Jornada Nacional de la Juventud – Uruguay
Los jóvenes de la Pastoral Juvenil de la Iglesia Católica se reunieron para celebrar, orar y “hacer lío” en Montevideo.
El 5 y 6 de setiembre se llevó a cabo en Montevideo, la 37ª Jornada Nacional de la Juventud, organizada por la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal del Uruguay. Esta vez, como en 2012, la Jornada se realizó de concentración única nacional, bajo el lema “Él transforma tu corazón”, inspirado en Dios alfarero, que con sus manos moldea el corazón de quienes lo siguen, como un artesano con un bloque de barro.
La actividad se realizó en la explanada de Kibón y contó con la presencia de casi 6.000 jóvenes católicos de todas las diócesis y movimientos presentes en Uruguay. Además contó con el apoyo de la Universidad Católica del Uruguay. La Jornada fue clausurada con la Celebración Eucarística presidida por el Cardenal Daniel Sturla Berhouet SDB, Gran Canciller de UCU.
Mensaje del P. Ignacio Rey Nores SJ, director del sector Pastoral de la Vicerrectoría del Medio Universitario
Todos coinciden que fue una fiesta. La noticia en los medios decía que “unos 6.000 jóvenes católicos de todo el país coparon la explanada de Kibón”. Y la verdad es que hubo mucha gente este fin de semana del 5 y 6 de Setiembre. No sé si tantos ni cómo se hace para medir tal cantidad, pero sí que daba gusto ver esa explanada copada de jóvenes, con sus colores, sus banderas, y toda su alegría en el marco de la Jornada Nacional de la Juventud.
Volvamos a la noticia: “se realizó este sábado la 37a. Jornada Nacional de la Juventud, convocada por la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal del Uruguay.” Esto fue lo que nos convocó, lo que nos nucleó: una invitación, un llamado. ¿De quién? Obvio que del mismo Jesús; una vez más: a través de su Iglesia; en concreto: a través de esta comisión de Pastoral Juvenil.
Y como Universidad Católica del Uruguay también supimos responder a esta convocatoria y abrir nuestras puertas, junto con otros núcleos de la Red Juvenil Ignaciana, para alojar a todos los jóvenes de la diócesis de Mercedes y a algunos de Tacuarembó. Nuestros jóvenes, que más de una vez han sido recibidos en otros lugares del interior del país para llevar adelante experiencias como la Misión San Francisco Javier, organizada por la Pastoral de la UCU, o como el Pachacutí, organizado por el Colegio Seminario, fueron quienes ahora hicieron de anfitriones de estos casi 250 jóvenes del interior: 70 en el Colegio Mons. Isasa, 80 en el Colegio Seminario, 45 en la Parroquia N.S. de Fátima en el Cerro, y otros 45 en nuestra universidad.
A nosotros, en concreto, nos tocó alojar a jóvenes que venían de Carmelo y de Colonia, acompañados por sus referentes pastorales y sus curas Germán Celio Chavarría y Marcelo Ortiz. Con ellos pasamos la noche del sábado en los salones de la universidad en la Parroquia de Tierra Santa, e hicimos las experiencias de servicio el domingo en la mañana, a las que se sumaron un grupo de jóvenes de la misma parroquia de Tierra Santa, divididos en tres grupos: uno fue para el Barrio El Régulo con las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, otro fue para el barrio Bella Italia donde nos esperaban las Religiosas del Sagrado Corazón, y otro se quedó por la zona de Tierra Santa, visitando las casas. Volvamos a los medios, ya que todos estaban sorprendidos de lo que estaba ocurriendo, que se podía seguir por la televisión, por la radio, por las redes sociales; y decían y mostraban más o menos lo mismo: “la convocatoria superó las expectativas de los organizadores: hubo 6.000 jóvenes de todo el país en la explanada de Kibón”.
¿Y qué pasó allí? Hubo fiesta, y con ella hubo “música, baile, reflexión, testimonios, oración y adoración a Jesús en la Eucaristía” a lo largo de toda la tarde del sábado, y también tuvimos la oportunidad de celebrar una multitudinaria Eucaristía el día domingo, presidida por el arzobispo de Montevideo, el cardenal Daniel Sturla. Para el recuerdo quedará que uno de los juegos que se realizaron durante el día consistió en sacarse selfies con sacerdotes y Sturla fue uno de los más requeridos. Para la obligada reflexión posterior quedará lo que quedó resonando después de la puesta en escena del grupo Shalom en la previa a la vigilia, ya que fueron tratados allí muchos temas candentes quedando en algunos la sensación que el guión podría haber sido más cuidado. Para el agradecimiento a Dios, entre tantas otras cosas, quedarán siempre los preciosos días que nos tocaron, llenos de luz y sol, de amplitud y aire. Para el compromiso quedará seguir cuidando los frutos de lo que cada grupo juvenil vivió en esta 37a JNJ para que sigan creciendo al interior de sus comunidades y tenga el impacto de levadura en la masa en los respectivos lugares a lo largo y ancho de todo el país.
Después de la Eucaristía final, todos los jóvenes de la Red Juvenil Ignaciana nos juntamos para una foto final y para recordar las actividades que se nos vienen, entre ellas: la teología para universitarios que ofrecemos acá en la Católica los jueves de setiembre; los Ejercicios Espirituales que se ofrecen en Esclavas en Setiembre y en Manresa en Diciembre; el Camino Ignaciano en Enero; y la Misión San Francisco Javier en Febrero. Alegría de ver cuántos nos habíamos hecho presentes, dejar que fluyeran los cánticos de “si este no es el Reino, el Reino dónde está…”, y volver a coincidir en que lo mejor que podíamos hacer era seguir ofreciéndonos al Señor por ese Reino de paz, de justicia, y de amor, compromiso que asumimos rezando, una vez más, la oración de Ignacio: “Tomad, Señor, y recibid…”.
P. Ignacio Rey Nores SJ
Director de Pastoral UCU
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