Sobre la Violencia en el Mundo…

Análisis de Emilio Alejandro Rufail, docente de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Córdoba. Además, es Especialista en estudios Árabes, Americanos-Árabes e Islámicos; en Medio Oriente y África del Norte; y en Seguridad Internacional.

Por Emilio Alejandro Rufail

El mundo vive un tiempo signado por la violencia, la cual se ha convertido en un modo de acción social, político, económico, étnico, cultural y hasta religioso.

Aunque aquí debe hacerse una aclaración imprescindible, la violencia no es patrimonio exclusivo de una religión, una cultura, una etnia ni de una ideología política.

La violencia es parte de la naturaleza humana, y ha acompañado al hombre a través de la historia, siendo empleada muchas veces para dirimir los conflictos al interior de las sociedades y entre los Estados de la comunidad internacional. Sólo basta recordar la dimensión de la tragedia que significó la segunda guerra mundial en términos de vidas humanas.

La violencia hoy

En la actualidad, la violencia no sólo se manifiesta a través de los conflictos armados sino también de diferentes maneras como el terrorismo, y otros múltiples delitos violentos – entre ellos el narcotráfico, el tráfico de armas y personas, el crimen organizado en general y la delincuencia común-, pero también por medio de la violencia de género y la creciente violencia contra todo tipo de minorías, entre otras cuestiones. Ningún país está exento de estos fenómenos.

En los últimos años hemos asistido cotidianamente al terrorismo de signo islamista, practicado por organizaciones como Al Qaeda primero y luego por el Estado Islámico, cuyo surgimiento no es ajeno a los intereses de Estados Unidos y sus aliados. Estas organizaciones luego adoptaron una agenda propia, entre cuyos objetivos incluyen atacar los intereses de esos países a los que considera sus enemigos. En dicho contexto, se inscriben los recientes atentados en varias ciudades europeas.

Estos grupos han captado la atención de muchos ciudadanos del mundo que adhieren a sus causas, incluso se han sumado a sus filas como combatientes terroristas extranjeros, los cuales ponen en vilo la seguridad de Occidente, porque sus países de origen temen lo que puedan hacer una vez que retornen de las áreas de conflictos en Siria e Irak.

Otros, sin un vínculo formal con dichas organizaciones, actúan en su nombre, pero por cuenta propia. Son los llamados lobos solitarios.

Aquí, no podemos dejar de decir que, a pesar de que se esperaría un mayor esfuerzo de la comunidad islámica alrededor del mundo en condenar a estos grupos radicalizados y cortar sus redes de financiamiento, para impedir que se multipliquen, la mayoría de los musulmanes del mundo vive vidas cotidianas alejadas del estereotipo occidental que iguala a musulmán con terrorista.

Motivos Similares

Todos los fenómenos de violencia que aquejan al mundo –incluido el terrorismo- tienen causas particulares, propias, pero comparten una serie de condiciones que propician su propagación.

Las sociedades modernas están repletas de personas que viven en la intemperie, huérfanos de motivaciones para sus vidas, sin sentido de pertenencia, marginados de los beneficios del mundo desarrollado, con escaso o nulo acceso al trabajo y la educación, sin prestaciones de salud, y con ello, sin herramientas que permitan la movilidad social, sin oportunidades para cambiar sus vidas para mejor.

De este modo se convierten en el caldo de cultivo de frustraciones que son aprovechadas por los reclutadores, los nuevos profetas de nuestro tiempo – terroristas, narcotraficantes, etc.- con sus narrativas, que les ofrecen una vida mejor, a través de un trato engañoso, porque generalmente estas personas pierdan sus vidas en el intento, ya que deben emplear la violencia para alcanzar sus objetivos.

 Fuente: Noticias UCC 

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