¿Qué es la libertad?

De niños, creíamos que era el poder de imaginar lo increíble.
De adolescentes, hacer lo que nos apeteciera, sin imposiciones de nadie.
De jóvenes, la forma de escoger nuestro mejor futuro.
Pero de adultos, la libertad parece desaparecer, difuminada entre agendas laborales, familiares, sociales… ¿Dónde está la libertad? ¿Es una ausencia de decisión? ¿Se consume cuando se practica?

Quizás, desde un olfato ignaciano, podremos reconocer libertad cuando somos conscientes y cambiamos de lo que antes sucedía «automáticamente» en nosotros. Cuando en lugar de reaccionar con lo de siempre, soy capaz de responder al mismo enfado con otras palabras, a la misma rutina con otra mirada fresca, a las mismas personas con sorprendentes detalles…

Porque la libertad no se acumula pasivamente: si no la construimos y cuidamos con atención, desenmascarando ataduras y autoengaños, se pierde. ¿Te imaginas un camino por el cual dejar de ser hombres-masa, maniatados por publicidades escondidas, y lograr decidir por nosotros mismos?
¿Qué es esto, si no un sueño de Dios? Que en lugar de consumir la libertad recibida, acercándola a Jesús, lleguemos a crearla.

Fuente: espiritualidadignaciana.org

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