templos jesuitas del barroco.

«Ya voy, Señor» decía Alonso Rodríguez cada vez que sonaba la campana de la portería. Y esa sencilla frase englobaba toda su persona y su santidad: humildad, servicio, apertura a Dios. Frente a la propensión en nuestra sociedad, incluso a veces en la Iglesia, a medir la grandeza según dones particulares o logros cuantificables ―aunque sean frutos apostólicos―, contemplar la vida de este auténtico místico de lo cotidiano nos invita a buscar, por encima de todo, el encuentro con Jesús en cada rostro que nos rodea.

San Alonso Rodríguez también nos enseña que la siguiente página de nuestras vidas no ha sido aún escrita y que el Señor puede llamarnos de maneras imprevistas. Cuando ya pocas sorpresas podía esperar en su vida, la muerte de su esposa e hijos le llevaron a ingresar en la Compañía de Jesús. No imaginaba que su servicio en una humilde portería y sus escritos espirituales, de lenguaje sencillo y belleza singular, dejarían una impronta imborrable en la Compañía universal.

A lo largo de este año lo recuerdan muy especialmente en su Segovia natal y en la isla de Mallorca, donde sirvió durante su vida de jesuita y donde se lo venera como patrono principal. La Compañía entera lo homenajea como uno de sus maestros espirituales y como patrono de los hermanos coadjutores. El aniversario es ocasión para rememorar aquello que nos configura como compañeros de Jesús, situando nuestro horizonte de santidad en el confiado seguimiento y en la profundidad de una vida espiritual que nos impele a afanarnos en el servicio a los demás.

Jesuitas España

 

Jesuitas Acústico te Invita a Colaborar

Los jesuitas y músicos Cristóbal Fones, David Pantaleón y Jorge Ochoa, después de reunirse en Colombia en 2016, han decidido reunirse de nuevo en México en junio del 2017, para un nuevo “Jesuitas Acústico”. Esta vez con un nuevo compañero: Enric Puiggròs SJ.

Buscamos celebrar juntos con nuestro canto, desde México, la alegría de ser compañeros.

​Para ello, realizarán juntos varias actividades en el mes de junio en México:

  • grabación de 5 canciones,

  • concierto en la Ciudad de México,

  • vídeos y participación en el ENJUVI 2017 (Encuentro Nacional Juvenil Ignaciano) que celebra 10 años de caminar de la Red Juvenil Ignaciana México.

En esta ocasión, han decidido que Jesuitas Acústico cante a las y los jóvenes y que dichas canciones tengan un sentido de solidaridad y sensibilidad hacia con los migrantes y refugiados. Por ello decidimos grabar un disco que contiene una canción seleccionada por cada uno de sus participantes e incluir el tema: ¿Quién es el que vieron pasar? 

A través de la Fundación Loyola, se ha iniciado una campaña de crowdfounding  (financiamiento colectivo, a través de la web) con el objetivo de solventar la grabación del proyecto. Con estos aportes será posible Jesuitas Acústico México y la grabación del disco, cuyas ganancias serán destinadas en su totalidad a Servicio Jesuita a Migrantes.

Si quieres saber más o colaborar con el proyecto

Fuente: Fundación Loyola México

XXXIII ASAMBLEA DE LA CPAL

Los Provinciales jesuitas se reunieron en Ecuador del 9 al 12 de mayo. En la siguiente nota cuentan en primera persona en qué consistió el encuentro.

Queridos compañeros y compañeras del Cuerpo Apostólico:

Desde el martes 9 al viernes 12 mayo de 2017, los provinciales de América Latina nos reunimos en la casa de retiros San Luis Checa – Ecuador, en la XXXIII Asamblea de la CPAL. Esta vez nos acompañaron Gabriel Ignacio Rodríguez y Claudio Paul, asistentes del padre general para América Latina, Rafael Moreno, asistente Paul Martin, superior regional de Guyana, François Kawas, representante de Haití e Inacio Luis Rhoden, superior de la plataforma de la amazonia de Brasil. Por Colombia asistió Víctor Martínez, viceprovincial, quien tomó el lugar del Carlos Eduardo Correa quien se recupera de una cirugía cardíaca y a quien tuvimos presente todo el encuentro. Queremos acercarnos a todos ustedes compartiendo la memoria de los días vividos en fraternidad y alegría, en medio de nuestras preocupaciones y esperanzas en la misión encomendada.

Resaltamos del día martes el trabajo realizado sobre los resultados de “imPACtando”, del cual agradecemos mucho la labor realizada por todos los participantes de esta experiencia y muy especialmente del equipo ejecutivo de la CPAL, que se dedicó a sintetizar y organizar los resultados de todo el trabajo llevado adelante. Valoramos positivamente el modo en que el equipo ejecutivo realizó la síntesis del trabajo de “imPACtando” y la presentación para su estudio. Nos centramos en los elementos sugeridos para las prioridades, y de esto un punto importante es la atención que debemos prestar al cómo hacemos lo que hacemos o queremos hacer, la revisión de nuestros estilos de vida y el llamado a la conversión que la misión nos hace. De esta manera, en sintonía con la Congregación General XXXVI, revisar el cómo, o el modo de proceder es un llamado fundamental para asumir las exigencias de la misión.

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El día miércoles centramos nuestras deliberaciones en torno a la propuesta de reorganización del Equipo Ejecutivo de la CPAL, orientados por: la reflexión en torno a la pertinencia o no de la organización por sectores, de cara a responder a las necesidades de nuestra misión hoy; la optimización de los recursos y el trabajo en red como clave del modo de asumir la misión. De estas reflexiones se aprobó la propuesta de reducir el número de delegados y sus funciones, quedando organizados de la siguiente manera: Álvaro Dávalos, delegado de recursos y secretario; Rafael Moreno, delegado para la misión ad extra y Herman Rodríguez Osorio, delegado para el cuidado del Cuerpo Apostólico. También tuvimos la oportunidad de compartir por asistencia nuestra misión como provinciales, nuestras experiencias y sentir interno, lo cual nos unió en ánimos y nos brindó solidaridad en nuestros servicios como superiores mayores.

La deliberación intensa y enriquecedora sobre la reforma de los estatutos de la CPAL marcó la pauta del día jueves. Constatamos que el cambio dinámico de la realidad nos pone en sintonía con la Compañía universal en sus planteamientos sobre la renovación de las estructuras de gobierno. Un aspecto importante de esta deliberación fue el celo expresado en el conjunto de opiniones en torno a poder ofrecer lo mejor para el proceso formativo de nuestros estudiantes, de manera que los mismos puedan contar con el apoyo necesario para su crecimiento tanto en el desarrollo personal como para la incorporación a la Compañía de Jesús. Durante este día también se presentó la oportunidad de compartir inquietudes particulares de parte de los provinciales y se escucharon orientaciones en torno a las mismas.

Para abordar la revisión de los cuadernos de los CIFs, el día viernes nos acompañaron Edison de Lima, Fernando Polanco, Humberto José Sánchez, rectores de los mismos en Brasil, Chile y Colombia respectivamente, junto a Juan Miguel Zaldúa, delegado de formación de la CPAL. Se presentaron las consideraciones pertinentes en torno a las actualizaciones necesarias y una vez más, el diálogo franco, la reflexión conjunta, el discernimiento común y la escucha atenta se hicieron presentes, sin dejar de lado las diferencias naturales de la diversidad de opiniones y de consideraciones. Luego, abordamos el informe económico del año 2016 y se aprobó el presupuesto para el año 2017. Finalizamos con un diálogo abierto con los asistentes del padre general para las dos asistencias de América Latina y algunas informaciones varias.

Cabe destacar que las oraciones y celebraciones de la Cena del Señor diarias nos ayudaron a vivir comunitariamente todo el proceso de la Asamblea, buscando siempre la voluntad del Señor. También tuvimos presente la preocupante situación venezolana, la cual fue compartida por el provincial de Venezuela en diversos ambientes de escucha y oración.

Agradecemos de corazón a la provincia ecuatoriana, al provincial Gustavo Calderón, al socio Francisco Echeverría, a todo el equipo de la curia y de la casa San José, y a todos los que nos recibieron con generosa hospitalidad y nos brindaron su esmerada atención, Dios les retribuya con muchas bendiciones.

Pedimos a la virgen de Fátima que nos ponga al lado de su Hijo para en todo amar y servir.

Fuente: CPAL SJ

Gustavo Gutiérrez: “Francisco Va a lo Central del Mensaje Cristiano”

Entrevista a Gustavo Gutiérrez, Padre de la Teología de la Liberación habla de la relación de esta corriente con la Iglesia y el Papa Francisco.

Por José Manuel Vidal

A sus 88 años, Gustavo Gutiérrez, el padre de la Teología de la Liberación es un abuelito entrañable, que, a pesar de su fama, no se da importancia, y al que todo el mundo venera. Pequeñito, con su bastón siempre en la mano, sigue marcando la pauta de la corriente teológica que fundó y por la que fue perseguido durante 20 años. Ahora, le llegan los reconocimientos del propio Papa Francisco y de toda la comunidad teológica mundial. Uno de los últimos ‘gurús’ vivos apuesta por Francisco, «un kairós, un gran don», tras participar en el I Encuentro Iberoamericano de Teología, celebrado en el Boston College.

¿Cómo llegó a la Teología?

Fui vocación tardía. Entré en el seminario cuando ya había cumplido los 24 años y después de haber estudiado Medicina. Una vez que decidí ser cura, estudié Filosofía y Psicología en Lovaina y Teología en Lyon, además de algún curso en la Gregoriana de Roma, con el padre Alfaro. Me ordené en 1959 y comencé a enseñar y a trabajar en una parroquia.

¿Entró a dar clases en la Facultad de Teología?

No. Nunca estuve en la Facultad de Teología. No querían saber nada de mí en ella. Daba clases en la Universidad católica, pero no en la Facultad de Teología. De hecho, mi primer nombramiento para enseñar en una Facultad de Teología data de hace solo 12 años en USA. A la vejez, viruelas. Desde hace años, paso tres meses en la Universidad estadounidense de Notre Dame.

¿Qué recuerda de su trabajo pastoral en la parroquia?

Sigo trabajando en la parroquia. Nunca la dejé. De hecho, conocí ya a dos generaciones de feligreses. Adoro el trabajo parroquial y, al mismo tiempo, me apasiona la Teología. Por eso, a veces, tuve dificultades para compaginar ambas cosas en mi vida. Me gusta enseñar, pero no a tiempo completo. Soy cura párroco.

¿Esperaba la repercusión de su libro sobre la Teología de la Liberación?

Nunca pensé que iba a hacer tanta bulla la publicación de ese libro.

Y pronto empezaron sus ‘problemas’ con Roma

Estuve durante muchos años en diálogo con Doctrina de la Fe. 20 años de diálogo. Siempre fui una nulidad en Derecho canónico, pero aprendí a diferenciar el diálogo del proceso. A mí me obligaron al diálogo, pero nunca me incoaron un proceso. Por eso, cuando los periodistas me preguntan si el Papa me va a rehabilitar, siempre contestó que no puede rehabilitarme, porque nunca fui deshabilitado. Eso sí, hubo una fregadera de cartas y de idas y venidas.

Y, sin embargo, siempre se dice que fue usted condenado por Roma

Los medios de comunicación tienen una fuerza enorme y esos clichés, divulgados erróneamente, tienden a permanecer y cristalizar en la gente. Hace un par de meses, una señora, tras asistir a la misa que había celebrado, se acercó y me dijo: ‘Pensé que tenía prohibido celebrar’

¿Qué piensa del papa Francisco?

Es un momento de ‘kairós’ que nadie esperaba. Un gran don. Va a lo central del mensaje cristiano, a la frescura del Evangelio. Además, es muy valiente. Aunque hay quienes le pide más, pero esos tales están locos. Francisco es una bendición, tiene clarísima la solidaridad con el pobre, la gente le entiende y, encima, tiene sentido del humor y hace bromas, además de su impresionante capacidad para crear metáforas. Estoy dispuesto a apoyar al Papa a fondo, en la medida de mis posibilidades.

¿Cómo aprovechar este ‘kairós’?

La reforma de la Iglesia exige el cambio de la Curia, que detesta el Papa Francisco.

¿Hay resistencias contra Francisco?

Sólo conocemos el 10% de las resistencias. El otro 90% está oculto, pero él lo sabe y tiene una fibra muy fuerte. El Papa necesita mucho apoyo, porque tiene problemas. Hasta hay cardenales que critican públicamente al Papa, algo nunca visto en nuestra época y prueba evidente de las resistencias a las que tiene que hacer frente.

¿Qué pueden hacer los que lo apoyan?

Sostenerlo y hacerlo presente en la Iglesia. Porque este excelente momento y este don que significa el Papa nos exige una tarea. Hay que tener una visión de Iglesia grande. Hay que preparar la continuidad. Y mantenerse firmes. Falta una bienaventuranza, la de ‘bienaventurados los tercos, porque de ellos es el Reino de los cielos’

¿La gente se ha aburguesado?

La gente se cansa. Un cansancio que se da mucho en política. Pero también hay que tener muy en cuenta la experiencia del martirio. Hay gente que ha dado su vida. Por ejemplo, Enrique Pereira Neto, al que mataron a los 28 años, por defender a los pobres. Habría que abrir en la Iglesia una nueva línea de santidad: los santos de las causas sociales. El primero, monseñor Romero.

¿Qué lugar ocupa la espiritualidad en el quehacer teológico de la Teología de la Liberación?

Es fundamental, entendida como un estilo de vida y una manera de ser. Como decía Chenu, ‘es la espiritualidad la que está detrás de la teología’. Espiritualidad como comportamiento y como práctica. El mensaje cristiano es como carne congelada: Está ahí, pero no se puede comer. Hay que descongelarla, es decir, ponerla en la realidad. Como dice Simone Weil, ‘si quieres saber si una persona cree en Dios, no te fijes en lo que dice de Él, sino en lo que dice del mundo’. O como señala Nicolás Berdiaeff, ‘si tengo hambre, es un problema material. Si otra persona tiene hambre, es un problema espiritual para mí’.

Fuente: Religión Digital