Liderazgo al Modo de Jesús

En este texto del jesuita Carlos Cabarrús, publicado originalmente en la más reciente edición de Promotio Iustitiae, relata los aprendizajes sobre liderazgo resultado de su trabajo con el Movimiento Ignaciano de Formación Integral (MIFI), de Guatemala.

Características de personas con liderazgo natural

Con esta presentación, estamos hablando de la personalidad del colaborador líder en obras de la Compañía de Jesús.

1. Debe ser una persona que sobresale por:

  • La calidad de cooperar.
  • Capacidad de generar equipo y tender puentes.
  • Convoca; no impone, sino integra el pensamiento de los demás.
  • Respeta lo disidente.
  • Su solidaridad espontánea.
  • Entusiasmo. Da soluciones que son creativas.
  • Que ha trabajado sus partes negativas y ha potenciado lo positivo.
  • Que existe congruencia entre lo que dice y lo que hace.
  • Que inspira a los demás a luchar por sus propios sueños, porque con sus logros demuestra que es factible. Y además de ser gestor que hace bien las cosas, hace buenas cosas.
  • Lo típico de una persona líder es su carácter de “salmón”; sabe regresar a su lugar de origen y nadar contra corriente. Conoce el manantial, conjunto de cualidades que dan la identidad más profunda -ADN psicológico-. Además, surge el descubrimiento de la conciencia- momento de responsabilidad política- y se da la gracia donde se revela Dios como el Agua Viva, la vivencia espiritual
  • Estas personas sobresalen porque son libres de prejuicios, de apegos y temores… Tienen, pasión que desdeña al dinero, al poder, a los intereses únicamente personales. El buen líder sabe que su cargo es temporal y debe ser siempre de servicio: es sustituible pero la institución perdura.
  • Manifiesta una gran empatía para relacionarse con otras personas. Esto les da destrezas sociales. Se vuelven “espacios seguros” para la demás gente y tienen un talante optimista frente a la vida.
  • El líder del que hablamos se contrapone al que ejerce un mal liderazgo que deriva en autoritarismo, egocentrismos absolutos, y fomentan adulación e hipocresía.
  • Los liderazgos se dan en distintas ramas. Esos liderazgos diversos tienen que colaborar en la formación personal e institucional. Ahora bien, en las obras de la Compañía tendrán que ser líderes con repercusión política, ya que el carisma de la institución es hacer incidencia que transforma para que las situaciones caóticas cambien y promuevan e impulsen un lugar bueno para vivir.
  • Algo importante es que la persona líder tiene autoridad moral: su liderazgo consiste en hacer crecer a las personas; tiene la característica de “animar” a las personas y alentar sugerencias y propuestas; genera hábitos de reflexión. Los líderes de quienes hablamos no ejercen el “poder”, ya que esto de ordinario aplasta personas y proyectos. Lo que ejercen es “autoridad” cuya mejor traducción es la de “animar” los procesos; animar las personas.

2. Debe ser una persona que se indigna espontáneamente y lucha por el bien común

Se indigna frente a los antivalores: frente a la condición lamentable en que están las personas/la depredación del ambiente/ frente al racismo, machismo/ frente a la injusticia/frente a la insolidaridad. Se indigna vehementemente. Y esto le lanza a combatir todas esas situaciones y a buscar soluciones estructurales a ello.

3. Debe ser una persona que, aunque no experimente la fe, se sienta atraída por el modo y el proyecto de Jesús, cuando se lo presentan

Fuente: CPAL Social

 

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