Fe y Alegría y Familia Grande Hogar de Cristo: trabajo conjunto para brindar oportunidades

Quedar en la calle, hundirse en el consumo, perderse en la soledad y en el silencio. Tocar fondo y quedar fuera de la sociedad. Estos relatos son familiares para quienes llegan a los Hogares de Cristo. Una federación que nació hace 15 años y hoy día agrupa a 250 Centros Barriales en casi todas las provincias del país. Los Hogares de Cristo se enfocan en abordar de manera integral la vulnerabilidad social y los problemas relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas, priorizando la atención centrada en la persona y sus cualidades. Su misión es promover una cultura del encuentro y el protagonismo comunitario. Reconocen la complejidad de las situaciones por lo que brindan apoyo no solo en la rehabilitación, sino también en otras dimensiones fundamentales de la vida, como vivienda y documentación, respetando la libertad y los tiempos de cada individuo, sin afán de control.

El enfoque de la organización se basa en el acompañamiento, destacando la importancia de la paciencia, la cercanía, el afecto y la dedicación como elementos clave para educar, sostener y orientar a las personas en su camino hacia la recuperación y la reconstrucción de sus vidas. “Recibimos la vida como viene, en su totalidad y complejidad, poniendo en primer lugar a la persona” explica Sergio Serrese, miembro de HDC y productor audiovisual. La ONG educativa Fe y Alegría, por su parte, trabaja desde 1996 en nuestro país -y desde 1955 a nivel global- brindando educación de calidad en contextos vulnerables. Cuenta con 55 espacios educativos en 7 provincias y más de 6500 estudiantes. Uno de esos centros es Fe y Alegría – TEMAG, un bachillerato para adultos/as ubicado en San Martín, Gran Buenos Aires. Cada mañana asisten 60 personas con el deseo de terminar su secundario.

Volver a estudiar e insertarse en el mundo parece imposible para quien comienza su recuperación en el Hogar de Cristo. Sin embargo, gracias al acompañamiento y al trabajo en conjunto con instituciones educativas como Fe y Alegría estas historias se dan, conmueven y sus protagonistas multiplican con creces el efecto educativo. “Los estudiantes que vienen de los hogares tienen las tasas más altas de continuidad y graduación en nuestra escuela. Esto creemos que se debe al acompañamiento del Hogar y a una sinergia positiva y trabajo en red entre las dos organizaciones” comenta Marcos Roca, Director del Bachillerato para adultos en San Martín, en donde desde 2020 ya recibieron a 15 estudiantes provenientes del hogar.

Lee la nota completa aquí: Hogares de Cristo: salir del consumo, volver a estudiar y aprender a soñar es posible

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