“Los jóvenes nos están hablando de la necesidad de transformar el mundo en un lugar más apto y más justo para vivir. Un mundo en el que haya futuro, y un lugar para cada uno” (PCP- 1° Parte, 2.b).
La Pastoral Juvenil Ignaciana busca partir del contexto y las preocupaciones de los jóvenes, para suscitar en ellos la pregunta existencial y religiosa, proporcionándoles experiencias que los ayuden a conocer, amar y seguir a Jesucristo, para vivir las distintas dimensiones de la fe cristiana.
Buscamos predicar una fe que eche raíces en lo más hondo del corazón de los jóvenes, y que los impulse al compromiso cristiano en las fronteras culturales, sociales y religiosas, propias de su contexto.
Desde esa experiencia de profundidad y compromiso, y desde una clara valoración positiva de las distintas vocaciones (laical, religiosa, sacerdotal), queremos acompañar a los jóvenes para que también descubran su lugar en la Iglesia, ayudándolos a discernir el estado de vida al que el Señor los llama.
Con este impulso una vez al año nos congregamos más de 50 jóvenes pertenecientes a grupos o movimientos vinculados a Parroquias y Centros Educativos de la Compañía de Jesús; a Movimientos internacionales como el MEJ y CVX, y a Centros de Espiritualidad, Centros Educativos o Templos que llevan adelante las Hijas de Jesús y las Esclavas del Sagrado Corazón.
Nos encontramos para continuar caminando en la configuración de la Red a la cual pertenecemos espiritual y apostólicamente. En efecto, compartimos experiencias, consignas, momentos de trabajo, eucaristías, plenarios y la alegría de estar juntos… fortaleciendo así los lazos que, desde hace ya un tiempo, ha comenzado a unirnos.
Además partiendo de las tres dimensiones que atraviesan la Red: espiritualidad, formación y servicio, ahondamos en las necesidades, búsquedas y fortalezas que tenemos en común quienes compartimos el carisma de los Ejercicios Espirituales, como la necesidad de ver a Cristo en lo cotidiano y de adoptar criterios de vida con libertad interior para elegir de lo bueno, lo mejor (MAGIS).
Que la invitación a tejer una Red nos desafía a ser un solo Cuerpo que vive un mismo deseo. En ese sentido, esta experiencia de encuentro y compartida, vivifica nuestra fe y consolida nuestra esperanza; nos llena de alegría, aliento y motivación en medio de nuestras tareas. Así, hemos descubierto que la diversidad nos enriquece, el encuentro nos fortalece, la misión nos une y el MAGIS nos impulsa a elegir discerniendo el mejor modo de actuar en el mundo. Sentimos, personal y comunitariamente, la necesidad de arraigarnos en Cristo para “en todo amar y servir”, para en todo dar y recibir.
Compartimos la Carta de los Jóvenes Referentes en el último encuentro llevado a cabo en Córdoba
Queridos Jóvenes de la Red Juvenil Ignaciana (RJI):
El fin de semana del 10 y 11 de Mayo nos reunimos en el “Centro Manresa” de Córdoba, Argentina, Jóvenes Referentes de los distintos grupos de la RJI de Argentina y Uruguay. Comenzamos nuestro Encuentro presentando y compartiendo las actividades y propuestas de cada Núcleo y Red local. Como propuestas de trabajo, tuvimos distintas exposiciones: el padre Ángel Rossi SJ. nos presentó la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium y el padre Fernando Cervera SJ. nos brindó un taller sobre adicciones en el mundo de hoy. Como conclusión de lo trabajado, queremos transmitirles el siguiente mensaje:
Como jóvenes de la RJI concluimos que, mirando las realidades de las que somos parte, no podemos dejar las cosas así como están; debemos salir al encuentro con el otro y ser callejeros de nuestra fe, respondiendo a estas realidades desde la alegría que nace del encuentro con el Señor.
Por esto, estamos invitados a detenernos, tender puentes de encuentro con el Señor y acompañar de cerca a aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad y pobreza.
1) ¿Para qué detenernos?
En este mundo que nos invita a una vida acelerada, queremos detenernos para contemplar nuestro interior con el deseo de ser coherentes con los valores del Evangelio, reconociendo –previamente- la incoherencia en la que muchas veces vivimos.
Identificamos que también es necesario detener el paso, dejar de lado la ansiedad, mirar a los ojos y escuchar, especialmente, a aquellos que han quedado al costado del camino.
2) ¿Para qué tender puentes?
Nuestro deseo de tender puentes nace de la conciencia de que somos felices en la medida en que estamos en unión con Dios, y esta felicidad merece ser compartida. Estamos convencidos de que en el encuentro personal con Jesús está la fuente de la alegría. No se puede dar una buena noticia desde la tristeza, sólo con alegría se hace creíble nuestro mensaje.
3) ¿Para qué salir al encuentro del otro y acompañar de cerca?
Sabemos que, saliendo de nosotros mismos y de nuestras comodidades, nos identificamos más de cerca con el estilo de vida de Cristo, lo que implica una entrega comprometida y la concreción de un amor que se manifiesta más en obras que en palabras.
Se nos invita, entonces, a revisar de qué manera estamos viviendo nuestra misión, y a no olvidarnos que lo central está en compartir con todos la alegría de nuestra fe en la persona de Jesús.
Desde nuestro humilde lugar de servicio, como Referentes de la RJI, los animamos a todos y cada uno a seguir renovando a diario el compromiso por Cristo y su Reino.
Como Ignacio, pidamos a María que nos acompañe en el Camino…
Referentes de la RJI.