Richard Delvalle SJ y la experiencia de los ejercicios espirituales en Guaraní
Richard Delvalle SJ es un jesuita paraguayo que se encuentra en Argentina realizando sus estudios en Filosofía y Humanidades. Vive en la ciudad de Córdoba, sin embargo, el último fin de semana de octubre se trasladó a San Miguel (provincia de Buenos Aires) para realizar una tanda de ejercicios espirituales en guaraní.
Por Richard Delvalle SJ
El pasado fin de semana del 25 al 27 de octubre se llevó a cabo un retiro espiritual, con la modalidad de los ejercicios espirituales ignacianos en el Centro Loyola ubicado San Miguel, provincia de Buenos Aires.
Los principales protagonistas de esta actividad fueron los inmigrantes pertenecientes a la colectividad paraguaya que viven en esta localidad bonaerense. Participaron unas 25 personas. El equipo coordinador de la actividad estaba compuesto por dos jesuitas paraguayos, quienes se encargaron de dar los puntos, acompañar a las personas y organizar el cronograma de actividades; y cuatro argentinos. EL retiro comenzó el viernes 25 de octubre.
Los participantes se alojaron en los cuartos del Centro Loyola y se utilizó, a su vez, el comedor de este. El patio del colegio Máximo fue el lugar de oración.
Durante el retiro se propusieron dos bloques de oración por la mañana y dos por la tarde. El cierre del retiro se dio con una misa antes del almuerzo de despedida del domingo.
El fin de semana estuvo cargado de emociones fuertes. Los ejercitantes manifestaron una profunda experiencia de encuentro con Dios y, a la vez, encuentro con su cultura y costumbres. Por la mañana se tomaba mate en clave de conversaciones espirituales. Luego de la media mañana se hacía el compartir alrededor del refrescante tereré paraguayo. La vivencia de amistad y el compromiso de unidad entre compatriotas se notó y se sintió con profundidad.
Las oraciones previstas tenían acento en las Prioridades Apostólicas Universales que hoy impregnan la labor de toda la Compañía. En cada compartir, los participantes hablaban de la invitación que sentían a apropiarse de dichas prioridades y de poder vivir con mayor conciencia tales aspectos de la misión.
Al final, las personas agradecieron el espacio y pidieron que no se pierda esta instancia anual, ya que es el único momento del año en que se pueden encontrar con Dios cara a cara. Es también, el único fin de semana del año en el cual hacen una pausa para pensar sus vidas y para vivir el silencio como descanso.
Los acompañantes, al terminar el retiro, se mostraron contentos con lo vivido y con el modo en que los ejercitantes aprovecharon esta instancia espiritual. Los dos paraguayos escolares jesuitas agradecieron la fraternal acogida de la comunidad jesuita del Máximo y el buen ambiente y servicio que brindó el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) especialmente los referentes de San Miguel, Buenos Aires.
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