Mensaje del P. Provincial Rafael Velasco SJ para el inicio del año ignaciano

A toda la Provincia

El 20 de mayo comienza el “Año Ignaciano”, en memoria de los 500 años de la herida de Ignacio en Pamplona; herida que trajo aparejada en él un proceso interior de conversión que dio origen a una vida nueva. Esa vida nueva surge de su experiencia de encuentro con Cristo, que le dio una mirada nueva: como el mismo Ignacio relata en su experiencia a orillas del río Cardoner “le pareció ver nuevas todas las cosas”. De ahí que el lema de este año sea “ver
nuevas todas las cosas en Cristo.”

Este año puede ser un tiempo especial para todos, jesuitas y colaboradores, para dejarnos mirar por Dios nuestro Señor que vino a sanar nuestras heridas y nos llama desde los heridos de la vida. Será tiempo bien aprovechado el que empleemos en acompañar cercanamente a los heridos, los apaleados del camino (cfr.Lc.10, 30), los “leprosos” (cfr.Mc.1, 40), los que no tienen quien los ayude (Jn. 5, 7), los que desde el borde del camino gritan, a veces tumultuosamente, “Señor Jesús, ten compasión de mí” (Cfr. Mc 10, 47).

Mirar con los ojos de Cristo para ver nuevas todas las cosas, es también ver el costado luminoso de la vida y las personas, el movimiento esperanzador que ya está dándose en la realidad.

Necesitamos esa mirada para ver nuestro contexto golpeado por la pandemia y sus efectos colaterales, a veces más duros que el mismo virus. Vernos con una mirada nueva en Cristo.

Pidamos poder contemplar activamente lo que Dios va haciendo en la vida de las personas y de la creación toda… y ayudarlo. Pidamos tener esa mirada, no sólo en la vida apostólica sino también en nuestra vida comunitaria.

Si bien durante el año habrá eventos a nivel de la Compañía universal y latinoamericana y también en nuestra provincia, buscaremos que este año sea un tiempo para volver a lo Fundante, al Principio y Fundamento de nuestra vida y misión. En particular nuestro seguimiento de Cristo pobre y humilde.

Sería muy bueno poner los medios a nuestro alcance para realizar los Ejercicios Espirituales con toda la profundidad posible. Desde esa experiencia, lo sabemos, proviene una mirada nueva de todas las cosas.

Que Dios nos bendiga a todos y nos ayude a sacar mucho provecho espiritual de este año Ignaciano.

Fraternalmente,

Rafael Velasco SJ

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