Rodrigo Castells SJ sobre la Preferencia Apostólica Universal nº 4

Cuarta Preferencia Apostólica Universal: Colaborar en el cuidado de la Casa Común.

El Hno Rodrigo Castells SJ vive y trabaja en San José del Boquerón, en Santiago del Estero (Argentina). Allí, su trabajo no se limita a lo pastoral, sino que se encarga de acompañar a la comunidad en su vida cotidiana y en las luchas que ella implican. En esta zona del Monte Santiagueño ha habido y sigue habiendo grandes conflictos por la explotación y apropiación de la tierra; factores que no sólo afectan el ecosistema del lugar, sino también a aquellos que, históricamente, viven en y de él.

Por Rodrigo Castells SJ 

Recibí las nuevas Preferencias Apostólicas Universales (PAU) de la Compañía con gran alegría, sabiendo que son temas en los que se juega la vida de la humanidad. Sentí, en esta formulación, la urgencia de compartir y construir comunidad con otros, ampliando las fronteras eclesiales, considerando el cuerpo de Cristo como la Creación toda, como esa comunidad de la que todos participamos y a la que todos podemos aportar.

Me hace pensar en la unidad de origen y destino de la humanidad, que ya está redimida en la Resurrección, haciendo concreto y real el cuerpo de Cristo dentro de la historia, que requiere la participación personal y comunitaria de toda la humanidad. Y, por supuesto, recuerdo el texto de Laudato Si, que da cuenta de la solidaridad del destino común de todo lo creado.

En la Parroquia del Boquerón, donde resido, recibimos esta preferencia con gran gozo y con el desafío de articular esta dimensión que tan presente está en nuestra labor cotidiana. Todos nuestros proyectos están signados por la preocupación por el cuidado de la casa común, por lo que nos sentimos muy respaldados en nuestra tarea y nos anima a seguir adelante.

Como Provincia, nos viene bien explicitar y atender a esta problemática como central, tanto desde la vida de las comunidades como desde las obras. Necesitamos construir un discurso común, con un compromiso consistente con problemáticas públicas asociadas a esta Preferencia. De la mano de sensibilidad creciente por esta causa, poco a poco los jesuitas nos vamos involucrando en distintos ámbitos en los que el cuidado de la casa común es relevante. Sin embargo, resta mucho por hacer para que el compromiso asumido como cuerpo apostólico, (asumiendo también, las consecuencias que este discurso –respaldado por la acción- implica) sean evidentes.

Mientras tanto, en nuestro trabajo en la Parroquia, nos proponemos asociar las cuestiones vinculadas a la justicia social y la justicia ambiental sin ambigüedades; tanto en los proyectos propuestos por la Parroquia y en el trabajo con familias campesinas, como a través de la FM comunitaria. Ya que sentimos que el trabajar por la justicia, entendida de esta manera, nos implica y desafía cada vez más, no sólo haciendo, sino también comunicándolo para darle más y mejor visibilidad desde una perspectiva evangélica profunda; que nos permita vivir en íntima solidaridad con todo lo creado, asumiendo la corresponsabilidad con la creación, de la que participamos como comunidad humana.

Y a su vez, poder compartir la esperanza que nos mueve y anima. Quienes nos involucramos, podemos, muchas veces, desanimarnos y no saber transmitir la validez de las alternativas, tanto individuales como estructurales, para evangelizar no solo a nivel personal sino también, para entrar en contacto con las estructuras o sistemas que rigen el ritmo social, político y económico imperante.

No quisiera perder de vista que los esfuerzos direccionados a responder a la 4ta Preferencia Apostólica Universal tienen que guardar estrecha relación con las otras tres preferencias. Creo que la relación más evidente se da con la preferencia por caminar junto a los pobres, que son quienes más sufren el descuido por la creación, el cambio climático, el atropello de los recursos. De estas comunidades tenemos la posibilidad de rescatar sus valores culturales, su cosmovisión de relación con la naturaleza, como posibilidad de alternativa tal como nos muestra también la encíclica Laudato Si.

De igual modo, la voz del Papa en la carta de aceptación de las preferencias nos invita a unirnos cada vez más a Cristo e identificarnos con Él para no caer en la desesperanza. Una mirada que debemos tener quienes vivimos la espiritualidad ignaciana desde la perspectiva de la contemplación para alcanzar amor, encontrando a Dios haciendo y sumándonos a lo que Dios hace por el Reino de Dios que es el reino de la Vida.

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