Mónica Larrosa, graduada de la UCU y la “Psicología Positiva”

Una ex-alumna de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), Licenciada en Psicología cuenta de la perspectiva que usa para trabajar con sus pacientes.

“La Psicología Positiva establece que no solo hay que trabajar en lo que no está funcionando, en el déficit, sino sobre todo en la promoción, en la prevención de la salud mental y en potenciar las fortalezas del carácter de las personas”, explicó Mónica Larrosa, graduada de Psicología, quien utiliza ese enfoque para buscar el bienestar de las personas.

Actualmente trabaja en varios proyectos, todos ellos apuntan a brindar herramientas a poblaciones de contexto vulnerable.

En la organización civil Jóvenes Fuertes, trabaja en tres de sus proyectos. Uno de ellos es Creciendo Fuertes “en donde trabajamos las 24 fortalezas de Psicología Positiva en liceos e instituciones educativas de contexto socioeconómico vulnerable; yo trabajo específicamente en el Liceo Jubilar”. Otro de los proyectos es el Programa de Educación al Carácter (PEC), que consiste en “brindar talleres de fortalezas específicas de Psicología Positiva y estrategias saludables para tomar y encauzar decisiones, para niños y adolescentes de colegios de Montevideo”. Mónica además coordina en Jóvenes Fuertes la segunda edición de la diplomatura en Psicología Positiva que formar agentes para el cambio social.

Además, está vinculada al Centro de Atención al Desarrollo Integral (CADI), en el colegio para niñas Los Rosales, donde trabaja como profesora de inglés y como preceptora, “que vendría a ser el vínculo entre el colegio, las niñas y la familia”. También realiza una suplencia como psicóloga en el CAIF que gestiona CADI.

Mónica siempre tuvo una gran vocación por la Psicología. “Me gustan mucho las conversaciones, las charlas, escuchar, el saber la historia de las personas, por qué toman las decisiones que toma. Ahora que trabajo en un contexto socio-económico vulnerable, es lo que más pongo en práctica, sobre todo cuando uno está hablando con personas que tuvieron vidas difíciles”.

Además de tener ciertas aptitudes personales para ejercer la profesión, destaca la impronta de la formación que brinda la carrera, “la búsqueda permanente, estar siempre informada, saber buscar la evidencia científica, conocer las últimas herramientas o diagnósticos, el saber escuchar, el saber analizar, sí creo que me los dio la Católica”.

Por otra parte, señaló que la carrera “me dio cierta flexibilidad para entender diferentes corrientes y para saber buscar más allá de las teorías cuál es la herramienta necesaria para cada caso”.

Una experiencia que tuvo como estudiante y que la marcó, fue el intercambio que realizó a la Universidad de Málaga. “Te abre la cabeza, conoces otras culturas y a partir de las diferencias se conoce más lo que uno es y lo que quiere. Realmente aprendí muchísimo en cuanto a lo profesional, especialmente en lo congnitivo-conductural. Allí me di cuenta que esa corriente era la que realmente me gustaba. Y cuando volví acá empecé a tomar decisiones para seguir en esa línea”.

En cuanto a lo estrictamente académico, Mónica integra una línea de investigación de “Un programa de autocompasión en docentes”, liderada por la Mag. Tamara Liberman. También está de ayudante en la cátedra de Psicología Positiva.

Se nota que a Mónica le apasiona su trabajo. “Hoy en día te puedo decir que la satisfacción que me da trabajar en un contexto así me llena el alma”, expresó. “Uno se siente realmente útil, se siente herramienta, se siente que está trabajando con personas que pueden alcanzar mayor bienestar para ellas y sus familias”.

Fuente: ucu.edu.uy

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